1

Llegué una silente mañana

Cuando rayaba la aurora,

Te busqué en cada rincón,

Y en ningún lado te hallabas.

2

Yo para mis adentros

dije de forma desconsolada:

aquí mi pecho se abre

bajo el filo de la espada.

3

La angustia del desespero

Me clavó una puñalada

Al saber que en un momento

Se me perdió tu mirada.

4

Te busqué en todas partes

Con mi alma angustiada

Y no te pude hallar,

Donde yo te esperaba.

5

Juro por mi honor,

Que de mis ojos brotaban

Un mar de frías lágrimas

Que corrían por mi cara.

6

Porque se fue la mujer

Que conmigo jugaba,

Y con dulce picardía,

Besos me tiraba.

7

Y enternecía mi vida

Con cada palabra,

Con sus gestos traviesos,

Que cada día me obsequiaba.

8

El día menos pensado

Cuando supe, te alejabas,

Quise morir ese día,

Y que la tierra me tragara.

9

Me sentí cual estopa

Por el fuego, quemada,

Y comprendí muy tarde,

Lo mucho que te amaba.

10

Desde aquí te estoy amando

Mi dulce prenda adorada,

Ojala te vea tornar

A la hora señalada.

11

A tu encuentro iría

Y feliz te abrazara,

Te pediría perdón,

Por las faltas pasadas.

12

Te diría cuanto te amo,

Y tus labios, besara,

Tus cabellos y tus manos

Con amor acariciara.

13

Un montón de caricias

A tu ser yo prodigara

Y que cada día y cada noche,

Juntos nos encontrara.

14

Dulcemente al oído

Con amor susurrara,

Tu cuerpo es un puerto,

Al cual siempre anclara.