Oye Mi amor, no olvides cuanto te quise.

Recuerdas aquella visita en la cafetería de la esquina, juraste tu amor por siempre y luego la camarera pidió la cuenta, no le quitabas los ojos de encima. A mí ya no me veías así, no pude evitar ponerme celosa y sin querer tiré mi taza de café en su blusa de uniforme, creo que empeoré mas las cosas, pues ahora veías su escote y como un caballero te ofreciste a ayudarle, cosas que ya ni tan siquiera las hacías conmigo.

No pude evitar estar molesta, me retiré y te deje solo con aquella camarera risueña. Esa noche, ¿la recuerdas? No llegaste a dormir a la casa, preocupada te llamaba, salí a buscarte y desesperada por no saber nada de ti a las 3:00 de la mañana me volví a la que era nuestra casa. Llegaste a las 5:00 a.m, borracho y con una mancha de pintura de labios roja en tu cuello, no pude evitar detener las lágrimas y me llamaste loca, ingenua, dijiste que ya no te tenía confianza y dime Cristhian ¿Mis sentimientos en ese entonces donde quedaron?

Una semana pasó desde esa noche, no hablábamos, dormía en otra habitación para evitar llorar e incluso odiarte por no quererme como te quería a ti. Un día me alegraste con un detalle, un ramo de rosas rojas, sabías que eran mis favoritas.
Y te perdoné, quizás y todo fue mi culpa y debía prestarte más atención. Así que al otro día me arreglé, me puse más guapa y mi falda más bonita. Todo iba perfecto hasta que cambiaste.

Sabes, eres de esas personas que cuando ya consiguen lo que quieren, las desechan como basura y cuando finalmente se percatan que están a un paso de perderles, vuelven con sus detalles para conquistarles nuevamente y como una tonta caía cientos de veces en tus redes. Me atrapaste, me enseñaste lo inhumano y lo difícil que puede ser, fingías estar enamorado de mí aunque sé que nunca me has amado.

Pd: No olvides a la tonta de siempre.

Att: La tonta que un día fué tu verdadero amor.

Nayely Robles