Capítulo 16
Annie suspiró, nerviosa. Esperaba a la azabache que salió de la habitación para ir por su mochila, pues dijo necesitarla.
Cuando llegó Mikasa, se sentó junto a Annie.
—Perdón por tardar.
—Está bien.
¿Por dónde comenzar ahora? Se le habían truncado las palabras tiernas y cursis hace mucho tiempo que ahora se encontraba oxidada, aunque, de igual forma, Annie no era mucho de ese estilo.
Joder, que difícil se estaba poniendo hablar.
—Mikasa.—Dijo Annie.
La azabache la miró. Por suerte Annie si tenía huevos para comenzar, y aunque le doliera el orgullo por pensar en eso, fue un alivio.
—Dime.
Annie no bajó la mirada, como lo haría normalmente cuando está triste o avergonzada, así que la azabache la miró atenta. Debía ser importante.
—¿Qué somos?
—Ese es el detalle.—Dijo Mikasa.—Ni siquiera yo lo sé...Somos compañeras.—Pensó un momento antes de seguir hablando.— y somos amigas.
Annie dejó de verla mientras torcia la boca.
Qué estupida respuesta.
—pero, siento un profundo sentimiento indescriptible, cada que te veo y cada que no puedo hacerlo. —Continuó.— Y, me aterraba ¿sabes? Pero cuando me dijiste que sentías lo mismo, me sentí muy feliz. Me aterra, me aterra mucho las cosas que provocas en mi Annie. Me aterra quererte tanto...—Suspiró.— Y en serio siento no haber podido idear una de las más organizadas citas para decirte que...me gustas, en serio.
Se cubrió el rostro con la mano.
—No tienes idea de cuánto me gustas.
Annie la miraba con los ojos llorosos y una leve sonrisa.
—Tu también me gustas mucho...
—Annie, ¿Quieres ser mi novia?
Mejor tarde que nunca. Annie asintió al instante y la abrazó con fuerza.
—¡Si quiero!
La azabache sonrió. De su mochila comenzó a sacar algo. Maldijo en bajo al ver que el regalo que le había "hecho" a Annie se había aplastado un poco en la mochila. Era una caja cuadrada de un tamaño mediano, decorada con los colores favoritos de Annie, calcamonias, frases y un listón.
—¿Es para mi?
Annie casi se la arrebató de sus manos. Era una caja muy linda y algo pesada. En su interior había algo y no podía disimular la emoción. Mikasa sonrió y sacó su celular para grabar su reacción.
—Si, es para ti.
Annie se detuvo.
—Tiene la letra de Historia.
Se puso pálida ante la mirada interrogante de Annie.
—Bueno —Sonrió nerviosa.— Tal vez me ayudaron un poco...Mi letra es un poco fea, pero, lo demás es mío.
Annie negó mientras sonreía y abría la caja, lo demás si se notaba hecho por la azabache.
Adentro había dulces. Acomodados por colores y sabores, aún lado había chocolates y un frasco de café (limpio y labado) con muchas cartas adentro y un listón como adorno en el cuello del frasco.
—Las de color verde son momentos juntas.— Dijo Mikasa.— Oh, y las azules son canciones.
Bien. Si los dulces no la mataban lo haría su lado empalagoso. Esto era mucho para ella.
Annie sacó un papelito amarillo y lo abrió.
"Tú sonrisa"
La miró.
—Ah, claro.— se rió.— Las de amarillo son cosas que me gustan de ti. Olvidé especificar los colores. Tenía algo de prisa cuando estaba haciéndolo y-
—Callate y bésame torpe.— La atrajo hacia ella y la besó con ternura.
Dejó la caja aún lado y metió el papelito junto a los demás. Mikasa se le aventó ensima y la besó como ella dijo.
—Ya somos novias.—Sonrió Annie.
—Eso parece.—Juntó sus frentes.
Unos golpecitos en la puerta las obligó a separarse. Se miraron. Mikasa se sentó en la cama y Annie fue a abrir.
Bajó las escaleras con sus calcetines, la sudadera de la azabache que le cubría el cuerpo y abrió.
Oh, vida. Aveces manipulas todo para crear tensión por qué te has aburrido, seguramente.
—Hola Annie.
—Oh, em, hola Berthold.— Tomó los bordes de la sudadera de Mikasa para cubrir mejor sus piernas. Tenia un short abajo, pero igual era muy corto.
—¿Estás ocupada?
—Yo...
—Bastante.— Dijo Mikasa, sentada en las escaleras.
