Capítulo 8
Narrador.
Annie, no estaba de humor.
Bajó del autobús con mucho sueño, y un terrible dolor de cabeza.
Sasha guiaba al grupo más que la misma maestra Zoe y Petra intentando entender algo del maldito mapa. Le encantaban este tipo de lugares, tanto que durante el camino se la pasó contando historias y anécdotas que le ocurrieron en lugares así, o cosas que simplemente le había enseñado su padre cuando era niña.
Mikasa se detuvo a esperar a Annie, que estaba caminando a paso lento tras el grupo con su compañero.
—Me gustan estos lugares.—Dijo Berthold.— y el clima.
Annie asintió de acuerdo. Finalmente decía algo interesante.
—Si. Es de mis favoritos—sonrío.
La azabache se cruzó de brazos.
—¡Hey! ¿Qué esperan? Se quedarán atrás si no se dan prisa.
Pasaron junto a la azabache como si esta no existiera.
—Mi padre y yo solíamos vivir en un lugar así, antes.— Dijo Annie.
Mikasa los siguió por detrás. Pateaba lo que se encontraba. Hoover se esforzaba demasiado en hacerse el divertido o el interesante, pero lo que en verdad le castraba, era que lo estaba logrando, pues escuchó la leve risa de Annie por algo que el chico le dijo, y eso la colmó.
Aceleró el paso y les pasó por en medio, golpeando el brazo del más alto, desacomodando su mochila.
Annie la vió alejarse. No era divertido aquello ¿verdad?
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Annie.
Primero el dolor de cabeza y ahora estos horribles cólicos. La sensación en mi vientre no se iba y mis compañeros parecían más molestos que nunca. Le dije a Berthold que necesitaba un respiro. El entendió y se fué.
Estábamos en un restaurante cerca de las cabañas. Juntaron algunas mesas para convivir más, por eso tomé mi comida y me senté en las escaleras de la entrada del restaurante.
Mikasa, Sasha y Connie observaban como Ymir trepaba ágilmente de la rama de un árbol. Mikasa se acercó a Ymir y le comenzó a bajar los pantalones. Al intentar subirlos aflojó el agarre y cayó. No pude evitar reírme.
Historia de pronto se sentó junto a mi, y recargó su cabeza en mi hombro. No me molestaba que lo hiciera si era ella.
—¿Estás bien?
—Me siento mal.
—¿Pasó algo con Mikasa?
—¿Qué? No, em, me duele la cabeza desde la mañana y tengo cólicos.
—Oh, perdón. Creí que te sentías mal porqué Mikasa quedó de compañera con Louise...y dormirán juntas.
Bufé. Historia era mi mejor amiga y todo pero la sangre me estaba hirviendo.
—¿Por qué me enojaria?
—Tú dime.
Ahora las dos mirábamos a Mikasa copiar las acciones de Ymir de trepar el árbol. Sasha y Connie se habían ido a comer.
—No quiero enojarme con ella.— Confesé finalmente.
Historia se sorprendió ante mis palabras pero escuchó lo que tenía que decir, o al menos, una parte de lo que sentía realmente.
—¿Te hizo algo?
Realmente no.
—No...—Abracé mis piernas. Dándome cuenta de que tal vez estaba exagerando, y que debí verme como una maldita loca.
Como una novia celosa.
—¿Es por Louise?
Encogí mis hombros.
—No me agrada mucho.
—Pero Louise ni siquiera se te a acercado.—Frunció el seño.
—Pero a Mikasa si.
Historia sonrió. Creo que hablé de más.
—Si tan mal te sientes, ¿por qué no le dices a la profesora que irás a descansar? Seguro entiende.
—Esta bien.—Me ayudó a levantarme y me dió un abrazo.
—¿Te acompaño?
—Gracias, pero estoy bien. No te preocupes. Mejor ayuda a Ymir.
Ella venía caminando en dirección a nosotras, con la cara llena de tierra.
Regresé a la cabaña cuando le avisé a las profesoras que me sentía mal. Ellas entendieron. Algunos de mis compañeros se ofrecieron a acompañarme, como Sasha, que conocía mejor el lugar, pero realmente no necesitaba ayuda.
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Mikasa.
Luego de perder el tiempo decidí finalmente sentarme a comer. La profesora Zoe me regañó por eso, y me hizo sentarme junto a ella.
Busqué entre mis compañeros una cabellera rubia sin levantarme del asiento, a la vez que comía, pero no la encontré.
Me separé un momento para ir al baño.
Saqué mi celular una vez ahí dentro. Unos segundos después la puerta se abrió, y entró Louise.
—¿Qué haces?—me preguntó.
—Ah, nada.— le resté importancia.
Guardé mi celular y lavé mis manos. Peiné mi cabello hacia atrás con el agua restante.
—Nos vemos, Louise.
—Nos vemos.—sonrío.– A_Red...
Me detuve en seco.
Sentí un escalofrío extraño recorrer mi espalda y unas ganas horribles de borrarle la memoria de un golpe.
Narrador.
Cerró la puerta y tomó a Louise por el cuello.
—¿Qué dijiste?
Louise sonrió. Acarició el rostro de la azabache y con su pulgar, cubrió la cicatriz de su mejilla.
—Y pensar que la gente no te reconoce tan fácilmente, solo por pequeños detalles...
—¡¿Cómo has..!?
—No fue fácil.—Se separó.—Es todo lo que diré.
Mikasa le dejó pintados los dedos en el cuello por el apretón.
—Eres fuerte, L_White debe pasarla increíble contigo.
Annie.
—¿Por qué no vas y le preguntas?
—Qué más quisiera.—sonrió cabizbaja.—En verdad quiero conocerla, pero apenas pude dar contigo.
Entonces Louise no sabía que L_White era Annie.
—Dime, ¿tú novia es consiente de lo que haces en internet con otra mujer?
—No tengo novia.—La miró raro.—Y lo que yo sea no te afecta a ti.
—En realidad, si. Si me afecta.
La miró enojada.
—¿Qué quieres?
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Annie.
Me estiré sobre la cama, y fui por un vaso de agua a la cocina. Me sentía mejor que hace rato. Mi celular llegó a sonar algunas veces pero no revisé quien era por estar viendo una película en la televisión. Había una en cada cuarto. Yo dormía en la litera de arriba, pero no había nadie más así que me acosté donde sea. Creo que era la cama de Ymir.
Escuché como alguien abría y cerraba la puerta de la cabaña. No me di la vuelta, sabía de sobra quien era. Seguí viendo la película cuando unos brazos me rodearon en un abrazo.
Giré para verla y ahí estaba ella. Me veía preocupada.
No tenía el derecho de enojarme realmente con ella, así qué, la dejé abrazarme y yo le respondí.
—Perdón.
La miré.
—Perdón si te hice enojar, pero, realmente no sé que hice.
Me miró apenada.
Tenía una bolsa en sus manos. Le pregunté sobre ella, donde sacó un par de pastillas para el dolor y un jugo.
—Me dijeron que te sentías mal. Te mandé mensajes, pero no me respondiste y quise venir a verte.
Idiota, ¿no ves lo que haces?
Me acerqué a su pecho y escondí mi cabeza en el. No quería que me viera de esta manera.
Me sentía idiota por actuar así, más que nada por no saber ni porqué actúe de ese modo, y porque mikasa y yo no eramos nada más allá de una extraña amistad como para reclamarle tal cosa, pero ahí estaba ella, pidiendo perdón por algo que no debía, y yo enojada, como si tuviera derecho de estarlo.
Tomé una pastilla y bebí del jugo. Quién lo diría, realmente escuchaba.
Compró de mi sabor favorito.
—Entonces...¿por qué estás molesta?
¿Realmente no sabes?
—¿Por qué lo dices?
—Bueno, me miraste feo más de la cuenta.—Comenzó.
Suele ser mi mirada normal pero creo que no pude disimular mi desagrado esta vez.
—Me ignoraste durante el viaje y en el camino al restaurante. ¿Hice algo?
No sé si contarle.
Ella esperó mi respuesta, pero no pude articular palabra. Estaba avergonzada y con justa razón. Nunca debí actuar así.
Jugaba con sus manos, esperando y yo la veía jugar.
—¿Me das una pista?
—Estoy celosa.
Finalmente nos miramos. Finalmente había comprendido mis emociones.
Arqueó su ceja.
—No entiendo.
La miré como no creyendo lo que dice. Le dije que estoy celosa, ¿no es pista suficiente?
Me di un respiro. No quería enojarme, otra vez.
—Estoy...celosa.—Repetí.
Ella asintió, como buscando en su mente algo que me pudo hacer enojar, pero dudo que dé con la respuesta exacta.
Suspiró.
Me tomó de las manos y me miró a los ojos. No tuvimos que decirnos nada después de eso.
Simplemente nos abrazamos, y cuándo llegaron los demás, le pedí a mi profesora si podía cambiar de compañero.
Se negó muchas veces, pero yo insistí el doble. Finalmente Mikasa quedó como mi compañera.
Ymir nos miraba pícara desde la litera de enfrente cada que vamos a dormir, pero no es importante. Aveces Mikasa se despierta y se acuesta a dormir conmigo.
Yo soy alguien que tiene frío por todo, y su tacto me calma, así que estaba bien.
No dejaría de molestarnos por esto, estoy segura.
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Mikasa.
Cuando terminamos el viaje, decidí contarle a Annie sobre lo de Louise. Realmente no quería secretos, en especial cosas como esas. Conociendo lo enojona que era Annie.
Cuando estábamos en el baño, Louise me ofreció dejar a L_White, para que así, mi personaje, A_Red e [Inventerun_nom] tuvieran más éxito y es que por algún tiempo yo fui muy apreciada como nadie, así como Louise lo estaba siendo ahora posiblemente, pero no bastaba.
Rechacé la oferta. Louise no se lo tomó muy bien, pero ese ya no era problema mío.
Una parte de mi tenía miedo de lo que pudiera hacer con esa información, pero ella no estaba limpia. No hizo nada después de aquello, así que supongo solo fue una simple propuesta sin truco.
Eso me calmó mucho.
Ya teníamos que grabar algo.
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