44
[🍁]
—Jung, despierta, quiero desayunar.—hizo un puchero mientras lo sacudía.—Tengo hambre.—
—Hazte cereal.—se volvió a cubrir con la colcha.
—Debes de darme comida, además, hoy es sábado y quiero salir contigo.—le dijo.
—No podemos salir, nos verán juntos.—
—Iremos a una sesión de fotos.—Hoseok se paró de repente.
—Oh no.
—Oh sí.—sonrió.
—No Yoongi, eso no. Simplemente no, y no y no.—se negó.—No quiero escándalos.
—Seokie, sólo será una hora.—
Hoseok lo miró dudoso.—Confía en mí, no pasará nada. Sólo será una hora...—
—Discutimos eso después. Iré a bañarme..—dijo reincorporándose.—Si tienes hambre, abajo está mi madre, el desayuno ya debe de estar listo.—le sonrió antes de meterse al baño.
La barriga de Yoongi comenzó a sonar, aunque le diera un poco de vergüenza bajó las escaleras y se dirigió hasta la cocina. Olía tan bien que eso alborotó aún más su hambre. Al no ver a nadie en la cocina, sospechó que podía prepararse un cereal como bien dijo Hoseok, o un sándwich.
—¡Yoongi!—saltó. El grito de la madre de Hoseok lo asustó.—¿Tienes hambre, cariño?
—A-algo..—tartamudeó.
—Toma asiento, Hoseok tarda mucho bañándose, así que no hay que esperarlo para desayunar.—dijo. Yoongi tomó asiento y a los segundos la madre de Jung llegó con un platillo para él y para ella.—Disfrútalo.
—Gracias señora Jung.—hizo una reverencia.
—De nada. Hoseok no me ha presentado a nadie nuevo, eres el primero cómo en dos años.—sonrió.—Él es muy social, pero no a muchos los trae a casa. Siéntete afortunado.—le guiñó un ojo.
—Gracias señora Jung. Pero cuénteme, ¿tanto habla Hoseok de mí?
—Oh claro que sí. Si no habla conmigo sobre ti, lo habla con Seokjin. Ellos dos siempre han sido como uña y mugre, ambos se cuentan todo. Seokjin luego en el trabajo me cuenta lo que mi hijo le dice.—
—¿Cosas buenas?—
—¡Claro! Mi hijo es un sol.
—Señora.—le habló.—Concuerdo muy bien con lo que usted dice.
—Ahora me agradas, Yoongi. Por eso te diré, que como madre de Hoseok conozco muy bien sus estados de ánimos. Si algo pasa, lo sabré.
—¿Es amenaza?—ambos rieron.—Jamás le haría algo malo a Hoseok, quiero a su hijo.—le dijo.—Hoy lo llevaré a una sesión de fotos.
—¡Oh! ¿Enserio?.—Yoongi asintió.
—Quiero que tenga más autoestima, ¿puede creerlo? Su hijo no cree cuando le digo que es lindo.—hizo un puchero.
Terminó de desayunar y fue hasta la habitación. Al parecer Hoseok seguía dentro. Tocó varias veces pero solo consiguió que abriera la puerta. Estaba Hoseok frente al espejo ondulando sus cabellos.—¿Rulitos?—preguntó.
—¿Se me ven mal?—volvió a mirarse y analizar qué tal le quedaban aquellos rulos.
—No, para nada. Se ven hermosos en ti.—Yoongi lo miraba por el espejo. Logró apreciar la forma en la que bajó su rostro sonrojándose.—Si te estás arreglando de más es... ¿por qué si aceptas?—
—Mientras me duchaba pensé que sería buena idea.—le sonrió.—Y a cambio de eso, llegaré y haré brownies.
—No hace falta.—le sonrió.—Ven.—extendió sus brazos. Hoseok dejó de lado su rizadora y fue a los brazos del mayor, abrazándolo de tal forma que ama.—Sigue con tus rulitos, iré a ponerme algo adecuado.
—¿No te bañarás?—preguntó.
—Desperté dos horas antes que tú. Te veías muy lindo arriba de mí que no quería despertarte.—le guiñó un ojo.—Me bañé no hace mucho, cuando logré que te bajaras de mí
[🍁]
Un cubre bocas y un gorro cubrían a la perfección las facciones de Yoongi, su cabello rubio se ocultaba al igual que su rostro. Si reconocían a Hoseok, a Yoongi sería casi que imposible que lo hicieran. Aunque Jung estuviese un poco nervioso y asustado sobre lo que pueda pasar ese día, entendía que eso no podía impedirle pasar un buen rato con el mayor. Puede que haya extrañado ir de la mano con él en lugares públicos.
Entraron a una tienda de accesorios, Yoongi necesitaba un brazalete, tenía pensado darle un pequeño regalo a la madre de Hoseok, algo así como un tipo de "Gracias" por dejarlo estar esa semana allí. Hoseok miraba otras cosas por lo tanto él logró pagar aquella bonita pulsera algo costosa.
—¿Tienes lo que buscabas?—Yoongi asintió.—
—Iremos a tu sesión, es por aquí.—Yoongi lo tomó de la mano y entrelazaron sus dedos. Caminaron por el centro comercial hasta llegar al segundo piso de este, yendo hacia el estudio fotográfico. Uno lindo y elegante.—Ellos sabrán que hacer, me sentare allí y te veré.
Quería besarlo, de eso estaba seguro. Pero no podía arriesgarse, menos ahora que está decidido que quiere tener a Hoseok en su vida. Cualquier chisme, foto o publicación podía arruinar lo que tenían. Hacer algo en público y que los viesen sería un completo caos.
[🍁]
—¡Yoongi borra ese estado!—Hoseok estaba sentado en el regazo del mayor, con sus piernas a un costado de la cadera de éste y con su celular en mano.—En esa foto no salgo tan lindo.—hizo un puchero.
—¿Qué?—Yoongi dejó de lado su teléfono y se concentró en él chico encima suyo.—¿Hablas de verdad?—dijo.—Hoseok, eres perfecto.—Hoseok fingió no escucharlo, seguía mirando su teléfono. Sabía que si lo miraba, él se sonrojaría.—Mírame.—dijo el mayor.
—No hasta que borres el estado.—se hizo el fuerte. Sabía que no aguantaría mucho.
Con un rápido movimiento, Yoongi le quitó el teléfono y sin tiempo de que él castaño protestara, con su mano lo tomó de la cintura haciéndolo que se acostara en su pecho.—Eres Perfecto.—le dijo. Ambos se miraban a los ojos y Hoseok trataba de mostrarse serio, enojado.—Lo eres.—Yoongi le dió un beso.—Muy lindo.—otro beso.—Muy guapo.—un beso más.—Perfecto, bonito, lindo, hermoso.—por cada palabra plantó un beso en los labios rosados de Jung.—¿Entiendes o le sigo?—para entonces, Hoseok tenía una enorme sonrisa en sus labios.—Jung, para mí eres lo que sigue de perfecto.—con sus manos, Min tomó los cachetes del chico y los aplastó un poco, haciendo algunas caras graciosas.
—Eres un cursi.—nada más dijo. Pensaba que si hablaba su voz iba a donar extraña, temblorosa. Su corazón latía muy rápido, y su nerviosismo llegó. Las palabras de Yoongi lo avergonzaban, nadie lo había tratado de tal manera.
—Si quieres no diré nada por el estilo.—abultó su labio inferior.
—Me gusta que lo hagas.
—Te gusto yo.
Hoseok rió al igual que Yoongi. Volvieron a juntar sus labios en un beso, un beso lleno de locura, donde sus labios se rozaban con algo de rapidez, donde sentían la textura y el sabor del contrario. Uno donde al pasar los segundos se volvía aún más profundo e íntimo, donde sus lenguas se encontraban y disfrutaban de la ajena. Las manos de Yoongi pasaron a la espalda baja del castaño, dejó caricias por debajo de su playera, llevándolas hasta su espalda dándole escalofríos al chico. Entre beso y beso, las manos de Jung estaban en los cabellos de Min dándole caricias, mientras que las manos de éste se posaban con algo de temor en su trasero, apretándolo de a poco, disfrutando de su forma redonda por encima de la tela de sus pantalones.
Y aunque sus intenciones no eran parar, Yoongi comenzó a mover involuntariamente el trasero de Hoseok haciéndolo subir y bajar encima suyo, mientras sus ojos cerrados y su tramposa mente le jugaba una broma pensando que era otro tipo de acción aún más íntima la que hacían.
—Ya es tarde Jung, debemos dormir.
—No quiero dormir.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro