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Pieza única

¿Por qué me gustaba jugar con Baekhyun? No tenía idea, era quizá que en su casa había más patio trasero que en la mía donde apenas si entraba la vieja lavadora de mamá, tal vez el hecho de que compartía conmigo toda la comida que le daban y cuando se hacía tarde me invitaban a cenar con ellos, también tenía que ver con el hecho de que tenían una televisión tan grande como la pared y que contaba con más canales que la vieja que estaba en mi casa con sólo dos canales aburridos.

Podría enumerar las miles de ventajas que recibía al ser compañero de juegos de Byun Baekhyun, pero había muy en el fondo que no me atrevía a rascar, como cuando ambos encontramos un gato muerto en el arenero de su patio trasero, apaleamos toda la arena que pudimos para ocultar la desgracia que descubrimos en la tarde de un día veraniego. Yo sonreía mientras movía la pala de juguete que era obviamente de él y que me prestaba amablemente, ignorando el hecho de que jugábamos alrededor de un cadáver, de un animal sí, pero finalmente cadáver.

Él sólo movía sus largas pestañas marrones que tan finamente protegían a sus ojos del polvo, las pequeñas pecas adornaban sus mejillas algo regordetas, de una manera sana y encantadora, vestido siempre con las mejores prendas, me gustaba cuando usaba pantalones cortos azul marino junto a una camisa de rayas celestes y blancas, tirantes negros que cruzaban su pecho y ese moñito en el cuello de la camisa que le hacía ver completamente como otro niño snob más.

Y lo era, Baekhyun era un niño rico y mimado, consentido desde bebé con las mejores atenciones posibles, a veces sospechaba que su cuna era de oro así como su inodoro. Él mismo me podría haber dicho que se bañaba en oro cada noche y le creería sin dudarlo, no tanto por todo el dinero que su opulenta familia cargaba en los bolsillos, sino porque para mí él brillaba.

Ante mis ojos era ver un gran tesoro, iluminaba todo a su paso cada que sonreía y batía sus lindas pestañas y yo me preguntaba por qué se había interesado en alguien como yo. No era normal que una familia de su clase decidiera que su único heredero puede jugar con el hijo de la sirvienta, pero ellos no lo habían decidido, sino el propio Baekhyun que un día se interesó en mí como su juguete nuevo.

Tenía que acompañar a mamá a su trabajo por las tardes, andaba en los 8 años cuando fui por primera vez y me repitió todo el tiempo que no debía causar molestias a nadie ni dejarme ver por alguno de la familia. Claramente hice caso, no me moví de la cocina en todo momento, sin embargo no contaba con que él mismo entrara. Sus zapatitos negros bien pulidos sonaban contra el piso pulido y pude ver su cabecita de ligeros rizos castaños acercarse.

—¿Tú quién eres? — Preguntó al verme, tenía una chistosa forma de hablar y se debía a que no tenía algunos dientes de leche ya.

Ambos puños los tenía en la cadera intentando intimidarme, pero yo ya sabía quién era por las miles de fotos colgadas de él que habían en esa casa.

—Soy Park Chanyeol — respondí haciéndome hacia atrás para ocultarme de él.

—¿Chanyeol? — Se acercó a mí decididamente y sus ojos brillaban — Tus orejas son enormes — sin pedirme permiso las tocó, aunque me asusté sabía que no me podía apartar y dejé que sus pequeñas manitas me tocaran a mí — ¿Por qué son tan grandes?

—No lo sé...yo también me lo pregunto — me rasqué mi brazo evitando mirarlo.

—Eres más alto que yo — volvió a hablar, esta vez se ponía de puntitas para intentar alcanzarme — No me gusta

—¿No te gusta?

—No, yo quiero ser más alto que tú — infló sus mofletes y parecía estar haciendo un tipo de berrinche, no quería que se pusiera a llorar o algo así, por lo que me arrodillé frente a él.

—Ahí está, eres más alto — mostré mi sonrisa más convincente para ver si se le pasaba.

—¿Eres mi esclavo? — Preguntó adoptando una nueva felicidad y olvidando lo anterior.

—¿Eh?

—Sí, mi esclavo, me vas a servir — me apuntó con su dedo.

Justamente en ese momento entró mi madre y se asustó de vernos juntos.

—Señorito Baekhyun — llamó asustada, como si su propio hijo pudiera pasarle tuviera lepra, lo alejó de mí y se lo llevó a donde sea que él debiera estar.

Eso sí, se giró para verme antes de salir de la cocina y me sonrió, debí adivinar en ese momento que había firmado un contrato con él que duraría por siempre. Entonces los siguientes días cambiaron radicalmente, a regañadientes los demás empleados me arrancaron de los brazos de mi madre para llevarme a jugar con Baekhyun, me convertí en un empleado más, obligado a seguirle en todo lo que quisiera.

Él siempre era el protagonista de nuestros juegos infantiles, el héroe. Mi mundo comenzó a girar alrededor de Baekhyun, empecé a vivir para servirle y lo que yo quisiera quedaba muy lejos, pareciera que podía disfrutar de muchas cosas que ni en sueños mi madre podría darme, pero eso apenas compensaba lo demás. Hubo un punto en el que lo odié, en el que tenía ganas de gritarle que me dejase en paz porque no quería volver a jugar con él.

Pero siempre había alguien vigilándonos con atención, a que yo no hiciera algo malo con Baekhyun porque finalmente era un pobretón. Sin embargo, el día en que mi aprehensor decidió cambiar de juego no había nadie, destino o no, las cosas se dieron así. Habíamos terminado de ver una película, en específico La Bella Durmiente, como era de esperarse se le ocurrió jugar a eso.

—Yo seré Aurora y tú...— se quedó pensativo, yo anticipaba que diría que sería una hada madrina o algo por el estilo, de bajo nivel — mi príncipe — afirmó pegándose a mi pecho como si fuera una dulce princesa.

—¿Yo por qué? — Quise saber, jamás me había querido incluir en su juego como un igual.

—Porque...eres alto — respondió sin querer soltarme, sus delgados brazos rodeaban mi cintura y no parecía querer soltarme — hueles bien para ser pobre — soltó de repente.

—Umm sí, el jabón no es muy caro realmente...

—El que yo uso es traído de Francia — explicó como si fuera un gran logro y yo asentí.

—Aquí también se hace jabón — mostró una mueca de confusión, al parecer estaba diciendo alguna tontería.

Se alejó de mí y fue a acostarse en una alfombra blanca que tenía, lo observé con cuidado esperando a que me dijera algo, pero sólo se quedó ahí quieto y cerró los ojos. Tuve miedo de acercarme, así que fui lento y sin respirar, temiendo despertarlo de aquel sueño, me detuve para agacharme hacia él y me quedé viéndolo haciendo nada y todo, contemplarlo era suficiente para mí.

—¿Qué esperas? — Susurró repentinamente sin abrir los ojos — Bésame ya

No me creí que lo dijo, deposité un casto beso en su mejilla derecha y me alejé un poco.

—En la boca, como en la película, como lo hacen mis papis — volvió a regañarme.

Era una orden, ¿no? Miré en todas direcciones por si alguien nos veía, sentía que era prohibido el que yo besara a Baekhyun, porque éramos niños y yo no era rico.

—No hay nadie, anda — ya no me di tiempo de seguir dudando.

Le di un beso en los labios, quería que fuera rápido y corto, pero él no me dejó alejarme, seguimos con los labios pegados un buen rato hasta que se cansó y me soltó.

—Me lo imaginaba diferente — dijo cuando se levantó, se encogió de hombros y siguió con su camino — En fin, hagamos otra cosa

Yo aún estaba en el piso confundido y agitado, mi corazón latía rápidamente por haber besado al niño snob que tanto odiaba en secreto, yo sólo pensaba en la pregunta: ¿por qué?

Baekhyun no volvió a hablar del tema, hizo como si jamás hubiese pasado y yo igual, seguimos jugando lo de antes y cuando creía que todo regresaba a la normalidad ella apareció. Taeyeon era una niña muy bonita, de cabello rubio hasta la cintura y reluciente, a lado de Baekhyun parecían una pareja de muñecas hermosas y yo sobraba en el cuadro.

—Taeyeon es una niña muy bonita — comentaba de repente después de haber jugado todo el día con ella — Quizá le pida un beso

Apreté mis puños al escuchar aquello.

Dejé de ser el juguete favorito de él porque ahora la nueva novedad era esa niña que sus padres habían invitado para que jugara con su hijo, una niña que ellos aprobaran lo suficientemente buena. Me limitaba a jugar en una esquina mientras los observaba, esperando a que fuera de nuevo necesario, sabía que él volvería a mí porque ella era como él, caprichosa.

Y sí, hubo un momento en el que ambos se comenzaron a pelear por ser el número uno, sonreí al ver que se peleaban por cosas innecesarias.

—Yo quiero ver Dumbo — pedía Baekhyun.

—A mí no me gusta esa película, es aburrida — se quejaba Taeyeon.

—¡Pero yo la quiero ver! — Estaba gritando ya.

—Señorito Baekhyun, hay que ser amables con las visitas — le decía el mayordomo que siempre nos vigilaba mientras ponía la película que Taeyeon pedía.

Baek sintió la traición de su parte al hacer eso y se fue a sentar enojado en uno de los sillones bastantes alejado de Taeyeon. Me quedé en mi lugar pacientemente jugando los carritos que siempre usábamos ambos, yo hacía como que jugaba y cuando noté la mirada de Baek sobre mí le tendí el carro que él ocupaba, porque yo no me atrevía a tomar lo que era suyo o a ponerme encima de él.

Corrió hacia mí a tomar el lugar que le correspondía siendo el primero en todo.

—Tú me gustas más que ella — confesó tomando su carrito y conduciéndolo por el piso — quiero que se vaya y no vuelva, pero mis papás no me cumplen esto

Parecía molesto, frustrado por no recibir lo que quiere de forma inmediata como había estado acostumbrado. Pobre de mi Baekkie.

—Baek, ven aquí — llamó de repente ella, no volteé a mirarla siquiera, jamás la había visto a los ojos porque me intimidaba de cierta forma.

—No quiero — él en cambio se puso a jugar con los bloques con letras que tenía.

Busqué al mayordomo pero no estaba, no me había dado cuenta en qué momento se había ido.

—¡Que vengas! — Gritó.

—¡Oblígame, fea! — Escupió molesto, nunca lo había visto así.

Entonces Taeyeon caminó hasta nosotros bastante enojada y hundió sus dedos en la cabellera de Baek para jalarlo hacia los sillones, él se puso a llorar fuertemente e intentaba liberarse.

—¡Chan, Chan, haz algo! — Me llamaba viéndome con sus ojillos de perrito siendo lastimado.

En un impulso de completa desquicia tomé el cubo que había dejado Baekhyun caer en el piso en el momento que fue atacado, caminé hacia Taeyeon que seguía jalando del cabello a Baek y le di con el cubo de madera contra la frente.

Primero fue un golpe, luego dos y hasta tres, madera contra su fina piel de porcelana que se quebró manchando todo de sangre. Dejé caer mi arma al piso, una A perfectamente tallada que había sido profanada para calmarla.

Baek se levantó corriendo hacia mí y me abrazó fuertemente mientras lloraba en mi pecho.

—Gracias, Chanyeol — murmuró — no te volveré a cambiar ni alejar de mí....nunca – Aquellas palabras fueron lo que había querido escuchar desde tiempo atrás.

No existía nadie mejor que yo para él, nadie le serviría como yo.

La puerta se abrió y el mayordomo nos encontró en la escena de crimen.

—Perdón, era un bonito vestido pero tenía que calmarla — expliqué con voz serena y teniendo a Baek contra mí pecho.

Ese día la familia Byun decidió que era el indicado para protegerlo de quien se atreviese a ponerle un dedo encima al tesoro más preciado de la mansión. Me dediqué a cuidarlo, a ser un perro guardián viviendo en las sombras junto a su diamante, era lo único que necesitaba para existir.


Tengo una ataque de ChanBaek, todo lo que me imagino es sobre esta otp, necesito ayuda ;; siento que no quedó como yo quería pero meeeeehhhh ahí está, espero les guste <3

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