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28

Comenten/reaccionen

Llegaron al hotel y ambos se dirigieron al ascensor. Yoongi llevaba las bolsas y Hoseok su maleta con ruedas. En el ascensor Yoongi presionó el botón del número once, haciendo así que el ascensor subiera.

—¿Hay alguien en el apartamento?—preguntó Hoseok para romper aquel incómodo silencio.

—No, los chicos están en otro apartamento. Ya saben, "privacidad".—

—Me imagino.—

El ascensor llegó a su destino y ambos bajaron. Yoongi con la tarjeta del lugar abrió la puerta, los dos entraron y a la vista de Hoseok llegó una gran sala con un muy gran ventanal. La luz entraba por aquellas ventanas iluminando todo aquel bonito apartamento. La sala de estar era linda, se veía cómoda, una gran pantalla estaba frente a los sillones; una noche de películas se le venía a la mente. A un lado del pasillo de la puerta estaba la cocina, era grande, más que la cocina de su casa. Era su sueño aquella cocina, en realidad si se veía como aquello que dijo Yoongi. Como una pareja de recién casados. Un apartamento grande y espacioso, la cocina tan linda y glamorosa en donde muchos pasteles podría hornear, la sala de estar espaciosa y con un fran proyector de películas. Era lindo.

—¿cocinamos ya?—preguntó Yoongi.

—Vamos.—después de dejar su maleta en el cuarto de huésped Hoseok volvió a la cocina. Ambos se pusieron un muy bonito delantal. Sacó su libreta en donde anotaba todas sus recetas y la dejó a un lado. Ambos preparaban la mezcla, Yoongi le ayudaba a batir el queso crema con algo de extracto de vainilla. Olía muy delicioso y todavía empezaban.—Trae la harina.—dijo tomando la batidora.

Yoongi hizo caso y la llevó. Sirvió una taza de harina y la pasó a un colador mientras la daba de golpecitos para que la harina cayera en la mezcla.—¿Ya sirvo para chef?—preguntó Yoongi dejando de un lado aquel colador vacío. Tomó una pala y con movimientos envolventes mezcló.

—Claro, todo un chef que no sabe romper un huevo.—bromeó Hoseok pues hace unos minutos atrás le había pedido al rapero que quebrara unos huevos y separara la yema de la clara. Yoongi no sabía lo que hacía y al querer quebrar uno con la esquina de la estufa, lo hizo tan fuerte que el huevo se rompió y se derramó en todo el piso.

—Aprenderé.

Al final la mezcla ya estaba hecha y Hoseok vertió todo está en un molde para pasteles. Mientras eso se horneaba se dedicó a hacer la crema del centro mientras que Yoongi hacía una especie de mermelada con frambuesas. Hoseok le dio instrucciones de lo que debía hacer, era fácil. Después sonó la alarma del celular de Yoongi indicando que los minutos de cocción ya habían pasado. Hoseok sacó el pastel con los guantes de cocina y lo dejó a un lado.

—Esperemos a que se enfríe.—dijo Hoseok.

Yoongi y Hoseok se quitaron el delantal y lo dejaron a un lado. Se fueron a sentar a la sala a pasar el rato.

Hace 45 minutos.

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@Jung_hope: me enamoré de este espejo 🥺
Tae_Tae: si le subes el brillo aparece un demonio atrás de ti
Jimin_moch: lo que dice Tae es cierto, mejor devuélvete a Seúl para que no te pase nada😔
Jung_hope: los amo, bobos @Jimin_moch @Tae_Tae

Hace 1 hora.

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@Agust_D: son deliciosos.

[🍁]

Los diez minutos de reposo habían pasado, ambos fueron hasta la cocina.—Yoongi, trae el pastel.—Yoongi acató las órdenes dichas y fue por este, pero a su sorpresa, lo tomó con su mano pero aquel molde aún seguía muy caliente haciendo que éste lo soltara rápidamente.—¿Yoongi, estás bien?—preocupado Hoseok, se acercó hasta este y tomó su mano entre las suyas, comenzó a examinarlas un poco.—Aigo, ¡Yoongi por qué no usaste los guantes!—le regañó.

—no sabía que estaría tan caliente. ¡a-auch!.—se quejó cuando el castaño le dio un manotazo en su mano dolorosa.—¡¿Por qué lo hiciste?!

—¡Por qué eres un idiota!—Hoseok se llevó por las manos a Yoongi hasta el cuarto de baño. Revisó los cajones de allí y se encontró con un frasco de vaselina.—Esto calmará un poco.—Hoseok le quitó el bonito anillo que adornaba la pálida mano del mayor, dándole un toque de color. Rápidamente Yoongi lo puso en su otra mano para no perderlo. Puso un poco de vaselina en la palma de la mano quemada de Yoongi.—Ve a la mesa, terminaré el pastel e iré contigo.

