A veces, la paciencia hay que dejarla de lado
Un día agaché la cabeza y me pregunté: ¿por qué me comporté de manera deshonesta?
¿Por qué me dejé guiar por la protesta?
Mi cabeza dolió.
Mi corazón ardió.
Pero, se alejó sin mirar siquiera
a esta masa descolorida.
Tanto di,
y nada recibí.
Solo percibí la manipulación,
corriendo por mis venas,
como un pequeño dulce reconfortante, calmando mi mareo.
Grité,
pero nada escuché.
Perdoné,
pero de nada sirvió.
Me achiqué,
siendo ignorada.
¿Te aburriste?
¿O solo fui un entretenimiento?
¿Me querías?
¿O solo me hiciste creer eso?
¿Estuviste para mí?
¿O solo estuviste de adorno?
Tantas malezas en el mundo,
y a mí me tocó soportar a uno.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro