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OO6.⠀❨ Mentir y ocultar, un secreto más ❩⠀


Jesse estaba comenzando a creer que volver a la escuela simplemente no era una opción.

No podría enfrentarse a Anthony, no después de que él haya creído que Jesse estaba... No, ni siquiera podía formular la palabra en su mente, no tenía sentido, no podía estar pasándole esto a él.

Se detuvo frente a las puertas de la escuela y pensó que tan buena idea sería saltarse las clases e ir a esconderse en algún ciber hasta que sea tiempo de volver a casa.

Pensó que todavía tenía los cien dólares que Andy le había dado la semana pasada y que podría ser una buena oportunidad para ponerse a día con los juegos que Anthony le había recomendado.

Era un buen plan, y cuándo terminó de convencerse de que podría hacerlo sintió como un brazo se ajustó sobre sus hombros, una mano rodeó su cuello dejando una suave presión pero no dolorosa, y Jesse bufó mientras sentía como era arrastrado para llegar a las puertas de la escuela.

—Andy, no quiero ir. —dijo Jesse, sin voltear a ver para descubrir que de él se trataba, ya que el perfume de su hermano fue una peste que perseguiría a Jesse hasta la muerte, demasiado potente como para intentar ignorarlo.

—¿Huyendo de tu novio? Vamos, no es tan malo como parece. Me dió la sensación de que él ya sabía que le gustabas y todo, ¿sabes? —comentó Andy, comenzando a dirigir a Jesse hasta donde Anthony LaRusso se encontraba, sentado en el borde de las escaleras y leyendo un libro de química—. ¡Hey, LaRusso!

—Te odio tanto. —se quejó Jesse, bajando la cabeza al ver como Anthony buscó con la mirada quién lo había llamado.

—Hey, Hardaways, ¿todo bien? —preguntó Anthony, una vez que ambos hermanos llegaron hasta él, Anthony había cerrado el libro y se había puesto de pie.

—Sí, sí. Oye la llamada de ayer, estábamos bromeando con Jesse, le cubrimos la boca para que no pueda hablar y así nosotros podríamos escuchar que le decías. Pensamos que eras otra persona. —Andy explicó rápidamente, restándole importancia y suavizando el agarre en el cuello de Jesse, quién no pudo evitar mirarlo como si fuera un alien o una cosa así.

¿Andy está intentado ayudarme con Anthony solo porque sí?

No... Imposible, debe querer algo.

Jesse paso su vista confundido de su hermano a su amigo, sin comprender cómo era posible que Andy haga una cosa así.

Anthony asintió divertido—. De acuerdo, gracias por la aclaración Andy.

—¿Qué mierda? —no pudo evitar preguntar Jesse, dirigiéndose directamente a su hermano y mirándolo como si lo hubiera visto por primera vez en su vida.

—¿Vez? No soy tan mal hermano como me haces quedar. —Andy finalmente lo soltó y le guiñó un ojo antes de salir caminando dirigiéndose hasta la salida de la escuela nuevamente—. ¡Adiós LaRusso, adiós ojos azules!

Anthony soltó una carcajada al escuchar el apodo que él le había dado a Jesse.

—Definitivamente trama algo. —murmura Jesse, volteando a ver a Anthony y notando que este ya se encuentra unos pasos más cerca de él.

—Seguramente un plan muy malvado. —le siguió el juego LaRusso, con esa sonrisa alegre que siempre traía que dejaba a Jesse en blanco durante algunos segundos.

No era que a Jesse realmente le guste Anthony, no, jamás sucedería.

Pero... Jesse simplemente no podía evitar pensar que LaRusso era increíblemente atractivo, y que su sonrisa era encantadora.

Sus ojos marrones brillaban con una alegre emoción que Jesse sólo veía en momentos muy puntuales, pero cada vez que sucedía se encontraba absorto observándolo, con esa sonrisa divertida y sus ojos brillantes mirándolo sólo a él.

Sí, bueno, tal vez Jesse podría tener un pequeño crush en su amigo, pero eso era normal, ¿cierto?

Anthony deslizó la lengua por sus dientes superiores y Jesse lo notó porque ya se encontraba observando sus labios, aquél movimiento finalmente lo hizo levantar la vista para observar como Anthony ya se encontraba mirándolo con una ceja arqueada y una sonrisa de come mierda que solo hizo bufar a Jesse, quien apartó la vista sintiendo como su rostro comenzaba a calentarse.

