10
Habían hecho cambios. Decidieron comprar una cama, ahora la habitación de Yugyeom tenía dos camas tamaño mediano,mientras que la habitación de Jungkook tenía una cama tamaño grande. Al principio la habitación del rubio era para los mayores y la otra para los niños, pero los niños habían jugado sucio logrando que terminarán los dos mayores acostados en la habitación de Jungkook, juntos.
Los niños habían dicho que como ellos eran esposos debían dormir juntos, Minho dijo que él quería una cama para el solo y JeongIn dormiría con Jungwon. Obviamente estás solo habían sido excusas para hacerlos dormir juntos, esos niños eran de armas tomar.
Sonrió, tenía que recordar agradecer esa jugada. Ver a Jungkook dormir se había convertido en su actividad favorita, estaba seguro que si existiera una competencia de admirar al pelinegro el sería el ganador y por mucho. Eran aproximadamente las tres de la madrugada, no había podido dormir, pero no le molestaba porque frente a él estaba un profundamente dormido Jungkook. Sus mejillas estaban acolchadas por la almohada haciandolas ver más gorditas aún. Su cabello negro caía sobre su frente llegando hasta sus cejas, sus labios estaban ligeramente abiertos dejando escapar algunos suspiros.
¿A quién debía agradecerle la maravillosa vista que tenía? ¿A los padres de Jungkook? ¿A Dios? ¿Al destino? Por si las moscas le agradeció a los cuatro, porque en ese momento su corazón latía rápidamente como si hubiera estado corriendo una maratón, las abejas habían decidió tomar su estómago como su hogar porque últimamente no se iban nunca de ahí. Las abejas no se iban porque Jungkook era su miel y el estómago de Yugyeom su colmena, la pura existencia del chico las mantenía con vida, las hacia bailar, estaban felices viviendo ahí, viviendo por Jungkook.
Su mano tembló ansiosa por tocar aunque sea un poco de la piel del chico dormido frente a él. Lentamente acercó su mano acariciándole la mejilla libre, sus dedos solo lo rozaron, pero ese roce basto para que su recibiera descargas que lo recorrieron de pies a cabeza. Si Jungkook supiera todo lo que le hacía sentir, si Jungkook supiera como podía cambiar su día tan solo existir, si Jungkook supiera como su corazón latía cada vez que lo escuchaba reír, si tan solo Jungkook supiera que él era la miel de su colmena.
Suspiró. ¿Cambiaría en algo si sus sentimientos fueran revelados? ¿Jungkook le correspondería ? Estaba intentando hacer lo posible por conquistarlo, había dejado de molestarlo, bueno, al menos había dejado de molestar un poco. Hacia comentarios indirectos esperando que tomaran dirección y Jungkook los entendiera, pero ¿Eso era suficiente? ¿Jungkook estaba entendiendo todo lo que su corazón le quería decir? Porque hasta el momento el pelinegro se comportaba igual, sin duda habían dejado de pelear como en el pasado, pero a decir verdad su relación no había durado mucho. Esto ponía nervioso al rubio, nunca se había interesado en alguien como lo había hecho con Jungkook y aunque intentará acercarse parecía que el chico había puesto una barrera para no dejarlo entrar.
Suspiró nuevamente está vez mirando el techo, porque estaba seguro que si seguía mirando a Jungkook no podría dormir jamás. Su cuerpo reaccionó y se puso de pie cuando sintió un sonido en la cocina, empezó a caminar con cuidado pensando que podrían ser los niños, aunque ellos siempre avisaban cuando se levantaban de noche así que descarto esa idea. ¿Podría ser un ladrón? Eso era un poco más razonable así que tomo un zapato, aunque no era muy amenazante para defenderse. Camino a paso firme y se dió cuenta que la luz de la cocina estaba encendida, bien no podía ser un ladrón porque eso sería muy estúpido de su parte y hasta el momento no sabía si los fantasmas podían encender luces.
Al entrar se encontró con Minho dándole la espalda mientras colocaba un vaso en uno de los muebles.
—¿Minho? ¿Que haces despierto?— preguntó mirándolo desde el umbral de la puerta. El adolescente no se giró a mirarlo y parecía nervioso, ahí fu cuando Yugyeom notó que estaba intentando contener los espasmos que su cuerpo tenía— ¿Pasa algo?
—No pasa nada— respondió sin mirarlo.
Se acercó a él para poder mirarlo, el adolescente seco rápidamente sus lágrimas aunque esto fue inútil porque estás siguieron fluyendo empapando sus mejillas.
—Minho, ¿Que pasa?—preguntó preocupado. El chico no dijo nada y continuo llorando intentando no sollozar, Yugyeom hizo lo primero que su mente le dijo y lo abrazó, aunque Minho fuera un poco distante se aferró al cuerpo del mayor como si su vida dependería de eso.
