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Capítulo XV

—Dejen de gritar —insistió JunMyeon y miró por el espejo retrovisor—. YiXing está durmiendo

Aún con las sacudidas del vehículo ChanYeol se empeñó en darle pequeñas caricias a BaekHyun en la espalda baja por sobre la tela, aunque por más veces que repitió el gesto el contrario no le dedicó ni una mirada. De hecho, BaekHyun pareció molesto y amurrado, con los brazos cruzados y todo.

—¡Me regañaron por tu culpa!

—¡Tú insististe!

Echó la cabeza hacia atrás y suspiró con cansancio. BaekHyun estaba molesto con él. Luego estaban JongDae y MinSeok, quienes discutieron todo el viaje a Seúl mientras recibían repetidos regaños de JunMyeon. Por último estaba YiXing, quien dormía cómodamente en el asiento de copiloto, no molestaba para nada, pero ChanYeol era infeliz y a alguien tenía que culpar.

—MinSeok, ya pasó tu tiempo de ir sobre el asiento. Ahora me toca a mí. —Las palabras de BaekHyun sonaron tímidas, pero aun así claras y comprensibles. A pesar de la amabilidad que empleó, el recién nombrado hizo caso omiso a lo que dijo.

A ChanYeol no le molestaba llevar a BaekHyun sobre su regazo, de hecho, le fascinó y se sintió un poco más alegre, pero los minutos se acumularon y sus piernas se entumecieron de tanto aguantar el cuerpo del pequeño, sumándole que, debido al desprolijo suelo por el que conducieron, se provocó cierto balanceo por parte de BaekHyun, dejando a ChanYeol mareado. A veces se vio obligado a apretar con suavidad el muslo del chico para no soltar un jadeo o algo parecido.

—Quiero ir al baño —se quejó YiXing apenas despertó.

Nadie pareció prestarle atención, excepto JunMyeon, quien giró el volante para entrar al área de servicio que estaba a un costado de la carretera. Mientras el auto deambulaba por el estacionamiento ChanYeol fue empujado por un costado, ocasionando que golpeara su cabeza contra la de BaekHyun. El castaño se quejó y ChanYeol llevó con rapidez su mano a la zona afectada del contrario, importándole poco que a él también le doliera.

Inconscientemente dio un suspiro ahogado cuando vio el puchero involuntario que se formó en los labios de BaekHyun.

—¡Paren! —Su voz salió fuerte y demandante. El freno de mano sonó poco después, tensando aún más el ambiente.

MinSeok se encogió y se apegó a JongDae como si su vida dependiera de ello,
porque estaba sentado al lado de ChanYeol y este pareció verdaderamente enojado. ¡Y lo estaba, maldición! A él le importó poco el ardor que sintió en la sien, pero BaekHyun no dejó de hacer pucheros y quejarse mientras se sobaba la frente, sumándole que seguía molesto con él. Toda aquella frustración se acumuló dentro de él.

Aún botando aire como un toro logró sentir la mano de BaekHyun acariciarle la nuca y enredó los dedos en su cabello, relajándolo y haciéndolo suspirar.

—¿Puedo bajarme? —La tensión se acabó justo cuando YiXing se volteó a mirarlos con los ojos adormilados y la mano aferrada a la manilla de la puerta.

JunMyeon le susurró algo que él no alcanzó a entender, pero el chico terminó por bajarse del auto.

—También voy al baño —avisó BaekHyun en un murmuro que solo ChanYeol pareció escuchar, aunque el castaño no le dirigió ni una sola mirada.

JunMyeon se bajó diciendo que iría a comprar, siguiéndole MinSeok porque él definitivamente no quería estar más tiempo al lado del idiota de JongDae.

—Lo siento —musitó su amigo.

ChanYeol le dedicó una mirada y salió del auto, estuvo demasiado tiempo sentado y necesitaba estirar sus largas piernas. JongDae lo siguió y se apoyó en el maletero con pose chulesca y los brazos cruzados. Él, por otro lado, metió ambas manos en los bolsillos de su chaqueta y se movió de un lado a otro para entrar en calor.

—¿Qué te pasa? —preguntó cuando el chico lo miró mucho y no pareció tener indicios de decirle algo.

JongDae se encogió de hombros y se enderezó, poniendo las manos dentro de los bolsillos delanteros de sus apretados pantalones.

—¿Qué compraron? —ChanYeol rodó los ojos al darse cuenta que JongDae habló con JunMyeon y lo evitó.

YiXing llegó unos segundos después, recibiendo gustoso el café que le entregó MinSeok, quien ya salió de la tienda.

ChanYeol se apoyó en el auto mientras bebía el café que le llevaron y comió unos trozos de chocolate que le entregó MinSeok porque el chico estaba antojado.

—¿Aún no llega BaekHyun? —preguntó JunMyeon.

—Deberíamos buscarlo. Es raro, ambos estábamos juntos en el baño. —YiXing señaló hacia atrás y luego afirmó su vaso de café con las dos manos.

—Iré a buscarlo.

Después de decirlo ChanYeol vio de reojo la efímera sonrisa de JongDae, aquella que mostraba que el chico sabía algo que él no. A pesar de que la sonrisa de su mejor amigo quedó divagando en su cabeza, logró llegar al baño. Apenas puso un pie en el interior se encontró con hombres moviéndose de un lado a otro y, justo frente al espejo, notó a BaekHyun, quien pareció ensimismado mirando su celular.

—Baek.

El aludido se volteó a mirarlo con las cejas alzadas, sorprendiéndose de que se tratara de él. A ChanYeol le sucedió algo extraño en ese momento, cuando quedó justo frente al castaño; sintió un revoltijo en el pecho y la adrenalina pareció arrobarlo. Tomó a BaekHyun de la muñeca y tiró de él hasta que ambos estuvieron dentro de unos de los cubículos del baño. Una vez cerrada la puerta con pestillo estampó los labios con los contrarios, recibiendo un quejido de sorpresa. BaekHyun se resistió al principio, lo empujó por los hombros y golpeó sus clavículas con el puño cerrado. Ninguno de sus intentos de escapar resultó eficaz, al parecer rindiéndose ante él.

Cuando le correspondieron se apresuró en apegar sus caderas contra las de BaekHyun, dejándolo aprisionado en una de las paredes del cubículo. Sus manos bajaron por el contorno del castaño hasta sus caderas, apretando las manos contra su piel, logrando que el contrario gimiera sobre su boca. Las manos de BaekHyun se dirigieron a su nuca, lo agarró por el pelo y lo hizo agacharse para besarlo mejor.

El beso fue desenfrenado y vehemente, ambos jugando dentro de la cavidad del otro y enredando sus lenguas. Al separarse se miraron durante unos segundos. BaekHyun se llevó la mano a los labios y pasó la muñeca por estos para sacar el exceso de saliva que los hizo más brillantes. ChanYeol se mordió el labio, agachó la cabeza y dio un paso hacia atrás para darle espacio al mayor.

Pocas veces tenían besos como esos. Le ponía un poco nervioso que las cosas subieran de tono. Ante sus ojos BaekHyun era demasiado tímido y lindo, él no podía permitirse corromper eso, a pesar que tenía bien en claro la diferencia que había entre el tigre y el gatito.

—No te molestes más conmigo. No me gusta que estemos enojados —comentó cuando juntó fuerzas para hablar.

Cuando levantó la cabeza se encontró con que BaekHyun lo miraba, aunque el contacto se rompió de inmediato cuando el castaño agachó la cabeza.

—¿Por qué estás tan callado? ¿Hice algo mal? —Se mordió la mejilla interna mientras esperaba una respuesta.

—No es la primera vez que nos besamos —Levantó la cabeza apenas BaekHyun habló y lo miró, esperando a que continuara—, pero besos como estos...

Dio un paso hacia adelante, acercándose al chico, y puso ambas manos sobre sus mejillas. Se aproximó lo suficiente como para tocar con parsimonia los labios del contrario.

—Lo siento si fui brusco —susurró sin separarse ni lo más mínimo.

—No lo fuiste —aseguró BaekHyun, quien tocó sus manos y dejó suaves caricias con el pulgar—. ¿Por qué no me besas así otras veces? ¿No te gusta hacerlo?

ChanYeol se mordió el labio inferior y dirigió la vista a la boca del mayor. Sus labios brillaban, tentándolo. Fue el colmo cuando BaekHyun se atrevió a morderse el labio inferior, ocasionando otro desenfreno en él. Volvió a actuar rápido y sin pensar, por lo que llegó a la boca de BaekHyun antes de lo que se imaginó que podría hacerlo. Sus manos fueron otra vez a las caderas del chico y lo apretó contra sí como casi nunca antes. Esta vez, envuelto por la necesidad del obsceno beso, se apegó al castaño y se atrevió a pasar las manos por su espalda, bajándolas cada vez un poco más hasta llegar al lugar esperado.

