OO3.⠀❨ ¿La verdad o la mentira? ❩⠀
—¿Y en dónde estabas exactamente cuándo Gabe nos ordenó no acercarnos a los Cobra Kai? —la voz de Andy llenó la enfermería, cómo siempre, parecía sumamente divertido con todo, como si su hermanito golpeado no fuese la gran cosa.
Y ese era uno de los mayores problemas para Jesse, no le interesaba a su hermano, con Nick había sido distinto, el más grande siempre lo acompañaría a todas sus clases para asegurarse de que se encuentre a salvo en los pasillos, y a Andy no le tomó más de cinco minutos abandonarlo para perseguir a un grupo de chicas.
Pero, para punto de Andy y consternación propia, siendose sincero, Jesse ya no podría culparlo, era lo suficiente grande como para aprender a cuidarse por su cuenta y aún no lo hacía, acostumbrado a la dependencia de sus hermanos que siempre habían estado allí para ayudarlos cuando niños de su edad lo molestaban.
—Bueno, ya terminé contigo pequeñín. —la mujer que había estado curando sus rodillas finalmente se colocó de pie nuevamente y miró el trabajo que había realizado.
Jesse tenía una curita azul en su mejilla de manera diagonal, al parecer uno de los niños lo golpeó con un anillo y arañó lo suficiente como para que sangre, su labio se encontraba partido pero la inflamación ya había bajado lo suficiente y tenía vendas que cubrían los nudillos de ambas manos, ya que estos fueron desgarrados por el choque constante contra el suelo al intentar ponerse de pie en medio de todos los golpes.
—Muchas gracias por curarlo. —agradeció Andy, sonando falsamente amigable, cómo siempre que solía hablar con los mayores.—. Oye tú. Toma. —le extendió a Jesse un billete de cien dólares.
—¿No me ayudas y ahora quieres que te haga los mandados? —no pudo evitar sonar irritado, pero con Andy era completamente normal que después de que te den una paliza te diga que vayas a lavarle la ropa.
—Es para tí, no le digas a Nick que te dejé solo hoy. —y con eso volvió a salir de la puerta, dejándolo nuevamente a solas.
Jesse parpadeó hacía el dinero, cien dolares no eran nada para él teniendo la familia que tenía, siendo lo poderosos que eran, pero aún así la guardó bien en su bolsillo, pensando en qué podría gastarlos.
Lo malo de tener demasiado dinero era que sus hermanos mayores aka Gabe y Nick siempre lo administraban por él, dejándole el mínimo porcentaje necesario para que pueda sobrevivir.
Ese mismo día Nick le había dado tan solo veinte dolares para el recreo, así que, aunque no apreció que Andy vuelva a dejarlo atrás, al menos logró darle una buena recompensa por ser un pésimo hermano.
—Hey... ¿Jesse? —una voz desconocida para él lo llamó desde la puerta de la enfermería.
Era Anthony LaRusso. ¿Cómo sabía su nombre? ¿Y cómo lo había encontrado con tanta facilidad cuando Jesse se pasó los primeros veinte minutos buscándolo sin parar?
—Tú... Me causaste muchos problemas. —fue lo primero que Jesse atinó a decir.
Anthony sonrió, levantándose un poco la camiseta para dejar observar su pálida piel cubierta por un par de feos moretones que brillaban de un rojo ardiente, cómo si a la vuelta del pasillo lo hubiesen golpeado en su camino a llegar a la enfermería.
—Auch.
—Sí, auch. —asintió LaRusso, volviendo su camiseta a su lugar.— Me dijeron que "mi amiguita Jesse" me estaba esperando en la enfermería.
—Oh.
—¿Tu nombre es Jesse, realmente? —Anthony tenía una sonrisa burlona pintada en el rostro y Jesse bufó.
—Oh cállate, tuve demasiado con esos idiotas como para escucharte a tí también.
—¡Oye, oye! Tranquilo. —LaRusso intentó calmar, alzando sus manos en plan "soy inocente" y dando un paso hacía atrás, volviendo a colocarse en el marco de la puerta—. No es taan malo.
—Lamento no poder decir lo mismo de tu cara. —respondió aún a la defensiva, escuchando la pequeña risita de Anthony.
—Sí, bueno... Culpa a mis padres por esto. —dijo señalándose a sí mismo—. Pero ya, dime. ¿Cómo es eso de que somos amigos?
—En realidad...
Bien, aquí vamos nuevamente. ¿Decir la verdad o volver a mentir?
Si decía la verdad inevitablemente tendría que confesar que se estaba acercando a él por interés, interés en llegar a su padre Daniel LaRusso para obtener información de en dónde se encontraban sus padres, lo cuál arruinaría toda la misión ultra secreta, él simplemente no podía decirle eso.
No serviría de nada intentar explicar algo que ni él mismo entendía y LaRusso menor terminaría por alejarse de él antes de que pueda lograr acercarse a decir "hola".
Por otro lado, si mentía, diciéndole que sólo lo admiraba a él y a su familia o alguna tontería así, tal vez podría creerle.
—Y no me vengas con eso de que eres fan de la familia LaRusso o algo así, ya lo han intentado antes, no conseguiras dinero de mi parte. —Anthony interrumpió su línea de pensamientos.
—¿Dinero? —aquello sí lo hizo detenerse.
—¿Ah? ¿No quieres dinero?
—Tengo de sobra.
—Yo tengo más que de sobra.
—Ajá. No, no es por el dinero.
—¿Y entonces?
