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Capitulo 11. Objetivo cumplido

Cuando la muerte me rescató del infierno yo me alegre de que mi tormento terminara, cuando pregunto si quería salir del infierno, yo respondí que si...

¿Por que nadie me dijo que aunque estés fuera, el infierno va a ti?

¿Por que hice caso a Sinner?

Yo no quería venir, pero el dijo que seria buena idea para distraerlos...y ahora veme aquí. Los golpes no paran, mi nariz, mis ojos, mis oídos, mi cuerpo esta derramando sangre a mares. He desgarrado mi garganta gritando por ayuda y ellos han desgarrado mi cuerpo una y otra vez.

Mi demonio favorito se convirtió en mi verdugo.

Sabia que llegaría este momento. Sabia que tendría que rendir cuentas.

—¿Y ahora?— Lanza mi cabello al piso, me lo ha rapado. Estoy que no me lo creo. Me quedo en shock mirándolo. Las lagrimas se agrupan en mis ojos. Y así, petrificada de la sorpresa me arranca de la silla y me arroja al piso. Caigo boca arriba, tengo las manos y los pies amarrados con cuerdas gruesas. Me tiro al llanto dejándome invadir por una tremenda tristeza.

Mi cabello, mi cabello, ¡Mi cabello!

Se acuclilla frente a mi y me pega una bofetada.

—¡Arruinaste todo! Mis empresas, mis clubs, mi boda, mierda, ¡Mataste a la que iba a salvarnos a todos! ¡Estefany era la reencarnación de la Diosa del olimpo! —me grita a la cara. Toma mi cuello y me obliga a sentarme. —¿Pero sabes que? Tu y tu grupito lo voy a dar en sacrificio a mi padre. Tu y esa tal Revenge las voy a usar como mis perras.

Espera...¿Acaso no lo sabe?

Una risita escapa de entre mis labios.

—¿¡De que carajos te ríes!?

—Revenge no esta dispuesta a ser tu perra. — le sonrío.

—Eso lo veremos. —se levanta y va hacia sus hermanos quienes fuman cerca de la ventana. Los malditos tienen la ropa y los nudillos manchados con mi sangre.

—no me estas entendiendo...

Los tres se miran entre si. No, no entienden.

—la que será mi perra serás tu. —bajo el mentón, sin dejar de verlos —Si quieres recuperar tus empresas y clubs, tendrás que rogarme, nene. — lo miro triunfante. —porque se te olvida que soy socia, es decir que sin mi dinero, no hubieras reconstruido tus lugares, se te olvida que una parte me pertenece...— me levanto con dificultad, mis piernas tiemblan. —...y se te olvida que me tuve que enterar que es lo que hacen en cada uno. —les sonrío orgullosa. —por que a mi no me funcionó que me borraras la memoria.

—¿Pero que mier...?— susurra Killdrem. Alexander y él comparten miradas confundidas. Jean aprieta la mandíbula y hace puños.

Jean camina a mi.

— maldita perra— gruñe y me lanza una patada en el estomago que me saca el aire y me hace caer de nuevo.

—no me importa...— digo recuperándome, jadeando— no siento nada, al igual que ustedes, no hay dolor. —lo miro a los ojos. Esta sorprendido y furioso.

—cambiare los documentos, hare que te expulsen del contrato. Y te matare...—acerca su cara a la mi con gesto amenazante. Planea darme miedo. —si, así como lo hiciste con todo a mi alrededor.

—no puedes —me lamo los labios —yo también soy demonio, tengo mis poderes, hare lo mismo contigo. —le doy un beso y se hace para atrás.

—¡Señor, hay un comando armado afuera!— grita uno de sus hombres tocando fuertemente la puerta.

—llegaron los refuerzos.— canturreo y zafo mis manos y pies de la cuerda de un tirón. Estoy harta, mi cabello fue el colmo.

—si podías zafarte, ¿Por que no lo hiciste antes, eh?— cuestiona Killdrem caminado hacia mi.

—estaba haciendo tiempo.— Alexander y Jean se ponen en la puerta cuando me ven acercarme a ella.

—no vas a salir y ahora mucho menos que sabemos que tu eres Revenge. Con lo que me voy a divertir haciéndote pagar los edificios caídos.— dice Alexander y se cruza de brazos. —yo me encargare personalmente de tu grupo.

—tu no harás eso.—yo también me cruzo de brazos.

—rétame— alza el mentón.

—¿No lo ves?, —me río. Se tensa. — yo era la distracción.

Un gloriosos silencio se forma y permanece por segundos en lo que captan.