El quejido de BaekHyun los obligó a separarse y ChanYeol lo miró fijamente, esperando que en cualquier momento le llegara una cachetada en la mejilla por lo que se atrevió a hacer. Sin embargo, no sucedió nada de eso, al menos hasta el momento. Incluso BaekHyun se atrevió a morderse el labio, dejando a ChanYeol con más falta de autocontrol.

Volvió a besarlo con insistencia, apretó con más fuerza su trasero y recibió un gemido de su parte que no hizo más que incentivarlo a que tomara al chico en brazos. Afirmó con fuerza las piernas de BaekHyun y lo elevó, este inmediatamente enrolló ambas extremidades en torno a su cadera y se afirmó de sus hombros, todo esto sin romper por ningún segundo el beso. No obstante, ambos tuvieron que respirar, así que solo se separó de los labios de BaekHyun para dirigirse a su cuello, pasó la lengua con diligencia y dejó una pequeña mordida en la pálida zona. Mientras tanto el contrario le recorrió los hombros con las manos y se atrevió a abrir los tres primeros botones de su camisa para tocar su piel. El otro dirigió ambas palmas hacia su espalda y lo empujó un poco hacia él, ocasionando que se apegaran aún más.

ChanYeol continuó con lo mismo, sin siquiera reparar en las uñas que acariciaron su espalda, hombros y cuello, dejándole un exquisito ardor. Se atrevió a invadir otros lugares del cuerpo de BaekHyun, dirigiéndose al otro lado de su cuello para morderlo y besarlo, así mismo como hizo con el delicado hueso de su clavícula y barbilla.

Arremetió contra las caderas del chico y logró sacarle un dulce gemido que se estampó justo contra su oreja, haciéndolo gruñir. Las manos de BaekHyun se aferraron con fuerza a la tela de su camisa, ahora pareciendo un poco más inestable con la respiración y con el control sobre sí mismo, lo cual él ya perdió por completo.

—ChanYeol, BaekHyun —dijo alguien desde el exterior—. ¿Alguno de los dos está por aquí?

De los labios del castaño salió un grito ahogado, demostrando lo sorprendido que estaba de que los buscaran.

—Mierda, ChanYeol. Suéltame —susurró el otro, metió la mano en su cabello e hizo un puño con esta, causándole un poco de dolor, aunque nunca llegó a tirar de su pelo—. Vamos, ChanYeol —gimió casi con tono lastimero cuando su mano se adentró por la camisa del castaño y se atrevió a tocar su espalda desnuda—. Maldición, estás helado. —Aquel fue un gemido que salió entre dientes por la falta de aliento, un gemido solo para él, porque los labios de BaekHyun tocaron su oreja, dedicándole su pequeño secreto.

Con rapidez lo despegó un poco para unir sus labios, recibiendo la respuesta necesitada del castaño que terminó tomándolo por la camisa para que no se separara.

—¿Estás ahí dentro?

Dos suaves toques en la puerta hicieron que se sobresaltaran y se alejaran un poco. Incluso BaekHyun tuvo que taparse su propia boca con la mano para que el quejido de sorpresa no se escuchara.

—No respondas —susurró el mayor luego de ponerle un dedo en los labios apenas él abrió la boca.

—Alguien tiene que responder —contestó con el mismo volumen de voz y mantuvo el ceño fruncido.

—Lo sé, pero no abras la boca. Suenas horrible. —ChanYeol elevó una ceja y BaekHyun se apresuró en continuar—: No quiero decir que tu voz no sea agradable, pero está demasiado ronca y...

ChanYeol acercó el rostro lo suficiente como para besarlo con cuidado. Le encantaba que el chico se comportaba de esa manera tan tímida, aunque también amaba cuando el más bajo sacaba ese lado casi irreconocible cuando se besaban, cuando pasaba a convertirse en tigre.

—Tenemos cosas que hacer, ChanYeol —susurró el mayor contra sus labios una vez se separaron—. Deberíamos salir ya.

Asintió sin siquiera escuchar realmente a BaekHyun, estuvo demasiado ensimismado mirando lo bonito que eran sus ojos cuando les reflejaba la luz blanca que estaba sobre ellos.

Las delicadas manos contrarias bajaron por sus hombros y se detuvieron en su bíceps, indicándole lo que quería que hiciera. Él obedeció de inmediato. Se apegó un poco a la pared para soltarlo con suavidad y lentitud, provocando que este se deslizara por la superficie y no cayera con brusquedad.

—Déjame arreglarte. —BaekHyun no se lo pidió, simplemente lo mencionó mientras dirigía ambas manos a su cuello para arreglarle la camisa, dejándola lo más pulcra que se pudo en aquella situación.

Él también se atrevió a acomodar las prendas del más bajo, pasó con cuidado sus grandes manos por el cuerpo ajeno para ajustar correctamente la camiseta sobre los hombros. Las delicadas manos de BaekHyun pasaron con rapidez, ordenando su cabello; él cerró los ojos y sonrió. De inmediato sintió un suave beso sobre los labios que fue demasiado efímero para su gusto.

Ambos tomaron una larga respiración antes de abrir la puerta, encontrándose con el rubio cruzado de brazos y mirándolos con una ceja alzada. A ChanYeol se le fue el aire y supuso que a BaekHyun igual, porque de inmediato tuvo que estirar ambos brazos para que el chico no se fuera a dar contra el piso, ocasionando que el castaño le enterrara las uñas en el antebrazo inconscientemente.

—MinSeok Hyung.

ChanYeol se quedó quieto, mordiéndose la lengua y BaekHyun se soltó de él para dar un paso hacia adelante, intentando tocar al mayor, quien rodó los ojos con intrascendencia.

—¡¿MinSeok, los encontraste...?! —JongDae hizo su aparición en escena. Apenas los vio se llevó una mano al pecho y suspiró con alivio—. Maldición. Por su culpa JunMyeon está loco como una cabra. Le dijo a mamá que llegaría temprano para el almuerzo y vamos atrasados. Agregando que golpeé a YiXing con la puerta del auto por accidente, creo que está sangrando por la nariz.

—¿Por qué eres tan problemático, JongDae? —preguntó MinSeok más para sí mismo que para el chico, aunque este igualmente lo escuchó.

—Solo lo golpeé en la cara —se quejó el otro con tono infantil y siguió con la mirada a MinSeok, quien estaba por salir del baño—. ¡Fue un accidente!

El rubio no contestó, de hecho, lo ignoró. JongDae lo siguió para seguir quejándose. ChanYeol buscó la mirada de BaekHyun, quien miraba con ojos divertidos hacia la puerta.

En el baño no quedaba nadie, al menos frente al espejo, lo que permitió que viera con claridad al castaño. Estiró el brazo y lo agarró por los hombros, logrando que este se inclinara un poco y dejara a la vista el chupetón en el cuello. Sin detenerse siquiera a mirar al chico caminó hacia la salida y arrastró a BaekHyun consigo. Sin embargo, no lograron salir cuando el mayor se volteó hacia el espejo y se dio cuenta, denotándolo con un grito ahogado.

—¿Qué era eso? —preguntó el más bajo sin poder creérselo y aún sin librarse de su agarre.

—¿Qué cosa? —cuestionó, haciéndose el imbécil.

—¡Idiota, lo notaste! —se quejó el castaño e intentó quitarse su brazo de encima.

—¿Cómo no lo notaría? —se burló y continuó arrastrando a BaekHyun al estacionamiento.

—Maldito. Ojalá no tengas ganas de besarme, porque te aseguro que...

ChanYeol se detuvo de improvisto, dejando a BaekHyun desorientado y con las cejas alzadas. Él dejó caer su brazo y el chico se enderezó, aún mirándolo confundido.

—¿No me dejarás besarte? —Hizo un mohín con los labios.

El contrario suspiró mientras se llevaba ambas manos a las caderas y soportando su peso en un solo pie, pareciendo ridículamente engreído.

—¿Cómo te atreves a dejarme el cuello de semejante manera? —se quejó el contrario—. En la tarde iremos a comprar los disfraces. ¿Qué haré entonces?

—No seas exagerado, bebé.

BaekHyun elevó ambas cejas, sorprendido. ChanYeol decidió no cuestiónaselo mucho y se acercó al chico para pasar ambos brazos en torno a su cintura y lo abrazó, aunque no lo apegó lo suficiente para poder mirarlo.

—En ti se ven muy lindos.

—No se ven para nada lindos, ChanYeol.

Era mentira. Jamás vio algo más hermoso que las tonalidades que tomó el cuello de BaekHyun luego de ser mordisqueado por él. Los tonos rosáceos se mezclaron con sus lunares y eso fue realmente fascinante.

Al estar cerca del castaño aprovechó la oportunidad y dejó un suave beso en la piel de su cuello. El chico tembló entre sus brazos.

—ChanYeol, suéltame. Alguien nos puede ver.

—¿Qué más da si alguien nos ven? Aquí nadie nos conoce. ¿Por qué no podemos comportarnos como dos personas normales?

—¿Qué dirán tus amigos cuando nos vean? Suéltame ya.

Se alejó del más pequeño ante su insistencia y lo miró con una ceja alzada.

—A veces pienso que eres tú quien se avergüenza de mí.

La mirada que le dedicó BaekHyun fue extraña. Lo hirió.

—¿Hablas en serio?

El castaño no esperó ninguna respuesta y dio el primer paso para alejarse de él. ChanYeol dejó pasar el segundo paso y junto a ello el tercero y el cuarto, no fue sino hasta el quinto que comprendió lo que sucedía.

—¡Baek! —llamó y dio grandes zancadas para acercarse al más bajo. Sin embargo, este no se volteó, ni siquiera dio algún indicio de que lo escuchó—. Baek, no te molestes. Acabamos de arreglar las cosas —insistió en un intento de remediar la situación.

ChanYeol no entendió qué hacía mal. Durante toda esa semana las cosas fueron de maravilla, solo discutieron por cosas mínimas y los momentos juntos fueron increíbles.

BaekHyun se detuvo de improvisto, provocando que la goma de sus zapatos chirriara contra el suelo de pavimento cuando se detuvo.

—Entonces, ¿de verdad te avergüenzas de mí?

ChanYeol frunció el ceño. No comprendió qué le pasaba a BaekHyun. Le estresaban esos cambios de humor tan bruscos que tenía el contrario y que él aún no podía controlar.

—¿De qué hablas? —preguntó exasperado y agotado con toda la situación.

—Dijiste que parecía que yo estaba avergonzado de ti —habló el mayor y se giró para encararlo—. ¿Eso quiere decir que te avergüenzas de mí?

—Cariño, estás confundiendo las cosas. Eso no fue lo que quise decir.

ChanYeol se acostumbró a pronunciar apodos empalagosos. Estos se hicieron continuos desde que descubrió por su cuenta que sentía más que una simple atracción por el más bajo. Por esa misma razón se sintió extraño al pronunciar aquel apelativo y no encontrarse con los ojos negros del castaño que brillaban cada vez que pronunciaba palabras como esas.

—¿Qué quieres de mí, ChanYeol? Dímelo antes que me vuelva loco.

—¿Por qué suenas así? ¿Te causo más desdichas que placeres?

BaekHyun abrió la boca, pero volvió a cerrarla de inmediato, al parecer reflexionando sobre lo que planeaba decir. El otro se movió intranquilo sobre su lugar y él notó al instante que al chico le faltó el aire.

—Bebé, ¿qué pasa? —Estiró los brazos para sujetar al castaño—. ¿Te cuesta respirar?

El mayor tomó una bocanada de aire tras otra y a ChanYeol no se le fue difícil entender qué debía hacer. Ayudó a BaekHyun a sentarse en la vereda y sacó el inhalador de su bolsillo, lo batió con desesperación y lo destapó con premura para entregárselo al chico. Su compañero no se demoró nada en completar el proceso de emergencia para luego caer entre sus brazos en busca del descanso de su cuerpo. ChanYeol lo sujetó con ambas manos y se sentó en el suelo para tener una mejor posición y atender correctamente al chico. Lo sentó casi sobre sus piernas y le acarició el suave cabello.

—¿Ves lo que sucede cuando discutimos?

BaekHyun levantó la cabeza para observarlo con una mirada pesada.

—Tú empezaste —se quejó el más bajo con un gemido e hizo un puchero.

BaekHyun también aprendió un poco más de ChanYeol y los puntos débiles que podía tener cuando se tratara de él.

—Lo siento —se disculpó para alivianar el ambiente y se quitó de una vez esa carga de encima que siempre parecía subírsele a los hombros cada vez que discutía con el mayor.

Acarició con cuidado el cabello de BaekHyun y este se apoyó sobre su pecho mientras suspiraba.

—ChanYeol, ¿puedo preguntarte algo?

—Mmm... —murmuró.

—Prométeme que dirás la verdad.

—Por supuesto, bebé. —Dejó un suave beso sobre la sien del castaño—. ¿Qué pasa?

BaekHyun se tomó un tiempo en volver a hablar—: ¿Eres sincero? Lo pregunto de verdad.

Lo alejó de él para mirarlo a la cara, encontrándose con el mayor arrugando la nariz y aquella perlas negras brillando intensamente, viéndose tan fascinantes como nunca antes.

—¿Por qué preguntas?

El castaño apretó los labios en un intento de esconder el quejido que de igual forma fue audible.

—Hay algo que quiero decirte, pero tengo miedo. —El susurro del chico sonó tan despacio que casi dudó en si las palabras fueron pronunciadas o no.

—¿Por qué tienes miedo?

Introdujo la mano por debajo de la camiseta de BaekHyun y le acarició la piel desnuda de la espalda. No era la primera vez que lo hacía, durante esa semana pasaron las tardes hablando y toqueteándose inocentemente en gestos como esos.

—Si contestas mi pregunta te responderé.

Pensó unos segundos—. ¿A qué te refieres con lo de ser sincero?

BaekHyun bajó la cabeza, tomó una de sus grandes manos y jugó con sus dedos. El mayor acarició su piel con las yemas de los dedos y se llevó la mano a los labios para dejar un suave beso.

—A si estás jugando conmigo, si esta es solo una apuesta o algo parecido, si tenías planeado en un principio acercarte a mí o si se te ocurrió a mitad de camino. ¿Qué sientes... cuando estás conmigo?

ChanYeol levantó la cabeza para mirarlo y definitivamente nunca antes vio algo más hermoso que BaekHyun. Él nunca fue un chico romántico, pero no podía evitar sentirse así.

—Si lo digo contestarás mi pregunta, ¿cierto? —BaekHyun asintió y él rozó sus labios con los contrarios, aunque no quitó la mirada de los ojos del chico—. Me gustas.

Nunca antes lo dijo, al menos de una manera tan directa y usando las típicas palabras. Incluso ChanYeol pensaba que se enamoró de su bajito compañero de cuarto. La idea no se alejaba mucho de lo que creía, pero nunca antes lo dijo en voz alta. Ni siquiera JongDae lo sabía, este simplemente se enteró del interés que tenía en BaekHyun, pero nunca le dijo que le gustaba y ni hablar de que se enamoró.

Volvió a la realidad después de perderse en los ojos de BaekHyun y sus piernas temblaron al caer en cuenta de lo que confesó. El castaño siguió ahí, con los ojos muy abiertos, al parecer bastante sorprendido por lo que le declaró.

—No mientes, ¿verdad? —ChanYeol abrió la boca en un intento de responder, pero las palabras quedaron atoradas en su garganta y se vio obligado a bajar la cabeza para no sentirse aún más avergonzado—. No tienes que mentir para hacerme sentir bien. —El castaño desvió la mirada de sus ojos y bajó la cabeza con una triste sonrisa en los labios. La voz le salió congestionada la próxima vez que habló—: Solo quiero acabar con esto si es así como te sientes.

—¿Por qué no escuchas lo que digo? —Sus palabras fueron pronunciadas de tal manera que incluso a él se le fue difícil escucharse, por lo cual no se le hizo extraño que BaekHyun se levantara de un salto y formaba una fingida sonrisa con muecas. En efecto, no lo escuchó.

—Me gustaría decir que quedáramos como amigos, pero eso sería tonto, porque se trata de mí y el tenerme cerca no debe ser lo más agradable.

Se levantó y quedó en silencio cuando notó que BaekHyun le sonrió de aquella manera que tanto odiaba, sus ojos se achinaban y escondían su iris, aquellos ojos que estaban desesperados por dejar caer las lágrimas. ¿Cómo pasó aquello? A tan solo unos minutos estuvieron encerrados en uno de los cubículos del baño público besándose a más no poder y, si no fuera por MinSeok, de seguro ChanYeol se hubiera atrevido a hacer mucho más con BaekHyun que simples besos.

Cuando cayó en cuenta de lo real y serias que fueron las palabras de BaekHyun se percató que seguía ahí, solo y parado sobre el frío pavimento. BaekHyun se fue sin siquiera escuchar todo lo que planeó confesarle. Para ChanYeol iba mucho más allá de un «me gustas» o «eres hermoso». No sabía cómo lo haría, porque si ya el castaño no creía que le gustaba, no podía ni imaginarse lo que pensaría cuando le dijera que estaba enamorado de él.

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