—Tengo miedo— confesó escondiendo su cara en el pecho del rubio.
Yugyeom lo abrazó más fuerte— ¿Miedo de que? ¿Alguien te hizo algo?
—Miedo de ir a la escuela.
Yugyeom suspiró. La asistente social les había recomendado que buscarán escuelas para los niños, aunque Jungwon en realidad entraría a un jardin infantil por su edad. Los tres estarían en institutos diferentes, JeongIn no se veía tan nervioso y en realidad parecía ansioso por asistir, pero Jungwon y Minho eran diferentes. No estaba seguro si serían capaces de dejar a Jungwon en el jardín si este comenzaba a llorar, está casi seguro que lo tomaría en brazos y saldría corriendo de ahí. Minho tampoco sabía mucho como hacer amigos, era más bien reservado y Yugyeom creía que por ahí iba el miedo que este tenía.
—¿Que es lo que te asusta exactamente?— preguntó empezando acariciar su cabello para calmarlo.
—No se...quizás es todo. Nunca he convivido con chicos de mi edad, no sé cómo hacer amigos, tampoco asistí mucho a clases. Antes solo daba exámenes libres entonces nunca he tenido contacto real en la escuela. ¿Que pasa si no les agrado? ¿Que pasa si me molestan? ¿Que pasa si molestan a Jungwon o a JeongIn?
—Ey, cálmate un poco. En primer lugar, si alguien llega a molestarlos que empiece a rezarle al de arriba porque yo no los dejaría vivos— Minho río por el comentario— Y segundo, no te presiones, no es fácil hacer amigos más cuando no sabes en quien confiar. Mi único consejo es que dejes de alejar a todo mundo, si alguien quiere acercarse y ser tu amigo deja que lo haga.
—¿Y si esa persona me hace daño?— preguntó.
—Lloras. Tienes que aprender que hay personas buenas y malas, no siempre podrás distinguir bien entre estos. Quizás si te harán daño, quizás te romperán el corazón, pero eso es parte de vivir, tienes que vivir. Conocer personas de tu edad, hacer amigos y si te llegan a dañar siempre podrás venía a mi para protegerte.
Minho sonrió abrazándolo más fuerte, cerró sus ojos disfrutando de la sensación reconfortante. Luego sintió otros brazos que lo rodeaban y se encontró con Jungkook que le sonreía orgulloso.
—Tienes que confiar en nosotros y abrirte un poco más al mundo— le susurró Jungkook, Minho abrió los ojos para mirarlo y le sonrió— Si algo llega a pasar solo debes llamarnos y nosotros estaremos ahí para tí, estaremos ahí para tus hermanos.
—¿Y tienen alarma de incendios? ¿Algún protocolo por si hay un terremoto? ¿El patio de juego es seguro? ¿Y que pasa si se enferma? ¿A qué hora le darán de comer? ¿Cómo vamos a saber si de verdad lo tratan bien?
—Yugyeom, por favor cállate que me pones nervioso y estoy a dos segundo de arrepentirme y llevarlo de vuelta a casa— le reprochó Jungkook. El rubio hizo un puchero despreocupado.
El gran día había llegado y los tres debían partir a sus respectivos lugares. Al primero que dejarían sería al más pequeño, que se encontraba nervioso y apunto de llorar. Aunque en realidad de los cinco no se sabía quién lloraría primero porque todos estaban muy nerviosos al separarse.
—Muy bien, es hora de que pase— una señora les sonrió amablemente en la entrada extendiendo su mano para que Jungwon la tomara. El niño se abrazó fuertemente de la pierna del rubio.
—Ya ves, vámonos, no podemos dejarlo aquí— Yugyeom parecía apunto de llorar mientras le rogaba a Jungkook que no dejarán al pequeño en ese lugar.
Jungkook suspiró y se puso de cuclillas para estar a la altura de Jungwon— Mi pequeño bebé, se que estás asustado y yo también estoy muy asustado, pero tenemos que hacer esto.
—¿Me van a dejal aquí pol siempe?—preguntó haciendo un puchero.
—Claro que no, nosotros vendremos a buscarte apenas termines— le sonrió acariciando sus mejillas— Confía en mí, nunca te dejaríamos aquí, al terminar te llevaremos de vuelta a casa.
El niño se despegó de la pierna dudoso y tomó la mano de la que sería su cuidadora. Miró una última vez a su familia y se dejó guiar hacia dentro perdiendo de vista el exterior.
—Aún estamos a tiempo de entrar y llevarlo— susurró Yugyeom nervioso.
—No podemos hacer eso, aunque queramos— le recordó Minho quien se encontraba igual de nervioso.