—O tal vez solo quiere ser un buen hermano y no hacerte quedar tan mal. —concluyó Anthony.

Ambos comenzaron a caminar juntos hasta su próxima clase. Jesse se había sorprendido de buena manera cuando descubrió la semana pasada que tenía casi todas las mismas clases con Anthony.

—Entonces... ¿Ellos pensaban que yo era alguna chica con la que te estabas hablando?

Jesse guardó silencio durante un momento, como si no creyera que Anthony le daría una posibilidad así para poder salirse con la suya.

Ya había comenzado imaginar cómo ahora tendría las bromas interminables de Anthony por lo de la llamada, sumándose a las que ya tenía y que no se cansaba de repetir porque haría sonrojar a Jesse.

Pero ahora, le estaba dando una opción de poder hacer al menos dos cosas.

Número 1: Admitir que Andy mintió para ayudarlo y que realmente todos ya sabían que era Anthony el de la llamada, lo cuál dejaría al descubierto que sus hermanos saben que a Jesse le gusta Anthony y por eso querían escuchar.

O, número 2: Mentir, seguirle el juego a Andy y decirle a LaRusso que en realidad estaba esperando la llamada de una chica y que cuándo él respondió ya era tarde y todos sus hermanos se encontraban escuchando.

Sí, había dos opciones para elegir, pero honestamente sólo una dejaría bien parado a Jesse.

Entonces, ¿Decir la verdad o mentir?

Esta vez ni siquiera tengo que pensarlo.

—Sí, eh... No quería decírtelo todavía, sabía que te ibas a burlar de mí si te decía que estaba interesado en alguien. —Jesse se encogió de hombros, mintiendo sin ningún tipo de reparo y escuchando la risita de Anthony

Caminaron con los pasillos con una tranquilidad que Jesse tenía miedo de confiar, no quería soltar un suspiro de alivio porque sabía que eso atraería a las cobras, pero de momento se sintió bien que solo estén ellos dos.

—¿Creíste que yo me burlaría de ti por tener un crush por alguien? Oh vamos, quién crees que soy. —se quejó Anthony, golpeándolo suavemente en el hombro.

—Eres Anthony LaRusso, el mayor bully que esta escuela haya conocido. —bromeó Jesse, recordando cuando Anthony le contó cómo había conocido a Kenny.

Al parecer, el odio de Kenny en realidad sí tenía sentido, odiaba a LaRusso porque fue él quien se burló de Kenny nada más llegar a la escuela, bueno, ni siquiera habían llegado a la escuela.

Según Anthony, cuando estaban todavía de camino en el autobús encontraron a Kenny bailando como un idiota y comenzaron a reírse y burlarse cuándo él se subió. Por supuesto, Anthony nunca creyó que esas burlas iban a escalar tanto como para volverse todo un bully hecho y derecho.

Jesse recordó como el cobra le había dicho que no tuvo demasiada suerte al entrar a la escuela, jamás se hubiera imaginado que Kenny se refería a que Anthony fue quién le había hecho pasar un mal rato.

—Oh vamos. ¡Te lo dije! Fue Zack quién siempre insistía en empeorarlo, había mierdas con las que yo nunca estuve de acuerdo pero tenía que fingir que sí. —se quejó Anthony, volviendo a empujarlo mientras ambos entraban a la clase.

—Sí, sí. Lo sé, Tony. —dijo Jesse, dándole un pequeño empujón con una sonrisa para que Anthony sepa que sólo quería burlarse y no hacerlo sentir peor de lo que ya se sentía.

Anthony aún no lo había admitido, pero por todas las historias que le había contado, cómo contaba exactamente su versión, Jesse pudo ver más allá, y LaRusso realmente se había sentido culpable de todo lo que causó.

Pero de todos modos ya era tarde, si se arrepentía y se sentía culpable de nada servía porque ahora Kenny no estaba interesado en nada más que devolverle todas y cada una de las verguenzas que le habían hecho pasar a él.

Ahora lo único que quedaba era correr cada vez que veían un estampado de Cobra Kai.

—Entonces, ¿hoy vienes a dormir a casa? —preguntó Anthony después de un tiempo en silencio en donde ambos habían caminado por el aula vacía para ver en qué mesa se sentarían.

LaRusso dejó caer su mochila sobre una silla y pronto Jesse rodeó algunas mesas para unirse a la otra esquina en dónde Anthony se había dejado caer pesadamente.

—Como odio la escuela. —se quejó Anthony, ambos brazos estirados sobre la mesa y su cabeza cayendo sobre uno de sus hombros, Jesse lo observó con una sonrisa de lado y asintió solemne.

—Yo también. Y sí, Gabe dijo que podía ir. —dijo Jesse, sentándose al lado de Anthony y buscando en su mochila algo para poder escribir, escuchando divertido como LaRusso seguía gimoteando y balbuceando sobre lo terrible que era la escuela.

No traía demasiadas cosas en la mochila, una botella de agua vacía que en algún momento debería llenar, un viejo cuaderno usado de Andy, por supuesto la mitad de las hojas se encontraban llenas de dibujos y bocetos, no como si Andy realmente fuera alguien que estudie o algo así.

Al fondo de la mochila había un lapiz partido y una lapicera que no le quedaba mucha tinta, pero eso era suficiente, después de todo Jesse lo habló con Nick y no era realmente necesario que preste atención.

Solo irás allí para hablar con LaRusso, ganar su confianza y llegar con el otro LaRusso, no te preocupes por tus notas, podrás repetir este año cuando encontremos a mamá y papá, ellos lo entenderán.

Un escalofrío recorrió a Jesse cuando sintió la respiración de Anthony contra su cuello.

No se había dado cuenta cuándo exactamente se había acercado tanto.

—¿Qué pasa? —preguntó Jesse, intentando con todo su ser no comenzar a sonrojarse ahora que Anthony estaba lo suficiente cerca como para notarlo.

—¿Por qué siento que tienes intenciones ocultas para ir a mi casa? —preguntó Anthony a modo de respuesta.

Jesse tragó tan fuerte que hasta creyó que Anthony había logrado escucharlo, o tal vez fue solo su imaginación, como sea, él sabía que no debía entrar en pánico, que LaRusso solo estaba bromeando, podía saberlo porque Anthony seguía con esa sonrisa divertida y burlona esperando una respuesta.

Pero aún así, Jesse no pudo evitar sonrojarse y que sus manos tiemblen sobre la mesa, observó en su vista panorámica como LaRusso había notado el temblor en sus manos y casi parecía que estaba acercando las suyas.

Casi parecía que Anthony quería tomarlo de las manos, pero tal vez Jesse también se lo imaginó  porque pronto Anthony se alejó con un suspiro y volvió a acomodarse en su asiento.

—Y después debo creerte que no estás enamorado de mí. —dijo LaRusso, tan arrogante que Jesse intentó enojarse al respecto, y sentirse ofendido, pero en cambio sólo logró sonrojarse aún más.

—Tony, basta. —se quejó Jesse, bajando sus manos temblorosas de la mesa y llevandolas a sus muslos, apretando estos entre sus manos en un vano intento de calmarse.

Ya no era solo acerca de ocultar el secreto de sus padres, Jesse ahora sintió que fue más que eso, como si ahora le estaba ocultando algo nuevo a Anthony que parecía que él estaba a punto de descubrirlo.

No solo un secreto, si no que ahora dos, las mentiras pronto deberían convertirse más que una costumbre para Jesse si no que una naturaleza si quería sobrevivir una amistad con Anthony, porque claramente LaRusso no se la dejaría tan fácil.

Y después debo creerte que no estás enamorado de mí.

¿Qué había hecho Jesse que haga que Anthony diga eso? ¿No decir nada lo delató? ¿Delatarlo de qué? Él no estaba enamorado, no podían culparlo de eso, sus hermanos parecían estar seguros pero Jesse sabía que ellos no sabían nada.

No estoy enamorado de Anthony. Pensó apretando sus muslos con ambas manos, en un intento de apartar el sonrojo casi permanente en su rostro.

—Estoy bromeando, tranquilo. —Anthony dijo en voz baja, los alumnos habían comenzado a entrar y ahora no eran los únicos en el aula.

Jesse volteó a verlo, intentando descubrir si era verdad lo que dijo o no, pero entonces notó que Anthony no lo estaba mirando, había atrapado su labio inferior entre sus dientes y se encontraba mirando hacía abajo en la mesa.

Está mirando mis piernas. Jesse descubrió después de seguir la vista de Anthony, en dónde sus manos seguían apretándose contra sus muslos en un intento de calmar su nerviosismo.

—¿Tony? —llamó Jesse, al ver que Anthony aún no apartaba la mirada.

