· Regla número uno: NUNCA hagas pactos con demonios.

· Regla número dos: si te convencen asegúrate de que no se alimenten de ti.

· Regla número tres: No te enamores de ellos.

· Regla número cuatro y la más importante: NO CONFIES EN LOS DEMONIOS, ¡NO CONFIES EN ELLOS!

Si alguien me lo hubiera dicho antes...

Nada había sido tan doloroso hasta que morí y fui enviada al infierno por perder mi alma. Y eso no fue lo único doloroso, sino también el saber que algo estaba mal conmigo y había regresado como algo sobrenatural. Todo el dolor de la transformación y el sufrimiento al arrebatar vidas humanas fue abrumador, casi acaba con la poca cordura que me quedaba. Lo positivo: tendría las mismas habilidades que ellos.

Pase horas encerrada en el baño vomitando lo poco que tenía mi estómago, horas frente al espejo resignándome a mi nueva yo, días aguantando el dolor y adatándome a los cambios que sufría mi cuerpo y finalmente, meses cazando y culpándome por matar inocentes. Pero eso se acabó. He aprendido bastante, me he adaptado y ahora soy libre. Quiero volver a mi vida como actriz y continuar con la vida lujosa que me costó mi alma tras aquel pacto.

Esta vez nadie va a detenerme, mis deseos de venganza son mi fuente de energía. Esto no se va a quedar así.

Lo prometo...