Los cuatro hermanos estaban acomodados en una cama que no estaba diseñada para aguantar su peso o al menos no para que entren los cuatro cómodamente, pero aún así allí estaban todos apretujados, observando cada uno distintas pantallas.

Jesse y Andy con sus celulares, Gabe pasando los canales de la televisión y Nick configurando algo en su reloj smart, o tal vez hablando con la CIA, con Nick uno nunca podía estar seguro.

Había sido una larga semana para todos, a excepción de para Andy, quién se la había pasado divinamente haciendo amigos de acá para allá.

Andy había conseguido entrar a un dojo y para el fin de semana ya había conseguido, según él, el crush más fuerte y escándaloso que tendría en toda su vida. Andy se había asegurado de decirle a sus tres hermanos que si no conseguía a ese chico como su futuro esposo pronto, atentaría peligrosamente contra su propia vida, sus hermanos lo ignoraron porqué bueno... Andy había dicho lo mismo de sus últimos tres enamoramientos y aún seguía allí, para lamento de Jesse.

Básicamente Andy era el único que se divertía de los hermanos Hardaway, ya que el resto no logro pasarla demasiado bien en su primera semana en All Valley.

Gabe había recurrido a contactarse con Amanda, la esposa de LaRusso, llevándose de vuelta a casa una amenaza de colocarle una orden de restricción como vuelva a acercarse a la casa LaRusso.

Al parecer la mujer se sentía acosada por Gabe, ¿Y podrían culparla? Él simplemente la seguía a todos lados en su skate cubierto con gorra, lentes y capucha, y gritándole que se detenga porque había algo importante que debía decirle.

Por supuesto, sus gritos hicieron inservible todo el kit de invisibilidad ya que por supuesto que la mujer lo reconoció como uno de los niños locos que entraron a su consecionaria a destrozar autos con un mazo, ahí Andy el único culpable.

Pero aún así Gabe siguió intentándolo, sin lograr demasiado.

Jesse podía decir lo cansado que estaba Gabe de tener que estar velando por la seguridad de sus hermanos, él no quería eso y Jesse lo sabía porque siempre había querido ser como su hermano mayor: un alma libre y sin preocupaciones, como era Gabe mucho antes de que sus padres desaparecieran.

Tal vez Gabe estaba cansado de tener que cuidarlos a todos ellos y Jesse se sintió mal de no haber hecho ningún tipo de progreso para ayudarlo a ser libre de vuelta y encontrar a sus padres.

Por otro lado estaba Nick, él no mostró ningún signo inusual, tal vez se había ido a Disneylandia por la mañana y había vuelto por la tarde, tal vez entró a una escuela de policías y ahora estaba siendo entrenado para ser el más apto en encontrar a sus padres, nada podría revelar qué estaba sucediendo realmente en la mente de Nick, a veces Jesse creía que su hermano era algún agente súper secreto que siempre mantendría la calma y se aseguraría de que todo esté bien en casa antes de irse a pelear contra el crimen en las calles.

Jesse pensó en Nick como si fuera Perry el ornitorrinco, tenía todo el sentido del mundo para él porque Nick siempre fue silencioso, callado y atento, amable a su estilo y con una sonrisa de cachorro que derretiría a cualquier mujer que se le acerque, pero por sobre todo calmado, no había nada ni nadie que pueda alterarlo o hacer que pierda la cabeza.

En conclusión, Jesse no sabía que tanto avance habría hecho Nick, pero seguramente que Nick había logrado escalar la torre inclinada de pizza y estabilizarla o algo así.

Y por último estaba Jesse, quién por supuesto no había hecho ningún tipo de avance con Anthony además de acompañarlo a sus golpizas diarias.

Sí, Jesse consiguió ser amigo de Anthony LaRusso, ¡yaay! pero, Jesse se dió cuenta de que no habría nada divertido allí que lo esté esperando además de largas maratones en dónde él y Anthony competian a ver quién corría más rápido de Kenny.

Jesse había llegado el miércoles con un rostro ensangrentado que ya no pudo ocultarle a sus hermanos, Gabe había estado dando vueltas preocupado por la sala al menos treinta minutos, en dónde Nick había ido a comprar un par de cremas para el rostro de Jesse y tal vez atrapar un par de criminales en el camino.

Jesse más pronto que tarde había descubierto la gran gran súper increíblemente cósmica e incomparable rivalidad que tenían Anthony y Kenny.

Era odio, simple y llano, puro y desgarrador, casi tétrica era la mirada que Kenny les dedicaba en el amuerzo, esperando pacientemente como un depredador esperando a que la presa se despiste para ir a atacarlos.

Kenny estaría siempre allí, al final del pasillo esperándolos para burlarse, para provocar a Anthony con estúpidas bromas e insultos, Anthony intentaría devolverlos y allí era cuando Jesse sabía que debían correr.

Lo peor, era que Jesse jamás decía nada al respecto, siempre intentando no salir herido y que tal vez si se quedaba en silencio no lo atacarían también a él, pero estar en un radio de cinco metros alrededor de Anthony automáticamente lo volvía un objetivo, básicamente colocaba una diana en su cabeza para que todos puedan apuntar y dispararle al inocente Jesse que no sabía en dónde se estaba metiendo.

Jesse no había avanzado nada con su misión esta semana porque había estado más preocupado de sobrevivir la semana en si.

Si debía admitirlo, no todo había sido absolutamente malo en la escuela de todos modos. Sí, tenía algunos muchos pares de coloridos morerones en todo lo largo de su cuerpo, pero en realidad había sido divertido pasar el rato con Anthony cuando las cobras no estaban cerca.

En contra de lo que Jesse había creído en un principio, Anthony en realidad era un gran hablador, era algo que le encantaba hacer y tal vez habló demasiado con Jesse porque no había tenido alguien quien lo escuche en mucho tiempo.

Así que en eso estuvo Jesse, escuchando todas las anécdotas que Anthony tenía para decirle, desde la primera vez que sintió que tenía consciencia propia y que ya era una molestia para su familia porque no podía ser igualmente bueno que su hermana, hasta el momento en que decidió darse por vencido y que no le interese realmente lo que su familia tenía para decirle.

Porque tal parece que la familia de Anthony era muy distinta a la que tenía Jesse, nadie había estado allí para Anthony en sus mejores momentos lo cuál terminó aislandolo y haciéndolo una persona desconfiada, que creería que siempre las personas se le acercarían porque él podía ofrecer algo, no de si mismo, sino de su gran y poderosa familia.

Jesse había intentado profundizar en Daniel LaRusso, pero Anthony se encontraba muy rencoroso con su padre y fue poco y nada lo que dijo acerca de él, estaba resentido, no por algo en específico, no solo una situación si no las tantas en las que su propio padre lo dejó como última opción, preocupándose antes de su hermana y por último en él.

Jesse descubrió también que en realidad Anthony y él tenían muchas cosas en común, lo cuál hizo aún más fácil y llevaderas las conversaciones en dónde básicamente Anthony le hablaba y Jesse escuchaba con atención todo lo que el chico quería decirle.

Podría creer que Anthony había estado callado toda su vida y con Jesse finalmente prendió ese interruptor y habló.

—¿Por qué tan callados? —preguntó Gabe, finalmente decidiendo en poner un dibujito animado que estaba dando en Disney Channel.

Jesse escuchó la canción que daba inicio al capítulo y no pudo sonreír de lado al ver que sus pensamientos terminaron conectandose con lo que Gabe había puesto en la tele: Phineas y Ferb.

Definitivamente Nick era como Perry el ornitorrinco, allí frente a él Jesse tenía la mejor y la única prueba que necesitaba.

—Bueno ya que preguntas Gabe, estoy hablando con el amor de mi vida, mi futuro esposo, mi próximo amante, mi sugar baby, mi cereza encantadora, mi frutillita, mi media naranja, mi corazón de melón, mi-

—¿Cuántas analogías de frutas tiene? —preguntó Nick, confundido, Jesse soltó una risita.

—De acuerdo sí, ya entendimos. Hablas con Hawk, ¿Espero que sea algo que nos ayude en nuestra misión? —intentó Gabe, desviando su mirada de la televisión para dirigirla una vez más hasta.

—En realidad estoy en medio de un sexting si no les importa, están enfriando el ambiente. —se quejó Andy, tecleando como un desquiciado en su teléfono, Jesse logró verlo de reojo y bufó una risa antes de observar su teléfono y la conversación que mantenía con Anthony.

Jesse

Tienes idea qué carajos es sexting?

Tony

lol, se explica solo

sexo por mensajes de texto

y por si lo preguntas, no jess, no vamos a tener sexting

(por ahora)

Jesse

Idiota

Idiota idiota idiota

Pregunté porque Andy dice que lo está teniendo, pero como que estamos todos en la misma cama -incomodo- sabía que iba a ser algo raro o pervertido

Tony

tu y tus hermanos duermen en la misma cama?

ya veo porque el interes en hombres

seguro habras visto muchas y muy largas

Jesse

Muchas qué?

UHG PUAJ

Eres asqueroso

Te odio

Tony

mentira mentira ~

yo te gusto

ya lo habías dicho

Jesse

Solo crees eso cuando te conviene, pff

Tony

por supuesto que sí

así es como funciona, ojos azules

;)

—¿Un qué? —preguntó Nick, frunciendo el ceño e intentando comprender a que se refería Andy.

—No quieres saberlo. —respondió Jesse y de pronto sintió cómo todos sus hermanos se quedaron en un pesado silencio.

Leyó el último mensaje de Tony pero no tuvo oportunidad de responderlo ya que el teléfono desapareció de sus manos.

—¡Hey! —se quejó Jesse, extendiendo ambos brazos, persiguiendo el teléfono que seguía apartándose, Nick lo había tomado.

Jesse formó un suave puchero con sus labios, sabiendo que eso funcionaba siempre con sus hermanos, sus ojos se volvieron vidriosos con facilidad pero Nick solo lo ignoró y bloqueó el teléfono de Jesse, guardandolo en el bolsillo de sus jeans.

—¿Y cómo es que Jesse sabe de sexo telefónico y no Nick? —preguntó divertido Andy, sin estar para nada enterado de las fulminantes miradas que Gabe y Nick le estaban dando a Jesse.

—No estás ayudándolo. —suspiró Gabe.

—Oh, descuida. Él nunca lo hace. —Jesse dijo, rindiendose con la idea de conseguir su teléfono de vuelta a base de lástima, y mirando a sus dos hermanos mayores—. ¿Me lo darían de vuelta? Estaba teniendo una conversación allí. Así es como los teléfonos funcionan...

Sabía que el sarcasmo no lo llevaría a ninguna parte, pero también sabía que Anthony comenzaría a alterarse si él no respondía sus mensajes pronto, era como una novio tóxico e inseguro solo que sin los beneficios de ser novios.

—Oh sí, te lo daremos... —comenzó Gabe, una sonrisa malvada formándose en su rostro y haciendo que sus ojos se cierren, él al igual que Nick cada vez que sonreían cerraban sus ojitos, a Jesse le parecía siempre muy adorable, no lo fue ahora que se estaban riendo a costa suya—. Después de que nosotros tres tengamos una conversación.

—No, no es necesario... Ya saben, internet y todo eso. —Jesse intentó excusarse, sabiendo que la conversación a la que se referían era acerca de sexo seguro y todas esas cosas que Jesse prefería no hablar con sus hermanos.

—Oh, sí lo sabemos. Pero, aún así siempre es bueno que la familia te explique bien y te de la conversación. —había algo oscuro brillando en los ojos rasgados de Nick que no le presagió nada bueno a Jesse, quién finalmente se rindió soltando un suspiro.

—Si eso hace que me devuelvan mi teléfono, está bien. —se encogió de hombros, levantándose de la cama y siguiendo a sus dos hermanos mayores que se habían movido también de la cama para sentarse sobre los sillones individuales, dajandole a Jesse el sillón grande para poder enfrentarlo mejor.

—Mierda, esto va a ser divertido. Hawk te hablo más tarde, mi hermano tendrá su conversación de las flores y las abejas. —leyó Andy en voz alta su propio mensaje de texto y se sentó correctamente sobre la cama, mirando todo con diversión expectante—. Oh, ignorenme. Díganle a nuestro Jesse todo lo que debe saber.

Jesse suspiró. Esta va a ser una larga noche.