Capitulo 6. Nueva alianza.
—Hey, ¿Me acompañarás al ensayo?— Jake me toma del brazo y me advierte con la mirada.
—Oh, claro. Lo había olvidado. —y vuelvo a ser el centro de atención. Me esta agradando eso.
—te espero afuera.
—me llamas y paso por ti. —comenta Gio tratando de cortar el tenso ambiente que se ha formado.
—yo la llevo a casa. —Jake da por finalizada la conversación y comienza a caminar al elevador. —vamos, Laura.
—voy. —me dirijo a Gio. —no te preocupes, te veo luego.
Gio asiente no muy convencido. No es que se lleven mal pero no son muy conversadores entre si.
—te llamo al rato.
—si. —me despido de los hermanos y sus colegas y alcanzo a Jake en el elevador. Las puertas se cierran y el marca la planta baja.
—Jake...
—ssh.
Me chista. Los pisos parecen eternos mientras bajamos. Camino detrás de el. Parezco la hermana menor detrás del hermano enfadado por una travesura. El pensamiento me parece cómico por lo que dejo escapar una risita que lo hace gruñir en mi dirección.
Buscamos su auto en el estacionamiento y una vez dentro conduce hasta su casa. Ni siquiera estaciona bien, lo deja al tanteo y sale azotando la puerta. Me da un vistazo para señalarme adentro con la cabeza y entra a su casa dejándome abierta la puerta.
Voy a paso lento. Planeando mi siguiente drama. Espero no tardar, los libros peligran.
—Muerte y yo preocupados, incluso Selene se ha puesto a llorar creyendo que te encontrabas mal y tu, ¿Donde estas?—agita las manos, enfadado. —Ah si, acostándote con quien se te pare enfrente. —camina de un lado a otro, paseándose entre los sillones de la sala.
—Tenia hambre, Jake, la sangre ya no me llena. —lagrimas invaden mis ojos. —no quería molestarte así que salí a buscar comida y me lo encontré a el. Le borro el recuerdo de cuando me alimento de él. —finjo el temblequeo de mis manos —solo me alimento de él, es el único. Yo solo no quiero ser una carga para ti. Creí que si me alimentaba sin causar problemas, te sentirías orgulloso de mi. —rompo en llanto dejándome caer en el sofá.
Lo escucho suspirar y acercarse a mi. Se sienta a mi lado y me abraza.
—lo siento, me preocupe bastante.
—no planeo que eso pase.
—pero es que el es el jefe de seguridad de mis hermanos y por un momento me paso por la mente que querías acercarte a Jean.
Lo miro.
—¿Para que quería acercarme a el?, Yo no quería ni entrar ahí. Me entere tiempo después que era cercano a tus hermanos pero le he tomado cariño a Gio y...
Vuelve a suspirar.
—lo se, se nota que te quiere. Lo siento mucho. Debí preguntarte primero.
Continuo llorando, cubriéndome la cara para evitar que vea que deje de lagrimear. Odio arruinarme el maquillaje.
—esta bien, Jake. —lo abrazo. Huele tan bien. —iré a mi habitación a descansar.
—claro.
Me levanto y subo las escaleras limpiándome las lagrimas. Una vez adentro de la habitación, una sonrisa de oreja a oreja se forma en mi rostro.
...
Me la paso leyendo los libros toda la tarde. Ya en la noche le mando mensaje a Gio diciendo que ya estamos en casa.
He leído la mayoría. Unos traían pinturas raras y otros estaban en otro idioma. Ya solo queda el de "Las anafritas". Pero al abrirlo y empezar a leer me he llevado una sorpresa.
"Las anafritas son personas que en su mayoría, mujeres, han pactado con demonios.
Existen dos grupos: las que se volvieron brujas y las que cayeron envueltas por las garras del demonio con el que pactó.
Data del siglo XX cuando estas se empezaron a aliar con brujas para usar magia y salvar sus almas.
Las segundas fueron enviadas directamente al averno donde fueron olvidadas para siempre."
De eso me salve.
Al pasar la siguiente pagina me di cuenta que esta fue arrancada con saña, pero recorde que...cuando fui ante Muerte, antes de subir al mundo humano, encontré un pedazo de hoja que curiosamente ha coincidido con esta parte del libro.
Cuando atravesé la luz del túnel, fui recibida por Muerte en un estado humano.
—vamos adentro, Tayna.
Obedecí sin pensarlo. No tenia alternativa.
La seguí por un largo pasillo de ladrillos gruesos y antiguos pero en buen estado, estaba iluminado por antorchas y candelabros. Me sentía nerviosa, las manos me sudaban.
Entramos a una librería gigante, con luces blancas y amarillas. Yo observaba curiosa todos los libros. Parecían recién empastados incluso desprendían un agradable olor a nuevo. Me acerque y pude notar cientos de nombres impresos en ellos. Pero no nombres típicos de libros sino nombres humanos, y entre más me alejaba de la entrada, los libros parecían viejos, algunos ya desgastados y a punto de caerse a pedazos. Entre unos, vi un trozo de papel viejo, lo tome y leí distraída lo que decía. Me pareció interesante. De pronto voz de Muerte llamándome me alertó, se acercaba así que escondí el trozo de papel en mi sostén y me reuní con ella.
—son los libros del destino de cada persona— me explicó mirando alrededor con orgullo. —pasa— me señalo una puerta gigante y fuimos a ella. La empujó un poco.
Entre a una sala que alrededor continuaba con adornos y figuras de las primeras épocas.
—Tayna Azuara. —susurro mi nombre y desapareció de repente por unos segundos, cuando volvió traía consigo un libro con mi nombre.
Me revolví incomoda. Un nudo se formo en mi garganta. De pronto unas ganas tremendas de llorar me azotaron al ver mi destino en sus manos.
—¿Estas consiente de que tu regreso no será igual?
—Sí, lo se. —no podía dejar de ver el grueso libro en sus manos.
—¿Lo aceptas?
—Si
Abrió el libro y una pluma de algún animal apareció flotando a su lado junto con un tintero. Abrió el libro y escribió algo. Lo cerro y sentí su mirada clavada en mi. No quería voltear pero lo hice. Me veía compasiva incluso con ternura mientras yo estaba a punto del colapso cuando pronuncio esas palabras: Tayna Azuara, te libero. Vuelve a casa.
Y un haz de luz blanca me rodeó. Entonces desperté en el mundo humano y rompí a llorar como niña pequeña. Pero me juré que esa seria la última vez.
Esa hoja curiosamente a coincidido con esta parte del libro.
Y dice la manera en como se libraron de el demonio pactor: "Entre mas gane energía del demonio, mas posibilidades hay de que absorba sus poderes dejándolo en un dilema entre compartirlos con su creación o perderlos para siempre"
Es decir que si logro alimentarme de Jean, es posible que pueda absorber sus poderes y quedármelos o dejarlo sin nada.
Estupendo. Ya te tengo Jean Dummount o más bien, Asmodeus.
...
Gio me llama y le miento sobre un gran ensayo. La noche transcurre sin inconvenientes. Por la mañana Jake sale a grabaciones en el centro de la ciudad. Me avisa por medio de un mensaje. También dice que me ha dejado comida en el refri pero yo muero de ansias por extraer sangre de piel humana a temperatura. Por lo que salgo en busca de ello al mercado más cercano.
Mientras elijo a mi presa hago las compras. Estoy entre un estudiante de unos diecisiete años que aun carga su mochila con útiles y mira distraído los helados o un aficionado al futbol que lleva una playera del equipo de moda y elige unas manzanas.
Voy por el aficionado pero un hombre se atraviesa en mi camino y lo pierdo de vista.
—¿Que hace una mujer tan bella, sola?— susurra el tipo que se atravesó.
Me le quedo viendo. No estoy segura si me lo dijo a mi. El se queda quieto a mi lado, revisando las etiquetas de una botella de licor.
Frunzo el ceño y ando a la caja a pagar. Una vez afuera ya con las bolsas vuelvo a encontrarlo cuando sale de entre unos carros.
—eso no te llenará— me estremezco. Vuelvo a avanzar y esta vez se pone frente a mi. —si me das la oportunidad, esta nena y yo —alza la botella en mi dirección —podemos ocuparnos de ti. —sonríe.
Ve a todos lados antes de cambiar sus ojos marrones por unos completamente oscuros, me los muestra por nos segundos, lo suficiente para hacerme saber que es un demonio. Parece que trata de asustarme, pero en cambio le muestro los míos y su sonrisa se desvanece. Parece perplejo.
—¿Asustado?—le pregunto orgullosa.
—impactado.
Lo repaso con la mirada. Es un hombre joven, de unos treinta años, lleva el cabello corto y oscuro, lentes, camisa negra, pantalón de mezclilla y botas.
Sin duda podría alimentarme de el. Pero quiero saber porque me enseñó su faceta como si nada.
—¿Planeabas asustarme?
—Eres la novia del guardia, ¿no?
—¿Eso que tiene que ver?
—si me aceptas un trago, te contare— vuelve a sonreír. Tuerzo la boca. No se...— anda ya.
Jake no regresara hasta en la noche pero no se si debo fiarme.
—dejo las bolsas y vamos a algún lado.
—estoy seguro que él no vuelve a casa hoy.
Vuelve sorprenderme. Esto es raro. Vamos caminando a casa de Jake y lo dejo entrar, sin quitarle la vista de encima. Se pasea a sus anchas hasta la cocina donde toma dos copas y nos sentamos en la sala.
—¿recuerdas la balacera en el complejo Serchenko?—eso me alivia. Sin querer me he topado con el que me ayudo a acercarme a los hermanos.
—si— sonrío acomodándome. Sirve las copas y me entrega una.
—yo lo hice. —dice orgulloso.
—¿Por que me cuentas eso?— bebo de mi copa.
—porque tu me ayudarás a destruir a los hermanos.
Por alguna razón mi sonrisa se amplia. Esto va de maravilla.
...
Ahora camino con firmeza. Con la frente en alto. Tengo tanta información sobre ellos que estoy tentada provocarlos para hacerles saber que puedo contra ellos.
Conozco sus nombres reales, los de demonios. Conozco sus poderes y sus debilidades. Quiero hacerlos caer y junto a Carlos lo lograre.
Me ha contado todo. Ellos mataron a su esposa y la vendieron al mercado negro. A su hija la prostituyen en una de sus casa y quiere recuperarla. Prometimos ayudarnos. Le he contado lo mío pero omitiendo ciertos detalles.
A estudiado sus movimientos y me los ha dado a conocer. Tiene hombres armados dispuestos a morir por el si es necesario. Él no era más que un trabajador suyo que descubrió sus cosas ilegales y quisieron silenciarlo pero al igual que yo resurgió de la cenizas buscando venganza, solo que el hizo pacto con el demonio de la venganza que sin saberlo, lo trajo de vuelta a la "vida".
—esta noche tienen una reunión familiar y siempre que eso pasa, desaparecen chicas. Así que planeo poner una carnada y cuando caiga alguno, encerrarlo. —camina detrás de mi. Iremos a mi habitación, le enseñare los libros. —lo tendremos como moneda de cambio.
—por que mejor no llamas a la policía y cuando tomen la carnada, los pillamos infraganti. —abro la puerta y le señalo los libros en la cama.
—porque tienen a la policía en sus manos. —responde tomando entre sus manos el último libro que leí.
¿Por que no me sorprende que estén conludidos con las autoridades?
—los has leído todos?
—la mayoría— me alzo de hombros. Me siento sobre en el tocador, cruzándome de piernas.
—he dejado otros más, espero terminar estos pronto para regresarlos y seguir subiendo, aun me faltan los pisos de arriba por recorrer.
—¿También notaste eso? —afirmo con la cabeza.— yo igual. Por eso he atentado contra ese complejo. Me da la espina que ahí hay pistas para encontrar a mi hija.
Por un breve momento voltea hacia mis piernas. Mi ego se eleva. Me delinea con la mirada. Creo que muere de hambre. Sus labios se están poniendo blancos.
— tienen guardias.—lo distrae mi voz. Clava sus ojos en los míos.
—¿Como los sacaste?
—portales
—deberías enseñarme.
—quizás después.
Se ríe negando con la cabeza.
—deberías confiar en mi, Tayna, o ¿Debería llamarte Laura?
—Laura, por si nos llegan a escuchar.
—o deberías ponernos sobrenombres. Así estaría oculta nuestra identidad.
—bien.
—llámame Sinner.—sonríe malicioso
—llámame Revenge. —ambos reímos.
...
Quiero verte.
Esta noche tendrán reunión, amor. Tendremos que vernos hasta mañana. Yo invito el desayuno, lo prometo.
Frunzo el ceño. ¿Como le digo que quiero ir a esa reunión?
—¿Que te dijo?— se deja caer en mi cama al contrario de como se duerme y alza las piernas para ponerlas sobre la pared.
—Sí, tienen reunión. —entro al chat de Jake.
¿Tardarás mucho?
Le escribo. Tarda poco en contestar.
¿Por que? ¿Pasa algo?
No, nada más para no esperarte a cenar.
No me esperes.
Ok
—igual, Jake.
Se levanta.
—entonces es hora.
Asiento.
...
Estaciona la camioneta negra de vidrios polarizados sobre la acera a unas calles del casino, donde harán la reunión, y apaga todas las luces.
—Ya sabes que hacer— me bajo de la camioneta y me paso a la otra acera cerrándome el abrigo. Es cerca de media noche, solo los vagabundos y los hombres de Sinner me siguen con la mirada.
Voy disfrazada de una versión inocente de Layla, solo que sin el antifaz, sin pupilentes y una peluca castaña, pensaran que soy mujer de la noche y al hallarme sola...espero funcione el plan.
Camino hasta encontrarme frente al casino. Paso cerca, los guardias que están en la entrada me desnudan con la mirada y entonces soy consiente que alguien me persigue. Escucho pasos lentos, como cazándome. Entonces doy vuelta a la manzana y regreso a la calle donde están las camionetas. Le doy un rápido vistazo a donde se encuentra Sinner, tiene la ventana abierta y un brazo apoyado sobre filo del vidrio. Voltea discretamente. Cuando paso a la siguiente camioneta esta abre el compartimiento de atrás y salen más de seis hombres, apresan al que me sigue y le ponen una bolsa de tela oscura en la cabeza. Lo meten y cierran. Salen rechinando las llantas. Corro con Sinner y los seguimos, metros adelante vamos el frente.
Escucho disparos. Sabia que no iba a ser fácil. Sinner hunde el pie en el acelerador. Volteo y veo dos autos completamente oscuros siguiéndonos, dos hombres se asoman de vez en cuando por las ventanas y disparan en nuestra dirección y hacia donde esta quien me seguía. Me aferro al asiento. La adrenalina me invade. Me muerdo el labio.
—¿Tienes arma?— Sinner me mira como si me hubiera salido otro ojo.
—si, ¿La usaras?
—para que más— ruedo los ojos. —dámela.
—esta debajo de mi asiento.
La busco y me preparo mentalmente antes de asomarme y apuntar a su parabrisas, disparo pero la bala toca y no causa daño, se desvía. Frunzo el ceño. Me meto unos segundos. Un hombre se asoma, dispara. Entra de nuevo y cuando vuelvo a salir apunto a la parrilla, disparo. El auto se descontrola, zigzaguea y se sale del carril y se detiene. Uno menos.
Entro, una risa nerviosa se apodera de mi. Se sintió tan bien.
Pasamos calles, avenidas y finalmente llegamos al canal donde nos esperan los otros hombres de Sinner. Nos dejan adelante. Ya ellos se encargarán de los que nos persiguen. Nosotros vamos con mas calma y unos kilómetros después entramos a una bodega de plásticos. Los que lo traen adelantan y lo bajan entre jalones. Le han amarrado las manos.
—¿Bajas?— Sinner toma el arma de mis manos con sumo cuidado. Como si temiera que le dispare en cualquier momento. Se la dejo.
—Desde aquí veo, por si es alguien que me conoce.
—bueno
Sale y va con ellos. Ya lo tienen apresado de los brazos. Llega y le quita la bolsa de la cabeza.
Elevo las cejas al reconocer esa cara que tanto miedo me dio. Es ni más ni menos que el demonio del dolor.
Entonces puedo confirmar dos teorías. Una, es que es verdad que secuestran muchachas para sus reuniones y la segunda, es que los hombres de Sinner también son demonios o de lo contrario no hubieran podido soportar la fuerza del demonio al capturarlo.
Sus ojos se vuelven completamente negros, desafiantes y llenos de rabia, su nariz se afina y se alarga un poco, muestra una hilera de amenazantes dientes filosos. Les gruñe y se trata de abalanzar hacia Sinner.
—enciérrenlo. —les ordena a su gente.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro