13
La tarde cayó con rapidez y JiMin ya se encontraba en su hogar, sus animos por alguna razón habían caído desde su encuentro con HoSeok. Ultimamente su humor dependía de él.
Estúpidamente.
No era la primera vez que JiMin caía por "amor" esa palabra que había dejado de existir para él tiempo atrás, pero con la llegada de Jung a su vida todo cambio, su forma de pensar, su forma de ver a aquel sentimiento había cambiado nuevamente.
Y lo frustraba de cierta manera, por que él no queria enamorarse nuevamente, sentir ese desagradable dolor en el pecho al no ser correspondido o lastimado. Pero los humanos somos así; estúpidos, amamos y damos todo de nosotros a las personas incorrectas.
Pero la vida era un juego, en el cual se pierde o se gana y para desgracia de JiMin no ganaba demasiado. Al parecer cupido había colaborado en su mierda vida, haciendo que ame a personas que no dan lo mismo que él.
JiMin toma una botella de vino blanco y un poco de fresas del refrigeradar para después subir a su habitación a tomar un relajante baño de burbujas, lo necesitaba.
Al llegar se despoja de su ropa y llena con paciencia la tina, sin siquiera darse cuenta lagrimas corren por sus mejillas. Se encontraba tan roto por dentro, que temia que nadie podría repararlo.
¿Algún día alguien lo amaría? ¿Tendría alguna vez la dicha de amar y ser amado como lo merecía?
Y ese era el problema, tal vez él no merecía el amor de nadie, nadie querria a alguien tan roto como JiMin. Tal vez su destino era estar solo.
Completamente solo, así como siempre lo ha estado.
HoSeok tocaba la puerta de JiMin con impaciencia, ya llebaba más de diez mimutos parado afuera de la casa de JiMin y este no se dignaba a abrirle.
Cuando estaba a punto de darse por vencido la puerta se abre y un ebrio JiMin lo recibe.
— Que Señor Jung... ¿Ya viene por su dosis? — el rubio suelta una risa divertida y abre por completo la puerta, dejando pasar al mayor.
— ¿Porqué has bebido?
— Oh... ¿Ahora debo pedirle permiso de embriagarme, profesor?
— No, pero no es correcto que te embriagues de esa manera. — La voz de HoSeok sonaba seria, sin un toque de diversión.
— Mira, tú solo vienes por una cosa... Así que tomame de una vez y después largate, no necesito sermones estúpidos de tu parte. Ese papel no te queda.
— No busco solo sexo en ti, JiMin.
El menor suelta una risa rota.—¡No quieres hacerte el estúpido conmigo, Jung! Ambos sabemos que no me quieres más que para usarme como un juguete sexual, uno al cual utilizas a tu antojo... Por qué solo para eso me buscas, ¿o acaso me quieres para tomarme de las manos e ir al cine?— el silencio reina en la sala y JiMin ríe una vez más, una risa vacía, sin sentimiento alguno.— Ambos sabemos el motivo por el cual me buscas, que lo tuyo solo es deseo carnal. Y, ¿sabes algo? ... Me duele como la puta mierda esto, no sabes como me arrepiento de haberte conocido.
Las palabras de JiMin se clavaban con fuerza en el pecho de HoSeok, pero JiMin estaba ebrio y tal vez mentía, ¿cierto?.
— JiMin, basta. Estas demasiado ebrio... Ve a dormir, después hablamos.
JiMin asiente con la cabeza y limpia las lagrimas que caían por sus mejillas. Camina entre tropezones y risistas tontas.
Un poco bipolar.
— Jung.— el nombrado voltea y mira hacia JiMin.— No todo es como lo piensas... Eres tan estúpido...
Y con eso último el menor se va hacia su habitación dejando a un confundido HoSeok sentado en el sofá.
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