Capítulo VI
—¿Sucede algo?
ChanYeol negó varias veces ante la pregunta de su compañero.
Estaba loco. De verdad se volvió loco. Nunca antes, nunca jamás en toda su maldita vida, se percató en los detalles de un hombre, y no se refería solamente a lo sexual. Conoció mucho más de BaekHyun aquella mañana, como que, ante la tenue iluminación que entraba por la ventana, la piel del chico se veía aún más clara y que tenía algunos lunares repartidos por el cuello, los cuales parecían casi inexistentes.
—ChanYeol, ¿seguro que no te duele la cabeza? —El castaño se le acercó y se paró de puntillas para ponerle una mano sobre la frente, recibiendo un manotazo de su parte que lo confundió—. ¿Hice...? ¿Hice algo que te molestó?
Maldición... BaekHyun no hizo nada malo y él lo trató verdaderamente mal cuando el día anterior le dijo que serían amigos. Fue un completo estúpido y todo eso sucedió por sus dudas sexuales. ¿Cómo podía ser que, con la edad que tenía, se preguntara qué sería chupar un pene? ¡Se suponía que aquello debió pasarle hace unos años atrás! ¡No justo ahora! Sin embargo, si pensaba en lo locos y liberales que eran los universitarios, sumándole también que parecía una etapa para experimentar... ¡Pero ChanYeol no se imaginó eso! Creyó más bien que se envolvería en drogas. No obstante, si lo pensaba un poco más, era mucho mejor tener dudas sexuales que terminar con VIH por una infección de jeringa, aunque igual podía terminar con una infección de transmisión sexual si...
—Lo siento mucho. —Volvió a centrarse en el más bajo, quien continuó con su diálogo—. No sé qué hice mal, pero lo siento, ChanYeol.
¡Mierda! Ni siquiera lo tocó, pero ChanYeol quedó completamente estupefacto al escuchar su nombre ser pronunciado por aquellos labios. ¿Era normal que se imaginara a BaekHyun debajo de él gritando su nombre una y otra vez?
Debía salir de ahí, debía salir antes de que se abalanzara sobre el castaño y lo tirara a la cama para morderle el cuello y así borrar todos aquellos lunares que lo dejaron encantado. Definitivamente tenía que volver todo ese cuello blanquecino en un trazado de tonalidades rosáceas y ligeramente moradas.
Pasó por un costado de BaekHyun después de empujarlo sin siquiera darse cuenta para luego salir por la puerta principal con su mochila al hombro.
Se estaba volviendo loco. No podría acabar con su carrera universitaria y sería hospitalizado en un psiquiátrico por querer follar con su compañero de cuarto, si no lo metían a la cárcel antes por depravado.
Fue entonces que, encontrándose a la mitad del pasillo, ChanYeol se mantuvo quieto para viajar su vista por el lugar. Se detuvo en un chico cualquiera y desvergonzadamente miró más allá en él como nunca antes miró en otro hombre. Excepto BaekHyun, claro.
La angustia lo ahogó aún más al darse cuenta que aquel chico con apariencia guapa no causó nada en él. Incluso, ante los ojos de ChanYeol, él mismo estaba irreconocible.
Tenía demasiadas ganas de echarle la culpa a su compañero de habitación por seducirlo, pero eso era tan estúpido... ¡El chico apenas se le acercó! Claramente, se notaba que ChanYeol estaba disgustado por algo y lo peor de todo era que no estaba disgustado con el más bajito, sino consigo mismo.
Debía contárselo a alguien, ¡tenía que escupirlo de una vez! Su propia mente le devoraba poco a poco los últimos pensamientos razonables que le quedaban. Tenía a JongDae, pero, maldición... JongDae se reiría tanto de él que no le transmitiría ningún tipo de tranquilidad. Definitivamente pasaba de su mejor amigo esa vez. Su segunda opción era JunMyeon, con el cual mantenía un fuerte lazo y de seguro se encargaría de escucharlo. Sabía que el castaño intentaría ponerse en su lugar, pero también sabía que no le daría ninguna solución. JunMyeon era realmente malo con los consejos. Si conociera un poco más a MinSeok de seguro se lo hubiera contado. Un chico que parecía amable y tímido, de seguro lo escucharía y lo aconsejaría. Sin embargo, no lo conocía del todo, no podía asegurarse de su reacción.
