Era una noche tranquila, al menos por unos momentos, hasta que un suave pero creciente llanto comenzó a llenar la habitación. Izuku, exhausto por el día, apenas había podido cerrar los ojos cuando sintió el tirón en su camiseta. Inko, su bebé más llorona y sensible, estaba despierta de nuevo. Su pequeña mano se aferraba con fuerza a su camisa, y las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas antes de que el primer sollozo saliera de su boca.

Izuku: Inko... no, no, por favor, pequeña, es muy tarde... susurró Izuku con un suspiro, tratando de calmarla sin mucho éxito.

Inko, aferrada a él como si su vida dependiera de ello, empezó a llorar más fuerte, despertando poco a poco a los demás bebés. Yoshiko fue la primera en unirse al coro, seguida por Yuriko y Rin, hasta que parecía que una ola de sollozos había barrido toda la cama.

Izuku se sentó, intentando calmar a Inko mientras veía cómo los otros comenzaban a agitarse.

Izuku: Está bien, estoy aquí, no llores, no llores... dijo en un susurro mientras intentaba balancearla, pero cada vez que intentaba acostarla, ella lloraba aún más fuerte.

Justo cuando el caos parecía inevitable, la cama de al lado se movió revelando a Rem, con su cabello ligeramente desordenado por el sueño, se acercó en silencio. A pesar de la hora y el alboroto, su rostro mostraba una calma habitual.

Rem: Izuku-sama... parece que Inko ha vuelto a despertar, dijo Rem con suavidad, acercándose a la cama, haciendo que Izuku lo mirara cansado sintiendo culpa por despertarla.

Izuku: Lo siento, Rem. No quería despertarte, pero... Inko no me suelta y ahora ha despertado a los demás, Rem sonrió con dulzura mientras se acercaba a Yoshiko y Yuriko, que ya empezaban a llorar con más fuerza.

Rem: No tienes que disculparte, Izuku-sama. Estoy aquí para ayudarte. Déjame encargarme de ellas, dijo mientras tomaba a ambas en brazos y comenzaba a mecerlas con suavidad.

Izuku: Gracias... pero Inko... no sé qué hacer con ella. No me deja ni un segundo, dijo Izuku, mirando a la pequeña, que seguía llorando en sus brazos, para Rem ver a la pequeña quien estaba aferrada con todas sus fuerzas a Izuku.

Rem: Inko solo necesita sentirse segura contigo, a la mejor tuvo una pesadilla, intente acostarla sobre usted, hablo con tranquilidad a lo cual Izuku asintió, aunque sabía que Inko no era fácil de calmar, la abrazó más fuerte, susurrándole palabras suaves, pero la bebé seguía llorando, aferrada a su camiseta con tanta fuerza que parecía que no lo dejaría ir nunca.

Izuku: Shh, tranquila, Inko. Estoy aquí, papá está aquí... murmuraba Izuku, pero el llanto no cesaba, y a la par Rem logró calmar a Yoshiko y Yuriko, que empezaban a dormirse de nuevo en sus brazos. Las colocó cuidadosamente en su cama en un espacio donde pudieran dormir y luego se acercó a Rin, que también comenzaba a relajarse.

Rem: Inko es una niña muy sensible, pero tenle paciencia, se calmara, dijo Rem con ternura mientras volvía a atender a los otros bebés.

Izuku: Lo sé... pero a veces es agotador. No puedo hacer nada sin que ella me reclame, admitió Izuku, mientras intentaba acostarse con Inko aún pegada a su pecho. 

Rem, que ya había colocado a varios bebés en su cama, observó a Izuku con una sonrisa comprensiva.

Rem: Es normal que te sientas así... Tienes mucho sobre tus hombros, pero recuerda que no estás solo, Izuku-sama... Yo siempre estaré aquí para ayudarte, hablo con tranquilidad para Izuku asintie, sintiendo una ola de gratitud hacia Rem, aun así, Inko seguía llorando suavemente, y parecía no tener intención de soltar a su padre.

Izuku: Gracias Rem por apoyarme, hablo para Inko jalarlo con mas fuerza, siendo visto por Izuku y Rem

Rem: Quizá si la mantienes junto a ti toda la noche, se tranquilice, sugirió Rem mientras colocaba una manta sobre Haru y Taki.

Izuku, aunque agotado, se recostó lentamente, manteniendo a Inko cerca de su pecho. La pequeña, aún sollozando, comenzó a relajarse, acurrucándose contra él.

Izuku: Está bien, Inko. Papá no se irá a ningún lado, susurró Izuku, acariciando su cabecita mientras la bebé, poco a poco, dejaba de llorar.

Con Inko finalmente más calmada, el resto de la habitación volvió a un silencio suave, interrumpido solo por el sonido de la respiración tranquila de los bebés que ya dormían, Rem, viendo que la situación estaba bajo control, se acercó a Izuku.

Rem: Parece que lo has logrado, ahora intenta descansar, Izuku-sama, yo vigilaré por si alguno de los otros bebés se despierta, hablo tambien acostandose con algunos bebes en su cama a lo cual Izuku sonrió cansadamente, pero con gratitud.

Izuku: Gracias, Rem... Eres increíble... No sé qué haría sin ti, hablo ya cerrando sus ojos mientras Inko lo seguia de cerca solo temblando con miedo epro durmiendose igualmente.

Rem: Descansa, Izuku-sama. Yo estaré aquí, como siempre.

Con Inko dormida y aún aferrada a él, Izuku cerró los ojos, sabiendo que, aunque cada noche era una lucha, al menos no estaba solo. Y con Rem a su lado, podía superar cualquier desafío, incluso las noches más difíciles.

El sol ya estaba en el cielo cuando Izuku finalmente salió de casa, agotado pero decidido. Las noches con los bebés lo dejaban exhausto, pero nunca perdía su motivación. Sin embargo, esa parte de su vida privada era un secreto bien guardado. Nadie en U.A. sabía de Rem ni de los bebés, y quería mantenerlo así. 

Hoy iba a una clase especial de apoyo técnico, algo que le entusiasmaba, ya que siempre admiró el trabajo de los desarrolladores de equipo de héroes, cuando llegó frente a la puerta del taller, se tomó un momento para respirar hondo, recordaba a Mei mas de lo que quisiera, aun sentia su espalda y cintura hecha trizas, suspiro para golpear a la puerta, pero no hubo respuesta, decidió abrirla él mismo.

Se escucho del otro lado para Izuku ser aplastado por la puerta dejandolo en el piso aplastado como cucaracha.

Izuku: ¡¿Qué rayos...?!, gritó Izuku, aturdido, mientras trataba de quitarse la puerta de encima.

Inmediatamente, una figura salió entre el humo, con una sonrisa radiante y llena de emoción.

Mei: ¡Oh, genial! ¡Estás bien! ¡Qué suerte que estabas justo ahí para probar la resistencia de la puerta!, dijo la chica de cabello rosado y gafas, ¡Soy Hatsume Mei, por cierto!, hablo mientras Izuku por fin se quitaba la puerta de acero... ahora comprendia porque de la puerta.

Izuku: E-eh, gracias... supongo, pero ya nos habiamos presentado, hablo para ella quedarle mirando, para Izuku recordar la ultima vez que vino con Iida y Uraraka, soy Midoriya Izuku... No esperaba... una entrada tan... explosiva, dijo, forzando una sonrisa.

Mei soltó una carcajada, claramente disfrutando del caos.

Mei: ¡Las mejores ideas siempre vienen con una explosión! anunció orgullosa. ¡Ven, quiero mostrarte mi último invento! ¡Te va a dejar alucinado!

Izuku apenas estaba procesando todo cuando otra voz familiar habló desde el fondo del taller.

Melissa: Izuku, ¡no esperaba verte aquí!, dijo Melissa Shield, con una sonrisa cálida, era bueno ver una cara y una sonrisa que no indicara una eminente explosión.

Izuku: Melissa, qué sorpresa verte aquí respondió Izuku, sonriendo. Sí, vine para estar con ustedes por el intercambio y pues... mejorar mi traje, quitandose el polvo, aunque no esperaba... esto.

Melissa rió suavemente, claramente acostumbrada a las excentricidades de Mei.

Melissa: Sí, Mei puede ser un poco intensa, pero es brillante... Estoy segura de que entre las dos podemos ayudarte a mejorar tu traje, comentó Melissa, lanzándole una mirada tranquilizadora.

Izuku se sintió más relajado con su presencia, pero antes de poder responder, una tercera persona apareció, esta vez una chica de cabello verde pálido y orejas puntiagudas. Su expresión era nerviosa, y parecía incómoda por la situación.

???: Ah, lo siento por la explosión... Estaba trabajando en una reacción química y... bueno, no esperaba que fuera tan volátil, hablo una voz suave, casi avergonzada.

Izuku no la conocía, pero su apariencia y la mención de "reacción química" le hicieron darse cuenta de que debía ser otra genio en el taller. La chica parecía muy distinta a Mei y Melissa, más reservada.

Izuku: Oh, no te preocupes. ¿Estás bien?, preguntó Izuku, tratando de ser amable. ¿Y tú eres...?

La chica levantó la vista, ajustando sus gafas con nerviosismo.

Sucrose: Soy Sucrose. Trabajo aquí en la sección de apoyo, especialmente en el área de química y biotecnología. Lo siento por el desorden... mis experimentos a veces... no salen como planeo, dijo, aún un poco avergonzada, solo pensar que fue causa de Mei y ella se le vino la imagen de un pelicenizo a la cabeza... tal vez no estaria tan lejos de la clase A como creia.

Izuku: Mucho gusto, Sucrose. Soy Midoriya Izuku, respondió él con una sonrisa, tratando de romper el hielo, ¡Química y biotecnología suenan increíbles! No sabía que U.A. tenía a alguien como tú trabajando en eso.

Sucrose se ruborizó un poco ante el cumplido, pero asintió tímidamente.

Sucrose: Sí, me gusta pensar que mis experimentos pueden ayudar a los héroes de alguna manera. Aunque... todavía estoy perfeccionando algunas cosas, murmuró.

MeI: ¡Exacto!, interrumpió Mei, Sucrose es increíble cuando se trata de mezclar reacciones y alquimia con mis invenciones. ¡Hacemos un gran equipo explosivo!, ¡El equipo Dinamita!.

Izuku sonrió nerviosamente, recordando la puerta volando hacia él. No podía negar el entusiasmo contagioso de Mei, aunque también era un poco preocupante.

Melissa, siempre más calmada, dio un paso adelante.

Melissa: Bueno, ahora que ya estamos todos aquí, ¿por qué no nos centramos en mejorar tu traje, Izuku? Podemos hacerle algunos ajustes interesantes con las ideas de Mei y Sucrose, sugirió ella, mostrando su habitual actitud práctica.

Izuku: Sí, me encantaría escuchar lo que tienen en mente, cualquier cosa que me ayude a ser más eficiente como héroe es bienvenida.

Mei: ¡Perfecto!, exclamó Mei, encendiendo una serie de máquinas con un brillo en los ojos, haciendo que Izuku sienta que ya firmo su sentencia de muerte, ¡Prepárate para alucinar, Midoriya! ¡Esto va a cambiar tu traje por completo!

Izuku, aunque algo nervioso por lo que vendría, estaba emocionado por las posibilidades. A pesar de las explosiones y el caos inicial, se sentía afortunado de estar rodeado de personas tan talentosas y apasionadas por su trabajo. Entre Mei, Sucrose y Melissa, sabía que su traje recibiría mejoras increíbles.

Izuku caminaba tranquilamente hasta llegar a cursos generales, hasta que decidio entrar, encontrandose con Komi.

Izuku: ¿Puedo acompañarte?, pregunto con una sonrisa, para Komi sonrió tímidamente y asintio, sentándose frente a élla para sonreirle poniendola nerviosa.

Izuku comenzó a comer su sándwich mientras la observaba. La luz del sol entraba por las ventanas, creando un ambiente cálido y acogedor.

