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🌹.Dieciocho.🌹

Jimin no podía dejar de observar fijamente aquella pulsera que Jungkook acababa de entregarle, estaban solo los dos en la sala ya que Taehyung había subido rápidamente a la habitación ignorando por completo la escena que se estaba presentando allá abajo.

__¿Y bien?__la mirada de Jungkook fija en él le hizo carraspear un poco mientras mordía su labio con suavidad__¿Te gusta?

__¿Por qué me da esto?__fue la única pregunta que salió de los labios de Jimin, mientras aún mantenía su mirada completamente fija en el pequeño objeto que se notaba era fino.

__Quería...disculparme por lo que había ocurrido ayer...__mordió suavemente su labio__Sé que no estuvo bien, de hecho, se que desde que eras pequeño no he hecho nada bien contigo. Por eso quise regalarte esto, es como una manera de hacer las paces. Iniciemos de cero. ¿Si Minnie?

Trago saliva al escuchar la manera tan infantil en que Jungkook lo llamaba y levanto su mirada para observarlo fijamente a los ojos, la mirada del mayor fijamente clavada en sí mismo, le hizo pensar un poco en cómo había sido la relación que él había tenido tanto con él, como con Taehyung.

Tal vez era la hora de dar su brazo a torcer un poco, después de todo eran ellos quienes le estaban prestando su casa, y aunque Taehyung no se había mostrado verdaderamente contento de tenerlo allí, tampoco había hecho nada para sacarlo o alejarlo de Jungkook.

De hecho, el único que verdaderamente estaba poniendo las barreras entre el mayor y él, era él mismo.

__¿Cómo supo que me gustaría?__preguntó colocando una pequeña sonrisa en su rostro, mientras sacaba la pulsera e intentaba ponérsela alrededor de su muñeca.

__Es algo así como tú estilo, o al menos eso pensé__mintió Jungkook, no podía arriesgarse a que su hijo la rechazara solo porque la había escogido el otro chico__Y todo parece indicar que no me equivoque.

Le quitó la pulsera a Jimin de las manos y le ayudó a colocársela, rozando de manera delicada la piel ajena, haciendo que Jimin se quedara paralizado.

A pesar de que el contacto era muy efímero lograba dejar al menor totalmente atontado.

Y la verdad, es que la situación no era muy diferente para el mayor, el cual, al terminar de colocar la pulsera al chico, se quedo mirándolo fijamente a los ojos, con una pequeña sonrisa en su rostro, sin que sus manos soltaran la pequeña y delicada muñeca de su hijo.

__Creo que ya puedes soltarme__dice Jimin después de un rato, carraspeando suavemente__Mañana...saldré a buscar mi moto, tal vez cuando llegue del trabajo yo no este.

El mayor asiente a lo que le dice mientras suelta suavemente su muñeca, levantándose después para dirigirse hacia las escaleras.

__Intenta no volver muy tarde, que sea fin de semana no significa que puedas andar volando por toda la ciudad. Quiero pasar tiempo contigo__las palabras de Jungkook, aunque sencillas dejaron descolocado al menor, el cual apenas logro reaccionar antes de que el alto empezara a subir las escaleras.

__En verdad...muchas gracias por este regalo...__dice justo antes de que el mayor se pierda de su vista, sin poder evitar sonreír de manera estúpida y, sin saber que Jungkook también sonreía de la misma forma durante todo el camino a su habitación.

[...]

Aquella noche resulto siendo verdaderamente tranquila para Jimin, no hubo ruidos desagradables, ni problemas, ni pesadillas, ni tristezas nocturnas por pensar en SeokJin.

Simplemente pudo dormir plácidamente, con la pulsera que recién le habían regalado y una sonrisa en su rostro.

Al final, no despertó sino hasta casi entrada a tarde, con su mente bastante adormilada, pero con una idea clara en su cabeza.

Ese día dejaría las peleas con Jungkook de una vez por todas, aún tenía una deuda con él, aún el contrario se merecía un castigo, pero eso no era el mayor problema, tendría su venganza, eso sí, pero luego de ello aprendería a llevarse bien con él, después de todo, sus sentimientos hacía Jungkook le demostraban que no sería difícil perdonarlo.

Si es que realmente no había perdonado ya el abandono de Jungkook hace algunos años.

Con ese pensamiento miro, casi automáticamente, la pulsera que el día anterior le había regalado y no pudo evitar sonreír antes de quitársela para poderse entrar a bañar y arreglar.

