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—🛩️—


No tardaron mucho en mudarse, la casa ya estaba pintada y en excelentes condiciones pero seguramente Sunoo con el tiempo la decoraría a su gusto.

En lo que sí no sé pudo resistir fue en la habitación de los niños, le fue preguntando a la señorita Bae cuáles eran las cosas favoritas de los pequeños, tales como colores, juguetes o algún dato que le la pueda dar para hacer de esa habitación un espacio en dónde se sientan cómodos.


Se enteró que a Jaeyoon gusta dibujar, a Jungwon amanecer con el sol y que a Riki le gustaba dormir mucho, así que él junto a su esposo, bueno, más que nada Sunghoon, Sunoo solo dio la idea.

El mayor tenía unos contactos y pudo ponerse de acuerdo con un amigo para que le pudiera dar una cama que ya no era ocupada; era estilo litera, la diferencia era que en vez de abajo tener una cama, tenía un escritorio con el espacio suficiente y por supuesto tenía una escalera cómoda para que Jaeyoon pueda subir y bajar, al costado izquierdo, en donde iba a dormir Riki era en dónde la luz del sol casi ni llegaba así que podía dormir tranquilo y por último está la cama de Jungwon que se encuentra al costado derecho; en frente hay una ventana con unas cortinas para que el pequeño se pueda despertar con la luz del día.


Cuando ya las camas estaban armadas y pintadas, Sunoo comenzó a decorar toda la habitación. En la parte de Jae decoró con distintos tonos de blanco y beige, las frazadas de su camita eran de un color azul cielo con estampado; para decorar colocó peluches de perritos porque le habían contado que al menor le encantaban, abajo, en su escritorio había agregado unas libretas y distintos lápices de colores para que pudiera dibujar y si le antojaba hacerlo a la noche, tenía una lámpara que le alumbraba lo suficiente.

En la parte de Jungwon, Sunoo había puesto todo con tonos de azul y naranja, la frazada era de color naranja claro con manchas de un tono más oscuro y para que la cama no quedara tan triste, le agregó dos peluches. También se había encargado de elegir una almohada súper suave y cómoda, cerca de la cama colocó una luz de noche por si el pequeño tenía sueños malos.


Por último en la parte de Riki tenía tonos oscuros. La cama tenía el mismo diseño que la Jungwon, su acolchado era de un morado oscuro y tenía pequeñas líneas de un color café, también tenía peluches de gatitos encima de la cama.

Debajo de la ventana se encontraban unas cajoneras cada una de un color distinto para que los niños puedan distinguir cuál le pertenece a quién.


—Ah — Suspiró, su cara junto a sus manos estaba manchadas de pintura —Ya terminé — Se dijo a sí mismo.

—¿Sun? — Llamó su esposo entrando a la habitación—Oh, que lindo, cariño.

—¿Te gusta? — Lo miró y el mayor no pudo evitar morirse de ternura al verlo todo manchado de pintura —Mira, aquí en la madera dibujé unas perritos y juguetes, en la parte de Jungwon pequeños cactus y en la parte de Riki gatitos — Dijo señalando cada parte.

—Está hermoso, cielo.

—Es porque usé platillas — Confesó mostrando unas plantillas de los dibujos que estaban en la madera.

—Ay Sunoo, pero que engaño.


—Sabes que dibujar no es mi fuerte — Se excusó —¿Cómo quedaron las habitaciones de Jongseong y Heeseung?

—Ven a verlas.


Sunoo fue entusiasmado a ver las habitaciones, él no tenía pensado algo súper "wow" porque Jongseong y Heeseung ya era adolescente, tal vez no les gustaba que le anden organizando las cosas, así que simplemente se limitaron a poner lo necesario como una cama, estantería y un escritorio. Así en las dos habitaciones.


—Están perfectas.

—¿Seguro? — Le preguntó el mayor —¿No quieres agregarle algo?

—No, ellos ya son grandes y lo más seguro es que odien que le decoren la habitación — Le hizo una mueca —Para cuando vengan, les preguntaremos como las quieren, por ahora dejemos todo así.

—Bien, mañana iremos a buscarlos.

Los dos estaban con una mezcla de emociones, tenían miedo, felicidad, emoción y nervios.

—Sí, mañana ya vienen — Murmuró el menor mientras movía nerviosamente sus manos.

—¿Estás nervioso?

—Demasiado.


—🛩️—


—¿Ya tienen todo preparando para mañana? — Preguntó Heeseung mientras le colocaba el pijama a Riki.

—¡Sí! — Dijo alegre Jungwon mientras sostenía su bolsa, que era en dónde tenía sus pertenencias.

—Wonnie no hagas eso — Le dijo Jongseong mientras buscaba algo —Ahg — Se quejó — Hee ¿Viste mi celular?


—Aquí — Sacó el aparato de su bolsillo —Te lo guardé para que los peques no te lo toquen.

—Gracias — Dijo alargando la "A" —Yo ya tengo todo preparado.

—¿Le preparaste las cosas a Ki?


Los más grandes se habían dividido las tareas, Heeseung tenía que organizar todas sus cosas y las de Jungwon, Jay las suyas y las de Riki, mientras que Jaeyoon quiso organizar su ropa solo porque ya era un niño grande.


—Sí, su bolsa está aquí junto a las demás.

Cada uno de los cinco tenía una bolsa de consorcios en dónde estuvieron guardado su ropa, habían ido recolectado ropas que eran donadas y por su puesto las prendas que eran de su pertenencia.


—Perfecto — Dio un pequeño aplauso—Pequeños ya vamos a dormir.

—Habla bien, Heeseung — Se quejó el adolescente.

—Yo te hablaba así cuando eras pequeño — Bromea

—Como sea, buenas noches.


En esa casa, en que estuvieron algunos meses los cinco dormían juntos en una cama grande, igualmente la habitación no era tan amplia por lo que se les dificultaba pasar por los costados.

Habían pasado por varias casas en estos últimos meses y no eran su hogar soñado pero por lo menos tenían un techo y comida. Las personas que ahora los estaban cuidando eran dos señores totalmente malhumorados, se la pasaban quejándose todo el tiempo.


Heeseung les estuvo ayudando en las tareas de la casa, lo tenían como si fuera un Ceniciento como le decía Jaeyoon, Jongseong le daba una mano cada vez que lo mandaban a hacer tantas tareas, luego se sumaban los otros tres pequeños y terminaban haciendo todo ellos cinco.


—Por fin nos vamos de este lugar feo — Dijo Jae mientras se recostaba

—Sí y nos iremos con otros desconocidos, genial.

—No empieces con tu humor, Jongseong — Lo regaña el mayor.

—¡Ya duérmanse, mocosos!— Gritó el hombre que los cuidaba junto a su esposa.


Por el fuerte grito no pidieron evitar encogerse entre las mantas para luego verificar de que el hombre no viniera a regañarlos.

 —Viejo ermitaño — Habló entre dientes


Heeseung no se durmió hasta que todos sus hermanos estuvieran en el quinto sueño.



—🛩️—



—¿Cómo se sienten?— Preguntó la señorita Bae a la pareja

Ambos no supieron que responderle, habían estado con ese torbellino de emociones desde ayer, simplemente no las podían controlar, tenían tanto miedo pero a la vez estaban tan felices.

Estaban dentro del auto, mientras miraban la casa en dónde se encontraban los chicos. Ya era hora de ir por ellos así que el matrimonio junto a la asistente social salieron del auto, llegaron hasta la entrada y tocaron la puerta. Tardaron cinco minutos en abrir, era un señor que ya se veía algo mayor.


—¿Qué quieren? — Gruñó —No aceptamos caridad.

—No, no, señor — Habló Bae —¿Me recuerda? Soy Bae Joohyun la asistente social de los niños.

—Ah sí, pasen — Les dejó el paso —Que bueno que por fin eligen a estos mocosos, son un dolor de cabeza.


Sunoo y Sunghoon se miraron extrañados, les sorprendía que ese hombre tenga tanta valentía de hablar así de los niños en frente de la asistente social.


—¡Heeseung levanta las porquerías de tus hermanos! — Refiriéndose algunas ropas de Jaeyoon que había olvidado guardar.

—Ya voy, ya voy — Habló un chico pelinegro mientras levantaba rápidamente las ropas de su hermanito.

—Heeseung — Lo llamó Bae


Levantó la mirada y se encontró con la asistente social, que ya conocía y con dos hombres, a la primera vista se les hizo una pareja muy encantadora.

—Hola.

—Hola, Heeseung — Saludó amable Sunoo

—Dejen que les avise a los demás y..


—¡Heeseung! — Lo llamó una voz femenina—¡Ven a ayudarme a lavar los platos!

Este suspiró y volteó los ojos—Ya voy, señora— Dejó la ropa en un rincón de un sofá y fue hasta la cocina.

—Okey, yo tomaré las pertenencias de los niños y las llevaré al auto — Dijo Bae mientras tomaba las bolsas en dónde se encontraban las ropas de los pequeños—El señor Chae los va a llevar a ver a los demás niños.


—Síganme, por acá está su habitación.

Los tres subieron hasta que llegaron a una puerta, el señor Chae la abrió y se encontraron con otro pelinegro que estaba recostado en la cama y escuchaba música.

—Hey, Jongseong — Lo llamó y el menor lo miró con una expresión no muy amigable —No me mires así, mocoso, saluda — Vio que tenía puesto calzado arriba de la cama—¿Qué te dije sobre los pies en la cama?


El muchacho gruñó molesto—Hola — Dijo con fastidio y volvió a mirar su celular.

—Tengan cuidado con este — Le habló a Sunoo y Sunghoon —Se creé la gran cosa.


Salieron de la habitación y se dirigieron a un patio pequeño, en dónde jugaban tres niños.

—Ahí están los más pequeños — Señaló el hombre —Los dejo para que los conozcan.

Los veían jugar de manera tierna, los tres estaban sentados en una pequeña calesita para niños pequeños, Jaeyoon, quién tenía una paleta en la boca, cargaba a Riki mientras ayudaba a Jungwon a mover el volante haciendo que el jueguito gire.


—Deberíamos acercarnos — Le dijo susurrando Sunoo a su esposo.

—Sí, pero recuerda que tenemos que ser sutiles — Respondió con el mismo tono.

—¿Cómo nos acercamos entonces?


—Jae ¿Quiénes son? — Se escuchó una voz infantil, que provenía de Jungwon.

—Ay mierda — Susurró bajo el rubio —Okey, amor, vamos

Ambos se acercaron despacio a los niños, quienes los miraban con algo de miedo, menos Riki que ya los había conocido.


—Hola pequeños


—¿Quiénes son? — Preguntó de nuevo Jungwon.

—Yo soy Sunoo

—Y yo soy Sunghoon — Miró al pequeño que estaba en el regazo de Jaeyoon —Hola, ¿Te acuerdas de nosotros, Riki?

—Hola — Saludó sonriente el pequeño

—Y.. ¿A qué juegan?


Preguntó con el deseo de que los infantes les respondan con una oración más larga, pero no terminó siendo así porque habían visto a su hermano mayor salir hacia el patio y fueron corriendo para esconderse atrás de él. Fue tanto el acumulo que tuvo Heeseung que casi se termina cayendo por los pequeños bracitos de sus hermanitos buscando cariño.


—Venía a decirles que ya está todo listo — Dijo mientras mantenía el equilibrio.

Ambos asintieron y vieron a los menores irse.



—🛩️—



Abrieron la puerta de la casa y los chicos fueron pasado de a orden.
Los menores miraban todo a su alrededor, la casa era muy linda, estaba ordenada, cuidada y daba la sensación de que era un lugar seguro.


—Linda casa — Dijo Heeseung para romper el silencio

—¿Ustedes son millonarios?— Preguntó Jaeyoon —Porque esta casa es muy grande — Estaba mirando de arriba a abajo cada rincón.


—No — Se ríe el pelinegro—Nos pagan bien en nuestros trabajos pero no es que seamos millonarios — Contestó algo nervioso y su esposo al notarlo, habló.


—Bien — Dijo el rubio —¿Quieren ir a ver sus habitaciones?

Heeseung respondió con un amable "Claro", Jongseong alzó los hombros y los más pequeños se emocionaron y comenzaron a repetir "" varias veces, mientras saltaban.

Los menores seguían a sus padres sustitutos como pequeños campistas siguiendo a sus instructores. Llegaron a la habitación que iba a ser para los niños más pequeños, al ver la habitación los tres enloquecieron y no les tuvieron que decir cuál era el lugar de quién porque Jaeyoon  fue directo a ver el escritorio, Jungwon fue a recostarse en la cama con frazadas naranjas y Riki se fue a la última, mientras miraba cada uno de los peluches. Sus ojitos brillaban al ver cada detalle de la habitación.


Los hermanos más grandes, estaban cada uno apoyado en cada lado del marco de la puerta. Heeseung miraba maravillado también, le encantaba ver a sus hermanos felices y Jongseong sintió estremecerse por un momento al ver el empeño y cada detalle que le pusieron a la habitación.


—¿Puedo poner mi ropa aquí? — Preguntó Jungwon mientras señalaba un armario que estaba dividido en tres partes.

—Claro, cariño, luego organizamos en dónde poner su ropa ¿Sí?

Jungwon asintió con una sonrisa y fue a ver los demás rincones de la habitación junto a sus hermanos. Ahora era el turno de ir a ver las habitaciones de los adolescentes.


—Las habitaciones de ustedes son algo simples, como la nuestra — Confesó el más alto

Los dos les estaban hablando desde a fuera mientras veían a los chicos recorrer cada uno en su habitación. Las habitaciones eran vecinas así que se les hacía fácil verlos a los dos.

—Pero pueden arreglarla como quieran — Dijo Sunoo —Si quieren la pintamos o..

—Tranquilo señor Sunoo, está bien así — Lo calmó el menor —Gracias, es muy linda la habitación.


Ambos estaban a punto de formar una sonrisa pero fueron interrumpidos por Jongseong.

—Yo quisiera cambiar algo.

—¿Qué te gustaría cambiar, cariño? — Habló el rubio nervioso

—Jongseong — Corrigió, no iba a permitir que un par de extraños lo llamen con apodos —Y.. ¿Tienen pintura negra? Me gustaría pintar las paredes, odio el blanco — Frunció el ceño en forma de disgusto, sus expresiones llegaban a asustarlos, era demasiada seriedad.


—Sí, por supuesto, Seong— Le dijo Sunghoon antes de ser interrumpido.

—Jongseong —Corrigió nuevamente—Odio los apodos.


Y nuevamente Sunghoon se sintió intimidado, un hombre de treinta y cinco años se sentía amenazado por un adolescente de catorce.

—Bien, Jongseong, mañana veré si en mi trabajo tengo pintura negra.

—Okey.


Sintió a la mirada de su hermano por poco quemándole el perfil, así que se dedicó a mirarlo y el mayor le hizo un gesto y ya sabía a lo que se refería.

—Gracias — Dijo como si no tuviera ningún tipo de emoción. Les dedicó una última mirada y se encerró en la habitación dando un portazo un poco fuerte.

—Lo siento — Se disculpó el mayor de los hermanos —Él por lo general no es así.

—Descuida, lo entendemos.

—Así que.. ¿Hee? — Le preguntó el pelinegro porque había escuchado a los hermanitos pequeños llamarlo así

—Ah, sí— Sonrió —Es mi apodo, Jong se acostumbró a decirme así desde que era pequeño y bueno, se quedó — Hizo un mohín con su boca —Iré a guardar la ropa de los niños.


—No te preocupes, nosotros los íbamos a ir a ayudar — Hizo un gesto con sus manos para detenerlo—Tú puedes ir a guardar tu ropa.

—No, no — Eso por poco había sonado como una súplica —Yo los ayudo, no se preocupen.


Vieron como Heeseung iba rápidamente a la habitación de los niños y escucharon unos gritos de felicidad cuando el mayor entró.

Definitivamente no iba a ser fácil, pero harían y darían todo para que esos chicos fueran felices o bueno, por lo menos durante el periodo en que estén con ellos.

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