Annie.

—Y con esto terminamos el video de esta semana.—Se despidió.

Annie admiró su belleza un momento más antes de subir sus bragas, satisfecha y apagar su computador.

A_Red_Mik finalizó la transmisión.

¿Y quién era A_Red_Mik? Una persona como tú o como yo, pero con un trabajo interesante y atrevido en una página especial.

Una estrella porno.

Sin embargo, los pecados de Annie Leonhart, no se detenían ahí.

No, no solo pagaba para ver desnudarse a una extraña, extraña que anhelaba conocer más a fondo porque la idea era peligrosa y excitante.

Cerró la laptop, y arregló su mochila para la universidad.

Al día siguiente, faltando dos horas para salir. Mikasa Ackerman se sentó a su lado en la clase de Historia.

Era uno de esos días súper extraños en los que Mikasa no paraba de sonreírle a nadie y esperaba impaciente poder regresar a casa como todos.

—Vaya, Mikasa. Si que estás feliz hoy. —Murmuró Eren, desde su asiento.

—Eren, Callate.—Dijo el profesor.

Algunos de sus compañeros rieron por eso, mientras el volvía a acomodarse en su asiento y Mikasa cubría su pequeña sonrisa con la mano, más que nada porque el profesor Ackerman tomaba esto como una señal de que no estabas prestando atención y no dudaría en sacarte de la clase.

Ese día, saliendo de la universidad, Annie esperó a Reiner y Bertholdt para irse juntos.

Mikasa pasó a su lado con prisa y golpeó su hombro sin querer, interumpiendo sus pensamientos.

—Mira por donde caminas, Ackerman.

Mikasa la ignoró y solo le hecho una mirada por encima del hombro.

—Imbecil.

La vió montar su moto, y pasar lentamente al lado de Armin y Eren para susurrarles algo y después irse.

Mikasa.

Al llegar a casa, cerró la puerta y arrojó la mochila a cualquier lugar de la sala. Vivía sola desde los diecisiete  años por un problema familiar, pero su tío Kenny de vez en cuando se acordaba de ella y le mandaba dinero. No siempre era suficiente así que empezó a trabajar.

Subió a su cuarto y apagó la luz.

Ya era noche para ese rato, y la chica Ackerman estaba feliz.

L_White_Ann comenzará a transmitir en unos minutos.

Se deslizó sobre su silla con ruedas y abrió el minibar al lado de la cama. Era viernes, el único maldito día de la semana en los que podía olgazanear frente a su computadora y comer despreocupadamente todo lo que quisiera.

L_White_Ann está transmitiendo ahora.

—¿Me extrañaron?—Preguntó la joven tras la computadora comenzando a desvestirse.

No mostraba su rostro verdadero y modificaba un poco su voz, pero Mikasa apostaba lo que quisieran a que debajo de todo ese maquillaje había una chica hermosa.

[Pornstar]

—¿Te gustó lo de hoy?

—Me encantó.

No recuerda exactamente cuando comenzó a hablar con L_White_Ann por sesiones privadas, pero la verdad es que ambas disfrutaban mucho hablar la una con la otra por videollamada o mensajes sencillos.

L_White_Ann usaba un maquillaje exagerado para cubrir su verdadero rostro, a diferencia de A_Red_Mik que solo portaba un antifaz rojo, pero que igual era efectivo. Además se peinaba diferente y cubría la cicatriz de su mejilla con maquillaje.

—¿Qué tanto?

Mikasa sonrió. L_White_Ann le devolvió el gesto.

Qué hermosa.

—¿Ves estos dedos?

Asintió.

—Están agotados por hoy.

Gracias al maquillaje su rostro no se vió sonrojar como naturalmente lo haría. Tantas personas pagaban para verla y alagarla, y solo le interesaba la opinión de A_Red_Mik. Su actriz porno favorita.

—Nos vemos luego, preciosa.

Finalizó.

Mikasa quitó su antifaz y quitó el maquillaje de la cicatriz.

Annie.

Cansada, se dirigió al baño para quitarse todo el maquillaje de la cara e ir a dormir. Fue una semana muy larga.

L_White_Ann, fuera.