13 Castigo y su primera vez
Claire llegó de aventon, con dos ramos de rosas, los pies reventados de haber caminado tanto y una expresión culpable, quiso abrir la puerta del domo pero estaba con llave, dio la vuelta y las vio a ambas desnudas medio tapadas, había pétalos de rosas por el suelo, velas también, golpeo el vidrio, Velvet se levantó adormilada desnuda y cerró las cortinas mientras ella seguía golpeando. Pero Claire no desistió y siguió golpeando la puerta delantera. Su lema siempre ha sido el que tenga miedo a morir que no nazca.
—¡Ya para! —abre Sofía enojada.
—Amor por favor, perdón, lo lamento yo...
—Teníamos preparado todo para ti, rentamos este lugar, pusimos petalos, velas, música —dice hastiada— y lo arruinaste, y no es la primera vez. Duerme afuera, Constantine —cierra de un portazo y vuelve a abrir, para ver a Claire de rodillas—. Toma para que te tapes, y usa el auto —le tira las llaves—, ni se te ocurra volver a golpear o te golpearé la cabeza.
—Me golpearás con amor —sonríe.
—Nunca sabes cuando es mejor callarte ¿Verdad?
—Deja que me dé un ducha, por fa... —le cierra la puerta en la cara— vor. Soy una idiota, me lo merezco —ve los ramos en sus manos y los deja en la mesita exterior, con una nota.
Lo lamento, tienen razón en enojarse. No me tomo a ligera nuestra relación, solo soy un asco recordando fechas especiales, hasta me olvido de mi cumpleaños. Perdón, las amo.
Se sube la parte de atrás del auto y se acuesta acurrucada, haciendo una bola como almohadas tres prendas de ropa de Vel y Sofía. "Idiota" se dice a si misma antes de dormirse.
La mañana llega y la contractura también, ve la puerta del domo abierta y los ramos de flores que no están, entra despacio y ve a Sofía abraza a Vel mientras cocinan, no puede evitar sonreír mientras las ve ¿Puede amarlas más? Sí, definitivamente.
—Buenos días —dice y las risas se cortan.
—Buenas —responden ambas—. Ahí tienes tu desayuno —le dicen dándole la espalda—. Nosotras ya desayunamos.
—Gracias.
Se sienta a comer en silencio mientras las ve ir y venir, conversando, tendiendo la cama, recogiendo las velas y barriendo los pétalos de rosas. Ve todo lo que ellas habían preparado y una punzada de culpa le estruja el corazón, lo que tanto viene deseando al fin iba pasar y ella lo arruinó. Están enojadas y no se lo harán fácil, lo sabe. Necesitará más que un ramo de flores y unas disculpas para que la perdonen.
—Iremos a caminar, date una ducha como querías —le dice Sofía pasándole por la lado. No hay besos de buenos días, como no hubo de buenas noches, suspira y agacha la cabeza—. Volveremos en un rato.
Se fueron y volvieron en un rato, mucho rato al decir verdad para darle tiempo a Claire de reflexionar y eso hizo, tanto que ni siquiera comió esperándolas, cocinó y se sentó esperando que ellas volvieran, pero la comida se enfrió y ella aunque que quiso no pudo probar bocado, simplemente el hambre no hacía acto de presencia, pero la angustia de no saber cómo arreglarlo estaba a la órden del día.
Frustrada dejó la mesa servida, y se levantó para ir a nadar al lago, antes que temperatura bajará, no tenía derecho a reclamarles nada y no lo hizo, pero eso no evitaba que ella se sintiera mal por haberlas estado esperando, sabía que la había cagado y esto la perjudicaba más a ella, porque ha deseado estar con ellas desde hace tiempo.
Se sacó la ropa y se metió con la ropa interior negra al lago, no es el conjunto de encaje que tiene hace tiempo guardado para la ocasión, pero no le queda mal, se toma el cabello en un moño y se mete aunque siente el agua fría, nada hasta una roca que parece flotar en medio del agua, se suba y masaje su cuello adolorido. Solo se da cuenta del tiempo cuando el sol comienza a ponerse y vuelve nadando a la orilla. Llega al domo y las ve sentada afuera, que se acercan a ella con el ceño fruncido.
—¿¡Dónde estabas?!
—Fui a nadar al lago —le pasa a Sofía por al lado para entrar a darse un baño caliente.
—¡Estábamos preocupadas!
—Perdón, de nuevo.
—Pensamos que algo te había pasado, llegamos y vimos la comida fría, ni siquiera habías comido y temimos lo peor —dice Velvet.
Claire comienza a desvestirse delante de ellas quedando en ropa interior, dobla la ropa usada y la deja a un lado para tomar una toalla, está cansada, durmió mal y le duele el corazón y el cuerpo, no quiere pelear con ellas ahora.
—Solo las esperé, no tenía hambre para comer sola.
—Debiste dejar una nota —dice Sofía—, diciendo a dónde ibas.
—Tienes razón, lo lamento. Otra cosa por la que tendrán que perdonarme —intenta pasar pero Sofía se interpone—. Por favor solo quiero bañarme, si quieres vuelvo a dormir en el auto, solo deja que me bañe —se aparta.
Claire se mete bajo el chorro de agua caliente, y con los ojos cerrados, se masajea el cuello, y los hombros hasta que siente unas manos ajenas hacerlo por ella.
—¿Ahí te duele? —pregunta Sofía.
—Sí —dice en un susurro y comienza a aplicarse el shampoo.
—¿Por qué no has comido?
—Las esperé.
—Pero sino llegamos debiste comer algo.
—No tenía apetito, simplemente mi estómago se cerró.
—¿No tienes hambre ahora?
—No, solo quiero acostarme a dormir y ya.
—¿De verdad solo quieres dormir? —pasa sus manos adelante y toca sus pechos— Estábamos enojadas —sigue tocándola besando su cuello— deseamos tanto estar contigo, desde hace tiempo —muerde su cuello—. Juegas con nuestra paciencia.
—Lo lamen...
—Sh —cierra el agua—. Nos pones celosas siempre hablando tan amablemente con cualquier mujer. No me gusta ser posesiva, pero se te olvida a quiénes perteneces.
—Siempre les hablo sobre ustedes.
—No nos importa. Solo deja de ser tan amable con todo el mundo.
Baja una mano por su estómago probando el límite de Claire, pero ella no le impide seguir y sumerge su mano en su intimidad, Claire se aferra con fuerza a uno de sus brazos y la pared.
—No vayas a venirte aún, Vel, nos espera afuera.
La toma de la mano y ambas salen desnudas, empapadas, ven a la rubia platinada de ojos azules que las espera con una gran sonrisa, desnuda solo tapada por una bata traslúcida larga blanca que no deja nada a la imaginación. Se deshace de ella a medida que camina para besar a Claire, la pega a ella algo posesiva, turnándose con Sofía, entre ambas la llevan a la cama y la acuestan en el medio.
Claire siente algo de ansiedad, no es miedo lo sabe, con ellas se siente segura, y por supuesto que siente deseo, mucho deseo por ambas.
Se turnean entre una y otra para besarla, tocarla, morderlas, saborear su intimidad, graban en sus mentes sus gemidos, ven como sus manos se aferran a las sábanas, como su cuerpo se encorva, como muerde su labio inferior al sentir el placer inundar su ser, ambas sienten que está bien dilatada, se tomaron su tiempo en prepararla.
—Lo haremos entre las dos ¿Estás de acuerdo?
—Sí, sí, solo háganlo.
Vel coloca el pulgar sobre su clítoris hinchado y lo masajea sin adentrarse con su otro dedo en su entrada, la provoca.
—Pídelo con amabilidad, amor —Claire la mira frunciendo el ceño y Vel dibuja una media sonrisa de suficiencia.
«Vete al carajo, Velvet». Piensa.
—Por favor, amores, háganme el amor por primera vez, tomen de mí lo que es suyo.
—Me encanta.
Dice Velvet y junto a Sofía hunden un dedo cada una en Claire que se aferra más fuerte a las sábanas, primero se tensa y luego por los movimientos suaves, logra relajarse y comenzar a disfrutar, entre besos cada una de cada lado, atrapa gemidos de Claire, la besan la muerden y la marcan, hasta saciarla. No se ocupan entre ellas, hoy el momento es de Claire, aunque si se vinieron solo dándole placer a ella.
—Y que no se olvide a quiénes les perteneces, Constantine, porque la próxima vez no seremos tan suaves.
Le dice Vel, acomodándose desnuda a su lado, besando su cuello mientras acaricia su estómago.
—Sí, usaré una corbata para atarte que hacerte escarmentar —dice Sofía.
—Yo te daré con una fusta —Agrega Vel.
—No volveré a olvidarme.
—En realidad hazlo, así vas a ver como te va —Sofía atrapada su boca de manera posesiva mordiendo su labio inferior.
La primer noche juntas, la primera de muchas. La promesa que cumplirían y Claire olvidándose de su aniversario, por tercera vez.
Happy Halloween, día de muertos, Samaín o lo que sea que celebren o no en su cultura hoy.
Les mando abrazos y me voy a dormir, mañana tocar trabajar mi gente bella, porque esos libro que quiero no se pagan solos, y como elijo ser mujer empoderada, pues...
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