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Capítulo IX

Se removió sobre el colchón al sentir el despertador sonar y decidió ignorarlo. Para su sorpresa, este fue rápidamente silenciado, así que volvió a quedarse dormido mientras abrazaba el cuerpo caliente de su amigo, quien estaba a su costado.

—ChanYeol... —Arrugó la nariz al escuchar su nombre ser pronunciado por alguien a su lado.

A su mente vino BaekHyun, quien siempre pronunciaba su nombre con un tono delicado y suave que le acariciaba los oídos, lo hacía delirar con imágenes de algo que definitivamente no pasaría, porque era imposible que su compañero de cuarto estuviera entre sus brazos esa mañana después de hacerle el amor la noche anterior. Tuvo un sueño increíble.

—¡ChanYeol! —Sintió unas palmadas en la espalda desnuda y pegó un manotazo donde estaba acostado su mejor amigo, logrando que este soltara un quejido adolorido—. ¡Despierta de una maldita vez!

—Dae, cállate.

Escuchó un gruñido de parte de su amigo y él giró su rostro en la otra dirección, encontrándose con la suave almohada.

—ChanYeol... —Sus ojos se abrieron de inmediato al reconocer aquella aterciopelada voz.

Se sentó de inmediato, lo que hizo que recibiera un golpe de JongDae y por ello cayó del colchón. ChanYeol ni siquiera le prestó atención a la caída o a su trasero adolorido, sino que se fijó en la puerta, encontrándose con YiXing sin camiseta apoyando la mano sobre la puerta cerrada. El chico que tanto buscaba estaba de pie en medio de la sala a un costado de MinSeok.

Miró a JongDae y con los ojos le preguntó qué mierda pasaba, pero este ni siquiera le prestó atención. Por ello volvió su vista al frente para intentar ver el punto que miraba su amigo y, para su sorpresa, se detuvo en MinSeok. El rubio mantenía una expresión que no vio nunca antes, era una mezcla entre molestia y tristeza, y fue con esa misma expresión que corrió hacia la entrada de la habitación, saliendo después de que YiXing abriera la puerta como si se tratara del mesero de algún restaurante.

—¡MinSeok!

Le sorprendió que su mejor amigo se levantara de la cama y corriera a la puerta para perseguir al aludido. Le extrañó no verlo avergonzado cuando solo iba con el pantalón de pijama, sin siquiera usar una delgada camiseta.

YiXing cerró la puerta después de que JongDae salió—. ¿Alguien más quiere huir?

El pelinegro mantuvo ese rostro cansado, aunque tenía un deje de molestia en su expresión. Dio el primer paso para alejarse de la entrada, pero del otro lado de la puerta se escucharon dos suaves toques que hicieron que gruñera y la abriera a lo máximo que daba, dejando una clara vista de un JunMyeon perfectamente vestido y arreglado.

—JongDae no está, se fue con su novio —se apresuró en aclarar el pelinegro y el castaño hizo una mueca para asentirle y continuar con su caminata por el pasillo.

YiXing suspiró mientras cerraba la puerta—. Me iré a bañar. Les diría que me avisaran si necesitan algo, pero estoy realmente cansado, así que, por favor, no molesten.

Ninguno de los dos respondió ante la aparente disculpa y YiXing tampoco se detuvo a mirarlos para esperar algo de ellos, solo se adentró al baño con ganas de irse por el desagüe o intoxicarse con el champú.

ChanYeol volteó su cabeza hacia el único chico que quedaba en la habitación, encontrándose con un BaekHyun que lo miraba tímidamente.

El castaño no habló hasta que el agua empezó a correr—. Estamos perdiendo nuestra primera clase.

Se quedó quieto por un momento mientras intentaba procesar lo que dijo, más el hecho de que aquel caliente chico estaba parado a unos metros por delante de él. Ya para cuando salió de su aturdimiento se levantó de un salto para correr hacia la puerta, pero dos manos sobre su pecho lo hicieron detenerse y por primera vez en aquel día se permitió darse una rápida mirada.

Encontrarse con el cuerpo desnudo, a excepción de su ropa interior, lo hizo avergonzarse, especialmente porque estaba delante de BaekHyun, el chico que no lo encontraba para nada guapo.

Se alejó de las manos ajenas y caminó hacia el escritorio de JongDae, donde dejó su ropa la noche anterior. Se puso con rapidez cada prenda a la vez que sentía los músculos de su espalda tensarse por la atenta mirada del mayor. Ya para cuando estuvo listo se dejó caer al suelo de rodillas mientras buscaba su par de zapatillas.

—Ya... Ya perdimos la primera clase. Da igual.

Suspiró y se dejó caer sentado en el suelo para ponerse ambas zapatillas.

—De igual manera tengo algo que hacer —murmuró sin levantar la mirada.

No tenía nada por hacer, pero no quería pasar demasiado tiempo en la misma habitación que BaekHyun. Se sentía avergonzado y no dejaba de preguntarse cómo esas manos lo tocaron si sentían asco de él...

¿Qué mierda decía ahora? ¿Por qué parecía la victima de la historia? Lloriqueaba por cosas insignificantes que nunca fueron dichas. ¿Cuándo volvió a ser así? ¿Cuándo regresó ese chico inseguro que sacaba mil palabras de una sola que, en realidad, no querían decir nada?

Detuvo el momento desesperado de sus manos y soltó un suspiro mientras dejaba que su mirada se perdiera en un punto invisible de la pared.

¿Desde cuándo quedó fascinado por BaekHyun? Eso era una completa idiotez, estaba comportándose como un niño pequeño que quería huir de los problemas.

Bien... le excitaba BaekHyun, y ya para cuando decidió que haría algo para tener algún tipo de relación sexual con él, este le dijo que no le gusta, que no le llamaba la atención de ningún modo. ¡Y eso debía estar bien! No podía ponerse a llorar como un niño mimado que no obtuvo lo que quiso. En su cabeza estaba presente la infinidad de recuerdos, la mayoría de ellos borrosos, donde el rechazo siempre parecía estar presente. Sin embargo, debía superarlo, especialmente si era algo tan insignificante como aquello.

—¿Estás bien?

Pestañeó aturdido y se asustó un poco cuando enfocó la vista y se dio cuenta que el castaño estaba arrodillado delante de él, obstaculizando aquello invisible que lo arrojó a su álbum de recuerdos.

—No es nada. —Se permitió sonreír con sinceridad.

Definitivamente no dejaría que aquel lado agobiante gobernara su mente y lo hiciera caer otra vez, bastante le costó salir del pozo como para que alguien más lo volviera a empujar, mucho menos se dejaría botar, no de nuevo.

—Disculpa por todo, BaekHyun. —Bajó la mirada hacia sus zapatillas y se abrochó los cordones—. He actuado raro. De seguro debes preguntarte si estoy loco o algo así. Lo siento, de verdad.

Armó una sonrisa en su rostro junto a una expresión alegre para que, cuando levantara la cabeza, BaekHyun no se enojara demasiado con él, pero ni siquiera alcanzó a atarse por completo los zapatos cuando sintió unos brazos envolverlo por los hombros. A pesar del tambaleo que casi lo hizo caer contra el suelo, sintió su imaginación volar gracias a la cercanía del mayor.

No quería que las cosas fueran así. No quería a BaekHyun tan cerca de él, lo enfermaba. Sin embargo, se conocía a sí mismo y por eso sabía que le costaría demasiado perdonarse si llegaba a dañar al castaño de la misma forma como lo dañaron a él tantas veces.

Sus brazos pasaron por la menuda espalda del otro para simplemente posarlos ahí, sin apegarlo a él ni nada parecido. Entre menos contacto y menos imaginaciones suyas, mejor.

—Yo también lo siento.

Se separó del cuerpo más pequeño para mirarlo con el ceño fruncido.

—No tienes por qué sentirlo —dijo seguro, a la vez que se terminaba de atar los cordones de sus zapatos, por fin.

—Yo-o... Yo...

Le envió una mirada confundida y frunció el ceño para luego mostrar una sonrisa.

—No sé por qué estás apenado, pero ahora mismo no importa. Dejémoslo así.

Se levantó del suelo y el agarre que se posó en torno a su muñeca lo hizo apretar los dientes con fuerza. Se suponía que entre menos contacto era mejor, ¿no? Entonces ¿por qué pareciera que cada roce que tenían era tan importante?

—De verdad quiero que estés enterado de por qué quiero disculparme.

Asintió al ver el rostro entristecido del más bajo. El castaño se levantó del suelo y ChanYeol metió ambas manos en los bolsillos delanteros de sus pantalones, subiendo un poco los hombros en el proceso.

—Sobre lo que dije de ti... cuando... cuando nosotros...

Amplió la sonrisa para que sus ojos se achinaran. Sabía la técnica; sus ojos se convertían en unos más pequeños y la gente no podía ver el verdadero sentimiento que albergaba en ellos.

—Dejémoslo así, Baek. —El rostro contrario se contrajo con tristeza, pero de igual manera tuvo el coraje para voltearse y caminó hacia la puerta de la habitación—. ¡Adiós, YiXing!

—¡Chao!

Rio con suavidad y tomó el pomo de la puerta para abrir esta.

—¿Vienes o te quedas? —preguntó al castaño, quien lo miró confundido desde los pies de la cama de JongDae.

Su celular vibró en su bolsillo, haciendo que frunciera el ceño al percatarse que se trataba de su hermana mayor.

—¿Qué quieres? —preguntó entre dientes, recordando que estaba enfado con ella por su color de cabello.

¿Ya hablaste con tu persona especial? —La risilla femenina hizo que achinara los ojos y su mirada se fuera al pasillo.

—¿Qué persona?

Por la cual querías parecer más atractivo.

Evitó con todas sus fuerzas girar la cabeza para mirar al más bajo.

—Me rechazaron, hermanita —se mofó sin dejar en claro el verdadero sentimiento que se alojaba en él—. Dile a mamá que todo es por culpa del color de cabello.

¡Oh! ¿En serio? Lo siento, Chan...

Rio con suavidad para no ofenderla.

—No te preocupes por esa idiotez. —Removió sus pies contra el marco de la puerta—. Nos vemos. Avísame si sucede algo, ¿bien?

Ok. —Sonrió al imaginarse a su hermana haciendo aquel gesto que él muchas veces imitó—. ¡Te quiero!

Se alejó el teléfono de la oreja y frunció el ceño con una sonrisa divertida en los labios.

—¡También te quiero! —gritó al aparato que estaba alejado. Supo que su hermana lo escuchó gracias a la risa que provino del teléfono.

La llamada se cortó, pero ni siquiera pudo voltearse a mirar a BaekHyun cuando sintió su celular vibrar otra vez.

—ChanYeol... —Escuchó perfectamente ese susurro del castaño que estaba a sus espaldas, pero de igual manera contestó el aparato.

¿Podrías venir, por favor? Me siento muy mal. —La voz llorosa del otro lado de la línea lo hizo fruncir el ceño y dar un paso hacia adelante, dispuesto a correr hacia donde su mejor amigo lo llevara.

Ni siquiera se dio cuenta que la mano de BaekHyun estuvo a punto de tocar su hombro, ni mucho menos de cómo esta cayó con desilusión cuando él avanzó.

ChanYeol corrió después de la información que le dio su amigo por teléfono, llevándolo a una de las lindas zonas de descanso donde los estudiantes estudiaban o simplemente se sentaban a conversar. Lo vio a lo lejos, la cabellera castaña le cubría el rostro al igual que ambas manos y el muy idiota aún estaba sin camiseta y descalzo.

—¿Debería avisar que un mendigo se coló en el campus? —JongDae levantó la cabeza para mirarle con aquellos ojos rojos que no vio en tanto tiempo. Se dejó caer al suelo de rodillas y tomó al chico por las mejillas para verlo detenidamente—. ¿Por qué lloras? ¿Quién fue? —El llanto del contrario se hizo más fuerte y él no pudo evitar apretar los dientes—. ¿Quién fue? Dime. Le partiré la cara.

El más bajo rápidamente negó con la cabeza—. Terminó conmigo, ChanYeol.

Suspiró. Se sintió decepcionado de sí mismo. Se suponía que eran amigos y ambos pasaban por dificultades, pero ninguno estaba pendiente del otro. Se sintió mal. No sabía por quién lloraba JongDae, no sabía nada de su aparente relación, ni lo bien o mala que esta era.

—Lo arreglaremos, ¿está bien? —Empezó a respirar hondo para hacerle gestos al chico y que este lo imitara—. ¿Quieres cantar un poco? ¿Qué te parece si vamos a mi habitación? Aún tengo a Matilda.