—mierda...mierda, ¡Vayan a ver!— grita Jean y me carcajeo en su cara.

Salen, no sin que antes que  Alexander agite la mano para paralizarme y Jean me empuje a dentro. Caigo al suelo boca arriba, maltratada y sin cabello pero feliz de haberlo logrado.

Cumplí mi meta. Jean esta acabado, lo tengo en la palma de mi mano.

...

Llevo no se cuanto tiempo riéndome, hasta que me ha dolido el estomago y he parado. No me he movido a pesar de que ya puedo. Algo le ha de haber pasado a Alexander. Sin embargo, no siento las ganas de investigar el porque. Me he puesto a ver el techo. Pensando, ¿Y ahora que sigue?

Sinner junto a sus hombres y los demás que convertí ya deben haber tomado todos los negocios de Jean. Sinner ha encontrado a su hija y yo he encontrado la tranquilidad de saber que he triunfado.

Escucho que se acercan a la puerta.

—¿Tayna?— Sinner asoma la cabeza y una vez que encontramos miradas entra con una gran sonrisa. —lo hemos logrado estira las manos a los costados con expresión de victoria.

—Lo se.— me levanto del piso. Tengo la tentación de tocarme la cabeza pero me da miedo recordar que estoy calva. —¿Y ahora que?

Sigue caminando por la habitación. Observando todo alrededor.

—es cuando sigues tu camino— murmura detrás de mi.

—hay que repartir todo

Se ríe.

—no, todo esto es mío.

Volteo a punto de reírme. Debe estar bromeando. Pero no, se mantiene serio. Recargado de lado en la pared, con los brazos cruzados.

—¿que?, parte de la reconstrucción salió de mi dinero. Quiero la mitad por lo menos.

—se reconstruyo para ilusionarlos con más ganancias pero la verdad es que se destruirá todo.

—No— me le planto enfrente. —no vas a hacer eso. —digo enfadada.

—destruiré todo, menos las Dark room, estas cosas...— vuelve a mirar todo a su alrededor. —...son una maravilla

—¡Ni sabes de que va, son espantosas!, estas sí se destruirán.

Vuelve a reír.

—la verdad, Tayna , es que si se de que va. Te mentí.

Dos pares de manos me sujetan de los brazos. Son dos de sus hombres, uno a cada lado. Se que puedo hacer que me suelten con solo ordenárselos y su mente se hipnotizara.

—Suéltenme y aléjense de mi. — ellos retroceden—Atáquenlo a el — pero en un par de segundos tengo a Carlos con una pistola apuntándome en la frente y ellos se hacen atrás, sin saber que hacer. ¿Si recordara que no nos afectan las armas?

—sí, era verdad que trabaje para ellos pero no lo de mi hija. En realidad, lo que quería eran las armas...— me señal con los ojos la pista con la que me apunta— ...escuche que fueron hechas por el mismísimo Azazel, estas armas acaban con los seres sobrenaturales. Con estas bellezas los voy a matar.

—¿Para que quieres acabar con...?— me quedo en silencio procesando todo. Ahora entiendo. —ellos las mataron...

—¡Vaya!, Si no eres tan tonta. —agita el otro brazo. Su cara se va haciendo grotesca. —aparte de la venganza, tu ambición no te dejaba pensar bien. Deberías ir al medico, primor. —me guiña el ojo.

—maldito traidor— digo entre dientes. Carga el arma y un escalofrío me recorre la espalda.

—a esta la llaman junior. —señala el arma con la cabeza— paraliza poco a poco y mientras llega al corazón, va volviendo rígidos todos los órganos. Les convierte el cuerpo en piedra para que sea tan fácil solo pisarlos y se hagan polvo. —vuelve a reír a carcajadas. Me fastidia, así que le doy una bofetada.

—¡Eres un desgraciado!— rugo furiosa. Manoteo la pistola para que deje de apuntarme y suelta un disparo a la pared sin intención. Me abalanzo a el para quitarle el arma. Forcejeamos. Caemos al piso y rodamos un par de veces tratando de voltear el arma para dispararle al contrario. —¡Suéltala!— intento que mi hipnotismo funcione con el pero al parecer sabe como bloquearme de su mente.

La aleja de mi alcance, se estira y me codea en la nariz. No me importa la sangre que me escurre de ella. Continuo tratando de quitársela. Subo a horcadas sobre el y logro darle un puñetazo que lo desconcentra lo suficiente para que la tenga en mi mano.

—¡Ataquen!— les ordena y me arrebata el arma.

Todo pasa en cámara lenta.

Me sujetan los brazos por detrás y el dispara tan rápido que no calcula bien y me da directo en la boca del estomago quitándome horas de vida. Me quedo paralizada. Siento el lugar donde me disparo, tibio y poco a poco caliente, se me mancha la blusa y la sangre baja a borbones hasta gotear en el ya ensangrentado piso. Me cubro la herida y escucho mis latidos en los oídos. Me cuesta respirar. Escucho sus voces a lo lejos, con eco. Me levantan de los brazos y me alejan de el. Me dice algo con el rostro sombrío. No entiendo nada y pronto, me empieza a dar sueño.

Mis pies arrastran por el pasillo. Se me están empezando a adormecer los dedos de las manos y pies. La cabeza me pesa y la dejo caer, solo observo como avanzamos. El piso se va manchando conforme pasamos por el. Un molesto pitido me taladra los oídos. Y la visión se me va haciendo borrosa.

Mantengo los ojos abiertos pero estoy en blanco...no pienso ni siento nada...

Mi cuerpo flota y es arrojado como si fuera un trapo contra algo demasiado frio.

—Hey...—escucho a lo lejos. Distingo un par de rostros borrosos ponerse enfrente de mi.  —mue...vela...no...muer...ta.

Parecen dos bultos amorfos moviéndose. Huele demasiado a sangre. Tengo...hambre.


"—algún día tu y yo nos casaremos— Leo me abraza y se revuelve entre las sabanas para hacerme cosquillas.

—Sí, así será. — digo entre risas."


"—¡Feliz cumpleaños! — sopla el popote y sale confeti de este. Se ve ridículo con ese sombrerito de cumpleaños, pero a la vez es tan adorable. —pide un deseo— me acerca un pastel de chocolate con dos velitas. Menos mal no lleno el pastel de ellas.

Le soplo y lo deja en la mesa para aplaudirme.

—gracias, amor— me regala una gran sonrisa que me alegra el día."


"—¡Puff, no se hacer pasta! — se aleja del horno con una cazuela oliendo a quemado. La lleva al fregadero y abre la llave.

—deja lo hago— me acerco a él llevándole una bolsa para que eche la pasta quemada.

—no, tu regresa a ese asiento. Esa pasta no va a poder más que yo— ni siquiera la metió a coser cuando ya estábamos sobre la isleta devorándonos a besos"


—¿Tayna?— palmean ligeramente mi rostro.

—¿Y si pasamos a la acción?

—Ya déjala, esta muerta...—murmuran con la voz quebradiza.

Esto no es estar muerta, conozco la sensación.

—pues por eso...aun no se enfría.

—maldito loco.

Enfermo diría yo. Pero espera...esos son, Oh no, Jean y Alexander.

—todo esto es su culpa, de alguna forma tiene que pagar.

—ya cierra la boca imbécil— sorbe por la nariz. ¿Esta llorando?

—muévela

—¡Que no!, ¡Te he digo que no, coño!

Unas manos muy calientes me abren las piernas.


"—Dou abre la puerta, anda, vamos, sal a comer, ya serví. — vuelvo a tocar la puerta con el puño. Pego el oído. No se escucha nada. —¿Dou?

Abro despacio y veo como su cuerpo cuelga del tubo que instaló en el techo para hacer ejercicio. Salto atrás con el corazón latiendo a mil.

—¡No, no! ¡Douglas! ¡Nooo! — corro a él, le muevo las piernas con la esperanza de que despierte y se ría, que diga que es una broma. El nudo del lazo le mantiene la cabeza de lado. Su boca esta morada y sus ojos hinchados, parece que lloro demasiado. —¡Ahhh, Douglas!"


—Se esta...moviendo

—hmm, sujétale las manos


"—me comunico del hospital Mercyo, ¿Es usted familiar a los señores Azuara?

—sí, soy su hija— respondí confundida. Mamá no me dijo que irían al hospital.

—Lamentamos informarle, sus padres han fallecido en un accidente automovilístico

—¿¡Que!?, no, no, no, Nooo"


—¿Te esta gustando maldita perra?


"Me mira con seriedad y saca su cartera. Me enseña una foto. Abro los ojos sorprendida. Soy yo de espaldas, dejándome follar por Aquiles. Eso lo tuvieron que hacer las víboras del estudio. La foto está tomada desde dentro. Es obvio que fueron ellas.

—Leo...—lo intento tocar, pero me rechaza.

—Si ya no querías estar conmigo... ¿Para qué esto? ¿Por qué no me terminaste primero? —aprieta los dientes muy enfadado

—Leo, yo...—las lágrimas inundan mis ojos —debí decirte que...

