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🌹.Veintinueve.🌹

Taehyung no había querido llegar a nada de esto, en verdad que él realmente no quería hacer nada malo, maldición, él solo quería su jodida vida de rey de la mano de Jungkook.

Sólo quería poder darse el lujo de tener la vida que siempre había merecido, la que los imbéciles de sus padres jamás le habrían podido dar, la que solo una persona como Jungkook podría darle, o bueno, al menos hasta que encontrara un mejor postor que pudiera darle incluso un mejor estilo de vida.

¿A caso eso era un maldito delito?

Pero claro, el imbécil de Park solo podía querer arruinar su vida.

Ese maldito mocoso era el que definitivamente no debería existir, ni él ni ninguna de las malditas personas que le apoyaban en toda la mierda en la que había estado trabajando para hacerle su pobre vida miserable.

Y él estaba dispuesto a darle guerra al mocoso, y era por eso por lo que había decidido hacer lo que había hecho, lo que iba a hacer, después de todo Jungkook era un imbécil, Taehyung solo tenía que poner una carita de inocencia y él lo defendería de cualquier daño.

Y Jungkook era policía, lo que dejaba en claro que sería Taehyung el ganador de esta contienda.

Tal vez estaba exagerando un poco, sería algo que después tendría que meditar con la suficiente cabeza fría, pero es que simplemente escuchar ese maldito audio en el que Jungkook estaba con Park, besándose, gimiendo, y diciendo malditas estupideces, eso sin duda lo había hecho enloquecer.

No por el hecho de lo que estuviera haciendo Jungkook con ese imbécil, lo que realmente le había ofendido era que todo su sueño de vida perfecta se estuviera destruyendo por un jodido maldito adolescente, no, no lo permitiría.

Era por eso por lo que no había pensado dos veces en tomar uno de los escalpelos que tenía dentro del consultorio, dando una cortada rápida en el brazo del chico, quien inmediatamente dejó caer el celular pegando un grito, ya fuera por el miedo o por el dolor. Al final, no importaba.

Esto fue la distracción suficiente para que pudiera tomar algo de anestesia y aplicarla en una de las venas del chico, una cantidad que lastimosamente no lo dormiría lo suficientemente rápido y probablemente no lo mantendría dormido por el tiempo suficiente, pero al menos le daría tiempo para planear alguna venganza.

Vio a NamJoon caer al suelo mientras intentaba sostenerse de la camilla y le hizo sonreír de manera inevitable, antes de dar una patada al cuerpo que terminaba de caer al suelo.

__Te metiste con la persona equivocada, pero no te preocupes no eres de mi verdadero interés en este momento, aunque te aseguro que no saldrás bien librado de esto.

Se quedó en silencio al escuchar como alguien intentaba entrar al consultorio y luego golpeaba la puerta con algo de desesperación, al parecer las cosas no habían sido tan silenciosas como había deseado y ahora tendría que buscar una nueva ruta de escape.

Maldijo en silencio observando cada pequeño rincón de su consultorio, antes de recordar que su ventana daba con una de las columnas horizontales de la parte trasera del hospital, lo suficientemente gruesa como para poder usarla como puente hacía otra de las habitaciones del lugar.

Claro, todo sería jodidamente perfecto de no ser por su pequeño temor a las malditas alturas. Que lo jodiera el mundo, pero el verdaderamente no iba a salir por la ventana cuando se encontraba a seis pisos de distancia del suelo.

Negó y volvió a observar el cuerpo inconsciente tirado en el piso buscando algún tipo de idea, pero nada pasaba por su mente, menos aun cuando el viento traía el maldito ruido de las sirenas de la policía y los golpes en la puerta se hacían mucho más fuertes.

Maldijo de nuevo a su suerte, a su vida y por sobre todo al imbécil de Park mientras se acercaba a su único escape, haciendo todo lo posible por no observar hacía abajo mientras se agarraba fuertemente del bordillo de la ventana y empezaba a caminar con lentitud, rogando por no dar ningún paso en falso que pudiera terminar acabando con su vida.

Realmente una vez lograra salir de esa situación, buscaría personalmente al imbécil de Park Jimin y lo mataría con sus propias manos.

...

Se mantenía sentado en la sala de espera, aún sin entender cómo era posible que se encontrara allí en vez de estar afuera esperando por Seokjin para irse al fin de aquel maldito lugar.

Quería convencerse a sí mismo de que solo quería asegurarse de que todo saliera como se tenía planeado, que nada pudiera arruinar sus planes, aunque él mismo terminaba dudado de sus propias palabras, solo haciéndole sentir más miserable.

