☁️8☁️
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Dos niños corrían por todo el local muy emocionados. Quedaban muy asombrados con cada útiles escolar que veían, querían llevárselo todo.
Habían aprovechado de que Heeseung y Jongseong estaban en la escuela para ir a comprar los útiles para más pequeños, Jaeyoon como empezaba primaria, tenían que comprarle ya una libreta, una cartuchera y los demás útiles, mientras que Jungwon iría al jardín, le tocó en la salita verde así que cuando tengan listas sus compras van a ir a retirar su guardapolvo y el uniforme de Jae.
En el camino los tres menores iban muy emocionados hasta que empezaron a ser dos porque Ki se había dormido en su sillita y Sunghoon lo estuvo cargando desde que bajaron del auto.
Jaeyoon había quedado encantado con una enorme cartuchera de chapa en la que tenía a todos los colores ordenados por tono. Jungwon admiraba las mochilas tan lindas que había, les gustaba mucho las que tenían forma de animalitos.
Mientras tanto sus padres sustitutos trataban de seguirles el paso.
—No se desesperen, vamos a comprar lo necesario y después iremos agregando cosas —Les habló el rubio.
—¡Hyung me gusta esta mochila!— Les dijo Jungwon mientras daba pequeños saltitos con un mochila con estampado de cactus—¿La podemos llevar?
—Sí — Sonrió Sunoo —Ponla en el carrito, Wonnie
—Creo que ya tenemos las cosas para Jungwon— Habló Sunghoon al ver que de un lado tenían la mochila, algunos materiales que les pidió la institución y del otro lado nada más tenían una cartuchera color azul cielo.
—Yoonie tienes que elegir tus cosas, te faltan dos cuadernos, la mochila..
—Me gusta esta — Mostró una mochila con distintas tonalidades de rosa que tenían estampadas caritas felices.
—Perfecto, ponla en el carrito, cariño—
El menor dejó muy feliz la mochila en el carrito mientras se alejaba para elegir los demás útiles.
Sunghoon no hizo más que ponerse de acuerdo y seguir su recorrido hasta terminar las compras.
El rubio cargó las dos bolsas en una sola mano para poder agarrar la mano de Jungwon con la otra y Sunghoon seguía cargando al ahora despierto Riki y con la otra mano desocupada tomaba la de Jaeyoon.
Llegaron al auto y los tres pequeños se fueron con el pelinegro para que él les pusiera el cinturón de seguridad mientras que Sunoo guardaba las compras.
—🛩️—
—¿A dónde vamos ahora?— Preguntó Jaeyoon confundido al ver que ese no era el camino para llegar a la casa de sus hyungs.
—Iremos a buscar a sus hermanos— Aclaró el rubio mientras volteaba para mirarlos.
Escucharon eso y los tres empezaron a dar pequeñas celebraciones.
Sunoo sonrió por lo tiernos que se veían, había veces en las que se impresionaba de la manera en lo que los hermanos se querían y se cuidaban, obviamente hay algunas peleas pero siempre terminan disculpándose con un abrazo. Él mismo lo vio.
Sunghoon estacionó cerca de la entrada de la escuela, fue cuestión de segundos para que se escuchara la campana tocar y se pudo ver qué una embestida de adolescentes salía de esa enorme institución.
—Ahí están— Señaló viéndolos a la primera.
Heeseung también los había visto, los saludó y se quedó esperando a su hermano y para cuando se encontraron le señaló a Jay en dónde estaba el auto y fueron directamente hacia ellos.
—¿Cómo les fue?— Preguntó Sunghoon mientras los volteaba a ver.
—Muy bien, los chicos me invitaron a una salida— Respondió sonriente mientras se acomodaba—¿Puedo ir? Irán a un parque por acá cerca.
—Claro— Le respondió el pelinegro y miró al otro pelinegro sentado al lado de Heeseung —Jongseong — Lo llamó—¿Cómo te fue a ti?
—Bien, como siempre— Respondió.
Eso para los mayores era como un pequeño avance, primero no les respondía nada, los ignoraba colocándose sus auriculares; la segunda vez solamente respondía un "bien" y ahora le agregó un "como siempre" contarían eso en su círculo de apoyo.
Sonará tonto pero ellos se emocionaban con cada pequeña cosa que hacían los chicos. ¿Tal vez eso era ser papá? No sabían cómo explicarlo, ni siquiera porqué de pronto sus corazones bailaban de felicidad, solo sabían que se sentía muy increíble y cada vez amaban más a esos chicos, aunque todavía quede un largo camino por recorrer.
Ya era hora de que todos se acostarse a dormir, pero Sunghoon se quedó jugando con Heeseung y Riki porque el menor no tenía nada de sueño, por otro lado, Sunoo estaba muy cansado al igual que Jungwon y Jaeyoon pero ellos querían que el mayor les leyera un cuento así que se sentó en su cama, quedando levemente recostado sobre la cabecera, con Jae de un lado y Wonnie del otro.
Trató de empezar a leer pero Jaeyoon ya conocía el cuento así que comenzó él a narrar todo el cuento mientras cambiaban de página.
—Entonces— Soltó un gran bostezo—El gatito blanco y el gatito gris adoptaron a cinco perritos abandonados
Los dos tenían una mirada cansada pero Yoonie pareciera que estaba luchando con el sueño y Jungwon ya se había dormido desde que su hermano empezó a narrar.
—Mmmh— Murmuró Sunoo con la mirada cansada mientras se recostaba levemente en la pequeña cabecita de Jungwon y acariciaba los suaves cabellos de Jaeyoon —Yoonie, tienes sueñito..
—No— Negó cansado—Después se fueron a pasear y después a dormir y después.. — Murmuró mientras iba cayendo en el sueño.
—Y después... — Le habló bajo el mayor.
—Vivieron felices para siempre.. Fin— Soltó mientras al mismo tiempo que Sunoo, quedaba completamente dormido.
Jongseong miraba desde la puerta, tenía el objetivo de ir por un vaso de agua pero se detuvo a escuchar como su hermano narraba esa pequeña historia.
Ese cuento se lo había leído junto a Heeseung una vez que el pequeño no podía dormir.
Cuando vio que Sunoo abrazaba de una manera protectora a sus hermanos, no iba a mentir, sintió que su frío corazón se volvía cálido por unos micro segundos.
Apagó las luces y se dispuso a ir por su vaso de agua.
Bajó y en la sala encontró otra escena, estaba el televisor encendido mientras se veía una caricatura. En el sofá se encontraba Sunghoon completamente dormido al igual que sus dos hermanos.
Heeseung estaba en la misma posición que el mayor, ambos estaban chocando cabezas con el pequeño Riki descansando en el medio y siendo abrazado por los dos.
Jongseong apagó todo y volvió a su habitación sin el vaso de agua.
Se recostó en su cama y se tapó, abrazó a una pequeña almohada que tiene cerca. Sentía que si la abrazaba de alguna manera estaba siendo protegido.
Comenzó a llorar, ni si quiera sabe el porqué de sus lágrimas, simplemente sentía una presión incómoda en su pecho, había veces en las que estaba cansado emocionalmente, se sentía muy solo y la desesperación de eso lo llevaba a liberar ese líquido de sus ojos.
Tal vez extraña a sus padres, es decir, es consiente de que no fueron los mejores padres o ejemplos a seguir, pero aún así no quita de que sean su papá y su mamá, todo el mundo comente errores, hay que darles una segunda oportunidad para que las personas modifiquen algo de su personalidad.
Él siempre trató de ser un excelente hijo, quería que sintieran orgullo de él y no iba a parar hasta escuchar que les llenaba de felicidad tenerlo como hijo, pero junto a sus hermanos lo único que recibió fueron palabras crueles desde que las cosas se pusieron difíciles para todos.