Annie y Berthold la miraron con sorpresa. El chico alto la miró extrañado, no iba a la universidad pero si a perder el tiempo con Annie. Rodó los ojos, se lo pediría después. Con más calma.
—Creí que ya no te volvería a ver.—Dijo el chico.
La azabache sonrió mientras negaba. Annie lo miró sorprendida, ¿Quién era este chico y qué le había hecho a Berthold? Esa confianza no le duraría mucho. Mikasa siempre callaba a la gente.
— No te daré el gusto.—Se levantó.— ¿Te importa? —Señaló la puerta.— Estamos estudiando, y necesitamos concentrarnos, ¿verdad? Annie.
Annie asintió mientras seguía su juego. Berthold suspiró desanimado, Si ese era el caso entonces la dejaría tranquila.
—Esta bien, me voy, pero ¿Te veré mañana? En serio necesito hablar contigo.
—Ajá, luego hablamos.— Dijo Annie y cerró la puerta.
Se acercó a la ventana para asegurarse de que se haya ido, y si. Ya no se veía.
Otra mano cerró las cortinas y la llevó hasta el sillón de la sala, donde la arrojó.
—¿Qué pasa?— La miró nerviosa.
Mikasa comenzó a bajarle el short deportivo que tenía Annie. Annie la dejó, quería ver que tanto haría y hasta donde era capaz con tal de marcar territorio.
La azabache comenzó a bajarse el pantalón y lo dejó por ahí, mientras se acercaba a Annie para besarla.
No tenían ropa interior.
—Dios, es increíble como cambias de humor.—Dijo Annie.
Mikasa la miró. Claro, claro. Como si Annie no fuera igual o más celosa que ella.
—¿Eres mía?
—Sabes que si...—Cerró los ojos cuando sintió sus sexos juntarse.
Un "rapidin" como dicen los jóvenes.
Mikasa se movía agresiva contra ella y Annie se tapaba la boca para no gritar tan alto.
[...]
Ese lunes, al finalizar las clases, ya todos caminaban en dirección a la salida.
—¡Annie!— Gritó el joven alto.
Los pocos alumnos que estaban afuera voltearon. Annie no, porque tenía audífonos y la música muy alta. Tenia un racimo hermoso y gigante de flores en sus manos. Nada discreto.
—No jodas, ¿Se le va a declarar?— Dijo Eren viendo.
Ymir observaba la escena cruzada de brazos, podía sentir que pronto pasaría algo, así que estaba atenta a cualquier cosa.
Incluso Sasha dejó de comer para mirar. Bueno, no.
—¡Annie, tengo que decirte algo!— se detuvo.
La chica de sus sueños se lanzó a los brazos de la azabache, y esta la alzó un poco para besarla. La bajó y le abrió la puerta del auto para que suba.
Todos vieron eso, incluso algunos maestros que ya iban de salida.
—Si.—Dijo Ymir.— Será recordado como el chico caído.—Tomó la mano de Historia y caminó.
—Pobrecito.—Dijo Historia.
—Así que si andan eh.—Dijo Eren, con una sonrisa.
Armin tenía los ojos bien abiertos.
—Pero claro.—Dijo Armin, de manera obvia.
—No se tú, pero cuando la vuelva a ver, le haré burla.
Vaya declaración de amor tan desastrosa.
Hitch lo miraba desde la puerta, con los brazos cruzados y después, suspiró. Ella también vió como Mikasa la besaba con descaro mientras la miraba, casi diciendo; mira, mira todo lo que le hago y llora porque no puedes hacer nada.
Sonrió de lado, nostalgica. Era cierto, ahora Annie era de otra persona, posiblemente mejor que ella y eso era bueno, Pero le dió mucha pena lo de Hoover.
[Pornstar]
Annie limpiaba la barra mientras Historia e Ymir charlaban, con otro rubio y un castaño ojos verdes sobre lo que había pasado hoy en la cafetería.
—¿Me estaba gritando? No me di cuenta.
—Tenias los audífonos.—Dijo Armin, soplando de su café.
—Y no dejabas de meter tu lengua en la boca de Mikasa.—Dijo Eren.
Annie lo miró mal. Armin le quitó la cafetera de la mano antes de que le arroje agua hirviendo al castaño.
—Ignoralo.—Dijo Armin.—Me alegra que ya digan abiertamente que son novias. ¿A quién pretendían engañar diciendo que no había nada?
—Les deseo lo mejor chicas.—Dijo Historia, sonriendo.
—Yo les doy un mes.—Dijo Ymir.
—Callate tu.—Dijo historia y le pegó en la mano.
Ymir puso una cara graciosa y se rieron de ella.
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