No sabía qué significaba eso, tal vez LaRusso estaba preocupado de que Jesse se haga daño, ya que Jesse estaba clavando sus uñas contra la tela de sus jeans, o tal vez simplemente fue un adolescente hormonal que no podía apartar la vista.

Pero no, obviamente no era la segunda opción porque Anthony LaRusso definitivamente no estaba interesado en él, no le gustaban los chicos y menos le gustaba Jesse, solo eran bromas todo era solo bromas.

—¿Qué?

—Si sabés que lo de la llamada... Entonces entendiste que lo de la llamada no era para tí... ¿Cierto? —intentó preguntar Jesse, aún sin estar seguro de si se había entendido lo que quiso preguntar.

No me refiero a que gemí tu nombre o algo así y en realidad quería gemir el de otra persona, si no que en realidad yo nunca estuve haciendo nada indebido y fue solo una malinterpretacion tuya de la situación y...

—Hey, tranquilo Jess. —Anthony le dió una palmada amigable en el hombro—. Sé que no estabas pajeandote en llamada, pero fue divertido en ese momento porque ni siquiera habías intentado negarlo como siempre hacemos.

Jesse suelta una risita, sabiendo que Anthony se refería a todas esas idas y vueltas que tenían en mensajes y a veces en llamadas de Anthony diciéndole "Estás pensando en mí" y Jesse siempre negandolo, o las veces en las que Jesse sólo lo llamaba porque extrañaba su voz pero si Anthony lo decía en voz alta Jesse lo negaría a toda costa.

—Sí, bueno. Si hubiera podido hablar tal vez podría haberlo negado, pero Andy no me dejó. —explicó Jesse, aún cuando sabía que Anthony ya lo había entendido, necesitaba estar seguro de que no debería avergonzarse de eso más tarde por alguna burla de Anthony.

—Hey, deja de pensar en eso, ya entendí bobo. Siempre bromeamos con sexo ¿por qué ahora te pones todo sonrojado y nervioso? —Anthony preguntó, soltando un bufido y moviendo una de sus muy costosas lapiceras entre sus dedos, jugando para distraerse.

La profesora aún no había llegado y el aula recién estaba comenzando a llenarse, Jesse se alegró de que esta clase no la tengan con Kenny dando vueltas y riéndose en los asientos finales.

Sentía cómo ahora no solo su rostro ardía sino que el calor bajaba por su cuello y se mantenía también en sus orejas.

Porqué, ¿por qué Anthony diría las cosas más vergonzosas en persona y no cuando hablaban por mensaje?

Bueno, ciertamente Anthony había dicho cosas peores en mensaje, pero antes Jesse tenía la suerte de que el contrario no lo esté observando, de que no pueda ver las reacciones que sus palabras le causaban a Jesse.

—Vamos, no seas niña Jesse. Somos amigos, ¿cierto? Y eso fue solo una broma de tus hermanos, todo está bien, créeme. —Anthony aseguró, sabiendo que era normal que Jesse tenga lapsos silenciosos en dónde no diría nada por estar concentrado pensando.

Al escuchar esa última afirmación, Jesse finalmente se relajó intentado evitar pensar en lo tenso que había estado en toda esa conversación.

Antes de que Jesse pueda responder y agradecerle a Anthony, la profesora llegó al aula y comenzó a impartir la clase sin perder un solo segundo.

—Gracias por no convertirlo en una broma. —susurró Jesse, tan bajo que por un momento creyó que Anthony no lo había escuchado, ya que pasaba su rostro de la pizarra a su cuaderno escribiendo y leyendo.

—Oh pero sí lo haré una broma, solo voy a esperar un poco hasta que no te sonrojes y estés a punto de largarte a llorar cada vez que lo mencione. —aseguró LaRusso, una sonrisa arrogante formándose en su rostro, no miraba a Jesse, sus ojos fijos en la pizarra.

—Idiota, idiota, idiota. —se quejó Jesse, negando con la cabeza, dejó caer sus codos sobre la mesa y sostuvo su rostro con ambas manos, escuchando la risita baja de Anthony y sintiendo como LaRusso estaba empujando su pierna contra la de Jesse, en un intento de que vuelva a mirarlo—. No tienes arreglo, LaRusso. —se quejó entre sus manos Jesse.

—Oh, vamos. Así me quieres. —dijo Anthony, volviendo a escribir un par de notas en su cuaderno.

Jesse no se sintió con ánimos de negarlo esta vez, serían demasiadas mentiras en un día.

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