Alas descuartizadas.
Mis ojos cristalinos,
desean quedarse ciegos,
para evitar testificar.
Se imaginan paisajes anodinos,
sonriendo,
saltan y contemplan la felicidad.
Pero mi vista se oscurece,
y mi mundo escuece,
porque grita
¡aíslate de tu realidad!
Ojalá tener piel,
y olvidar esa adicción,
para ponerle loción,
y que deje de quemar.
Escucho la alarma sonar,
y avanzo de cuclillas,
evitando despertar,
a aquel salvaje,
que en su cueva está.
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