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—¡Hyung!—gritó.—Olvidó su playera.—Yoongi estaba bañándose, la reservación para el restaurante era a las 8, y solo Yoongi faltaba para arreglarse.
—¡Saldré por ella!—contestó al otro lado de la puerta.
Hoseok estuvo viendo por un rato su habitación, miró el closet y vió la ropa acomodada del mayor a un lado, bien lisas y perfectamente arregladas. Parecían nuevas.
En la mesita de noche estaba el celular de Yoongi, colocó el patrón que sabía.
[🍁]
—¿I-irás así?—preguntó Yoongi.
—¿Me veo muy mal?—miró su atuendo y comenzó analizarlo.
—No es eso.. sólo qué..—volvió a mirarlo de pies a cabeza. Se veía hermoso.—Vas muy lindo.—dijo.—¿Y si alguien más te ve y se enamora?
—Eso no pasará nunca.—rió.—No soy tan lindo.—Yoongi puso los ojos en blanco ante aquella mentira.—Hyung ¿sabe manejar?
—Claro, ¿por qué?
—Mi madre dejó el coche, no sé manejar y que bueno que tú sabes.—mintió.—Vamos.
—Espera, Jung.—lo tomó del brazo.—Ven.—Yoongi se acercó a él y despejó un poco la chaqueta de su pecho, tomó el collar que colgaba de su cuello y comenzó a desenrollarlo. Hoseok veía el rostro serio de Yoongi a solo centímetros de él. Todo eso era irreal.—Estaba mal.—lo miró a los ojos y le sonrió.—Ahora sí, vamos.
[🍁]
—Bebé ¿es aquí?—preguntó Yoongi. Hoseok asintió y estacionó el coche.—¿Seguro que no habrá nadie que nos vea?
—Seguro hyung, hay unas salas especiales para comer con privacidad.—le dijo.—Tranquilo. Entremos.
Hoseok lo llevó por el brazo. Llegaron a la puerta y un caballeroso señor la abrió, fue Hoseok. Dejando pasar a Yoongi primero él le siguió. Caminaron hasta un lugar donde una chica linda estaba en una especie de mostrador.
—¿Tiene reservación?—preguntó la chica.-
—Sí, Jung Hoseok.—dijo. La chica revisó en su tableta y vió la reservación, con una reverencia los recibió y los guió a una de esas salas un tanto privadas. Dejó los menús sobre la mesa para después retirarse.
—Él lugar es lindo, no sé por qué no sabía de él.—dijo Yoongi mientras miraba el menú.
—No era tan reconocido, este año remodelaron, lo hicieron más moderno y la popularidad se formó. Igual Jungkook influyó mucho en subir unas fotos con el chef.—dijo.
—¿Era Seokjin?.—Hoseok asintió.—¿Entonces Seokjin aparte de ser el dueño, es el chef?—Hoseok asintió.
—Él es el chef. Mi madre es su ayudante.—dijo.—¿Algo que te guste del menú? ¿O quieres que pida por ti?
—Pide por mí.
Hace 21 minutos.
♥💬↗
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@Jung_hope: sr.cachetitos.
[🍁]
—¿Entonces?—preguntó Hoseok.
—Estuvo delicioso. Sin dudas volveré cuando pueda.—le sonrió.—Que tal si vemos algunas películas llegando a casa.—sugirió.
—Mi madre no estará, podemos verlas en su habitación.
—Me parece perfecto. Bueno, ¿nos vamos?
—Espera.—Hoseok se paró de su asiento. Y se inclinó.—Si no lo hago no estarán felices.—tomó con su mano el mentón del mayor y se acercó a él para besar sus labios. Besándolo con delicadeza, rozando sus labios sin apuro, sintiendo esa sensación que a ambos le gustaban.—Ahora sí, vámonos.—Ninguno de los dos habló sobre lo que había pasado minutos atrás. Después de saludar a la madre de Hoseok y a Seokjin salieron del restaurante. Llegaron al coche y se quedaron allí un rato.
—¿Por qué?—dijo.
—¿A-ah? Perdón.. no lo vuelvo hacer, lo prometo. No pensé que te molestara y para ser sincero yo en verdad quería be-.
Yoongi lo agarró de sorpresa, tomó con la palma de su mano la mejilla del castaño y lo atrajo a él en un beso, besó sus labios con algo de rapidez, los labios de Hoseok se estaban volviendo su adicción. Lo suave que eran y lo bien que se movían al compás de los suyos. Besarlo era algo que quería hacer por el resto de sus días, nunca separarse, tenerlo así haciendo algo tan intimo como lo es un beso.
—Besarte...—terminó la palabra. Sus rostros estabas muy cerca, sus respiraciones se entre mezclaban y narices rozaban.—Yoongi..—susurró. Él mencionado volvió a juntar sus labios en un beso, uno rápido pero a pesar de todo, fue más que magnífico.
—Después hablamos. Dame tiempo.—le dijo mientras juntaban sus frentes.—Sólo sigamos con lo que sea que tengamos.-
[🍁]
—¿Palomitas o galletas?.—dijo.—¿Que quieres comer?—preguntó Hoseok.
A ti. Y eso hubiese estado más que genial que lo hubiese dicho.
—Lo que sea, sólo quiero estar contigo.—Hoseok llevó las galletas y acompañó a Yoongi hasta el cuarto de su madre.
Una linda película de Disney se reproducía en el televisor. Usaba como almohada el pecho del mayor, con su pierna y brazo lo abrazaba, quería estar cerca de él. Sentía las caricias que el mayor le daba en su espalda y hombros, escuchaba el latir del corazón, sentía la respiración del contrario; como su pecho subía y bajaba. Se sentía feliz.
Y aunque la película de la sirenita ha sido su favorita desde pequeño que la miraba con Jimin, esta vez no le prestaba mucha atención. Estaba embobado pensando y sintiendo al mayor, tenía ganas besarlo, sentirlo. Estaba empezando a enamorarse, pero no aquel amor de fan a idol. Era un amor real, estaba comenzando a enamorarse de Min Yoongi; del chico que lo habla todos los días, con el qué hace llamadas cada noche. Con el chico que lo cuida y lo quiere.
Se impresionaba que todo iba bien, era
impresionante para él que llevara tanto tiempo sintiéndose así. Y todo gracias a Yoongi.
—Yoongi..—pronunció.
—¿Qué pasó, bebé?.—ahora peinaba sus cabellos.
—¿Puedes besarme?—se atrevió a decir.
—¿Estás bien?.—Con su mano hizo que Hoseok lo volteara a ver. Tenía los ojos llorosos.—¿Qué pasa? ¿No estás feliz?—hizo un puchero.
—C-Claro que lo estoy. Por eso quiero llorar.—dijo.
—Ven.—lo atrajo hasta él y le dió un beso en la frente. Lo abrazó y le dijo que todo estaría bien, que nada malo pasará y que disfrutaran del momento.—No llores, estoy aquí.—le sonrió.
—Deberías ir a dormir.—dijo.—Ya es tarde, debes de estar cansado.
—No lo estoy, dormimos toda la mañana, recuerda.—contestó.—Y quiero que duermas conmigo.
—No pienso pararme de aquí. Tampoco podemos dormir aquí, mi madre vuelve por la mañana.
—Bueno pues te llevaré.—rió.
—Soy muy pesado. Ve a la cama, Yoongi.
—Lo haré, pero sólo por qué tú mandas.—plantó un beso en su nariz. Hoseok se hizo a un lado y lo dejó ir.
Escuchó como la puerta del otro cuarto de cerró. El ya se había ido. Miró al techo y comenzó a pensar, él en verdad tenía a Yoongi en su cama, ¿por qué lo dejó ir? Hoseok quería estar junto a él, abrazarlo. Estuvo casi un mes sin verlo, eso fue una tortura cómo para que ahora duerman en distintos lugares.
—Hoseok eres un estúpido.—dijo. Aventó la colcha hacia algún lugar y salió súper rápido del cuarto, sin tocar o avisar pasó. Yoongi estaba recostado mirando el techo. Se lanzó hacia él aplastándolo. Todo su cuerpo encima del rubio. Sus piernas a los costados de la cadera del chico. Con su rostro oculto entre el cuello del mayor y sus manos en los cabellos rubios. Yoon sólo reaccionó abrazándolo por la cintura.—No lo digas.—habló.
—Sabía que vendrías.—dijo justo lo que Hoseok le había dicho que no dijera.—Descansa nene.
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