—Sal de mi auto—interrumpe

—Leo

— ¡Sal ahora! —me asusta su tono de voz tan alto y furioso a lo que cierro los ojos un momento."


"¿Te agrada el dolor, Tayna?, ¿Que esperas para despertar?"

"¿Jean?"

"Abre los ojos, por favor, despierta. Dime algo."

"No siento nada, me siento...bien. No quiero despertar, así estoy tranquila."

"¡Tayna!"

"¡Tayna!"

—¡Tayna!, ¡Tayna!— escucho su voz con eco y poco a poco los ruidos a mi alrededor me son regresados. La cabeza me punza y mi cuerpo se sacude violentamente.

De pronto siento el dulce sabor de la sangre en mi boca. El olor de Jean me inunda la nariz. Huele riquísimo pero...hay algo más.

—bebe, toma toda. No importa.

Dejo salir mis colmillos y muerdo suavemente con las pocas energías que me quedan. La sangre sale disparada contra mi. La degusto como un vagabundo que prueba comida casera después de años. Me encanta su sabor. Quizás podría comer todo el día sin parar. Mi cuerpo se regenera poco a poco. Me siento mejor en un par de minutos.

Algo lo arrebata de mi boca. Y yo abro los ojos para buscarlo de nuevo y me topo con Alexander con mirada furiosa, poniendo a su hermano inconsciente sobre el suelo, alejado de mi.

—¿Ya estas contenta?— su cara esta manchada de sangre, lleva cortes a lo largo del rostro y cuello. Su playera blanca esta empapada de sangre del abdomen hacia abajo. Su pantalón esta rasgado y puedo ver los huesos de sus piernas atravesarlo como su fueran lanzas, sus piernas están fracturadas y sus pies ni se mueven. Se arrastra por el piso dejando un caminito de sangre.

Observo todo. Jean esta detrás de el, acostado, igual de ensangrentado y tiene los ojos cerrados. El cabello de ambos tiene copos de hielo, ambos están pálidos. El ambiente es cada vez más frio, el hielo se apodera de todas la cosas, hay unos refrigeradores, unas cajas de madera y lo que parecen instrumentos de carnicería. Y...hay cuerpos abiertos del tórax, colgando del techo con unos ganchos. Este es el congelador de un carnicero pero su carne es reemplazada por cuerpos humanos.

La escena es sumamente tétrica.

—¡Hey, te estoy hablando!—me toma del mentón bruscamente para voltearme la cara hacia el. —¡Lo ves!

—¿Donde...donde estamos?

—¿¡Donde estamos!? ¿¡Es enserio tu pregunta!?—gruñe furioso.

Me muevo para lograr sentarme y me recargo el la pared. El cuerpo me pesa pero lo logro. También mi ropa esta desgarrada y llena de hielo.

—¡Nos congelaran!

—hmm— Jean emite un quejido y clavo mis ojos en el. Tiene entre abiertos los ojos y me da una leve sonrisa. Pero no se mueve ni un ápice. Se ve tan...mal. Baja la mirada y su rostro se relaja. Parece...triste, parece que no tiene ganas ni de moverse. ¿Tan mal hice? O ¿Tan bien lo hice que termine con el?

—¿Que, que podemos hacer?— me debato internamente. Mi corazón parece retorcerse para tratar de hacerme sentir. Pero mi mente...mi mente es todo lo contrario.

—Con tu energía y la de el —señala a Jean con la cabeza —lograre salir y matar a todos esos hijos de puta. —habla con rencor.

No puedo despegar mis ojos de el. Su piel se esta poniendo gris y unas horrendas grietas le están adornando la cara y cuello. Se esta apagando y ahora mismo me esta revolviendo la conciencia. 

—tu hermano...

—¡Se esta muriendo, joder! —se exalta desesperado.

—¡Hazlo ya! —Y en un segundo ya lo tengo tomándome de los brazos y mordiendo mi cuello con saña. —¡Ahhh! —un desgarrador grito sale de mi garganta como reclamo. El dolor pasa a segundo plano, ahora se siente bien.

Mi cabeza cae hacia a tras y mi cuerpo pierde fuerza. Todo gira a mi alrededor. Solo lo escucho tragar y enterrar sus uñas en mi piel. Pasan lo minutos y me suelta. Caigo al piso sin fuerzas, como muñeca de trapo. Lo veo acomodarse los huesos rotos, el sonido es escalofriante. Sus piernas recobran fuerza y se levanta. Cierra los ojos y los demonios del sentir que quedaron con el, salen de entre todos sus tatuajes del cuerpo. Sus ojos son totalmente negros y así, los tres logran romper la puerta y salir hambrientos de sangre.

