Lucifer y Vel despiertan sin sentir el calor y el olor de sus únicas dos humanas favoritas a mitad de la noche, miran al rededor y ellas no están, pero no pueden haber ido muy lejos, sino las cadenas tirarían de Vel arrastrándola como cada vez que tiene un berrinche y Claire se sube a la moto y arranca llevándola a las rastras, y menos que menos dejarían a su minino Luci.

Las encuentran durmiendo en una de las habitaciones con una gran cama, se escabullen en el espacio en medio de ambas, a Vel no le hace falta dormir tanto y ya no tiene sueño ciertamente, pero disfruta de la compañía de las dos, bueno últimamente, ya que no siempre ha soportado a Claire. En teoría y la práctica la única que soporta tal tormento sin quejarse es Sofía, pero eso es solo porque siempre la ha amado en silencio y si creyera en alguna otra cosa que no fuera su fé, diría que lo decretó sin duda alguna.

—No las despertemos, bola de pelo.

El gato asiente, entiende perfectamente el idioma de los humanos, pero entiende aún mejor otros dos idiomas que lleva escuchando desde hace milenios con el que Vel a veces le habla.

Vel se acomoda en medio de ellas con sumo cuidado, es Claire quién la abraza primero dormida y se pega a ella dejando su nariz en su cuello, la demonio piensa que seguro la confunde con Sofia, pero pronto se da cuenta de que no es así, ya que Claire no puede quedarse callada ni dormida.

—Hueles bien... Vel —pega sus labios a su cuello y le deja un beso suave—, pareces un ángel —ahí fue el insulto luego las caricias en su vientre que la tensaron y pensando que quizás de lo hace a propósito o no está tan dormida, escucha un ronquido.

Sofía es quién buscando calor también se le pega del otro costado y hace lo mismo que Claire, ahora tiene su cabeza firme mirando al techo, ya que ambas se han acomodado entre sus hombros y su cuello. Sofía se le pega y aspira profundo su aroma, pero no hace nada más, siempre es la más prudente de las dos.

La demonio no entiende como dos humanas le hacen latir tan fuerte sus dos corazones, porque sí, los angeles y demonios tienen dos corazones a cada lado del pecho, no entiende a que se debe esto, solo en sus inicios había sentido este tipo de empatía por estás escorias humanas con las que a Dios les gusta jugar, pero esto no es como la empatía que alguna vez tuvo, es algo más, algo que ciertamente no le gusta sentir, porque solo significa una cosa, ellas están haciéndola un poco más humana y la debilitan.

Eso quiere decir que no querrá matarlas cuando tenga la oportunidad y no puede darse ese lujo, tiene que deshacerse de ellas y volver al infierno. Ni siquiera debería haber aceptado hacer esta travesía en primer lugar, sino que tendría que haber tomado la primera oportunidad —que fueron varias—, para deshacerse de ellas, aunque Lucifer sería claramente otro obstáculo con el cual lidiar, es bola de pelo cona que ahora también se lleva bien.

—Bola de pelo, quítate que necesito salir de aquí.

Lucifer se quita refunfuñando por haberlo despertado de su sueño y su comodidad. Ella se quita despacio para no despertarlas y sale desesperada afuera tomando una bocanada de aire, intentando calmar los acelerados latidos de sus corazones. Llegan a ella recuerdos que había bloqueado hace tanto que no recordaba —valga la redundancia— que los tenía.

—No, no quiero, no quiero —se lleva una mano al pecho y siente sus corazones latir demasiado acelerados—. No quiero recordar que se sentía amar, no quiero.

—¿Estás bien? —una mano le toca el hombro y ella se asusta volteando rápidamente— Perdón, te asusté.

—Claro que no, soy un demonio, los demonios no se asustan.

—Está bien —Sofía le da una mirada comprensiva, finge creerle y la peli blanca finge que le cree, que le creyó—. Me desperté y no estabas, pensé que había pasado algo.

«¿Acaso notó mi ausencia? ¿De verdad me extraña? Sí, Sofi excepcional».

—Estoy bien.

—¿Me permites acercarme?

La mira curiosa, suspirando asiente y Sofía se le pega en un abrazo. Vel no entiende porque la muestra de cariño tan repentina, tampoco comprende por qué la estrecha entre sus brazos y por qué sus corazones se van calmando poco a poco al tenerla cerca. Suspira finalmente separándose de manera lenta de ella y se mete de nuevo a la casa, agradece que la humana no haya dicho algo más y le diera su espacio.

—¿A dónde fuiste anoche? —le pregunta Claire mientras desayunan.

—No tengo porque darte explicaciones.

—¿De verdad vamos a retroceder al casillero de inicio, Vel? —la peli blanca desvía la mirada sin responderle— como quieras —dice Claire claramente molesta—, idiota —se levanta y sube a cambiarse.

—Sé que necesitamos descansar y habíamos hablado de quedarnos un día más, pero creo que lo mejor es continuar con el viaje, creo que mientras antes nos ayuden con este problema, mejor.

Sofía levanta una ceja al escuchar "este problema" ¿Desde cuando estar las tres juntas es un problema? Bueno últimamente, no es "un problema", la castaña asiente con un claro gesto de disgusto, lava y guarda lo que quedó del desayuno subiendo callada.

—¿Qué? ¿Qué hice ahora? —le habla al gato, que la una mirada y jura que negó con la cabeza, para subir junto a ellas— Genial, ahora los tres me odian.

Suben a la moto, a la cual le añadieron un módulo para que fuera Vel más cómoda y para llevar algo de equipaje. Las tres van calladas, el viaje a la siguiente parada dónde pasaran la noche es por demás incómodo.

Lo que no imaginaron es que las cosas no siempre resultan como uno quiere, sino como deben de ser. El lugar al que llegan es una casa de paso que le recomendaron los pueblerinos, pero les advirtieron que solo era para quedarse en el día, ya que en la noche pasan cosas extrañas.

—¿Paramos acá? —pregunta Sofía con Lucifer entre sus brazos.

—Creo que es lo mejor, estoy agotada llevo manejando más de cinco horas y la moto necesita un descanso también.

Ninguna habla o le pide opinión a Vel, ni siquiera en el inicio eran así, ya que Sofía al menos intentaba entablar conversación o hacerla sentir parte de esto, pero que estén enojadas se nota.

—Pero en el pueblo dijeron que solo era recomendable hospedarnos en la mañana.

—Lo sé, pero el siguiente poblado está a hora y media, no creo que sea buena idea acampar en este bosque, no me da buena espina y tampoco siento que sea muy seguro seguir avanzando.

—Yo creo lo mismo —dice hablando Vel, ambas la ven y asienten bajando las cosas calladas.

«¡¿Cuánto más van a seguir molestas conmigo?!».

Tocan la puerta y una mujer mayor les abre la puerta con una sonrisa, si no fuera por la poca luz dirían que hasta se ve algo macabra.

—Bienvenidas, pasen, las estaba esperando.

—¿Nos esperaba?

—Claro, en el pueblo me avisaron que tal vez tendría huéspedes hoy. Ya preparé sus habitaciones —dice la mujer y le cierra la puerta a Vel y Luci en la cara que maulla enojado afuera— ¿El gatito es suyo? —dice con algo de desagrado—, lo lamento pero no se permiten animales.

—Okay, no hay problema, nos vamos —dice Claire e intenta ir hacia la puerta, pero la mujer se interpone—. No dejaré a mi gato afuera, él nunca duerme lejos de nosotras y sino quiere que maulle toda la noche, creo que esta vez podría hacer una excepción.

—Creo que no entienden una cosa —señala un cartel— "bienvenidos, si entran ya no pueden salir" —las chicas se miran y miran a la mujer—. No sé que hacen con un demonio y esa quimera que tienen de mascota, pero ya están adentro, las invité a pasar y ustedes entraron por voluntad propia ¿Saben hace cuanto que no me alimento? —sus dientes se tornan afilados y su boca babea, la mujer olfatea el aire— Una virgen —se saborea—, oh creo que hace años no pruebo una y —vuelve a oler a Sofía—... mmm que curioso —sonríe.

Ambas escuchan como el maullido de Luci es ahora un rugido y una sombra rodea la casa intentando entrar, ambas suponen que es su mascota desperado por intentar ingresar, también escuchan a Vel, tratando de tirar abajo la puertas y ventanas.

—No se preocupen tendremos privacidad, la casa tiene buenas protecciones, no son los primeros seres sobrenaturales que caen en mi madriguera.

La bruja se transforma rápidamente en una enorme y desagradable araña, con sus enormes patas y cola, pero con cuerpo de mujer, varios ojos y brazos. Claire se coloca frente a Sofía protegiendola con su cuerpo.

—Que interesante —dice con una voz distorsionada—, ustedes se aman, lo veo claramente ahora —dice esbozando una sonrisa y su boca llena de dientes, babea mientras habla—, eso es perfecto, los sacrificios de amor le dan otro sabor a la carne.

Se abalanzan contra ellas que sin más opciones corren, pero Sofía la detiene.

—¿Qué pasa?

—Si esta es su madriguera, y nos adentramos mucho, nos perderemos y si nos perdemos, no seremos capaces de encontrar jamás la salida y eventualmente nos atrapará y nos matará.

—Bien, bien —se soba la frente—, tienes razón —mira hacia un costado los esqueletos con marcas de dientes que se acumulan y toma dos espadas de entre los restos—, espero que recuerdes nuestras clases de pelea con espadas. Espero que la madre superiora jamás lo sepa, pero ahora digo que ella tenía razón en darnos las inútiles clases de pelea con espadas —la madre superiora estornuda de repente en su oficina, siente un escalofrío y dice "Constantine"—. Entonces ¿Cuál es nuestra estrategia?

—No es capaz de producir calor y necesita vivir en un medio caliente, por eso tiene el horno cerca de la entrada, tenemos que atacarla y llevarla hacia el.

—¿Cómo Hansel y Gretel?

—Sí.

Comienzan a correr, mientras sienten que la asquerosa enorme araña viene detrás de ellas y afuera siguen escuchando los golpes desesperados por ingresar de ambos. Se meten a una habitación llena de capullos, e intentan no respirar el hedor que las inunda.

—Sof —ella la mira—, si hay alguna posibilidad de que alguna salga, vete —intenta refutar pero Claire se pega a ella y la besa—. Me gustas desde hace tiempo y te amo, desde hace más. Si puedes sobrevivir hazlo, perdón por meterte en esto, debí seguir manejando.

Toma su mano y sin dejarla responder salen corriendo, sienten las patas de la araña acercarse a ella y el chillido furioso de esta cosa tras ellas, por lo general le toma menos de 5 minutos devorar sus presas, si es que no se pone a jugar con la comida.

La casa se estremece y ellas aprovechan la distracción de la bruja-araña para atacarla y cortar tres se sus patas, a lo cual el bicho cojea y pega un alarido horrible de dolor.

—Me las pagarán, exorcistas de poca monta, sobre todo tú, Constantine.

Como puede se abalanza contra ellas, que extrañamente se sienten cada vez más débiles y cansadas como si llevarán días corriendo.

—No, no Sofía, no te duermas.

—Estoy tan cansada —se recarga sobre una de las paredes cayendo.

—Sofi, no me hagas esto —los golpes afuera son cada vez más fuertes y sacuden la estructura, ellos están peleando por entrar, mientras ellas luchan por salir—. No podré seguir adelante, Sof, no sin ti.

Claire se enfoca y extiende su protección a Sofía, la había estado usando para proteger a ambas, pero no puede mantenerla sobre las dos, solo hay para una y no es ella misma quien se elije. Toma la espada, esconde a Sofía detrás debajo de una manta, la besa por última vez.

—Te amo. Vive Sofi, eres la mejor de las dos.

Se encamina a enfrentar a la bruja que en este momento no le importa si es una o dos, las quiere muerta y si logra atrapar a una para alimentarse, podrá comerse luego a la otra y subir la barrera de protección antes de que tiren su madriguera abajo. Claire corre, logra esquivar los ataques y se protege con un escudo, se siente muy cansada lucha por mantenerse despierta, logra a duras penas incrustar su espada debajo de la araña, pero no antes de recibir la picadura de la misma en su pierna, una sombra negra le saca de encima el arácnido y Vel le pregunta desesperada donde está Sofía, ella temblorosa le señala el pasillo y una puerta, Sofía camina despacio a verlas tambaleándose.

—¡Tenemos que salir de aquí! La madriguera va a colapsar con la bruja muerta ¡Lucifer! —la sombra va tomando forma, toma a Claire con cuidado entre sus fauces y Vel abre sus alas para sacar a Sofía—. Está muriendo —dice Vel al ver la picadura en su pierna— solo hay una forma de salvarla —saca un cuchillo—, hace demasiado que no hago esto.