🌹.Veinte.🌹
Cuando entró a la habitación con lo primero que se encontró fue con Taehyung sentado en la cama, su actitud parecía tranquila, sin embargo lo conocía lo suficientemente bien como para saber que estaba por ocurrirle el peor regaño de su vida.
__¿Acabaste con el mocoso?__la pregunta le ofendió de alguna manera, no le gustaba que hablara así de él, pero no podía exigirle nada ya que entendía demasiado bien el enojo que podía tener el contrario.
__Jimin está en su habitación, con lo que vivió hoy te puedo asegurar que no volverá a causarnos ningún problema...__suspiró mientras se recostaba en su cama, intentando que el dolor de cabeza se alejara de sí.
__¿Qué se supone que significan exactamente esas palabras?__la voz de Taehyung salió distante y molesta__Claro que no volverá a hacernos nada así. Jungkook, debes echarlo, sacarlo corriendo de esta casa.
Jungkook cerró sus ojos ante esas palabras suspirando nuevamente, con más fuerza, entendía el enojo de Taehyung, pero no, él simplemente no podría mandar a la calle a su hijo.
__¡No me ignores, maldición!__escuchó de nuevo la voz del bajito mientras sentía el movimiento en la cama.
Estaba seguro que Taehyung ahora estaría recorriendo la habitación de un lado a otro con cara de pocos amigos, intentando controlar los impulsos de golpearlo.
__No te ignoro... pero simplemente esa idea no tiene ni pies ni cabeza__dice abriendo al fin sus ojos, mirando fijamente al pequeño que, curiosamente, estaba tal cual y como se lo había imaginado. Aunque este se detuvo inmediatamente después de escuchar sus palabras.
__¿Cómo que no tiene ni pies ni cabeza?__gruñe enojado y se acerca a Jungkook con la molestia claramente impregnada en su rostro__¡Ese mocoso nos está dejando en la ruina! Decide...o lo hechas a la calle, o lo arrestas de una buena vez.
__No voy a arrestar a mi hijo__dice Jungkook tranquilamente, sin dejar de observar al menor a los ojos__Y no lo voy a mandar a dormir debajo de un puente, él no tiene donde vivir, no tiene dinero, estaría indefenso...
__Pues que robe para vivir, ¿no?__le interrumpe gruñendo, empujándolo suavemente__Después de todo ya lo hace...y con todo lo que nos robó de seguro tiene suficiente para vivir por unos meses. No tenemos porque mantenerlo a nuestro lado.
Jungkook lo miró extrañado al escuchar lo último que dijo y suspiró levantándose de la cama para tomar por lo hombros al menor, intentando tranquilizarlo.
__Escucha, no voy a dejar que él se vaya, y mucho menos que se lleve nuestras cosas...__le acaricia suavemente la mejilla al menor__Mañana mismo haré que me lleve a donde se encuentran nuestras cosas, las devolverá y recibirá un castigo ejemplar, eso te lo prometo.
Taehyung simplemente gruñó y empujó de nuevo a Jungkook haciendo que se alejara y, con toda la rabia que sentía su corazón en ese momento, le lanzó una sábana y una almohada al mayor, el cual tuvo que esforzarse para que estas no cayeran al suelo.
Después de todo, él sabía bien lo que eso significaba.
El más alto dió media vuelta, dispuesto a irse a dormir al sofá, el cual, rogaba hubiera tenido algo de arreglo después de cómo lo habían dejado, pero antes de lograr salir por completo, escucho la voz del menor que lo detuvo una vez más.
__Más te vale que mañana hayas pensado bien en lo que vas a hacer de ahora en adelante, Jeon...__la voz salía con tanta molestia y odio que Jungkook no pudo evitar tragar saliva__Porque espero, tengas perfectamente claro que en esta casa las cosas no se van a hacer como tú lo digas, y tienes que tomar una decisión.
El más alto al escuchar esas palabras volteó a mirar al chico con algo de duda, viendo en sus ojos el enojo y la determinación totalmente marcados, haciéndole dudar un segundo de lo que podría estar pensando.
__¿Jimin o yo?__el silencio se marcó en la habitación por varios minutos antes de que el bajito volviera a hablar__Espero que mañana tengas clara tu decisión, porque ese maldito engendro y yo no podemos seguir viviendo bajo el mismo techo... Y espero que el sofá logre hacerte reflexionar lo suficiente al respecto.
...
Jimin dejó de llorar en el momento en que empezó a escuchar los gritos provenientes del otro lado de la pared.
Con dificultad se paró de donde estaba y se dirigió al otro lado de la habitación esperando poder escuchar bien la conversación que, en algunos instantes, no se permitía escuchar de manera adecuada.
Todas y cada una de las palabras pronunciadas por los otros dos le dolía, aún más cuando Kim Taehyung puso aquel ultimátum en el aire.
Se alejó de su posición sin importarle escuchar una respuesta que de seguro no llegaría.
Su enojo estaba aumentando en exceso, y la tristeza de momentos atrás estaba prácticamente desapareciendo.
¿En verdad toda esa situación estaba ocurriendo por una mierda que él ni siquiera había hecho?
Y peor aún...¿En verdad Jungkook estaba dispuesto a abandonarlo de nuevo por quedarse con Kim?
¿En verdad iba a abandonarlo aún sabiendo que él le había dicho que no era el culpable?
Pero claro, Jungkook ni siquiera había sido capaz de creerle...
Gruñó y tomó lo primero que encontró a su alcance, que no era más que la pulsera que Jungkook le había regalado, y la tiró con fuerza hacía el otro lado de la habitación, haciendo que esta inevitablemente chocara contra la ventana e hiciera en esta una pequeña grieta.
En ese momento la cabeza de Jimin se iluminó con una nueva idea, después de todo el no pensaba quedarse en donde ni siquiera lo querían, y menos donde al final de cuentas lo terminarían botando como un simple mendigo.
Al menos conservaría algo de su dignidad y se iría antes de que pudieran hacer algo en su contra, ya que ahora ni siquiera confiaba en eso de que Taehyung no terminara echándole a la policía.
Como pudo tomó la misma maleta con la que había llegado a esa casa y empezó a empacar sus cosas rápidamente, con la rabia consumiéndole por completo, se sentía molesto y traicionado; pero al tiempo se sentía estúpido, y es que él nunca debió volver a confiar en Jungkook.
Cuando ya tenía todo listo tomó una de las sábanas que estaba en su cama y como pudo la amarró a una de las patas de uno de los muebles para hacerla lo suficientemente segura, lanzó su maleta por la ventana haciendo que callera abajo y, con toda la maestría que pudo se dispuso a bajar por esta con ayuda de la sabana.
Sin embargo, antes de empezar a bajar una imagen llamó su atención, y es que aquel peculiar brillo proveniente de la pulsera lo llamaba, como rogándole que la tomara en sus manos, pero simplemente decidió ignorarlo y terminar de bajar hasta poder saltar, tomar su maleta y salir de allí sin importarle nada más.
Él dejaría atrás todo su pasado relacionado con Jungkook, se olvidaría completamente de su padre, de su estúpido novio y de todo lo que había vivido desde aquel maldito día en que había vuelto a encontrárselo.
Y eso incluía abandonar aquella pulsera, a pesar de que su corazón le gritaba que la conservara.
Cuando llegó a la esquina volteó a mirar por última vez a aquella casa, y no pudo evitar que una pequeña lágrima cayera por sus ojos, gruñó suave y la limpió con rabia antes de seguir su camino, corriendo con velocidad como si temiera arrepentirse de perder a Jungkook nuevamente, después de todo su corazón aún necesitaba estar al lado del mayor.
Y eso sólo lo hacía maldecir, porque Jungkook solo logró despertar sentimientos que Jimin consideraba que estaban extintos, logró despertar emociones que no deberían existir siquiera y que él mismo se había encargado de borrar.
Y lo más triste para Jimin, es que el mayor únicamente los había revivido para volver a abandonarlo y partirle el corazón.
Esa noche estaba resultando demasiado aburrida, había decidido salir con una mujer un tanto mayor que él, mirándola bien ella era demasiado hermosa, curvas de infarto, cabello rubio y largo, ojos inocentes, y una sonrisa que resultaba bastante tierna.
A ojos de cualquiera en aquella pequeña pero acogedora cafetería, él era sin duda la envidia de las otras mesas, pero para él estaba resultando demasiado fastidiosa aquella cita, aunque intentaba no mostrárselo a la chica.
Si era sincero, esperaba que la mujer tuviera una historia más triste, esperaba encontrarse con aquel corazón roto que necesitaba ser reparado a como diera lugar.
Pero se encontró con todo lo contrario, aunque la mujer era demasiado inocente y noble, nadie había sido capaz de romperle el corazón.
Por lo tanto, esa cita no había sido más que tiempo perdido.
Una mujer así simplemente no le servía, porque si llegaba a romperla en aquel momento, fácilmente podría ser reparada por alguien más, y él lo que necesitaba era a alguien que, después de su incursión en su vida, quedara sin ninguna esperanza sobre las demás personas y sobre el amor.
Escuchaba que la chica le platicaba, demasiado emocionada para su gusto, de algo relacionado con sus alumnos, porque si, la chica era también profesora, aunque en su caso era de alguna especie de jardín infantil.
Sin embargo, el mantenía su atención en otro lugar, estando lo suficientemente entrenado para saber en qué momento responder y que debía de decir para que la chica creyera que toda su atención estaba puesta en ella.
Pero algo hizo que rápidamente se perdiera verdaderamente de la conversación, al lado de la ventana por la que él estaba paso nadie más que Park Jimin, con un maleta de viaje mientras mantenía su mirada gacha, pareciendo demasiado triste.
Se mantuvo observándolo hasta que el chico dió vuelta por la esquina y terminó entrando a nada más y nada menos que aquella cafetería, acercándose a una de las mesas para esperar que lo atendieran, aún sin percatarse de su presencia.
Tan concentrado estaba en seguir los movimientos del chico que se olvidó por completo que estaba acompañado, y la chica no pudo evitar darse cuenta de eso.
__¿Pasa algo?__la pregunta le hizo volver a la realidad, observando a su acompañante de nuevo, quien le miraba con un toque de extrañeza__¿Qué ocurre? ¿Qué es lo que miras con tanto interés?
Si, además de todo era bastante curiosa y, al parecer, celosa la señorita. Lo que le faltaba.
__No pasa nada, solo me pareció ver a alguien conocido por un momento. ¿Y qué me decías?
La chica le miró extrañada, no creyéndole del todo, pero al final simplemente suspiro y siguió hablándole de lo que fuera que estuviera hablándole con anterioridad.
La verdad es que Jisoo volvió a prestar su atención en el muchacho, quien ahora bebía tranquilamente de una taza mientras intentaba controlar sus lágrimas. Y ante esto, el mayor no pudo evitar que una sonrisa malvada se posara en su rostro.
Después de todo había encontrado su perfecta distracción para esa noche, Jimin aún se merecía un castigo por estar del lado del idiota de Kim Taehyung, y él, al parecer, había encontrado a su perfecta víctima con el corazón destrozado.
__Y como te decía, mi padre siempre pensó que ser maestra no era un buen camino... él esperaba que yo me dedicara a algo que según él pudiera beneficiarme económicamente...__Y sí, primero tendría que deshacerse de aquella chica.
Bueno, después de todo no le importaba quedar bien con ella, y, siendo verdaderamente sinceros, rogaba por no tener que volverla a ver, demasiado parlanchina y con un corazón demasiado bien cuidado para su gusto.
Suspiró y se quedó un rato más escuchando a lo lejos toda la charla de la chica, observando de reojo a su alumno, el cual intentaba mantenerse serio, sin embargo, era bastante inevitable notar cómo, de vez en cuando, se limpiaba algunas lágrimas.
Y cuando por fin este llamó a la camarera, pagando su café y saliendo del lugar, el mayor no dudó en levantarse de su mesa para poder seguirlo, recibiendo una mirada extraña por parte de la chica.
__¿Qué pasa? ¿Ya nos vamos?__el tono de voz de la chica mostraba la molestia que sentía por la repentina actitud del hombre a su lado.
__¿Vamos?__le miró con algo de burla mientras tomaba su abrigo y se daba media vuelta__Me aburriste chica, pareces una adolescente con esa actitud tan mimada. Espero trajeras para pagar la cuenta, yo no pienso pagar ni un solo centavo con los momentos tan aburridos que tuve que vivir esta noche.
Sin decir más salió del lugar rápidamente, escuchando como la chica intentaba ir detrás de él bastante molesta, pero era detenida por una de las camareras del sitio que no estaba dispuesta a dejarle ir sin que pagara la cuenta.
Sonrío de medio lado y dejó de prestarle atención a la escena mientras corría un poco en la dirección en que sabía el menor se había ido, esperando poder alcanzarlo antes de perderlo completamente de vista.
Cosa que agradeció no ocurriera cuando vio a lo lejos a Park, caminando cabizbajo sin aparente rumbo fijo; esto después de correr un poco más de una cuadra siguiéndolo.
Se acercó prudentemente para no ser escuchado por el chico y cuando estuvo lo suficientemente cerca colocó una de sus manos sobre el hombro del menor, haciendo que este se sobresaltara y volteara asustado observándolo de manera nerviosa.
__Pro...profesor, Yang...__suspiró suavemente, retrocediendo un poco para alejarse del mayor, no sintiendo confianza de la mirada que el otro le estaba ofreciendo__¿Qué hace usted por aquí? ¿Y a estas horas?
__Eso debería preguntarle yo a usted, Park__se mantuvo observándolo fijamente, con una sonrisa algo cruel__Este lugar no es precisamente un lugar demasiado seguro a estas horas. Demasiado solitario, podría gritar suplicando ayuda y nadie le escucharía...
Escuchar esas palabras no fueron nada gratas para el menor, quien retrocedió otro paso con su cuerpo totalmente al tanto de cualquier movimiento que realizara el mayor, dispuesto a huir si fuera necesario.
__Menos mal se encontró conmigo ¿No?__Jisoo seguía hablando, con su mirada oscura clavada en las acciones ajenas__Dejé mi auto a una cuadra de aquí, con gusto podré llevarle a su casa, además caminar con ese equipaje no debe ser demasiado cómodo.
__En verdad eso no es necesario__relame su labio con suavidad, tomando su maleta con algo más de fuerza__Yo realmente puedo irme sólo... no estoy lejos de mi destino, no es un problema.
__Entonces lo acompaño__su sonrisa se ensanchó al ver el terror que mostraron los ojos ajenos__En verdad no puedo permitir que uno de mis alumnos ande corriendo peligro por las calles.
__No, yo... Gracias profesor pero no es nec...
No alcanzó a terminar de hablar cuando uno de las manos del profesor Yang había tomado uno de sus brazos con demasiada fuerza y, a penas y fue capaz de lanzar un pequeño grito cuando sintió como el hombre, con una fuerza mucho mayor a la suya, lo jaló hacía el callejón que quedaba justo al lado de donde estaban, sin darle ninguna posibilidad de escapar.
Y después de todo, Yang tenía razón, no importaba cuando gritara en aquel lugar, pocas personas podrían escucharlo y, aquellas que lo hicieran, poco les interesaría meterse en algo que para ellos ya es común en aquellos fríos callejones de la ciudad.
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