No tardó mucho en arreglarse, pero aún así, cuando salió de su habitación totalmente listo ya estaban entradas las horas de la tarde.

Suspiró un poco, cuando escuchó a su estomago gruñir, prácticamente rogándole por algo de comida, así que abandonó cualquier otro plan que tuviera en ese momento y se encamino a la cocina.

Lo primero que vio al momento de bajar, fue a Kim Taehyung viendo cualquier cosa en la televisión, prácticamente recostado en el sofá y con su mirada algo adormilada.

Al verlo fijamente, logró que la mirada del contrario también se posara en él.

__Buen día, Park...__dice Taehyung con tranquilidad y sin ningún tipo de molestia en su voz__Preparé algo de desayuno, está en la cocina. Del almuerzo si deberá encargarse, porque yo ya casi debo salir a trabajar.

La verdad era que el menor no sabía cómo reaccionar a esas palabras, estaba totalmente acostumbrado a las muestras directas de desprecio por parte del bajito, a menos claro, cuando Jungkook no estaba, sin embargo, en aquel instante el otro lo trataba de una manera que para nada era irrespetuosa.

Hasta le había hecho el desayuno.

Y la verdad era que, si Jimin quería mejorar sus relaciones con Jungkook, eso incluía mejorar sus relaciones con la pareja de este, aunque solo pensar en el hecho de que el contrario tuviese una pareja hacía que en su interior se instaurara una pequeña molestia.

Pero al fin de cuentas, si Taehyung estaba dando el primer paso era justo que él también intentara llevar las cosas a un mejor nivel.

__Buen día, Dr. Kim...__suspiró suavemente y se dirigió a la cocina__Yo voy a salir ahora, pero apenas llegue prepararé algo...

Buscó el desayuno que, efectivamente, estaba servido y listo para ser devorado, además de que se veía realmente delicioso.

No dudó en empezar a comer con una gran sonrisa en su rostro, que evidente jamás le mostraría al contrario, al menos por ahora, pero es que la maldita comida estaba exquisita.

Cuando terminó de comer salió de la cocina observando que Taehyung ya no estaba en la sala, no le tomo importancia y simplemente subió rápidamente para poder terminar de arreglarse y poder salir a buscar su preciada moto.

Una vez en su habitación, y ya con prácticamente todo listo para salir, se quedo observando fijamente la pulsera que Jungkook le había regalado la noche anterior.

De algún modo quería colocársela, después de todo le encantaba, y probablemente si Jungkook lo veía sin ella iba a sentirse mal, pero por otro lado, temía perderla, ya que podía enredarse con cualquier otra cosa en la moto.

Suspiro suavemente cuando tomo su decisión, y se encargo de tomar el resto de sus cosas para salir rápidamente de la habitación. Impresionándose un poco al notar como Taehyung estaba prácticamente saliendo de la casa, el cual al verlo observo rápidamente la muñeca del menor y sonrío.

__¿Ya va a salir, joven Park?__preguntó Taehyung con amabilidad, mientras terminaba de abrir la puerta y le daba el campo al menor para salir.

__Sí, entre más rápido me vaya más rápido llegare...__suspira suavemente__¿Y usted? ¿Su turno no inicia sino hasta dentro de unas horas más?

__Ya sabe como es la vida de un medico__dijo Taehyung sin poder evitar reír un poco__A veces los horarios son eternos...y bueno, el haber descansado ayer trajo sus consecuencias en el turno de hoy... necesitan ayuda temprano, y soy yo quien debo brindarla.

Jimin asintió y no dijo nada más, termino de salir de la casa, se despidió y prácticamente se fue corriendo.

Mientras tanto Taehyung se quedó cerrando la puerta, sonrío cuando vio que el menor estaba lo suficientemente lejos e hizo una corta llamada, ahora su plan por fin podría entrar en marcha.

[...]

Botaba algunas cartas de póker, absolutamente al azar, sobre su cama.

Realmente estaba completamente distraído, metido en sus pensamientos, y no notaba ni siquiera lo que estaba haciendo.

La tarde anterior, la situación con Jimin, le tenía totalmente perdido, pensativo.

Él no quería siquiera imaginar que en verdad podría estar perdiendo a su amigo, pero al parecer era un hecho que lo estaba haciendo, tal vez ni siquiera había una forma de recuperarlo.

Sus manos prácticamente se congelaron con ese último pensamiento, ¿En verdad no abría forma de recuperar a su mejor amigo?