Yoongi hizo caso y fue a sentarse. Tomó con su mano libre su teléfono y revisó un poco sus redes.

Mientras tanto Hoseok estaba terminando el pastel. Partió en dos el panqué, acomodó una de estas en un plato bonito. Puso un poco de la mezcla de queso crema que había hecho anteriormente, la esparció por todo el centro formando una capa, después hizo lo mismo con la mermelada de frambuesa que Yoongi había preparado. Colocó la otra parte del pastel encima de aquellas capas de queso y frambuesa. Cubrió todo el pastel con una fina capa del mismo relleno de éste. Encima lo adornó con unas frambuesas.

Y antes de cortar dos grandes porciones le tomó una foto al panqué. La rebanada que era de Yoongi la puso aún más linda, puso un papel con adorno que compró en el mismo supermercado al que fueron y después la pasó a un plato verde.—Listo.—Hoseok llegó con una bandeja con las dos rebanadas de pastel y aquel café que la cafetera había preparado. Puso justamente su brazo detrás de su espalda imitando aquel acto que hacen los camareros.—Aquí tiene, señor.—bromeó mientras dejaba las cosas sobre la mesa.

—¿Le molestaría degustar estos alimentos a mi lado, señor?—siguió la broma.

—Eso sería un placer, señor.—Yoongi hizo una señal para que él castaño se sentara frente a él.—No te muevas, Yoongi.—rápidamente sacó su teléfono y le tomó una foto.—Para Instagram.—dijo. Guardó su teléfono en su bolsillo nuevamente.

—Sería mejor que no se me haya visto la cara.—Yoongi tomó uno de los tenedores que aún seguían en la bandeja y lo clavó en su pastel. Llevó ese mismo tenedor a su boca degustando del pastel.—Ah.—gimió.—¡Esto es delicioso!

—No, ¿quien quisiera ver tu cara fea?—Hoseok imitó la acción de Yoongi probando así un poco de su pastel.

—Al parecer tú ya qué me tienes de fondo.—Hoseok se sonrojó.—Jung, tienes un talento con los postres.—dijo Yoongi probando otro pedazo de la rebanada de pastel.

—¿En serio? Eres la única persona a la cual le e cocinado después de mi madre, Tae y Jimin.—dijo.

—¿entonces soy la tercera?

—Cuarta, baboso.—sonrieron.—Lo que quiero decir es que no he horneado mucho, lo dejé de hacer hace tiempo. Sólo he estado horneando pasteles y macarrones para ti. Ya ni si quiera los hago para mi madre o Jiminie.—comentó.

—¿Por qué? Son muy buenos.—

—Mm... En mi secundaria solía hacerlo seguido, horneaba incluso para vender en mi escuela ya que hubo un tiempo de crisis económica para mi madre y quería ayudarla. Pero después tuve un inconveniente, siempre le horneaba pasteles, galletitas o panqueques  a alguien que era especial para mí. Un día lo escuché hablar con uno de sus amigos y dijo que estaba cansado de mis cursilerías y asquerosos pasteles.—bajó la mirada.—Lo dejé de hacer por qué en verdad llegué a creer que eran horribles. Ya no me sentía cómodo haciendo un pastel para alguien ya que no podía confirmar si estaban deliciosos o si en verdad eran una completa aberración.

—¿Por qué cocinaste para mí?—preguntó.

—Por qué eres especial para mí.—soltó.

Yoongi no se esperó una respuesta así. Su corazón comenzó a bombear muy fuerte y dejó de masticar. Alzó su mirada y se posó en Hoseok. Tan lindo allí frente a él, con algo de harina en su cabello. Yoongi rió al ver que en verdad tenía harina en su cabello.

—No te muevas.—dijo Yoongi.—se paró de su asiento y se inclinó un poco para estar cerca de Hoseok. Cara a cara, no tan cerca como él quisiera estar, pero más cerca de lo que antes habían estado. Llevó su mano a los cabellos castaños de Hoseok peinando un poco de estos haciendo que la harina desapareciera.

Hoseok sólo podía mirar a la imagen que tenía enfrente. Yoongi. Con sus mejillas levemente sonrojadas, sus labios entreabiertos y con algo de crema en su labio inferior. Los ojos del mayor estaban posados en sus cabellos. A la vista de Hoseok Yoongi era lo más lindo que había visto en sus veintitrés años de vida.

—Tenías harina en el cabello.—dijo con una sonrisa volviendo a su lugar para seguir comiendo.

—G-gracias.—aún seguía embonado con lo que era Min Yoongi.

Hace 2 horas.

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@Jung_hope: ❤️.

Hace 52 minutos.

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@Agust_D: y yo lo hice 😎

[🍁]

Estaban en la sala de estar. Era al rededor de las siete de la noche y lo único único que se les había ocurrido para matar el aburrimiento fue ver unas películas. No podían salir ya que, de una manera tan rara habían anunciado lluvias para la siguientes dos noches. Aún recuerda la conversación que tuvo con Jungkook en el pasillo del hotel.

"—¿tuviste algo que ver con lo de las lluvias, Jungkook?

—¿cómo crees, Yoongi? Fue casualidad, pero ya me agradecerás. Ahora ve y pon películas de terror. A Hoseok le gustan.—Y ese era otro plan de Jungkook. Todo él que conoce a Hoseok sabe muy bien que las películas de terror no son lo suyo. Y Yoongi sin decir nada más volvió a entrar al apartamento.—Si sirvió aquel ritual, ¡Gracias dioses de la lluvia!—dijo ya sólo en el pasillo."

¿Cuál pusiste?—preguntó Hoseok cuando Yoongi se sentó a su lado. No tan cerca, pero a su lado.

—Cuando las luces se apagan.

—Suena linda.—y Hoseok no sabía lo que le esperaba.

La película inició y ya sabía en rumbo a la que ella iba. Y justamente como el nombre decía, cuando las luces se apagan salió un espectro de una mujer, era aterradora. Y aún más aterradora fue la imagen cuando se llevó a una de las personas de la película. Se asustó tanto que saltó en su asiento poniendo uno de los cojines en su rostro para cubrir sus ojos.

—¿No me digas que eres miedoso?—rió Yoongi. Hoseok molesto le lanzó ese mismo cojín a la cara.—Ven.—Yoongi puso aquel cojín en sus piernas y le hizo señal a Hoseok de qué se acostara allí.

¿Ir o no ir?

Debía de ir.

Se recostó poniendo su cabeza en aquel cojín. Yoongi sacó una cobija de una de las mesas que estaba alado suyo y cubrió a Hoseok.—Cubre mis piecitos, por favor.—dijo. Yoongi le hizo caso y estirándose un poco le cubrió sus pies.

La película seguía y Hoseok cerraba sus ojos fuertemente en escenas que no le gustaban. Yoongi sentía cómo el cuerpo de Hoseok daba saltitos. Temeroso de sus acciones llevó su mano a los cabellos castaños del menor. Imitando la misma acción que había hecho horas atrás en la mesa, repartiéndole caricias al menor. Tomando entre sus dedos los largos cabellos de su acompañante. Y así estuvo toda la película, hasta al final donde Hoseok sintió paz y posó su mirada en el techo. Pero a su sorpresa se encontró con los ojos cafés oscuros del mayor. Lo estaba mirando y parecía que así lo había hecho toda la película. Sacó su mano de los cabellos castaños del otro, pasando su mano por todo el costado de su frente hasta llegar a su mejilla. Pasó suavemente su tacto hasta llegar al mentón de éste. Ninguno de los dos dejaba de mirarse. Pareciera que se comunicaban con solo verse, se transmitían todo con solo mirarse fijamente. El tacto de Yoongi se sentía tan lindo contra su mejilla y mentón, su mirada posada en él y sólo en él se sentía tan lindo. Se sentía bien alado de Yoongi. Sentía como si las cosas fueran correspondidas.

Sentía como si ambos se amaran. Como si ambos hubieran nacido para estar juntos.

Sentía que debían de estar juntos para siempre.

—Yoongi.—habló al fin, sacando así al mayor de su trance.

—A-ah yo.. D-deberíamos.—deberíamos de ir a la cama y dormir abrazados. Sólo pensó.—Deberíamos de poner otra película, ¿no? ¿O quieres ir a tu habitación ya?

—Otra película estaría bien, y está vez que no sea de terror..—Yoongi asintió. Hoseoki se quitó del regazo de Yoongi para que éste pudiese pararse a poner una nueva película. Your name.

Cuando el pálido volvió a sentarse Hoseok no pensó dos veces y volvió a colocar el cojín en el regazo de Yoongi, recostándose nuevamente. Y a un cuarto de la película, la mano de Yoongi regresó a su cuero cabelludo. Y a mitad de la película ambos quedaron dormidos.

Bueno, Yoongi se quedó despierto pero apenas escuchó los suspiros de Hoseok y cuando logró mirarlo, él ya estaba dormido. No lo culpaba, viajó y se levantó muy temprano, encima estuvo horneando, entendía él por qué estaba cansado. Apagó el televisor y dejó caer el control remoto por ahí. Arropó al chico y le dió una última mirada. Hoseok se removió quedando sobre su espalda. Yoongi pudo ver su rostro, pasó nuevamente su mano por la mejilla del castaño dando caricias. Y luego él quedó dormido.

Lo que nadie sabía era que a mitad de noche una pareja entró al apartamento.

—amor.—susurró Namjoon.—Están acá.

—Son un amor..—dijo Jungkook antes de sacar una foto de ambos.

Después desaparecieron de allí. Ahí no había pasado nada

—Jungkook, eres grande, eres grande.—se alentó él mismo al ver que su plan había funcionado.






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