—Por favor no hablen más que estoy a punto de llorar— pidió Jungkook que no mentía, porque sus ojos tenían retenidas algunas lágrimas.
Jungkook se dió cuenta que se les hacía tarde para dejar a los otros dos en sus escuelas así que se pusieron en marcha, aunque había tenido que arrastrar a Yugyeom de vuelta al auto recordándole que no podían traer de recuerdo a Jungwon por más que quisieran. Al llegar a la escuela de JeongIn este sonrió emocionado, al menos no sufrirían oír verlo triste en su primer día de clases.
—Recuerda ser obediente con tus profesores— pidió Jungkook besando su frente para luego abrazarlo.
—Y si alguien te molesta le das un buen golpe y le dices que tú padre tiene un arma que no dudará en usar— dijo Yugyeom.
—Eso no— le reprochó Jungkook.
Al final despedirse de JeongIn no había sido tan difícil, el niño entro con una sonrisa de oreja a oreja siguiendo a un profesor. Al final quedaba Minho que miraba nervioso a su alrededor, estaban en el auto aún ya que este les había pedido no bajarse.
—¿No quieres bajarte porque es vergonzoso que tus padres te dejen en la escuela?— preguntó Yugyeom.
—En realidad no quiero bajarme— susurró Minho.
—Minho...si no quieres hacerlo no vamos a obligarte, y si decides no hacerlo vamos por los niños también— le dijo Jungkook medio en broma medio en serio.
Minho sonrió— Si no están aquí cuando salga voy a llamar a la policía y acusarlos de abandono. Adiós.
Sin más se bajó del auto dejándolos con la palabra en la boca. Claramente nunca lo dejarían ahí, estaba dudando si esto era más difícil para los niños o para ellos, porque los que estaban a punto de llorar eran ellos.
—Voy a clasificar este día como uno de los peores de mi vida— suspiró Jungkook dejando caer su cabeza sobre el asiento del auto.
—Creo que somos los padres más patéticos de la historia, casi llore— río Yugyeom contagiando al pelinegro— Tengo hambre, no pude desayunar bien por los nervios.
—Yo también— confesó Jungkook.
—Bien, como pedí permiso hoy en la mañana paga esto, tengo tiempo libre así que te invito a desayunar— Jungkook asintió.
Había encontrado un trabajo para una empresa de hoteles donde se sentía muy a gusto, era el trabajo de sus sueños, además de que el sueldo era una maravilla, quizás podría convencer al menos que dejara su trabajo ya que al parecer los problemas con su compañero no habían sido resueltos. Aún Jungkook no le decía totalmente cuáles eran estos problemas, pero habían días que llegaba del trabajo casi llorando lo que lo tenía preocupado, pero no sé atrevía a preguntar más allá.
Compraron dos cafés y cuatro donas, pero decidieron comerlas en un parque que estaba ahí cerca, en realidad ninguno quería alejarse mucho del lugar donde los niños se encontraban por si pasaba cualquier cosa y los necesitaban. Se sentaron mientras comían, veían a la gente pasar sin conversar, aunque el silencio no fuera incómodo para ellos.
—Hay algo...que quiero preguntarte hace un tiempo— Jungkook interrumpió el silencio. Se giró para mirarlo y se dió cuenta que este estaba nervioso así que supuso que era algo importante.
—Soy todo oídos.
—No quiero que te lo tomes a mal, pero...me siento raro cuando me tratas así —confesó mirando el piso.
Algo en el interior de Yugyeom se estrujó al escuchar esas palabras ¿Estaba entendiendo mal?
—¿A qué te refieres?— preguntó nervioso.
—Es que...desde que llegaron los niños me tratas diferente y no sé si es por los niños, pero me hace sentir mal. No quiero que cambies solo porque están los niños...Me hace preguntarme si es que los niños se llegan a ir...tu cambiarias y volveríamos a lo mismo de antes...no quiero volver a lo mismo de antes.
Así qu esto era, esa era la razón por la cuál Jungkook estaba creando una barrera para mantenerlo lejos.
—Tengo miedo de que tú cambio de actitud sea solo por los niños, tengo miedo de que me trates así solo por ellos— susurró mirando aún el piso.
Jungkook pensaba que solo se comportaba así porque los niños estaban presentes.
—Jungkook...
—Dime la verdad, por favor, ya no quiero confundirme más y salir lastimado.
Tragó saliva. Es verdad, debía ser sincero si quería avanzar y quería hacer que Jungkook confiara en él, debía ser directo y tomar el camino correcto. Las abejas de su estómago le rogaban porque hiciera algo, necesitaban mantenerse cerca de su miel así que hicieron presión para que soltará las palabras que tanto había retenido en su corazón.
—Me gustas.
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