¿En verdad Jimin había decidido que lo mejor que podría hacer era alejarse de su vida?

Gruñó molesto y boto absolutamente todo lo que tenía encima de su cama, con frustración y enojo.

Él no podía permitirse perder a su mejor amigo, no tanto por él mismo, sino porque al final del día, Jimin estaba completamente solo, y él era la única persona que le quedaba en el mundo.

Y, sin importar que, jamás abandonaría a su amigo.

Y eso le tendría que quedar totalmente claro a Jimin.

La puerta de su cuarto sonó con unos suaves golpes, sabía perfectamente que se trataba de su madre, por lo que ni siquiera se tomo la molestia de contestar, simplemente se quedo recostado en la cama, pensativo.

__SeokJin...hijo. Por favor, ábreme...__escuchó la voz amortiguada de su madre al otro lado, la notaba triste y vaya si eso no lo ponía mal a él, pero debía ser fuerte. Él simplemente no iba a perdonarla tan fácil__Hijo...no puedes seguir ignorándome toda la vida, tenemos que hablar. Que Jimin ya no quiera ser tu amigo no es el fin del mundo, incluso, a la larga podría llegar a ser algo demasiado bueno...tienes que entenderlo.

Y definitivamente la mujer tampoco hacía meritos para ser perdonada.

Al principio, SeokJin creyó que en verdad la mujer estaba arrepentida porque sus actos habían llevado a Jimin a quedarse solo.

Sin embargo, con el paso del tiempo la mujer solo demostró que el dolor, si es que alguna vez lo tuvo, le duro demasiado poco, y ahora veía la partida de Jimin como algo bueno para ellos.

No supo que fue lo que tomó en sus manos, pero simplemente lo lanzó con fuerza contra la puerta, haciendo que el parloteo de la mujer, al cual hace rato había dejado de prestarle atención, se detuviera de repente, y que al final la voz, molesta en exceso, por parte de su madre se dejara escuchar de nuevo, como en un ultimátum.

__Si sigues así vas a acabar tan solo como él... Y tú sabes bien que no vale la pena destruirse por un pandillero de quinta, tú vales mucho más que eso, Kim SeokJin.

Después de esas palabras, el moreno escucho como los pasos enfurecidos se alejaban de su habitación y simplemente suspiro con fuerza.

Maldito el día en que todo lo que tenía que ver con Jimin se había salido de sus manos.

Su celular sonó insistente en el gran silencio que se había formado en su habitación y simplemente lo tomo en sus manos, maldiciéndose suavemente al ver que el remitente era nada menos que el Dr. Kim.

Y era casi lógico que significaba esa llamada.

Contestó y simplemente escuchó de manera atenta todas las indicaciones que el mayor le daba, preguntando solo algunos datos para asegurarse de que tenía todo claro y correcto.

Y, una vez colgada la llamada, suspiró y se quedo observando su celular con un toque de molestia y miedo.

¿Él realmente quería hacer lo que el Dr. Kim le estaba pidiendo?

Era evidente que no quería.

¿Era obligatorio que lo hiciera? Maldición, no.

A pesar de que el tipo sabía donde vivía Jimin, él estudiaba con él, y de seguro podría encontrar la manera, tarde o temprano, de saber donde se estaba quedando el idiota de su mejor amigo.

Pero claro, el imbécil del doctorcito lo tenía en sus manos, ya que si era verdad que el idiota de Jimin estaba metido en cosas turbias, sabía que ese maldito no dudaría en denunciarlo si él no seguía su estúpido plan. Sin duda, estaba acorralado.

Al final simplemente suspiro y se dirigió a uno de sus cajones, sacando una cajita en la que se encontraban las dos cosas que el mayor le había dado unos días antes, para que pudiera cumplir su plan con éxito.

Y así mismo estaba la bolsita de aquello que él había tenido que comprar con anterioridad, otra cosa que sería parte del plan.

Se sentó en su cama y observó esas tres cosas con insistencia, suspirando con fuerza, ¿Realmente quería hacer esto? Era evidente que no, y entre más veía todo menos le gustaba lo que estaba a punto de hacer. ¿Realmente lo haría? Bueno, al final no tenía ninguna otra opción ¿Verdad?

Se maldijo internamente y tomó las cosas junto a su celular, donde estaban guardados todos los datos importantes de lo que tenía que hacer, y sin dudarlo dos veces, salió de su casa, directamente a cumplir con el maldito plan.

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