Quedó a la deriva, porque definitivamente nunca se lo comentaría a otra persona que no fuera de su círculo de amistad, ni mucho menos se atrevería a contárselo al consejero estudiantil.
¿Cuál podría ser la solución? Debía relajarse, si se ponía de doña histérica no conseguiría nada más que sentirse atrapado.
Respiró profundamente y se encaminó a su siguiente clase, la cual no compartía con el copuchento de JongDae...
Maldición... Cuando su amigo se enterara de que lo ponía un chico se lo contaría a todo el mundo. No tendría piedad de él, ni siquiera la tuvo cuando se enteró que su hermano ya no era virgen. Se lo contó a tantas personas que, como siempre sucedía, el rumor se distorsionó y todos pensaron que JunMyeon se prostituía. Bueno, al menos pasó bastante tiempo desde aquello.
Al entrar a la clase se dirigió hacia el puesto que tomaba habitualmente. Se dejó caer con cansancio sobre la silla y recargó su cabeza sobre sus manos mientras sus codos permanecían sobre la mesa. Sintió impotencia y no se refería a su pene, el cual parecía estar demasiado atento en aquel chiquillo que era su compañero de cuarto.
Moriría, claramente. Quizás debía ir a alguna iglesia para confesarse... Maldición, el padre terminaría por prenderle fuego mientras le gritaba que era un pecador o peor aún, le haría un exorcismo para sacarle aquel demonio impuro que gobernaba su limpia alma cristiana.
Moriría, moriría y se iría al infierno por desear meter su pene en el culo de un hombre. Eso no era sano, para nadie. Sin embargo, ChanYeol de tan solo pensarlo se excitaba y sentía la necesidad de encontrarse con su compañero de cuarto para follarlo independientemente de dónde estuvieran. ¿Qué debía hacer? Si le decían que lograría salvarse si se lanzaba por la ventana, lo haría.
Suspiró y volvió su atención a la clase que aún parecía llenarse por los demás alumnos. Necesitaba desconcentrarse, necesitaba...
Calló a la voz de su cabeza al ver que el conocido chico castaño se adentró a la sala de clases y pareció buscar algo con la mirada. Su sorpresa fue aún mayor cuando BaekHyun tomó asiento a su lado con movimientos rápidos y bruscos, como si luchara contra sí mismo al sentarse ahí. Lo vio morderse el labio inferior mientras fruncía el ceño y de inmediato notó sus piernas flaquear. Se sintió tentado por aquel cuello pálido que quiso morder como si de un vampiro se tratase. Un vampiro, exacto. Se estaba convirtiendo en un vampiro que quería morder aquella blanquecina piel que lo hacía marearse de solo verla, ni siquiera podía imaginarse qué pasaría cuando estuviera tan cerca como para olerla o incluso besarla, saborearla, morderla...
Al parecer BaekHyun no duró ni un minuto ahí cuando hizo amago de levantarse, pero la mano de ChanYeol lo detuvo y lo obligó a que se volviera a sentar. Sabía que más de un par de ojos estaban sobre ellos, si BaekHyun se levantaba parecería que a él le desagradaba y no quería mostrar esa imagen, se suponía que lo ayudaría.
—C-ChanYeol...
Mierda, su nombre otra vez... Ni en los labios de su madre sonaba tan encantador. Si ya no tenía derecho a pedirle a Dios, le pediría al Diablo que se apiadara de él y que dejara de enviarle imágenes de él junto a su compañero, las cuales eran imposible ante cualquier previsto.
—¿A-Algo está mal?
Quiso abrazarlo, realmente quiso hacerlo, esta vez sin ninguna intención detrás de ello. BaekHyun se vio indefenso y asustado. Sabía que al mayor le costaba un mundo mantener una conversación con él, no porque fuera él exactamente, sino porque ambos estaban rodeados de alumnos y todos parecían mirarlos.
El más alto miró los ojos ajenos y vio aquel rostro ceñudo que denotaba preocupación. Relajó sus propias facciones e hizo un OK con gestos y sin emitir ningún sonido, asemejándose a aquel que hizo hace unos días donde guiñó el ojo. BaekHyun le sonrió de tal manera que le pareció increíblemente fascinante y fue entonces que notó todo el miedo que almacenó el chico. Sus hombros cayeron junto al suspiro que salió de sus labios. Pudo percibir que tenía miedo que él realmente fuera como los demás y lo tratara mal. ChanYeol se dijo a sí mismo que se merecía aquello que le sucedía con su sexualidad, era demasiado inhumano de su parte tratar a BaekHyun de aquella manera cuando era un chico tan fascinante.
El profesor elevó la voz y ambos prestaron atención a la clase, la cual pareció incrédulamente larga, pero no fue por culpa del profesor ni por el tema llegado a tratar, si no por aquel tentador muslo izquierdo de BaekHyun que era apretado por sus ajustados pantalones negros.
Hasta ese momento ChanYeol no supo si aceptar de una vez lo que sentía o seguir negándose a ese calor que creció en su estómago bajo y descendió hasta su entrepierna. Había pasado mucho tiempo desde que tuvo que ocultar una erección, especialmente si esta se dignaba a aparecer en medio de una lección, para agregar que nunca se excitaría con una clase de contabilidad.
Se apegó más al escritorio que tenía delante mientras se pasaba una y otra vez las palmas húmedas por sobre las rodillas para sacar el procedente sudor.
¿Hace cuánto que no tenía sexo? Si lo pensaba con cuidado, no sería difícil sacar la cuenta y notar que solo pasaron cerca de trece días. Para un joven como él, que no era alocado ni fiestero, algo como eso estaba bien e incluso podría esperar que se cumplieran los treinta días para recién buscar una nueva relación plenamente sexual. Fue por eso mismo que, aún no cabía en su cabeza el hecho de que cada vez que BaekHyun se reacomodara sobre el asiento, obtuviera un súbito tirón en su polla.
Debía aceptarlo, ¿cierto? BaekHyun lo ponía y ya. No había más que decir.
Toda la clase pareció moverse con rapidez y las sillas y mesas hicieron fuertes sonidos contra el suelo. Miró a su costado y se dio cuenta que su compañero guardaba sus cosas. La clase terminó y él no prestó atención a nada más que al pequeño cuerpo del castaño. Incluso se sorprendió a sí mismo poniendo mayor atención en las curvas de su compañero, como sus muslos, los cuales podría agarrar bastante bien y esa estrecha cintura... ChanYeol realmente quedó fascinado al percatarse de lo ceñida que era su maldita cintura, lo podría afirmar con sus dos fuertes manos y...
El mayor se levantó y él se apresuró en guardar sus cosas, pero cuando estuvo todo listo e hizo el amago de levantarse. Se volvió a dejar caer sobre la silla, llamando la atención del más bajo.
—¿Algo está mal?
ChanYeol pudo respirar con un poco más de calma cuando se dio cuenta que no había nadie más que ellos en la sala.
BaekHyun se le acercó y lo miró desde lo alto con el rostro preocupado. Esa fue la segunda vez que se detuvo a ver los labios del chico, los cuales brillaban por las mordidas constantes que se propinaba. Tuvo fuertes deseos de agarrarlo por la nuca y acercarlo hasta su boca para besarlo y ser él quien mordiera aquellos labios carnosos.
—ChanYeol... —Cerró los ojos al sentir la aterciopelada voz de su compañero.
Si algún día tenía el valor, le confesaría que no había cosa que le encantara más que dijera su nombre con aquella voz angelical que poseía.
—Creo que... —Se detuvo a sí mismo al escucharse hablar; la voz ronca fue tan acentuada gracias a la excitación, tanto que BaekHyun frunció el ceño con confusión, pero después sonrió, como si lo pasara por alto solo por tratarse de él.
¿Debería contárselo?
—Tengo algo que decirte.
—Gracias, pensé que estarías extraño toda la vida —se mofó el castaño para después correr la silla que estaba frente a él—. ¿Qué te tiene tan raro?
—Tengo una erección.
—¿Ah?
Lo mencionado por BaekHyun no fue lo que esperó. Se lo imaginó más escandaloso, pero el chico solo lo miró con la boca ligeramente abierta, esperando a que continuara, pero eso nunca pasó.
—¿Tienes una erección? —murmuró el otro y acercó la silla más hacia él, como si hablara en secreto para que nadie más escuchara y aquello era completamente estúpido, porque no había nadie más en la sala. Sin embargo, le daba lo mismo, estaba hablando con BaekHyun y le daba igual que estupidez hiciera o dijera—. ¿Qué deberíamos hacer? —El chico suspiró y miró a su alrededor, pareció que fuera él quien tuviera el problema—. ¿Debería hacer algo?
ChanYeol sabía las intenciones que traían esas palabras, pero su cerebro hizo lo que se le dio en gana, logrando que imágenes de BaekHyun de rodillas delante de él le diera otra sacudida a su polla.
Suspiró y se llevó las manos a la cabeza—. Obviamente, no puedo deshacerme de la erección aquí, así que tendré que ir a otro lado, pero no sé cómo salir sin que se note demasiado.
—Deberías ir con la chica que hizo eso. —BaekHyun elevó una ceja y asomó una sonrisa con aire insinuante—. Puedes tomar mi mochila y salir corriendo, simulando que me la sacaste o algo, y luego me envías un mensaje diciendo dónde la dejaste.
Pestañeó unas cuantas veces. Si tan solo supiera que fue él quien ocasionó su erección... No obstante, en realidad sabía que no fue el castaño, la culpa fue de su mente enferma que hizo imaginar cosas que definitivamente no pasarían.
—Eres inteligente —alabó con una sonrisa y escuchó la risa del mayor mientras este se sacaba la mochila del hombro.
—Más de una vez lo viví junto a mis amigos. —El chico se encogió de hombros sin darle mayor importancia—. Que no se te olvide enviarme un mensaje. Tengo clase en unos minutos.
Asintió con rapidez y tomó la mochila de su compañero para taparse mientras se levantaba de la mesa, notando que la sonrisa del más bajo se ensanchó y sus ojos se convirtieron en dos medialunas.
—Asegúrate de ir con ella —dijo el contrario a la vez que movía una de sus manos para despedirse cuando él estuvo por salir del salón.
Volvió a asentir sin ponerle mucha atención y se echó a correr hacia algún baño. Entrar a un baño y encerrarse en algún cubículo no fue para nada difícil, pero lo que no pudo controlar fue la erección que cada vez dolía más por estar aprisionada entre sus ropas.
Dejó la mochila de BaekHyun a un costado de la suya y se bajó los pantalones a la par de los boxers para luego dejar caer la tapa del inodoro que estaba detrás de sí, logrando tomar asiento por fin.
Había pasado tanto tiempo desde que se encontró con alguna situación similar que se vio ligeramente aterrado al no saber cómo deshacerse de aquel problema.
Mientras se mordía el labio inferior miró su miembro y puso la mano entorno a este, sintiéndolo ajeno. Trazó un movimiento de arriba hacia abajo y le llegó como un destello la pregunta de dónde caería su semen, porque definitivamente no quería manchar sus bonitos pantalones. Fue entonces que se preguntó cómo sería ponerse un condón y pensó si podía resultar tan bueno como se lo imaginaba.
El sonido de su celular lo hizo sobresaltarse y volteó la cabeza de un lado a otro buscando dónde estaba el aparato. No fue hasta que el teléfono dejó de sonar para comenzar otra vez la melodía cuando recordó que lo tenía en el bolsillo de su pantalón. Deslizó el dedo por la pantalla con rapidez al darse cuenta que se trataba de BaekHyun.
—¿ChanYeol? —El chico se escuchaba realmente agitado desde el otro lado y el aludido se sorprendió a sí mismo cuando notó que la mano entorno a su miembro se movió por si sola—. ¿Dónde estás? Ahora mism-¡Mierda!
Se mordió el labio inferior y echó la cabeza hacia atrás al sentir aquella caliente sensación que recorrió su cuerpo. Imaginarse que el castaño era quien movía su mano hacía todo mucho más fácil, en especial al escuchar su voz jadeante desde el otro lado de la línea telefónica.
—Lo siento, me tropecé con una chica. —Asintió como si el otro pudiera verlo. Sabía que si se atrevía a abrir la boca dejaría escapar el gemido que tanto se esforzaba por guardar—. Dime dónde estás, mi clase empezará en un rato... ¿ChanYeol, estás ahí?
Su mano recorrió su extensión con más rapidez. Sintió que no le faltaba tanto por venirse.
¡Maldición...! ¿En serio se correría tan rápido? De seguro todo era por imaginarse a BaekHyun...
—¡ChanYeol, contéstame!
No pudo evitar gemir, realmente no pudo. Sintió que el orgasmo lo envolvió y hasta tuvo que dejar caer el teléfono para afirmarse de la pared del cubículo y no irse de lado. Se miró a sí mismo y agradeció a su suerte al no notar nada sucio más que sus propias piernas y manos.
Tomó el celular del suelo y cortó la llamada para luego limpiarse con rapidez y acomodarse la ropa. Ordenó sus prendas junto a todas sus cosas y se dio una rápida mirada a sí mismo antes de salir, encontrándose con un chico desconocido que lo miró a través del espejo, quien soltó una suave risa antes de salir por la puerta que daba con el pasillo.
Se lavó las manos con rapidez, y justo en el momento en que su teléfono empezó a sonar, la puerta principal se abrió, mostrando a BaekHyun con las cejas alzadas.
—Mi mochila.
—Baek... —Jadeó quedo al ver que el castaño tomó su mochila, la cual estaba colgada de uno de sus hombros—. ¿E-Estás molesto?
—Claro que no. Solo quiero mi mochila. —ChanYeol obedeció de inmediato y le entregó el bolso a BaekHyun, quien lo acomodó sobre su espalda y luego lo miró con una pequeña y casi tímida sonrisa—. Eres un desvergonzado. —No pudo evitar ruborizarse, lo que hizo que la risa de su compañero sonara más fuerte—. Nos vemos a la noche, ChanYeol.
El mayor no dijo nada y solo caminó hacia la puerta para salir sin siquiera enviarle una mísera mirada. Suspiró y tomó sus cosas para salir del baño, recordó que no tenía clases hasta antes de almuerzo.
Fue bastante el tiempo que tuvo que esperar y perfectamente pudo irse hacia su habitación para dormir un poco más, pero estaba demasiado molesto consigo mismo como para detenerse a descansar. Necesitaba buscar una solución lo antes posible, porque claramente no podía ser de este mundo que estuviera completamente loco por su compañero de habitación cuando solo pasaron cuatro días desde que lo conoció y un día desde que se dio cuenta de aquellos detalles que llamaron su atención.
En el botiquín de primeros auxilios que estaba en una de las paredes del pasillo encontró su futura salvación. Se encaminó hacia el departamento de medicina con esperanza, pero se sintió desilusionado cuando entró a la sala de urgencias y no vio al castaño del cual esperó un poco de ayuda. Podía confiar en él o eso creía. Al menos fue su cómplice aquella vez cuando llamó al hermano de BaekHyun y, además, era un chico mayor, lo que le daba a entender que al menos habría una mínima posibilidad de que fuera un hombre casi maduro que no se burlaría de sus problemas y que lo ayudaría.
—Disculpe... ¿El doctor Ryu HunHwa no está presente hoy? —preguntó una vez llegó delante del escritorio principal.
—Hoy no tiene horas en urgencia. Si quiere verlo puede pasar a la ala de pediatría. —La enfermera apuntó hacia uno de los letreros, donde había una gran flecha—. ¿Quiere que le haga saber que espera verlo?
—Por favor —pidió y la chica le dio una media sonrisa para luego entregarle un papel.
—Este es el número del doctor... —ChanYeol sonrió e hizo una venia—. ¡Oh! Y por detrás está el mío.
Esta vez se asombró, pero solo mostró una sonrisa amigable para la enfermera y luego se dirigió hacia pediatría. Vio otra vez el número que escribió la mujer en el pequeño papel y lo volteó para apreciar el otro número, el cual la enfermera escribió con una lapicera rosada y no con una negra como estaba el otro. Al menos sabría cómo distinguir ambos números sin necesidad de aprendérselos.
No le costó demasiado llegar a lo que se definía como «Pediatría». Sabía que la universidad tenía ese departamento ambientado como si fuera un hospital, donde los alumnos que eran previamente capacitados podían atender a pacientes reales y no solo a prototipos humanos.
La pequeña sala de espera estaba ocupada por tres personas, una mujer embarazada y al frente otra mujer junto a su hijo que parecía revolotear por entre las demás sillas desocupadas. Él se sentó un tanto alejado en un asiento que estaba junto a la pared y solo se empeñó en poner una expresión amigable cuando ambas mujeres desviaron la vista hacia él.
Para su sorpresa, al cabo de unos minutos una voz masculina sonó desde un parlante que ChanYeol no pudo detectar con la vista y la mujer embarazada fue quien se levantó para acercarse a una de las puertas cerradas mientras afirmaba su estómago.
—¿Estudias en la universidad? —Se giró hacia la única mujer que quedaba en la habitación al escuchar la voz femenina.
Sonrió al ver la amabilidad que emanaba de ella—. Sí, estudio en otro departamento. —La mujer asintió.
—¿Dónde?
—Economía —respondió con simpleza, pero la mujer pareció asombrarse.
—Mi hermana menor asistirá ahí el próximo año para estudiar...
El parlante volvió a sonar, pero esta vez la puerta por la cual entró la mujer volvió a abrirse para dar paso a aquel joven médico que ya conocía. Este se despidió cortésmente de la mujer que se abrazaba el vientre para luego hacerle un ademán divertido a la señora que le habló hace un rato. Ella se acercó a él sin llevar a su hijo, quien aún giraba alrededor de una hilera de sillas. HunHwa le entregó un sobre blanco con una etiqueta al frente, al parecer algo de medicina.
—Hijo... —El pequeño niño inmediatamente se volteó a mirar a su madre—. Dile adiós al Doctor Ryu.
El chiquillo movió frenéticamente la mano mientras que el susodicho imitaba el acto y se agachaba un poco. La mujer se despidió de ChanYeol con un gesto de cabeza a lo que él rápidamente correspondió. Ella terminó por irse junto con su hijo y HunHwa le hizo un gesto con la mano para que se adentrara a su oficina.
—No pensé que tendría el placer de volverte a ver —se mofó el mayor cuando ambos entraron a la habitación.
—Me alegra hacer más feliz su día con mi presencia.
HunHwa rio con fuerza y le hizo un ademán con la mano para que tomara asiento en la silla que estaba frente al escritorio.
—¿No piensas decirme por qué estás aquí?
ChanYeol se removió incómodo y miró al castaño a los ojos.
—Ahora mismo tengo un problema y no supe a quién recurrir. Espero que no te moleste que esté aquí.
El chico hizo un gesto para que le restara importancia—. ¿Cuál es el problema? Quizás pueda ayudarte.
ChanYeol se pasó la lengua por los labios con nerviosismo y suspiró.
—Me di cuenta que hay una persona que me atrae mucho físicamente...
El médico elevó una ceja, divertido—. ¿Y qué con eso? ¿Esa persona te rechaza?
Volvió a suspirar y apoyó los brazos sobre el escritorio.
—En realidad, ni siquiera he intentado algo con esa persona. —HunHwa enserió su rostro, viéndose profesional—. Sentí ese raro sentimiento ayer por la noche y hoy me di cuenta que esa persona es la única que me hace sentir de esa manera.
—¿No estás enamorado?
—No. —Negó inmediatamente y lo miró con cansancio—. Siento atracción.
—Atracción... —repitió el otro y ChanYeol asintió como si lo comprendiera, pero supo que al médico no le quedó muy claro.
—Quiero follarme a esa persona. —Los ojos del castaño se abrieron ante su explicación—. Me estoy volviendo loco, nunca antes sentí algo como esto. Lo deseo... lo deseo a tal nivel que me enferma.
—¿Y solo ha pasado un día?
ChanYeol asintió y se alivió al notar que su nuevo amigo comprendía la situación.
—Esto no puede pasar, ¿verdad? —El doctor suspiró y apoyó ambos codos sobre el escritorio—. Es imposible que pase esto, ¿cierto?
—¿Puedes...? ¿Puedes contarme todo con mayor detalle?
ChanYeol suspiró y desvió su mirada hacia la puerta de la habitación. ¿Debería decirle? Él no notará que era BaekHyun, ¿verdad?
—Ayer vi porno homosexual por accidente... —Se detuvo para escuchar la risa que provino del otro hombre y rodó los ojos—. Luego me encontré con uno de mis compañeros, quizás lo vi entre clases. Esa fue la primera vez que me puse a ver detalles en un hombre que nunca antes había visto.
—¿Así que el problema va con tu sexualidad? —El hombre meneó la cabeza de un lado a otro.
—No puede ser, ¿cierto? Porque estoy grande, eso ya debió de pasarme. —ChanYeol dejó caer la frente contra el escritorio con frustración.
—Puede pasar ahora. Siempre tendrás edad para querer experimentar. —Elevó la cabeza para mirar al doctor, quien tenía un semblante despreocupado—. ¿Por qué no lo intentas? Puedes intentar algo con este chico... No sé... Quizás al final termines follando con él y luego te des cuenta que todo se trataba de curiosidad... o puede ser que no y termines enganchado del chico y con el paso de los años estarás arrastrando millones de papeles para adoptar un niño.
—¿De verdad un médico me está diciendo esto? —HunHwa rio suavemente.
ChanYeol claramente pasaba completamente de la idea de enamorarse.
—Ahora mismo mi intención no es hablarte como médico, quiero sonar más como tu amigo o como un simple hombre. —El más bajo se encogió de hombros y amplió su sonrisa—. ¿Qué harás?
—¿Y si tengo cosas que perder?
El castaño quitó la sonrisa e hizo una mueca.
—Tienes que saber qué perderás y meditar si esto vale la pena como para dejar ir aquello. —ChanYeol suspiró y se pasó las manos por el rostro con frustración—. Además, tienes que pensar en las consecuencias.
—Moriré...
El más bajo rio—. ¿Por qué no lo intentas con otro chico? Podrías ir a algún club...
—No servirá —contestó de inmediato a la vez que miraba hacia la ventana de la habitación—. El único chico que me llama la atención es él.
—¿En serio? —Volteó su rostro al escuchar lo asombrado que se escuchó el médico—. ¿Seguro que no estás enamorado? —Rodó los ojos otra vez y chasqueó la lengua—. Quizás te gusta, te gusta solo él. Si ese es el caso, después no podrás alejarte de esa persona como si fuese solo sexo.
—No me gusta —reafirmó con el ceño fruncido.
—Pero dijiste que era solo él. Si quisieras probar el sexo homosexual te fijarías en cualquier otro chico.
—Quizás es porque él fue el primer chico con el que me topé después de ver el vídeo.
HunHwa suspiró y negó con la cabeza—. Eso es absurdo. Acéptalo.
—¿Qué se supone que tengo que aceptar? —preguntó alterado—. No hay nada más allá del hecho de que quiero follarlo y ya.
—Si solo quieres follarlo, entonces ponte guapo y sedúcelo.
ChanYeol se quedó un momento en silencio mientras observaba la sonrisa del contrario. Chasqueó la lengua y desvió otra vez su mirada hacia la ventana.
—¿Podría solo ir y follarlo?
El castaño se encogió de hombros con aire divertido.
—¿A qué horas tienes clases?
Se quedó en silencio por unos segundos antes de contestar—: ¡Mis clases!
Tomó con rapidez sus cosas para correr a la puerta y salir por esta sin siquiera despedirse del Doctor Ryu.
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