Busco sus ojos, los esta cerrando.

—Jean...

—Tayna...—susurra apenas con ganas. No me mira, parece metido en su mundo.

—no te duermas

—Tayna...

La temperatura comienza a subir a lo normal.

—despierta

Me arrastro hasta el. No puedo pensar, solo actúo. Algo me presiona el pecho.

Logre derrotarlo pero no me siento contenta, ya no.

Toco su mejilla, esta frio y se siente muy seco, casi como si tocara un cartón. Eso me hace recordar los efectos que menciono Carlos al dispararle a alguien sobrenatural.

Me altero.

—¡Jean!— algo dentro de mi se activa como un chispazo y brinco agitada sobre mi lugar.

Me he llevado toda su energía, lo he matado, a elegido dármela para regresarme a la "vida". Tengo todo su poder. Es aquí donde el decide compartírmelo pero ni siquiera esta consiente de eso. Quiero llorar y no se por que. Tengo los sentimientos encontrados y eso me fastidia.

¿Quedármelos o regresárselos?


"— ¿Me vas a matar? ¿Me estoy volviendo loca? —me toma de la barbilla y escudriña mi rostro lentamente.

—Ninguna de las dos — baja su vista a mis labios. —Mírame— veo sus ojos. Brillantes y tan azules como el mar.

—No te mereces alguien así— susurra en mis labios.

— ¿Cómo?

—Alguien que no te valora. —me quedo en silencio, tratando de analizar las cosas, buscando respuestas."


Su cuerpo comienza a convulsionar y escupir sangre negra.


"— ¿Cómo sé que esto es real? ¿O que no me atacarás? ¿O...? —pone un dedo en mis labios. Haciéndome callar.

—Cuido mi pacto

— ¿Lo haces con todos?

—No, solo contigo—lo observo incrédula

— ¿Por qué?

—Me gustas—no sé cómo reaccionar. Acaricia mi cuello centrándose en mis ojos."


—¡Jean!, ¡No te mueras!— me arrodillo a su lado. Lo sacudo —elijo devolvértelos, quiero que vuelvas, ¿Escuchaste?— continua revolcándose sin control, temo por que se haga daño, temo no volverlo a ver nunca más.

Si muere y no tiene poderes, se convertirá en un humano y los años que lleva aquí le cobraran factura, ¡se convertirá en una momia andante!, Lo leí en uno de los libros. ¡Será fácil de matar! Pero lo quiero vivo. 

—¡Jean! —me inunda la desesperación, no se que hacer. —¡Por favor!, ¡No quiero perder a alguien más!, ¡No me dejes sola!

Lo sacudo y lo sacudo, pasan los segundos y se queda quieto. Exhala y su cuerpo se relaja. Un escalofrío me cruza la espalda. Un ligero viento me roza el oído derecho.

—¡Llévame a mi, no a el!— sollozo arrepentida.

—hazlo— susurra Muerte en mi oído.

—no se que hacer— mi voz se entrecorta.

—si sabes

La respuesta pasa por mi cabeza.

Muerdo mi muñeca y una vez que empapo mis labios de sangre, junto nuestras bocas.

"No lo quiero, los rechazo, son poderes tuyos y siempre lo serán..."

Un destello azul rodea mi cuerpo y pasa de mi boca a la suya lentamente.

"Despierta, por favor"

Pasan los segundos que parecen horas y nada sucede. Las lagrimas bajan por mis mejillas. Quiero golpearme contra la pared. ¡Soy una tonta!


"—Traje helado— alza un bote de helado de chocolate y me lo pone enfrente. Definitivamente se me antoja.

— ¿Cómo supiste donde vivo? ¿Eres algún tipo de loco? —suspira y se deja caer en el sillón, derrotado —Voy a llamar a la policía— no me deja levantar, me detiene del brazo.

— ¡Tú me has invocado!

— ¡No sabía! —suspira —Dijiste que me ofrecerías un trato mejor ¿a qué te referías?

—Vengarte del idiota de tu ex novio y de esas hijas de perra que te han estropeado la vida. ¿No crees que merecen pagar?"


"He acabado contigo, Jean, te dejaré en paz, lo juro. Ambos obtuvimos lo que queríamos del otro. Me alejare de ti. Te quiero a ti aunque tu no me quieras a mi. "

Se mueve y sus manos me sujetan con fuerza la cabeza. Inhala y abre los ojos, son totalmente azules demasiado brillantes. Cierro los ojos y me rindo ante el. Esta bien, si eso es lo que quiere.

Una explosión detrás de mi es lo ultimo que escucho...

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