Lo único que logró que saliera de sus pensamientos fue aquella sombra que se paró detrás suyo, haciéndole sobresaltarse mientras volteaba rápidamente a ver de quien se trataba.

Yang le devolvía una mirada burlona, tenía un cigarrillo en su boca mientras cargaba una mochila a sus espaldas, observándole como si estuviera viendo a una rata de laboratorio en medio de algún jodido experimento.

__Por supuesto, no es para nada aterrador que me mire de esa manera profesor...__la sonrisa que le daba el mayor solo logró irritarlo un poco más de lo que ya se encontraba.

__Solo vine aquí a encargarme de obtener mi recompensa, tú deberías irte, este no es un lugar precisamente seguro para ti en este momento.

__¿Ahora se preocupa? Vaya Yang, no sabía que nuestra relación había cambiado tanto en una sola noche__al ver la mirada sería que seguía manteniendo el mayor solo terminó suspirando__Seokjin me llamará en cualquier momento y entonces nos iremos de aquí, así que puede seguir su camino e ir por su trofeo.

__No me gusta dejar cabos sueltos, Kim. Así que más les vale a tu amigo y a tí desaparecer para siempre, y que yo no me vuelva a topar con ustedes__hace una seña de despedida y entonces continúa su camino, hacía los pisos superiores, dejando de nuevo completamente solo a Jimin.

Un nuevo suspiro le hizo pensar en lo verdaderamente sociópata que podía llegar a ser Yang algunas veces y de algún modo se sintió feliz de que Taehyung fuera a terminar en las garras de un tipo como él, obtendría solo un poco de lo que realmente merecía, por lo que no debería tener la pena de nadie.

Con este último pensamiento se levantó dispuesto a alejarse de ese lugar para siempre, no más Yang, no más Kim, no más señora Kim, no más NamJoon, no más Jeon...

Podría reiniciar su vida de cero junto a Seokjin, y aunque su corazón se sintiera triste al pensar en ello, tenía que ser fuerte.

Después de todo, nada bueno había traído Jungkook a su vida y claramente había tomado una decisión, al igual que él, una que en aquel instante no iba a cambiar.

Sin embargo, de alguna manera absurda, de esa que los estúpidos cantantes o poetas solían reflejar, quería dar algún tipo de adiós a aquel ciclo de su vida que esperaba no volviera a pasar, por lo cual al llegar a la puerta de la sala de espera dió una última mirada al camino que había recorrido, quedado congelado al ver la mirada que se encontraba con la suya.

Kim estaba parado justo en frente suyo, con una sonrisa casi maquiavélica y devolviéndole la mirada de una manera perdida y casi psicótica, que le hizo retroceder un poco, nervioso por aquello que veía.

__Vaya, vaya, ¿Quién hubiese pensado que el destino me premiaría poniéndome enfrente a la única persona que deseaba ver?__la sonrisa macabra solo creció mientras daba un solo paso más cerca de donde estaba Jimin.

__Kim, yo... ¿No se supone que...?

__¿Qué? ¿Qué estoy encerrado en ese puto consultorio donde Jungkook está llorando como una nenita pidiendo por su querido Taehyung?__la risa sardónica que lanzó hizo que a Jimin le recorriera un escalofrió.

Y antes de que pudiese realmente reaccionar, gritar o pedir por ayuda, Taehyung se lanzó sobre él dándole un fuerte golpe cerca de su oreja derecha, el cual le hizo perder el equilibrio mientras caía al suelo, mientras su mente solo se podía concentrar en aquel pitido que escuchaba en aquel momento.

Observó como Kim aprovechó la situación para jalarle hacía uno de los cuartos del personal, arrojándole como si se tratara de un muñeco, y cuando por fin sentía que sus sentidos estaban volviendo, sintió algo filoso colocarse en su garganta, mientras aquel maldito doctor estaba sobre él.

Pero por supuesto, la suerte de Jimin siempre podía empeorar un poco más ¿No? Cosa que le quedó bastante clara en el momento en que la alarma contra incendios empezó a sonar por el lugar y el humo empezaba a llegar por los malditos ductos de ventilación.

Y entonces recordó el cigarro y la maleta que Yang había traído consigo, el plan era que debía hacer sonar la alarma contra incendios para generar el suficiente caos para poder tomar a Kim y llevárselo.

Pero por supuesto, el maldito tenía que hacer todo como se le daba la maldita gana.

Estaba incendiando el maldito hospital en serio, y ahora Jimin tendría que librarse del doctor de mierda y salir de allí antes de que fuera demasiado tarde.

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