El chico rio suavemente y asintió a pesar de que las lágrimas no abandonaron su rostro. Tomó a JongDae de la mano para alzarlo y luego se volteó para arrodillarse, dejando su espalda frente a los ojos de su mejor amigo.

—Súbete de una vez antes de que te lleven con el director por exhibicionista.

El castaño rio con suavidad y se subió a su espalda con brutalidad, consiguiendo que casi perdiera el equilibrio y se fuera de cabeza junto con JongDae, quien seguía arriba de él. A pesar de aquello no le costó demasiado estabilizarse y empezó la marcha hacia su cuarto.

—Hagamos una carrera a tu habitación. —Rodó los ojos al escuchar la propuesta de su amigo.

—No tengo ganas de correr.

El chico chasqueó la lengua, pero de igual manera le envolvió el cuello con los brazos.

—Intenté algo con MinSeok. Decidimos ser novios... —Puso atención a las palabras de su amigo mientras ambos se dirigían a la entrada del departamento—. Considero que de verdad es lindo, ¿puedes creerlo? —El castaño aumentó más la fuerza de su agarre—. Cuando nos vio hoy supuso algo malo de nosotros y dijo que no quería volver a verme. Creo que sentí el orgullo herido o algo así, no lo sé.

—Quizás te guste de verdad. Deberías arreglar las cosas —sugirió mientras ambos se adentraban al edificio.

—¿Debería hacerlo? —preguntó pensativo el otro a la vez que él subía por las escaleras.

—Deberías —aseguró sin prestarle atención a aquellas cabezas curiosas que se voltearon a verlos.

—Entonces tú también deberías intentarlo... —El castaño acercó los labios a una de sus orejas para susurrarle—: Con BaekHyun, me refiero.

—Eso no pasará. —Rio para no demostrar su actitud melancólica—. Además, solo quiero follar con él. Quiero saber cómo se sentiría estar con un hombre.

—Entonces ¿por qué quieres que ese chico sea BaekHyun?

—¡Tú lo nombraste primero! —reclamó con una sonrisa divertida.

—Pero pareces interesado en él.

—Solo me llama la atención. Quiero decir... —suspiró antes de continuar, buscando las palabras adecuadas para expresarse—. Es el único hombre que me atrae. Solo intentaba probar.

—¿Por qué no sigues insistiendo?

ChanYeol frunció el ceño e intentó sacar las llaves que estaban en su bolsillo para abrir la puerta.

—Pensé que no te caía del todo bien. ¿Por qué le pones atención ahora?

Bajó al chico para abrir la puerta con más comodidad. JongDae se puso en su campo de visión, mirándolo con el rostro serio.

—Porque te hizo llorar.

—Eso no es cierto. —Se apresuró a entrar para dejar de mirar los ojos preocupados de su amigo.

—No me mientas. —Dejó caer los párpados con lentitud y suspiró al escuchar la voz a sus espaldas.

—Lloré porque BaekHyun me recordó un poco a mi infancia, dijo algo superficial que a mí me tocó más de lo que debió hacer. Eso es todo.

—¿Qué dijo? —Abrió los ojos y se acercó al armario para sacar una camiseta que fuera cercana a la talla de JongDae.

—Solo dijo que no era guapo. —Rio al escucharse. Si lo ponía de aquella manera, era tan estúpido que se sintió patético al llorar por aquello. Una mano cálida se posó en su hombro y giró la cabeza para mirar a su amigo con ambas cejas alzadas—. ¡Estoy bien! El tiempo ha pasado y no soy el mismo de antes.

El castaño sonrió ampliamente—. Estoy orgulloso de nosotros.

ChanYeol rio y le tiró la camiseta en la cara a su compañero.

—Entra al club de canto. —Las palabras parecieron quedar volando en el aire mientras JongDae terminaba de ponerse la camiseta. Cuando el castaño terminó lo miró con una amplia sonrisa—. Luego puedes cantarle una canción de disculpa a MinSeok y él quedará realmente enamorado.

El más bajo rio con ganas.

—Eso sería buena idea. Por suerte, aún no le he cantado nada. —Asintió y sonrió hacia su amigo—. Sin embargo, quiero que tú también hagas algo. —Alzó las cejas, esperando a que continuara—. Vuelve a practicar boxeo.

—¿Para qué?

JongDae sonrió ampliamente y se acercó a él.

—Para que te conviertas en un chico fuerte y puedas encantar a BaekHyun. —ChanYeol rodó los ojos, pero mantuvo una sonrisa entre los labios—. Recuerda que el chico aún parece estar metido en el rumor.

—Practicando boxeo no conseguiré nada. Las cosas cambiaron y no pienso caer otra vez en lo mismo.

—No estoy diciendo que hagas lo mismo. Alguien como tú no es tan tonto como para cometer el mismo error dos veces. Solo quiero que practiques, legalmente, como lo hacías en un principio.

ChanYeol suspiró y desvió la mirada al suelo mientras se sentaba al borde de la cama.

—No sé si hacerlo...

El castaño soltó un bufido—. Solo hazlo y fóllate a BaekHyun de una buena vez, luego lo tomarás de la mano todos los días y le darás besos delante de los demás para que todos se enteren que Byun BaekHyun dejó de ser el "P.S.G.".

Miró atentamente a JongDae y pestañeó lentamente. A pesar de lo alegre que sonó el castaño con todo su diálogo, él no pudo sentirse de la misma manera.

—Estoy loco —susurró mientras se llevaba ambas manos a la cara para cubrírsela.

—Hay personas que están más locas que tú.

Chasqueó la lengua y alejó las manos de su rostro—. Deberías decir que tengo razón para hacerme sentir especial.

Se miraron unos segundos para luego reír con suavidad. JongDae se dejó caer a su lado y ambos se sumergieron en sus propios mundos.

—¿Por qué siento que aceptas a BaekHyun?

El castaño volteó a mirarlo con las cejas alzadas.

—Porque no es una mala persona. Además, creo que hay algo en ese chico... hmm... No lo sé exactamente... —El más bajo desvió la mirada hacia el armario, aún pensando en su respuesta—. Es como tú.

—¿Tú también lo crees? —Eso sorprendió al más bajo—. ¿Qué piensas de eso? —preguntó. Dejó caer su cuerpo sobre el colchón y soportó su propio peso con sus codos.

—Creo que BaekHyun tiene algo tuyo y tú tienes algo de él, pero es tan extraño... es como si, al mismo tiempo, fueran completamente distintos.

Suspiró y se recostó sobre la cama con ambos brazos cruzados por detrás de la cabeza.

—¿Qué debería hacer, Dae?

El aludido soltó una risa divertida mientras miraba el techo de la habitación.

—Ve al gimnasio y asegúrate de tomar las clases de boxeo. Al cabo de un tiempo volverás a tener esos brazos que tenías hace un año y dejarás a BaekHyun completamente fascinado.

ChanYeol se rio con bastantes ganas, sintiéndose alegre y aliviado.

—Buscaré otra persona a quien follar.

Quizás las cosas así serían mejor, tenían que serlo. De esa forma no tendría que carcomerse la cabeza con ideas estúpidas.

—¡No! ¡No hagas eso!

—¿Qué? ¿Por qué? —preguntó divertido a la vez que se alzaba con lentitud sobre la cama para observar a su mejor amigo.

—Porque quiero ver el proceso terminado, quiero estar orgulloso de ti cuando estés de la mano con BaekHyun.

Rodó los ojos y volvió a dejarse caer sobre la cama.

—Lamento decepcionarte, JongDae, pero creo que cambiaré de plan.

—ChanYeol...

—No me lloriquees. —Se burló y se alzó en la cama otra vez. Mantuvo una amplia sonrisa en los labios—. Debemos ir a clases, ¿sabes?

—ChanYeol... —volvió a repetir JongDae, pero de igual manera no le prestó atención.

—BaekHyun no tiene nada especial. ¿Por qué insistir?

A pesar de que pensó que el chico replicaría para salirse con la suya, este incluso suavizó su ceñudo rostro.

—¿De verdad BaekHyun no vale la pena?

—Eso no es lo que quiero decir. —Hizo una pausa y suspiró para luego recostarse de costado en el armario cerrado—. Quiero ser su amigo, quiero ayudarlo. Eso es todo. Pasaremos de mi duda sexual y simplemente haré las cosas bien, tal cual como las iba a hacer en un comienzo.

—¿Por qué no quieres deshacerte de tu duda sexual con BaekHyun?

—¿Por qué insistes? —ChanYeol chasqueó la lengua, pero de igual manera sonrió—. Es solo sexo, JongDae. Te conozco y sé lo que significa esa palabra para ti, ¿por qué pareces tan interesado ahora?

—Pero ¿por qué, ChanYeol? —Suspiró y se llevó amabas manos a la cadera mientras se enderezaba—. Pensé que al menos habrías avanzado algo con BaekHyun en todo este tiempo que te mantuviste alejado de nosotros.

—Estás exagerando. —JongDae se acercó a él mientras imitaba su postura—. Ni siquiera estuve tanto tiempo lejos.

—No evites mi pregunta.

—¡No estoy evitando nada!

—¡Claro que sí! —El castaño tomó una gran bocanada de aire antes de continuar—: ¿Qué pasa con nosotros? Antes solíamos contarnos todo.

ChanYeol dejó caer los brazos y observó a su costado para evitar la mirada herida de su amigo. Tenía razón y sabía que le debía una explicación, pero ni él mismo podía entender todo lo que le pasaba.

—Será Halloween en unos días. —Suspiró con cansancio y volteó la mirada hacia el contrario. Lo que menos le importaba era una festividad infantil—. Este año la universidad hará una fiesta.

Frunció el ceño con pesar y arrugó la nariz. Él acostumbraba a pasar los fines de semanas o días libres con su madre y hermana, las cuales parecían indefensas para él al ser dos mujeres solas en una vieja y gran casa.

—Ve y hazlo. —Sus ojos se concentraron en JongDae, quien dio un paso hacia él—. Fóllatelo después de la fiesta.

—¿Estás loco? —Rio sin gracia y volvió a sentarse en la cama.

—Será una fiesta de disfraces, idiota. —Alzó la cabeza hacia su amigo, ahora un poco más interesado—. Si usas algo para cubrirte el rostro...

—No. —Acompañó su respuesta con una negación de cabeza.

—Pero, ChanYeol...

Miró al castaño y suspiró—. Me estás ofendiendo.

—¿Ah?

Bajó la mirada al suelo y balanceó las manos entre sus piernas al escuchar al confundido chico.

—No lo entiendo, JongDae. Yo... yo pensé... —Apretó los dientes y chasqueó la lengua por no poder explicarse.

No obstante, el tema venía de mucho más atrás porque tampoco lograba comprender a BaekHyun. Si él no lo comprendía no podía explicarle a su amigo lo que sucedía.

—BaekHyun tiene dos caras. —Elevó la mirada para encontrarse con las cejas alzadas de su amigo, quien mostró una expresión burlesca—. Está el chico tímido que no habla con nadie que conoces ahora y el BaekHyun que era antes de que el rumor lo hiciera cambiar.

—¿Cómo pueden ser distintos? ¿Acaso eso tiene sentido?

Suspiró y se pasó una mano por la nuca con frustración.

—Nosotros, mejor que nadie, sabemos todo lo que uno puede cambiar cuando una ola tan grande te voltea el bote. —JongDae rodó los ojos ante sus metáforas, las cuales tuvo que soportar desde que su depresión se hizo presente—. BaekHyun es un tigre.

—¿Un tigre? —Arrugó la nariz ante la manera burlona a la que se refirió su mejor amigo.

—Ahora, como lo conoces, es un gatito. —Alzó ambas manos para modelar con sus manos una pelota, que no se pareció para nada a un gato—. Sin embargo, cuando BaekHyun es el verdadero BaekHyun se convierte en un tigre.

—¿Te golpeaste la cabeza? —Gruñó y se dejó caer de espaldas en la cama al ver el rostro fruncido del castaño, quien pareció enfadado por hablarle tanta estupidez—. Bien... Imaginemos que BaekHyun es un tigre... o un maldito gato, no lo sé. —ChanYeol suspiró al ver a JongDae expresándose con ostentosos gestos de manos—. ¿Entonces tú que eres?

—¿Ah?

—Tienes que ser algo o sino el libro no queda bonito.

Jadeó mientras golpeaba la cama con los pies para hacer una rabieta, burlándose de JongDae en su mente por ser un idiota, un idiota que lo único que sabía hacer bien era cantar.

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