Izuku: ¿Cómo ha ido tu día hasta ahora?, preguntó Izuku, tratando de iniciar una conversación.

Komi bajó la mirada, sintiendo que su corazón latía un poco más rápido. En lugar de responder con palabras, decidió sacar su cuaderno de notas. Abrió la página en blanco y escribió rápidamente: 

Komi: "Las clases han sido largas.", escribio poniendo su cuaderno frente a ella.

Izuku: Entiendo... A veces las clases pueden ser un poco tediosas, dijo, sonriendo,Pero al menos ahora es hora de almuerzo.

Komi sonrió de nuevo, sintiendo que el ambiente se relajaba. Mientras Izuku seguía hablando sobre sus clases y proyectos, ella se concentró en escribir en su cuaderno. Con cada línea que escribía, se sentía más cómoda a lo cual respondio: 

Komi: "Estoy feliz de estar aquí."

Izuku:¿Siempre tienes un cuaderno a la mano?, preguntó Izuku, notando su cuaderno.

Komi asintió lentamente, todavía un poco tímida, y escribió: 

Komi: "Sí, me ayuda a expresar mis pensamientos." Luego miró a Izuku, esperando que él comprendiera su mensaje.

Izuku: Eso es genial, dijo él, asintiendo con comprensión, A veces, es bueno tener un lugar donde plasmar lo que sientes.

Komi sintió una oleada de gratitud por su comprensión. Mientras él hablaba, ella continuó escribiendo:

Komi:  "Izuku es muy comprensivo." Se sintió un poco avergonzada, pero le gustaba que él la escuchara.

Izuku: ¿Puedo ver lo que escribiste?, preguntó Izuku, con curiosidad, poniendo en alerta roja a la chica, quien borro y reescribio.

Komi:"Es solo algo de la clase."

Izuku continuó hablando sobre un proyecto en el que estaba trabajando. Mientras lo escuchaba, Komi escribió: 

Komi: "Es bueno tener amigos que te apoyen." Sin querer, sus ojos se iluminaban al verlo hablar con entusiasmo.

Desde el pasillo, Mina Ashido, que había decidido no salir a la hora de almuerzo y caminando a su lado su amiga Toru Hagakure quienes vieron a Izuku y Komi juntos, sus ojos se abrieron con sorpresa y emoción.

Mina: ¡Mira eso!, susurró Mina a su amiga, mientras se asomaba por la puerta del aula ¡Izuku y esa chica parecen estar muy cercanos! ¿Acaso son novios?. Mina observó cómo Izuku sonreía y cómo Komi, aunque tímida, parecía disfrutar de su compañía. La idea la hizo sonreír. 

Toru: ¡Esto es tan romántico!, exclamó, sin poder contenerse, volvió a mirar a la pareja desde la distancia, su mente corriendo con posibilidades. 

Mina: ¿Debería decírselo a los demás? ¡Tendremos que hacer una celebración!.

Mientras tanto, en el aula, Izuku y Komi continuaron conversando. El timbre sonó, interrumpiendo su momento. Ambos se miraron, un poco decepcionados de que su tiempo juntos hubiera pasado tan rápido.

Izuku: perdón por no venir el viernes es que tuve un problema, *Todos los de contaduria me querían matar* dijo Izuku, con una sonrisa genuina, recordando la corretisa  los dormitorios de todos los chicos pisandole los talones.

Komi asintió, sintiendo que cada encuentro con él era especial, mientras se levantaban y se preparaban para regresar a clase, ella sonrió al recordar lo agradable que había sido su conversación.

Desde el pasillo, Mina salió corriendo para reunir a sus amigos, ansiosa por compartir la "noticia" de la relación entre Izuku y Komi.

Mina: ¡No puedo creer que Izuku tenga novia! Esto va a ser genial! pensó, emocionada por los chismes que iba a crear en torno a ellos.

Komi y Izuku, ajenos a las especulaciones, continuaron sonriendo mientras caminaban hacia su próxima clase, sintiendo que la conexión entre ellos se fortalecía con cada pequeño momento compartido.

Y ya de aquí en adelante será todo al azar