🌹.Siete.🌹
Jimin se encontraba mirando el cielo nocturno en completo silencio, algo que para el menor resultaba bastante extraño por lo que prefirió observarlo, aun así, decidiendo que debía mantener la distancia.
Era muy extraño ver al mayor comportándose de esa manera y el rubio no quería sentir que lo estaba perturbando, sin embargo, el miedo a que esa actitud se estuviera dando por la conversación que había escuchado entre su madre y él evitaba que lo dejara solo.
No quería tener que llevarse ningún tipo de sorpresas.
Seokjin, al tiempo, se sentía bastante curioso. Jimin no había comentado nada de lo que había conversado con el médico y, aunque tuvo mil ganas de preguntar qué era lo que quería aquel maldito hombre, Jimin nunca le dio la oportunidad de preguntar.
__Jimin, ya es hora de dormir, ya es demasiado tarde.
__Lo sé. Es solo que el cielo está especialmente hermoso esta noche.
Y Jimin no mentía, la luna se podía ver más grande de lo normal, incluso se podía observar un pequeño tono rojizo en su brillo, permitiéndole lucir aún más bella de los normal.
Además, las nubes habían decidido no aparecer aquella noche en particular, por lo que las estrellas se permitían brillar cuales perlas en el cielo, casi como si pelearan la una contra la otra por cual era la más brillante.
SeokJin se vio perdido en aquella visión por unos minutos, al igual que su amigo, mientras sentía como la tranquilidad empezaba a reinar por su cuerpo, eliminando todas las dudas y los temores que hace tan solo unos instantes invadían su mente.
Y se preguntó si era esa la razón por la que su amigo se encontraba tan perdido en aquella visión.
¿Estaba buscando aquella exquisita paz que él, en aquellos instantes, estaba sintiendo?
__Bueno, supongo que es hora de irme a mi cuarto__la voz tranquila y llena de paz del mayor llegó a sus oídos, permitiéndole salir del trance en que lo tenía aquella perfecta visión.
__¿No vas a quedarte a dormir conmigo?__lo dijo tranquilo, sin ningún tipo de segunda intensión en su voz. Simplemente estaba preocupado por su amigo, no quería dejarlo solo.
__Está bien, Seokjin. Quiero estar sólo esta noche.
No hablaron entre ellos, Jimin se alejó del marco de la ventana de su amigo, caminando hacía este y plantándole un tranquilo beso de buenas noches en su mejilla. Para después, sin ningún tipo de prisa salir de la habitación, dejando a su amigo parado en medio de esta, aunque este, tan solo segundo después, decidió volver a acercarse a aquella hermosa visión en la que su amigo se hallaba tan perdido en las últimas horas.
Jimin por su parte camino hacía su cuarto de manera tranquila, su mente se hallaba un poco más despejada de cualquier pensamiento turbio y las dudas que habían estado rondando por su mente estaban algo apaciguadas. Claro, todo ello se vio cortado en el instante en que vio a la madre de su amigo en su cuarto, sentada en el borde de su cama, esperándolo.
__Buenas noches, madre__la palabra salía casi naturalmente, desde muy pequeño Jimin se había acostumbrado a llamarla de esa manera y a la mujer siempre le había gustado ese gesto, aunque justo en ese instante no parecía demasiado contenta.
__Siéntate, Jimin__dijo la mujer de manera fría, sin ser capaz de mirar a los ojos de aquel que, de algún modo, consideraba casi como un hijo propio__Necesitamos hablar.
__Lo sé__la respuesta del joven sonó monótona, algo fría y sin gracia, mientras una sonrisa apagada y melancólica se posaba en sus labios. Todo esto ocasionando que a la mujer se le estrujara un poco el corazón.
__Jimin, yo te amo como a un hijo...__comenzó la mujer una vez tuvo al menor al lado, sin saber cómo iniciar o que decir verdaderamente__Eso lo sabes, siempre lo has sabido y estoy segura de que no tienes dudas de ello.
La habitación se mantuvo por varios minutos en silencio, no había incomodidad, tampoco algún signo de molestia por parte de ninguno. Pareciera casi como una conversación rutinaria y agradable, siendo la única muestra de la melancolía de la charla el hecho de que ninguno era capaz de mirar los ojos de su acompañante.
__Lo tengo demasiado claro, madre. Así como tengo claro que he sido un imbécil y que he dañado toda la confianza que ustedes tenían en mí.
__Me duele oírte pronunciar esas palabras. Sin embargo, estas no están demasiado lejos de la realidad, Jimin.
__De muchas maneras odio lo que soy__la mujer no esperaba oír aquellas palabras del muchacho, por lo que se quedo congelada, escuchando lo que el menor tuviera que decir__Miles de veces he intentando cambiar, ser una mejor persona, no solo por mí, sino también por ustedes, por Seokjin. Pero soy un completo idiota y eso no se puede cambiar de la noche a la mañana.
__Mi intención principal nunca fue reprocharte...__habló la mujer, ya bastante arrepentida de lo que estaba haciendo. Y su corazón se vio frío y totalmente inundado de dolor al ver los ojos de su hijo, porque para ella él era su hijo, empañados por las lágrimas que luchaban por no salir.
__Por supuesto que esa nunca fue tu intención. Tu principal y única intención era pedirme que me alejara de tú único y verdadero hijo ¿O no, mad... Señora Park?
__Jimin...
__Entiendo su preocupación__el corazón de la mujer se estrujó con el modo formal en que el menor había empezado a hablarle__No crea que no he pensado mil veces lo mismo que usted. Sé que no soy una buena influencia para su hijo, sé que soy un estorbo en la vida de su familia, pero... es difícil simplemente alejarse de las únicas personas que han demostrado un poco de cariño por tí.
__Hijo...__intentó hablar la mujer, pero Jimin le interrumpió negando con la cabeza, antes de que pudiera segur pronunciando las palabras.
__Su hijo se encuentra en la habitación al final del pasillo, señora Park.
Todo se quedó en silencio por unos instantes, viéndose este interrumpido segundos después, irónicamente, por los sollozos de la mujer, causando que una pequeña sonrisa melancólica se posara en los labios de Jimin, quien le dió un dulce beso en la frente a la mujer, junto con un pequeño abrazo, un abrazo que tenía el sabor de una amarga despedida.
__Tranquilícese, señora. No vale la pena llorar ahora, vaya a descansar, ya es tarde. Mañana hablaremos de esto con más calma...
__Prométemelo, Jimin. Prométeme que mañana hablaremos de esto...__y el menor no pudo evitar que una sonrisa dolorosa se formara en sus labios.
__Mañana hablaremos de esto, señora Park.
__Jimin, por favor...__suplicó con el corazón estrujado y el chico no tuvo más opción que cumplir aquella silenciosa suplica, aunque a él mismo le partiera el alma hacerlo.
__Te prometo que mañana hablaremos de esto... madre.
Y, a pesar del sentimiento de vacío que la mujer sentía en su corazón, abandonó la habitación con una sonrisa, teniendo fe de que todo ese malentendido se solucionaría al día siguiente.
Y mientras tanto, Jimin no pudo evitar que una sola lágrima traicionera abandonara su rostro.
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