En la noche es en dónde más piensa esas cosas, piensa que no fue buen hijo para su madre y su padre, piensa que por su culpa están así, que solamente es una maldita carga, que todo lo hace mal, que nunca va a tener de vuelta el amor de mamá y papá. Está demasiado cansado de todo, hasta del mismo aire que inhala y exhala.
A veces ni él mismo sabe si está enojado o triste.
—🛩️—
—Ay que bonito te ves, Wonnie— Le dijo Sunghoon mientras veía al pequeño saltando emocionado con su guardapolvo verde puesto.
El menor estaba emocionado por su primer día en el jardín. Se encontraba desayunando con su hermano mayor y con Sunoo pero vio que Sunghoon aparecía con Jaeyoon vestido con su uniforme y fue a mostrarles.
—Jungwon ven a terminar tu desayuno— Lo llamó el rubio desde la cocina.
—Sunie hyung— Lo llamó Jae—Yo quiero mis galletas
—Están en el plato— Le señaló mientras se levantaba para servirle leche en su tacita de plástico.
De la nada apareció Jongseong agarrando un paquete de galletas de la estantería.
—Jongseong, ¿No vas a desayunar?— Lo miró Sunghoon preocupado porque el menor estaba algo pálido.
—No, estoy bien— Respondió—Iré en transporte, adiós
—Pero en un rato salen— Le habló Sunoo —Solo espera a que tus hermanos se laven los dientes y..
—Ahg— Se quejó—Me voy solo, deja de ser tan denso
El menor lo último que hizo fue voltear los ojos y salir dejando a los adultos bastante preocupados.
—Hyung ya terminé— Le dijo Jungwon mientras se levantaba de su lugar y lo sacaba de sus pensamientos.
—Ve a lavarte los dientes entonces, Wonnie— Le dijo el mayor—Jae, Hee traten de apurarse porque están llegando tarde— Miró el reloj en su muñeca—Y no hagan ruido porque Riki está durmiendo.
Los tres fueron directamente al baño para cada uno lavarse los dientes.
—¿Vas a prepararte el café ahora?— Le preguntó Sunoo a su esposo mientras lo veía lavar el vaso de café que siempre llevaba al trabajo.
—Sí, lo voy a tomar en camino al trabajo, no te preocupes— Le sonrió—¿Cómo vas a hacer hoy? Escuché que hablabas con Taehyun sobre de que ibas llegar un poco tarde
—Ah, sí, olvidé de decírtelo, creo que voy a llegar un poco tarde porque tengo que organizar algunas cosas con Tae
—Está bien, cariño ¿Y si intentamos hablar con Jay más tarde?.. Otra vez— Agregó.
—Sí, claro —Le contestó mientras se sobaba la parte de atrás del cuello.
—¿Qué te pasa?— Dejó su vaso a un lado y se acercó a Sunoo, tomando delicadamente con sus manos el cuello del menor mientras lo masajeaba.
—Sunghoon, están los chicos— Sonrió agarrando las muñecas del contrario.
—Pero si nada más te estoy tocando el cuello— Ambos rieron—¿Te duele?
—Sí, es por la posición en la que dormí, tenía esta parte apoyada en la cabecera— Sunghoon empezó a dar leves presiones intentando hacer masajes—¿Qué haces?— Le preguntó riendo.
—Un intento de masaje— Respondió de la misma manera—¿Está sirviendo?
—Sí, un poco— Admitió.
Ambos rieron y de a poco se fueron acercando hasta darse un beso lleno de cariño, últimamente no se besaban tanto como antes porque estaban los menores presentes y no podían mostrarles una faceta íntima para ellos, así que era solamente un piquito y ya, hasta ahora.
Hubieran seguido con los suaves movimientos de sus labios de no ser porque escucharon un Ugh, se separaron de inmediato y se encontraron con Heeseung aguantando la risa, Jaeyoon y Jungwon con cara de asco mientras que Jae cargaba a Riki, quien miraba asombrado y lo hacía ver demasiado tierno con sus cabellos desordenados y con su pijama de pingüino que Sunghoon le había comprado.
A Jaeyoon se le había olvidado la mochila en la habitación y el menor no se caracterizaba por ser silencioso.
—Que asco— Dijo Jae frunciendo el ceño.
—Los grandes son muy asquerosos ¿Por qué se besan así?
—¡Otro!— Gritó Riki—¡Otro beso!— Volvió a pedir mientras sonreía.
Los presentes miraron impresionados al menor y Sunghoon se aprovechó de la situación para volver a besar a su esposo y obtener el mismo Ungh de los dos niños, mientras Heeseung reía y un grito de emoción se escuchó por parte de Ki.
—¡Sí!— Gritó emocionado nuevamente el menor de todos.
—Ew— Expresó nuevamente Jaeyoon —Ya, hyung, llévanos a la escuela, no queremos ver eso
—Okey, ya— Dijo Sunoo alejando a su esposo—Ya es hora que se vayan— Se acercó a Jae para alzar al menor de todos que no tardó en aferrarse a él.
—Sunoo hyung— Lo llamó Jungwon.
—¿Qué pasa, cielo?
—¿Puedes venir?— Usó sus ojitos tristes para chantajear al mayor. Quería que fuera con él a su primer día en el jardín.
Ya conocía los chantajes de ese pequeño ser y no podía evitar caer completamente en ellos. Quería quedarse porque necesitaba terminar sí o sí unas combinaciones para una maqueta que Taehyun le había pedido.
—Por favor, ven— Le sonrió.
—Sí, yo también quiero que vengas, hyung— Se sumó Jae.
Los menores quería que sus dos hyungs los acompañen a su primer día. No lo decían pero quería mucho a sus padres sustitutos.
«Kim Sunoo, en la vida hay prioridades»
—Está bien, vamos.
—🛩️—
—Heeseung —Llamó el mayor antes de que entrara a la institución—Por favor me avisas por mensaje si ves a tu hermano.
—Sí, tranquilo, yo te aviso, Sunoo — Sonrió—Bien, voy a entrar, adiós.
Todos volvieron a despedirse entre ellos y Sunghoon arrancó mientras los más pequeños seguían saludando a su hermano mayor desde la ventanilla del auto.
Llegaron a la la escuela en la que asistirían Jungwon y Jaeyoon, era un lugar muy colorido, en los pisos habían distintos dibujos y juegos como la rayuela que estaban pintados con tiza de muchos colores y en las ventanas se podían ver distintos dibujos y proyectos hechos por los niños de ahí.
Estaban ya en frente de la puerta y a los infantes de pronto se les fue el entusiasmo y comenzaron a sentir mucho miedo al ver que los niños entraban sin sus papás.
—¿No quieren entrar, pequeños? —Ambos mayores se agacharon para verlos mejor.
—Tengo miedo de entrar— Los miró—¿Y si salgo y no están?—Les preguntó Jae asustado.
—¿Van a volver? —Preguntó esta vez Jungwon, tomando la mano de Sunghoon.
—Claro que vamos a venir por ustedes ¿Qué les hace pensar que no? —Dijo el pelinegro mientras acariciaba el cabello del niño.
—A veces los adultos mienten —Confesó el menor.
—Nosotros no mentimos—Habló el rubio —Vamos a venir a buscarlos ¿Sí? No se preocupen por eso
Se miraron entre sí y se lanzaron a abrazar a los mayores. Riki no tardó en unirse al abrazo y ser bien recibido.
—¿Nos vemos en la salida?— Preguntó Jae antes de ir entrando.
Los adultos asintieron y eso fue más que suficiente para que los pequeños entraran.
—Suerte, niños— Les dijo Sunghoon queriendo que por lo menos los niños les echen una última mirada.
Sunoo entró a su casa cargando a Riki, después de haber bajado del autobús, su esposo se había ofrecido a llevarlo pero si lo acercaba llegaba tarde al trabajo así que el menor le pidió dinero para poder pagar su transporte.
—Ki, estás en pijama— Miró que el pequeño todavía tenía su pijama de pingüino.
—Hyung también tiene pijama— Mencionó con su voz suave.
Sunoo se miró y comprobó lo que el menor dijo, había salido con una camisa suelta que era anteriormente de su marido, con unos pantalones sueltos y sus pantuflas de corazones.
Rápidamente una ola de vergüenza lo arrasó al imaginar la cantidad de personas que lo habían visto y se enojó con su esposo por no haberse dado cuenta tampoco.
Golpeó su frente con la palma de su mano en forma de reclamo y el menor imitó esa acción muy tiernamente.
—¿Tú no seas tan despistado, de acuerdo Ki?
—Oki doki— Sonrió.
El mayor le devolvió la sonrisa y como el pequeño ya no tenía sueño decidió adelantar un poco su trabajo mientras lo entretenía con distintas revistas y cajas que ya no necesitaba.
El rubio estaba pintando los pocos detalles que necesitaba su maqueta y ordenando los distintos colores y tonalidades que estaba usando en sus plantillas.
—Hyung ¿Puedo jugar con esa casita de muñecas?— Le preguntó Riki mientras se asomaba para ver el trabajo del mayor
—No es una casa de muñecas, cariño — Pintó el último detalle—Es una maqueta que tengo que entregar hoy así que no se toca ¿Entendido?
Riki asintió repetidas veces haciendo reír a Sunoo.
El pequeño no había prestado demasiada atención a algunos juguetes que había traído de su habitación o de las cosas que le dio el mayor. Se dedicó casi toda la mañana en mirarlo trabajar, era muy bonito, seguramente por eso papá Sunghoon se casó con él.
Una parte de él le decía que le diga papi pero tenía miedo de hacerlo porque a comparación de Sunghoon, Sunoo hyung solía ser un poco gruñón y no quería que lo regañara como aquella vez en la que por accidente rompió una de las casitas de muñeca que él hace.
—Sun hyung— Lo llamó.
—¿Qué pasa, Riki?
—Tengo hambre, ¿Podemos comer algo?
—¿Qué quieres comer?— El mayor se paró de la silla y fue despejando ya toda la mesa de su trabajo ya terminado.
—Galletas.
—🛩️—
Sunoo golpeaba duramente su rostro mientras se pasaba un poco de crema, Sunghoon siempre lo regañaba porque decía que se hacía daño.
Ya estaba a punto de terminar cuando el mayor entró por la puerta de su habitación tratando de cerrarla lo más delicada posible. Le había costado demasiado dormir a Jaeyoon, se la pasaba saltando de un lugar a otro mientras que sus hermanos ya estaban contando ovejas.
—Sunnie, no te pegues así en la cara— Se acercó agarrándolo de los hombros muy suavemente.
—¿Jae no se dormía?— Preguntó burlón ignorando el regaño de su marido.
—Sun, tenemos que empezar a darle leche caliente para que se duerma o buscarle alguna actividad para que esté cansado— Le habló casi con un tono de desespero que hizo reír mucho a Sunoo —La próxima lo vas a acostar tú.
El pálido mordió su labio inferior por aguantar su carcajada, los berrinches de su esposo no eran muy frecuentes y cuando lo hacía se veía demasiado adorable a pesar de ser muy grande.
Era como un enorme osito de goma.
—Ya osito— Soltó uno de sus apodos cariñosos—Nos iremos turnando
Terminó de pasar la crema por su rostro y fue directamente a la cama en dónde lo esperaba su peluche abrazable personal que tenía como esposo. Se recostó en el pecho de Sunghoon mientras que él abrazaba su cintura y con su mano libre tomaba la lívida mano de su esposo, juntando de alguna manera sus anillos de bodas.
Los latidos tranquilos del pelinegro eran música relajante para sus oídos, esa era su forma favorita de dormirse; con su esposo abrazándolo y él descansando sobre su suave cuerpo, aunque también le gustaba amanecer con tres pequeñines durmiendo sobre ellos con la excusa de que habían monstruos abajo de sus camas.
—Sunoo —Lo llamó mientras miraba el techo.
—¿Qué? —Preguntó casi en un susurró y con su voz adormilada.
—Te tengo que contar algo.
—Mañana —Se quejó y se aferró más al mayor.
—Sun, es en serio. El fin de semana vendrá mi madre con mi hermana —Por fin habló, los ojos de Sunoo se abrieron y se levantó de repente.
—¿¡Qué!? —Susurró en un grito.
—También viene el marido de Chaeyoung —Juntó sus dos dedos índices, gesto que caracterizaba a Riki cuando hacía una travesura.
—Sunghoon, tu madre y tu hermana me odian
—No digas eso —Le llevó un mechón de cabello atrás de su oreja.
—Tu madre una vez me dijo que mi comida sabía a veneno, tu hermana me dijo era muy grasosa y que ibas a terminar como una bola —Se cruzó de brazos.
—Y es mentira porque es deliciosa y muy sana —Acarició las mejillas de su esposo—Chae me escribió que tenía una noticia importante para darme —Insistió.
—Bien cariño —Se rindió—Pero por favor trata de que tú hermana no suelte uno de sus molestos comentarios.
—Sí, hablaré con ella no te preocupes —Le dio un beso rápido—Lo que sí, no le conté sobre los niños —Confesó.
A pesar de ser unas palabras simples que no tenían intención alguna de hacerlo enojar, Sunoo no pudo evitar mirar con furia a Sunghoon.
Ese tema se lo tomaba muy en serio, a penas ellos estuvieron de a cuerdo con lo de la adopción temporal ya le había contado a sus padres que lastimosamente no podían ir a conocer a los chicos porque vivían demasiado lejos y no había lugar suficiente para ellos durmieran.
—¿Cómo que no? —Lo miró con un claro enojo—Park Sunghoon, ya pasaron meses y yo le conté a mis padres a penas nos pusimos de acuerdo y hasta regalos mandaron ¿Cómo es posible que tú no le hayas dicho a tu madre?
—Lo siento, es que cada vez que intentaba hablarle me decía que estaba ocupada y no contestaba mis llamadas—Se defendió—Prometo que hablaré con ella ¿Sí?
—Oh —Lo miró con sus ojos entrecerrados—Por supuesto que lo harás. Deberías tomarte las cosas más en serio Sunghoon.
—Yo me tomo las cosas en serio, todo lo que hago contigo me lo tomo en serio, eres mi esposo.
El menor únicamente se alejó de su esposo para recostarse en su lado de la cama soltando un "Ajá".
—No te duermas enojado conmigo —Acarició la espalda del rubio pero éste quitó su mano—Sunnie —Lo llamó tiernamente.
—No estoy —Se tapó por completo con las frazadas solo dejando ver algunos mechones rubios.
El mayor estaba dispuesto a subirse encima de su pequeño esposo pero ese momento de pareja fue interrumpido por un pequeño niño muy energético mientras abría la puerta muy de golpe asustándolos.
Jaeyoon estaba envolviendo a sus dos peluches con sus pequeños brazos y estaba dando pequeños saltos mientras recibía las miradas dormidas de los adultos.
—¿Jae qué...?
No dejó terminar al mayor, fue corriendo hasta la cama y de un saltó ya estaba en el medio de ellos.
—¿Hyung, jugamos? —Sonrió.
—Cariño, mañana tienes colegio y es tarde. Ya tendrías que estar dormido.
—Pero quiero jugar —Dio un saltó en la cama y los mayores suspiraron.
—Cariño, ve a calentar la leche —Le habló Sunoo a su esposo.
Después de que Sunghoon haya preparado en la taza de leche algo caliente, cuando volvió se encontró con la tierna escena de Jaeyoon durmiendo abrazado a Sunoo quién también estaba dormido.
Al final Sunghoon se terminó tomando la leche.
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