Y nuevamente volvemos al debate, decir la verdad ya no era parte de la ecuación, ahora lo que debería averiguar era cuál mentira sería la más correcta, no correcta sino apropiada para la situación, no es como si mentir hubiese estado bien, pero Gabe le había dicho que haga lo que sea necesario.
¿Lo que sea necesario?
—Me da vergüenza decírtelo ahora. —fingió timidez Jesse, no demasiado como para verse como una niña embobada pero si la suficiente como para que la curiosidad de Anthony crezca.
—¿Y eso por qué? ¿Qué quieres de mí? —preguntó curioso, acercándose un paso más a él.
Le pareció curioso que Anthony de primera mano crea que Jesse quería algo de él, sí, está bien, Jesse quería algo de Anthony pero aún así fue curioso ese hecho. ¿Cuántas personas más se abrían acercado a Anthony a pedirle algo antes?
Jesse decidió que no podía inventar nada a tiempo. Nada que sea lo suficientemente creíble de todos modos.
Se dijo a si mismo que si fuera una niña podría fingir estar enamorado de Anthony, decirle que siempre lo miraba desde lejos y que había buscado la excusa perfecta para acercarse diciéndo que eran amigos de la infancia y que justo se lo dijo a la persona incorrecta aka Kenny, pero Jesse no podría hacer eso, no era una niña y no iba a funcionar.
Todo sería más fácil si hubieran tenido una hermana, habrían conseguido una amiga para Sam o una novia para Anthony, oh mujeres, siempre solucionaban todo.
Jesse retrocedió un paso al ver que Larusso se había vuelto a acercar, repasando lo que no podría definitivamente usar de plan porque no funcionaría.
No va a funcionar, se repitió, sabiendo que no tenía ningún tipo de encanto además del rostro aniñado del que siempre se burlaban todos, pero tal vez podría intentarlo de todos modos. ¿Qué iba a perder Jesse? Era su mejor intento, y el único que se le había ocurrido.
—¿Me creerías si te dijera que me gustas? —y así lo intentó, Anthony arrugó la nariz durante unos segundos, pareciendo entre confundido y disgustado.
Lo observó en absoluto silencio durante más tiempo del que Jesse podía soportar mantenerse callado, Jesse se mordió el labio inferior con ansiedad, ansioso y curioso por ver que sucedía, esperando que funcione pero preparándose para un posible golpe y un par de insultos.
—Nope. Me sabe a mentira. —finalmente declaró Anthony, negando con la cabeza.
—Lo es. —se encogió de hombros Jesse, casi aliviado de no recibir un golpe, para después admitir algo más que se arrepintió de decir al instante—. Esa era mi manera de acercarme a las últimas amistades que tuve.
Y era cierto, los pocos amigos que habían tenido se habían sentido ridículamente halagados de que Jesse guste de ellos lo cuál era una completa mentira, pero lograba que Jesse tenga algo de compañía.
Un par de cumplidos y se sentirían primero ofendidos pero después divertidos y halagados, el ego subiéndose hasta las nubes creyendo que alguien bonito como Jesse los encontraba a ellos bonitos también, cosa que en realidad era una completa farsa.
Pero al menos funcionaba, y por un tiempo Jesse tenía amigos para no pasar los recreos solitarios o rodeados de sus hermanos mayores que no lo incluían en las conversaciones porque era demasiado pequeño para escucharlas.
Una sola vez Jesse había usado su mismo método de cumplidos y coqueteo absurdo con una niña y para su sorpresa había funcionado de maravilla, Andy estuvo festejando acerca de la cita con Jesse aún más tiempo del que Jesse y esa niña salieron juntos en realidad.
En conclusión, esa técnica no solía fallarle, pero si Anthony anticipó desde el principio que era una mentira, Jesse no intentaría poner ojos de corazón y hacer que lo crea, simplemente necesitaba una amistad con Anthony para acercarse a su padre, no debía ser demasiado extremista.
—Debieron ser unas amistades de mierda. —comentó LaRusso.
—Lo fueron. En realidad después de unos meses me abandonaban y se iban con el grupo que solía golpearme. —soltó una risita que no demostró para nada alegría o humor.
—Hey, me pasó lo mismo. Mis amigos ahora están del lado de ese estúpido que nos golpeó.
—¿Quién? ¿Kenny?
—Uhh... No lo nombres que se nos puede aparecer. —Anthony miró a su espalda y fingió un escalofrío, Jesse soltó una carcajada al ver la fingida angustia del contrario—. Andá ya, dime que quieres de mí.
—Oye, oye. Solo quiero un amigo, no sé que tan creíble pueda ser para tí. Pero realmente necesito un amigo, es cansador hablar conmigo mismo, jamás podemos ponernos de acuerdo.
Anthony lo miró con una sonrisa divertida y confundida a partes iguales. Jesse lo entendió, tal vez el tipo estaba intentando descifrar si Jesse era un loco o solo un poco extraño—. ¿Un amigo? ¿Sólo eso? ¿Sin pedir dinero o cosas gays extrañas?
—¿Cosas gays extrañas? Hey, de que me viste cara. —se quejó confundido Jesse.
—¿No eres gay?
—¡No! Por supuesto que no lo soy.
—Bueno, pero tú dijiste que yo te gustaba y tu cara es demasiado... Ya sabés.
—Oye, culpa de esto a mis padres. —repitió la frase del contrario señalándose ahora el rostro, Jesse sabía a qué se refería Anthony y agradeció que no diga ningún adjetivo estúpido que le darían a alguna niña.
Anthony soltó una carcajada y terminó por asentir—. Bien, bien. Amigos entonces.
—Amigos...
—Realmente pareces emocionado por eso.
—Créeme, lo estoy.
Primera parte del plan, completada.
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