ESTABAMOS SENTADOS EN NUESTROS LUGARES, con los arneses bien puestos, pero dudaba que realmente lo estuvieran, más que nada, porque yo soy más petisa que la cresta y más flaca que una aguja —lo cual, no es para nada bueno en este tipo de juegos—.

—Voy a morir—dije cuanto escuché que el encargado de esta wea estaba avisando que ya iba a hacerla funcionar— Ahí te voy Fred Weasley

—¿Qué?—alcancé a escuchar al Lee, antes de que esta wea comenzara a andar.

Y me puse a gritar, cerrando los ojos y aferrándome al arnés y al asiento, abrazando con una de mis piernas las de mi amigo de la infancia.

—Abre los ojos nomas, si no pasa nada—lo escuché hablarme.

Y es que, hace unos minutos había dejado de sentir todo por el mero hecho de que estaba preocupada de salvar mi vida de cualquier posible accidente —y no, no es mi trauma que desarrolle viendo Destino Final 3 a escondidas de nuestras mamás con este weon cuando teníamos 12 años hablando por mí—.

Y los abrí, cachando que estaba de cabeza.

—¿Por qué estamos de cabeza?—pregunté confundida.

—Ni idea, llevamos como dos minutos sin movernos de acá—admitió.

—¿Qué?—pregunté, volteando a verlo como si fuera la niña del exorcista.

—¡Estamos teniendo fallas técnicas con el Raptor, no duraremos más de diez minutos, disculpen las molestias!—dijeron por los altavoces.

—Definitivamente nos vamos a morir Lee Know—dije mirándolo— te dije que fuéramos al carrusel,  te dije weon

—Deja de hacer show—me interrumpió— parecí weona

—El culiao simpático, estoy teniendo un ataque de nervios y tu me tratai de weona—lo miré feo— pa que quiero enemigos, si te tengo a voh

—Muchas gracias, el sentimiento es mutuo

—Si me muero, dile a las cabras que me hablen por la Ouija

Y antes de que pudiera responderme, esta wea volvió a funcionar hecha un peo, obligándome a esconderme en mi lugar y aferrarme como un gato.

ESTABA SENTADA Y MIRANDO AL VACÍO,  luego de la desastrosa subida al Raptor, preferimos elegir minuciosamente a que subir.

—¿Estay viva?—dijo samarreándome.

—Diría que me morí, pero si estay al frente mío, definitivamente este es el infierno—comenté, ganándome una mala mirada de su parte.

—Ya, espérame acá, te voy a ir a comprar algo para comer y tomar—me ordenó.

—Voy contigo—dije poniéndome de pie, pero él volvió a sentarme— ¿por qué me estás sentando?

—Porque quédate acá—dijo mirándome— y no te vayas a mover

—Ya bueno—dije asintiendo.

Se alejo caminando normal, metiendo sus manos en los bolsillos como solía hacerlo siempre, por lo que, para no aburrirme, saqué mi celular para ver que podía jugar. Me metí al Among Us, jugando en una partida publica, donde era impostora

—Sus—dije mientras veía al monito caminar por el mapa— Amogus

Y al terminarla, porque duro menos de dos minutos, mire al frente, donde a lo lejos había un grupo de minas mirándome y riéndose. ¿Acaso habían estado en el Raptor con nosotros y se estaban burlando de mi?, lo más probable.

—Que vergüenza—dije para mí, suspirando y mirando al cielo— Hola diosito, soy yo de nuevo, ayúdame a sobrevivir este día y prometo no portarme mal en el colegio, aunque nunca lo hago

Y una risita suave y femenina me sacó de mi conversación con diosito, y dirigí mi mirada a una mina frente a mi, demasiado bonita, definición de Diosa Griega, en comparación a mí, que era una simple mortal.

—¿Quién era ese mino con él que estabas?—me preguntó, colocando mechones de su cabello tras su oreja— era bastante bonito

—¿Ah?—solté confundida— oh... esta soltero, se llama Lee Know—le respondí asintiendo.

—¿Y tú?—cuestionó, relamiendo sus labios.

—¿Yo qué?—ladee la cabeza como los perritos— ah no, yo no estoy pololeando

—Es que mi amiga—apuntó a una niña atrás de ella, que también es bonita— le da vergüenza venir a pedirte tu insta

—¿Ah?—volví a repetir— ¿mi insta?—dije sacando mi celular y revisando mi perfil, donde claramente no era una invitación para si quiera, seducirme.—No tengo, disculpa

—Ah.. ¿y WhatsApp?—preguntó.

—Disculpa, pero yo...—estaba demasiado nerviosa.

Y es que, nunca me habían pedido el número cuando salía a algún lado, y el hecho de que una niña me lo pidiera, aunque sea para ser amigas, me volvía loca

—Deja de webiar a mi polola porfa—la voz del Lee Know sonó demasiado cortante, deteniéndose al lado mío.

—Ella me dijo que ustedes...—nos apuntó.

—Le da vergüenza admitir la wea, ahora vira porfa—y me miró— parate y vamos

—Tratala mejorcito—dijo la mina— es demasiado bonita pa andar con un wea como tú

Me puse de pie lo más rápido que pude, empujando del pecho al Min.

—Disculpa pero... estamos ocupados—dije mirando a la niña— nos vemos..

Y como pude, arrastre al Lee Know bastante lejos, quitándole el algodón de azúcar y echarme una cantidad racionable a la boca.

—¿Que wea tú?, ¿andai culiable o que onda?—dijo con su tono desagradable característico.

—¿Y que wea voh?, ¿andai con la regla?— dije echándome más algodón de azúcar a la boca— Y gracias, realmente fue incomoda esa wea, por el hecho de que mi Instagram es cero presentable para el ser humano

Y me quitó parte de mi algodón de azúcar, comiendo con violencia.

—Tenís que aprender a decir que no—me miró— ahora vayamos al Spider

LUEGO DE PASAR A LOS SIETE JUEGOS que este weon eligió y las sufrí como condenada, me tocaba elegir a mí.

—Vayamos al carrusel y luego a almorzar, que ya van a ser las 4:30—aviso, mirando el reloj de su muñeca.

Y asentí, sin evitar correr a la fila de la emoción y para mi buena suerte, subimos al tiro.

—Yo quiero el blanco—dije sentándome sobre un caballito blanco.

—Supongo que yo el café—respondió sentándose a uno que estaba en diagonal al mío, que estaban igual cerca.

Y al momento de que comenzó a funcionar, nos miramos y explotamos en risas. Y es que, ser los únicos weones de 16 y 17 años sobre un carrusel lleno de niños menores de 10 años era realmente gracioso. Pero de todas formas, lo disfrutaba... disfrutaba mucho estos momentos con el Lee Know, porque a pesar de lo mal que nos llevábamos, nos dejábamos llevar y nos relajábamos. No éramos más que dos amigos pasándola bien.

NOS HABIAMOS COMIDO UNAS HAMBURGUESAS junto unas papas fritas, y ahora, nos dedicábamos a caminar para bajar la comida y al mismo tiempo, que pudiera ver a que juego nos podíamos subir.

—¿Y si nos subimos a ese?—apunté.

—Esperemos a que baje la comida y nos subimos—me respondió mientras asentía.