En la combi ninguna habla, el viento entra por las ventanas rotas, Anastasia no quiere soltar a su compañera, y las demás miran a Claire y Sofía alejadas de ellas.

—Les salvamos la vida, putas ingratas de mierda.

—Hicieron un pacto con un demonio.

—¿Pacto? Encadenamos nuestras almas por la eternidad, creo que un pacto lleva sus beneficios, y acá no se está cumpliendo o sí, cobardes de mierdas.

—Había opciones.

—¡¿ENCERRAR EL ALMA DE SOFIA CON EL DEMONIO?! Son unas... —Claire se les quiere abalanzar y Sofía las detiene.

—Mejor vayan calladas y quédense lejos de nosotras —les dice Sofía suspirando y sacándose la capucha.

Todas bajan rápido del vehículo en cuánto tocan el Priorato.

—Gracias —les dicen Anastasia y su compañera al bajar.

Solo logran caminar un par de metros, antes de ser jaladas por las cadenas invisibles que las unen. El Priorato tiene protecciones puestas y por eso ningún demonio puede entrar. Suspiran y se sientan en el banco de afuera de la oficina cerca de la puerta de entrada, para esperar a la madre superiora. Sofía mira a Claire, sabe que ella podría haberse salvado, no fue comprometida, pero decidió ser la carcelera de la demonio con ella.

—¿Por qué lo hiciste? —le pregunta al fin solas—, no estabas comprometida y podrías haberte salvado.

—Somos un equipo, Sofía, no iba a abandonarte —le dice la otra a su lado suspirando y llevando su cabeza hacía atrás, mirando al techo— ¿Qué hubieses hecho si yo estaba en tu lugar?

—Probablemente lo mismo, luego me hubiera enojado contigo por tener que hacerlo, no te hablaría por una semana —Claire se ríe—, y te diría que tenemos que ir por tu tío para que nos diga como deshacernos de ella y el pacto.

—Bueno, tendremos que saltarnos e ir derecho a la última parte ¿Crees qué puede escuchar lo que hablamos? —ven ambas por la ventana y Vel les saca a ambas el dedo medio—. Es una imbécil y yo ya llené ese cupo en este equipo, nos hará la vida imposible, tendremos que tomar turnos para dormir —suspira agotada.

—No es cómo si pudiera matarnos mientras dormimos o nosotras a ella.

Un portazo las hace salir de sus divagaciones, y es la madre superiora que está de verdad furiosa, ambas se miran, y ya saben lo que les espera. Se sientan frente al escritorio las tres están en completo silencio mirándose.

—De Claire se espera este tipo de cosas, es más si me hubieran dicho que ella se encadeno a un demonio, e hizo un pacto, Dios hasta si tenía un intercambio de energía sexual con una súcubo, ni siquiera me hubiera sorprendido. Pero Sofía, de ti esperaba mucho más, por eso te elegí para ser la niñera de esta —mira a Claire—, zopenca ¿Cómo es que ambas acabaron siendo la niñeras de un demonio de grado 8?

—Bueno es una historia interesante —la hermana levanta una ceja, saca un vaso y whisky, se lo sirve y se lo toma— ¿Era retórica, verdad?

—Ahora dos de mis mejores exorcistas, están atadas por voluntad propia a una demonio ¿Al menos saben el nombre?

—Nos pidió que le digamos Vel —responde Claire con algo de inocencia y Sofía se da una face palm.

—Vel ¿Y qué harán ahora? ¡Pijamadas y ver una película las tres mientras se trenzan el cabello! —trata de respirar y calmarse— El único con los conocimientos para ayudarte es tu tío —le dice a Claire—, y aunque ese zángano idiota, no me agrada, como casi nadie de tu familia —ella sonríe—, excepto tu difunta madre —la castaña suspira—, él puede ayudarte mejor. Aparte de que no dejaré que un demonio entre al Priorato y arriesgar a las demás. Esto es lo único que puedo darles para el viaje —saca un fajo de billetes y lo deja en el escritorio—, irán de civiles, dejen sus hábitos, pueden ser acogidas en las parroquias con estás identificaciónes —le extiende dos pases— y pueden llevarse una de las motos, no puedo hacer más por ustedes.

—Ella dijo que nos mandó anoche para quitarnos y destruir el artefacto ¿Sabe algo, madrecita?

—¿Qué insinúas, Constantine? Me llamó el párroco y uno de los exorcistas desesperado. Si hubiera sido una trampa jamás las hubiera mandado.

La madre superiora sale dándo un portazo, ellas se levantan y la puerta vuelve a abrirse entrando de nuevo, la mujer abraza a cada una y les hace la señal de la cruz, luego tomándolas de los hombros les reza una oración de protección y se marcha.

—Se hace la dura, pero me quiere.

—Claire, de verdad tienes que aprender a quedarte callada —le dice Sofía exhausta.

Anastasia y Jesamine, quién fue poseída, les preparan la moto así emprenden el viaje, una multitud sale a desperdirlas afuera y les entregan un bolso y ropa más abrigada para el viaje. La madre superiora las observa desde un costado, Claire alza la mano para despedirse y ella no le responde y se mete al Priorato.

—Entre todas les hicimos una lista de números y direcciones dónde pueden encontrar a nuestras familias y amigos que pueden darles refugio —dice la rubia.

—Triangulé el último lugar dónde ha estado tu tío —le dice Jesamine.

—No vas a necesitarlo, sé dónde está el imbécil —le dice Vel—. Oigan a la que posei está bien buena —le mira el trasero y le da un golpe, haciendo que de un respingo.

—¡Deja de ser tan degenerada! —le grita Claire a la demonio y Jesamine la mira—, no es a ti, la demonio te dió una nalgada, dice que estás buena —eso provoca que la mujer se ruborice.

—Gracias, por todo —Sofía toma la lista y la guarda.

—Gracias a ustedes por salvarme —le dice Jesamine y las abraza, Claire le responde el abrazo dándole dos palmadas y sacándosela de encima—. Tengan cuidado.

Claire se sube de piloto, y Sofía atrás, ambas se despidieron y tomaron rumbo a los Angeles, dónde está Jhon Constantine.

—¿Y dónde hay espacio para mí? —dice Vel haciendo puchero y se sube entre Claire y Sofía— ¡Los Angeles, aquí vamos! ¿No están emocionadas? Yo estoy tan emocionada, vamos a conocer tanto, hice un tour para que hagamos, nos vamos a divertir tanto, terminaremos siendo Best best friends.

Claire mira a Sofía y suspira, definitivamente el viaje con la demonio no va a ser fácil, por decir lo menos. Antes de arrancar toman al gatito que una de las chicas le estuvo cuidando y lo coloca adentro de su chaqueta dónde se acomoda.

—No iré con esa cosa peluda, demonios y gatos, no es buena combinación.

—Bien, como quieras, tampoco hay lugar para ti en la moto.

Arranca y las cadenas invisibles tiran de ella llevándola a la rastras por el camino.