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🌹.Veintiséis.🌹

Seokjin observaba a través de la ventana de la habitación que NamJoon les había dejado a Jimin y a él amablemente en su casa, aún a pesar de la loca idea que Seokjin le había propuesto, la cual el mayor había terminado aceptando.

Jimin por su parte se encontraba hablando por teléfono con el profesor Yang para afinar los últimos detalles de aquel jodido plan, mientras NamJoon se encontraba dando sus clases en la academia, lo cual le permitía distraerse en sus pensamientos sin interrupciones, al menos por unos instantes.

Agradecía que aquella ventana no diera a la casa de su madre, sin embargo, no podía dejar de pensar en ella y en todo lo que había pasado, a pesar de todo él amaba demasiado a aquella mujer, tal vez, si tan solo no se hubiera dejado llevar por la actitud coqueta de Jimin, en ese instante estaría en su casa, probablemente con las cosas ya solucionadas.

Cuando se dió cuenta por donde se estaban yendo sus pensamientos decidió detenerse, negando varias veces para volver a concentrar su mente en lo importante.

Nadie debía descubrir que ellos se estaban quedando en casa de NamJoon, no después de lo que ocurriría, o tal vez terminarían involucrados en algo peor.

Por eso, él era prácticamente el encargado de que todos los movimientos que hicieran se mantuvieran en total incógnita para el resto de sus vecinos, con la excusa a NamJoon de que era para que su madre no supiera que se encontraban ahí, cosa que tampoco era realmente una mentira.

Sintió una mano posarse en su hombro y observó tranquilamente a Jimin, que le sonreía con diversión mientras se sentaba a su lado, suspirando suavemente mientras intentaba encontrar las palabras adecuadas.

__Ya...ya está todo listo...__suspira suavemente y mira a su amigo, notando claramente la mueca de molestia que empezaba a formarse en su rostro__¿Estás seguro de que NamJoon hará lo que le pediste?

__En verdad no quiero involucrarlo en esto. Maldición Jimin, él solo está intentando ayudarnos...y nosotros le estamos pagando de la peor manera posible.

__Por favor, no seas ridículo, Seokjin. ¿Cuándo has visto a alguien que ayude a una persona que acaba de conocer de manera desinteresada?__mira fijamente a su amigo, pero al notar su silencio decide continuar con lo que decía__Recuerda muy bien que tipo de adultos hemos conocido a lo largo de nuestra vida. Ninguno, ni uno solo de ellos tiene un buen corazón, porque los adultos solo piensan en sus propios intereses.

__No, es decir, si sé que clase de personas son el profesor Yang, el idiota de Kim, el asqueroso de tu padre, la zorra de tu madre o incluso mi madre.

__Por hacer la lista corta porque créeme que ninguno de los adultos que le pagaron a mi madre por abusar de mí en algún momento se preocuparon por mi bienestar__aunque lo dijo con una sonrisa, Seokjin sabía la amargura que aquellos recuerdos traían a su amigo.

__Sí, tienes razón. Solo nos hemos topado con gente que busca hacer daño, u obtener beneficio alguno de lo que podemos hacer por ellos. Pero NamJoon, él no parece ser ese tipo de persona__la ceja alzada de Jimin le hizo temer por lo que diría, ya que su expresión empezaba a lucir algo irritada.

__No se necesita ser un genio, pequeño Seokjin, para saber que es lo que el bastardo de NamJoon quiere obtener a cambio de ayudarnos.

Y Jimin simplemente, se levantó de la cama y jaló suavemente al menor para que hiciera lo mismo, mientras que con una sonrisa maliciosa le obligaba a salir de la habitación, empujándolo para avanzar hacía la habitación de NamJoon, a la cual ninguno de los dos había entrado hasta el momento.

__Maldición, Jimin, ¿a dónde mierda se supone que me llevas? ¿Sabes que puedo caminar por mi maldita cuenta?__pregunta temiendo cual plan tuviera Jimin para mostrar su jodido punto.

En el momento en que entraron, maldijo a NamJoon por no ser más precavido y aunque fuera tomarse la molestia de ponerle seguro a su habitación, pero pensó que sería una buena manera de tener un argumento en contra de su amigo.

__Si él tuviera algo que ocultar definitivamente no nos daría un acceso tan fácil a sus lugares personales o privados, ¿Acaso no has pensado en eso?__le dice a su amigo mientras este le hace detenerse justo en frente de la ventana de la habitación del mayor.

__¿En verdad puedes ser tan ingenuo, Seokjin?__le mira fijamente antes de negar suavemente y hacer que mire por la ventana__¿Qué mierda vez desde aquí?

SeokJin suspira paralizándose por un momento, por supuesto, sabía desde antes que era su habitación lo que se veía desde aquella ventana, pero aquello que le impresionó fue ver en que estado estaba esta.

Y es que no pudo evitar que un escalofrió recorriera su cuerpo al notar que esta se encontraba prácticamente desocupada, y varias cajas con cosas empacadas, sus cosas, llenaban el piso del lugar, cosa que hizo que rápidamente las lágrimas acudieran a sus ojos, él estaba sufriendo de algún modo por no estar en la vida de su madre y ella estaba simplemente sacándolo como si solo fuera un extraño más.

Como si no fuera, ni hubiese sido, alguien importante en la vida de aquella mujer.

Jimin pareció entender las emociones que el menor estaba manteniendo en ese momento, ya que decidió guardar silencio por un tiempo prudencial, observando también todo lo que el menor notaba, y como en una de las ventanas de la casa había un letrero anunciando el alquiler de una habitación.

Duraron en silencio varios minutos en que ambos se perdieron en sus pensamientos y emociones, las de Seokjin mostrándose más cargadas y poderosas que nunca. La rabia, la tristeza y la decepción nunca se habían marcado tanto en sus facciones como en ese momento.

Y Jimin odiaba notar eso, lo odiaba porque él ya se había sentido exactamente igual, porque él había experimentado esa misma sensación y esos mismos sentimientos que seguramente Seokjin estaba sintiendo.

Sí, él día que él lloraba mientras se aferraba a un Jungkook cargando dos maletas, mientras le rogaba que no se fuera de casa, mientras este solo le daba una mirada seria y le hacía alejarse para poder marcharse finalmente del que había sido su hogar.

Y odiaba profundamente que su amigo estuviera pasando por lo mismo, aunque en circunstancias diferentes.

__¿Esto se supone que era lo que querías mostrarme?__es por fin la voz de Seokjin, marcada por la tristeza lo que rompe el silencio, y cuando Jimin voltea a mirarlo nota la rabia contenida en sus ojos, pidiendo una explicación que él no tenía para darle.

Simplemente se acercó a su amigo, olvidando toda la situación por la que estaban pasando en ese momento y le abrazó con fuerza, haciéndole saber que sin importar nada, él siempre estaría a su lado, nunca le abandonaría, diciéndose a sí mismo las mismas palabras, pero en el sentido contrario, Seokjin nunca le abandonaría.

__No tenía idea de que esto estaría pasando, lo lamento tanto...__suspira suavemente mordiendo su labio__Yo no imaginé, ella parecía realmente quererte tanto.

__Bueno, ya sabes. Tú lo dijiste, los adultos que conocemos no son precisamente las mejores personas, ni las más confiables, ni aquellas que puedan sentir una mierda de afecto por nadie...

La voz de Seokjin salió fría, y Jimin se maldijo, porque sabía que lo único que quería su amigo era llorar, pero no lo haría frente a él, ni frente a nadie, era algo que su amigo tenía que hacer completamente solo.

Simplemente negó antes de separarse del abrazo de su amigo, y acarició su cabello de forma dulce, dándole fuerzas para desahogarse y encontrar la tranquilidad que necesitaba.

__Kim NamJoon no es la excepción. Él lleva tiempo obsesionado contigo y es obvio lo que querrá a cambio de toda su ayuda, una vez te acuestes con él dejarás de serle útil. Aunque su recompensa es distinta, es igual a la persona que está al otro lado de esta ventana...

Mira fijamente a la antigua casa de su amigo, antes de negar y encogerse de hombros, saliendo de la habitación al fin, para dejar a Seokjin solo.

Y cuando este por fin se encuentra totalmente en silencio, simplemente deja de lado todo lo que su amigo a dicho, todo lo que ha pasado aquel día, y todas las cosas buenas que ha pensado acerca de Kim NamJoon.

Simplemente se recuerda a sí mismo lo falsos e hipócritas que son todos los adultos, y como están dispuestos a fingir absolutamente lo que sea con tal de alcanzar sus propósitos y fines.

Solo deja que todo eso invada y se vaya de su mente con una velocidad impresionante, y con un simple recuerdo de su madre sonriéndole de manera comprensiva y amorosa, se ataca a llorar de manera silenciosa en la soledad de aquella habitación.

[...]

Taehyung estaba comportándose jodidamente extraño desde el día anterior, durante la cena todo había parecido tranquilo, incluso se podría decir que su chico estaba más animado que nunca.

Pero repentinamente había salido corriendo del lugar, y cuando él fue tras de él ya todo era demasiado extraño como para poder dar una verdadera explicación respecto a lo que pasaba por la mente del menor.

Todo el camino a casa se había mantenido completamente callado, de hecho, todo el resto de aquel día el menor no había pronunciado palabra más allá de las necesarias, ni siquiera se había mostrado molesto por varios desastres que Jungkook, a propósito, había causado en la casa.

Taehyung parecía completamente en su mundo, y eso era extraño, porque el chico que había conocido por tantos años jamás dejaba de estar atento a los mínimos detalles que siempre ocurrían a su alrededor.

Y esa mañana, antes de que Jungkook fuera a trabajar, ni siquiera le dió un beso de despedida, ni le dijo tampoco que era lo que deseaba para almorzar ese día.

A pesar de que notaba lo mucho que Taehyung se esforzaba por estar normal, era evidente que algo no estaba funcionando del todo bien en su cabeza.

Y realmente no pudo evitar reírse un poco al pensar en eso, tal vez si lograba decirle esas palabras a su chico, lograría que, sin matarlo, volviera más a su actitud normal y tendría que mimarlo para que volviera a dejarlo dormir en cama.

Después de todo cualquier cosa era mejor que ver a Taehyung en semejante estado, llegaba a ser bastante aterrador.

Apaga la estufa con el almuerzo prácticamente listo cuando escucha tranquilamente unos suaves golpes en su puerta. Sabía que Taehyung tenía turno hasta la madrugada, así que quien estuviera irrumpiendo su tranquilidad era sin duda un visitante indeseado.

Limpia sus manos con uno de los trapos de la cocina, lanzándolo distraídamente a un lado antes de caminar hacía la puerta pensando en cualquier estúpida excusa que podría darle a la persona que estuviera pensando en interrumpirle para mandarlo a volar rápidamente y que le dejara solo.

Sin embargo, esos pensamientos quedaron totalmente en blanco al ver al otro lado de la puerta a aquella persona que, por segunda vez, hacía una aparición inesperada en su vida.

Jimin le observaba de manera seria, aunque pudo notar como una rápida sonrisa divertida se posó en su rostro, desapareciendo en un segundo para dejar de nuevo aquel semblante serio.

Ambos se mantuvieron por varios momentos en completo silencio, la mirada del menor era prácticamente retadora, y Jungkook no estaba dispuesto a quedarse atrás, por lo que, a riesgo de caer en el juego de un adolescente, mantuvo su mirada fija en el chico, no queriendo perder aquella batalla que se estaba formando entre ellos.

Al final, después de todo, Jimin lanzó una risita algo burlona, antes de empujar un poco a Jungkook para poder entrar a aquella casa, sin quitar en ningún instante la sonrisa nada amable de su rostro.

El mayor estuvo tan impresionado en un primer momento que ni siquiera opuso resistencia cuando su hijo prácticamente entró a su casa como si fuera incluso la propia; por suerte, logró reaccionar lo suficientemente rápido, o al menos lo más rápido que su mente le permitió, para tomar la mano del chico, deteniéndolo antes de que este decidiera ponerse cómodo en su casa.

__¿Qué mierda se supone que haces aquí, Jimin?__la manera fría en que habló no afectó de ninguna manera al menor, quien volteó a mirarlo, aun con aquella sonrisa cínica__Sabes que has dejado de ser bienvenido en esta casa...

__¿Se supone que ese es algún tipo de amenaza, papá?__y aquella ultima palabra hizo que un estremecimiento recorriera el cuerpo de Jungkook.

__¿Es esta otra de tus bromas de mal gusto, Jimin?__le mira fijamente, gruñendo con evidente molestia__Ya no estoy para aguantar ni uno solo más de tus jueguitos, es enserio.

__¿Quién esta jugando, papá?__le mira fijamente y suspira antes de acercarse más a Jungkook, pasando sus brazos alrededor del cuello de Jungkook__Solo...es una manera de recordarme lo mal que esta lo que estoy a punto de hacer...

Y sin mediar una sola palabra más con el mayor, le besó, un simple roce de labios que dejó a Jungkook, por un instante, totalmente paralizado, mientras Jimin sonreía interiormente, cerrando sus propios ojos para guiar tranquilamente el beso.

Y el mayor simplemente terminó dejándose llevar, olvidando por completo que aquello estaba terriblemente mal, olvidando que aquella persona que estaba besando en aquellos momentos era totalmente prohibida, olvidando que se había prometido volver a encerrar aquellos sentimientos donde no pudieran lastimar a ninguno de los dos.

Cuando menos se dieron cuenta, la puerta de entrada ya se encontraba cerrada, y ellos ya se encontraban en el sofá, Jimin debajo suyo, mientras ambos aún devoraban los labios contrarios, con las manos del menor enredadas en su cabello mientras las suyas estaban acariciando debajo de la camisa de su hijo, haciendo que este lanzara suaves suspiros ansiosos, separándose del beso.

__Kook, Kookie, no pares... por favor, te necesito. Maldición, te necesito tanto como tú me necesitas a mí, como siempre nos hemos necesitado

Y aquellas palabras calaron en lo profundo del mayor, quien se detuvo por unos instantes para mirar al menor, quien se encontraba sonrojado y con una mirada llena de deseo, dirigida a él.

__Jimin, no, no podemos, tú y yo...__sus palabras se vieron interrumpidas nuevamente por los labios del contrario, quien mordió su labio inferior con deseo, jalándolo suavemente antes de bajar sus besos al cuello ajeno, disfrutando de aquella deliciosa sensación que ambos sentían al estar con el contrario.

__Maldición...no lo digas__decía entre los besos que repartía por el cuello del mayor, antes de dejar una mordida que, se aseguraría, dejara una marca notoria en el contrario__No arruines esto, no lo digas, déjate llevar...

Y Jungkook obedeció, decidió que lo mejor que podía hacer era olvidar todas las contras que pudieran existir en aquel momento, él quería a Jimin y por increíble que fuera, el menor también lo quería a él. Así que no existía nadie que pudiera detenerlos en aquel instante.

__Maldición, Jimin...te deseo tanto...__gruñe fuerte por el deseo que esta sintiendo y de un solo movimiento se encarga de quitar la camiseta ajena, mordiendo su labio mientras observaba aquella deliciosa piel del menor, de nuevo a su vista, tentándolo.

No dudó cuando sus labios y su lengua quisieron descubrir el delicioso sabor que tendría la piel del menor, se encargó de dejar varios besos y lamidas por el pecho ajeno, disfrutándolo, hasta que llegó a uno de aquellos puntos de placer de Jimin, que le hizo gemir con más fuerza.

Pero aquello, lastimosamente, no fue lo único que consiguió.

Fue casi como si Jimin hubiese despertado de algún tipo de trance, tomó el rostro de Jungkook alejándolo de su cuerpo, vio la mirada entre aterrada y deseosa del menor devolverle la suya, mientras Jungkook no entendía lo que ocurría.

Entonces Jimin lo besó de nuevo, esta vez de una manera mucho más casta y rápida, antes de empujar a Jungkook para que se quitara de encima suyo y le diera espacio para poder levantarse, aún respirando con dificultad.

__Jimin...¿Qué?

__No, Jungkook, no podemos, no podemos, no está bien...__suspira aún intentando calmar su respiración, tomando su camisa que estaba botada a poca distancia del sofá.

__Pero...maldición, dijiste que...

__Esto no se trata de eso, esa mierda a mí no me importa, Jeon__le mira fijamente a los ojos fijamente por unos instantes, antes de colocar su camisa sobre su cabeza, y terminando de organizarla por completo, ya con su mirada fija en cualquier otro lugar__Yo no soy, la segunda opción de nadie, sin importar nada...

Y maldición si Jungkook no quiso protestar en aquel instante, Jimin nunca había sido su maldita segunda opción, pero tampoco tenía como demostrar lo contrario, por lo que ambos se mantuvieron en silencio por varios instantes.

Un suspiro fuerte se escuchó por parte del menor, quien había decidido esconderse detrás de la pantalla de su celular y sus audífonos, como queriendo evitar por completo al mayor, pero como si al tiempo no quisiera alejarse de él, como si no quisiera irse aún.

Y entonces el celular de Jungkook sonó, el celular del trabajo, el celular que indicaba problemas y que indicaba que debía salir a encargarse de solucionarlos, y maldición si no quería, era su maldito día libre, y quería solucionar sus problemas con Jimin en aquel instante, por lo que contesto de mala gana.

Unas cuantas palabras fueron dichas a través del celular, y el corazón de Jungkook latió nervioso, comprendiendo porque habían decidido marcarle incluso en su día libre.

Cuando colgó, simplemente corrió a tomar su placa y su arma antes de acercarse de nuevo a Jimin, no había tiempo de ir a la estación por el auto de policía, así que tenía que confiar en el menor para esto.

__Hay una emergencia, necesito que me lleves en tu moto, por favor...__la mirada curiosa de Jimin, hizo querer golpear algo, no había un solo maldito segundo que perder y al parecer el menor lo noto, porque se levanto inmediatamente para salir de la casa, caminando hacía la moto.

__¿A dónde se supone que debemos ir?

__Al hospital central, al trabajo de Taehyung, por favor.

Y aunque no pudo ver la expresión de Jimin, si vio como su cuerpo se tensó antes de ponerse su casco y pasarle otro a Jungkook, él no lo pensó dos veces, simplemente se lo colocó y subió a la moto, mientras el menor se dirigía al lugar a toda velocidad y en completo silencio.

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