"Con un cuerpo del demonio
y un alma diseñada por un ángel
con esa mirada
me siento en el cielo
y a la vez en el infierno".
—Ron Lorent.
Angel
Todo lo que sucedió en el pasado me dejó muchas enseñanzas, por ejemplo: nunca te rindas, si amas algo, lucha por ese sueño y no desistas hasta que este se cumpla y, aun así, sigue trabajando hasta que esté conforme con la vida que tienes. La vida no es fácil, eso está más que comprobado. Para unos es más difícil poder salir de una situación, levantarse si te has caído, pedir ayuda cuando lo necesitas, porque las personas tendemos a ser orgullosos y a veces ese orgullo no nos permite coger una mano desinteresadamente.
Aprendí muchas cosas a lo largo de los años, una de ellas fue no rendirme nunca. Me costó trabajo y pasé mucho dolor, perdí a mi padre, mi madre solo regresó a mi vida porque le convenía, no porque realmente hubiera querido ser parte de ella, ni mucho menos de la de Callie, aprendí que el amor no lo cura todo, sin embargo, es de mucha ayuda y que la amistad es cómo un tesoro, que si estás con las personas correctas nunca te vas a sentir solo o sola. Aprendí a quererme primero para querer a alguien más y entregarle todo mi amor.
Aquella noche solo fue el inicio de todo lo que estaba por venir. Hunter regresó a mi vida y esta vez no se fue, se quedó a mi lado a pesar de todo, continué con mis estudios, la cafetería empezó a crecer poco a poco, junto a Callie nos hacíamos cargo al mismo tiempo sin dejar de estudiar, quería ser un buen ejemplo para mi pequeña hermana y que se sienta orgullosa de mí y de todo lo que he conseguido con el paso del tiempo.
Hunter y yo quedamos en que por ahora solo seríamos novios, firmamos el divorcio para empezar a hacer bien las cosas y no cómo antes, que todo fue apresurado y, aunque no nos gustara, fue parte de un pacto que hicimos para que Hunter salvara la vida de mi madre. Ahora quería hacer las cosas bien con él y empezar de cero. Estuvimos en una larga relación de unos cinco años, en ese tiempo me dediqué a estudiar y superarme cómo persona, asistí con una psicóloga que me ayudó a superar todos los traumas por los que había pasado. No podía pensar en la idea de estar con alguien cuando mi mente era un desastre. Junto a Callie viajamos mucho, hermosos lugares que jamás me hubiera imaginado conocer. Pasamos mucho tiempo con Marie, le quisimos pagar un poquito todo lo que había hecho por nosotros todo este tiempo.
Después de algún tiempo pensándolo, Hunter y yo decidimos que era hora de casarnos, no queríamos dejar pasar más tiempo, aunque fui yo quien le pidió que nos esperemos para hacer las cosas cómo se debe, no cómo años atrás, cuando nos dejamos llevar por todo lo que sentíamos e hicimos todo mal. Esta vez Hunter le pidió mi mano a Marie, hicimos una cena con todos nuestros amigos y todo fue hermoso. Callie, Mara, Danielle y Char me ayudaron a organizar la boda, estuvimos un año preparando todo para que fuera perfecto y que nada saliera mal. Aunque Char se involucró más en todo esto, no era una planeadora de bodas, sin embargo, se le daba perfecto y estaba sopesando la idea de convertirse en una.
Así que el día tan esperado llegó, todo fue perfecto, muchas mesas con adornos florales, luces por todas partes, globos, flores colgando de las esquinas, el jardín que Char eligió tenía árboles y flores de todos los colores. No me creía que esto estuviera pasando y que, en lugar de estar en una capilla en Las Vegas, me encontraba en un hermoso jardín compartiendo este momento con todos nuestros amigos y familia.
Observaba cada mesa donde se encontraban sentados amigos y familiares. Hunter se había reconciliado con su madre, así que ella estaba presente al igual que su hermana y el novio de ella. También algunos familiares de ellos, por parte de su madre y su papá. Mara junto a sus padres, Charlotte, Maykel, Danielle, amigas de Callie de la universidad y del colegio a quienes seguía frecuentando. La música se escuchaba baja, permitiendo que los invitados pudieran hablar entre sí, algunos se acercaban a la pista para bailar y otros más (cómo los hombres), se alejaban para fumar o beber.
—¿Angel? —Hunter puso su mano sobre mi pierna. Volteé a verlo, tenía una hermosa sonrisa dibujada en los labios —. ¿Estás bien? —puse la mano encima de la suya.
—Estoy más que bien —respondí. No paraba de mirarme desde que me vio salir vestida de novia. Se le caía la baba y yo me encontraba igual o peor que él. Se veía tan sexy con su traje negro y su camisa blanca, junto a ese moño que rodeaba su cuello —. Esto es todo lo que soñé y más —le confesé.
Hunter cogió mi mano con delicadeza, pasando su pulgar sobre los anillos que adornaban mi dedo. Tenía ese brillo especial en las pupilas, se veía enamorado e ilusionado.
—¿Quieres bailar? —fruncí levemente el ceño. Una canción ya conocida para nosotros empezó a sonar de repente —. ¿Recuerdas que te debo un baile? —el agarre en mi mano se hizo más fuerte.
—Pensé que lo habías olvidado, Dagger —negó con la cabeza.
—Jamás podría olvidarlo —me ayudó a ponerme de pie y me guio hacia la pista que se encontraba sola. Recibimos algunos aplausos a nuestro paso. El corazón se me aceleró de inmediato.
Hunter me tomó de la mano y llevó una mano a mi cintura, mientras Until I Found You de Stephen Sanchez sonaba por todos lados. Descansé una mano sobre su hombro, nos balanceábamos de un lado al otro. Mi estómago era cómo un criadero de mariposas que revoloteaban dentro de mi ser. Su mirada intensa. Se mojó los labios y bajó la mirada hacia los míos.
—¿Puedo saber en qué tanto piensas? —le pregunté. Con la mano que sostenía mi cintura se deslizó a mi espalda para atraerme a su pecho.
—¿En verdad quieres saber lo que estoy pensando ahora mismo? —su voz se escuchó más ronca.
—Dagger —murmuré. Conocía ese tono de voz y podía adivinar lo que estaba pensando. Observé a todas las personas a nuestro alrededor, quienes ignoraban por completo lo que en realidad estaba pasando.
—Tú preguntaste —comentó. Nos mirábamos directamente a los ojos.
—Dime qué estás pensando —quise saber.
—No creo que te guste la respuesta —hizo un gesto tierno.
—Dime —exigí.
—Me imagino el momento en el que lleguemos al lugar donde pasaremos nuestra luna de miel, te voy a quitar el vestido y besaré cada rincón de tu hermoso cuerpo, me desharé lentamente de la lencería que llevas puesta y te haré mía —me mordí el labio —. ¿Qué dijimos de morderte el labio? —Era un acto reflejo que no podía evitar.
—Lo siento —me disculpé. La canción se escuchaba a lo lejos, sin embargo, ya no le prestábamos atención.
Deslizó su mano desde mi espalda hasta mi nuca ejerciendo presión, sabía lo que iba a pasar a continuación, así que no puse resistencia, al contrario, dejé que hiciera de mí lo que él quería. Su mirada era intensa y profunda, en ella danzaban mil demonios, sin embargo, mis ángeles los abrazaron con efusividad, danzaban y disfrutaban de la compañía del otro.
—Angel, yo sí te amo —repitió las palabras que le dije aquella trágica noche cuando le confesé —. Te amo más que nadie en este mundo y por ti iría al mismísimo cielo sin importar que no sea bienvenido allá arriba. Te amo con toda mi alma —llevó mi mano a la altura de su corazón —. ¿Lo puedes sentir? —asentí.
En ese momento no existía nadie más para nosotros, éramos Hunter y yo en este vasto mundo.
—Late así por ti, porque eres la dueña de mi corazón.
—Hunter...—murmuré. Mi barbilla tembló, quería llorar.
—Yo sí te amo, Angel.
—Yo sí te amo, Diablo.
Todo culminó con un beso que avivó todo el fuego dentro de mi ser y despertó los demonios que yacían dormidos en mi alma. Nunca fui una santa, Hunter Dagger despertaba lo peor de mí, me hacía querer más de él, más de su amor, aunque este ya lo tenía para mí solita. Porque Hunter Dagger o cómo todos lo conocían: El Diablo de Seattle, no era tan diablo cómo aparentaba, era un ángel también. Un ángel que tuvo la mala suerte de caer al infierno y él mismo se condenó a una tortura de la que no quería salir, sin embargo, a su vida llegó un ángel que le tendió la mano y lo sacó de ese lugar para llevarlo con él y juntos vivir la más hermosa historia de amor. Porque los ángeles y los demonios sí se pueden enamorar.
Fin.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro