O15.⠀❨ Bienvenido a Cobra Kai ❩⠀
El miedo no existe en este dojo.
No eres fuerte, así que usa la fuerza de tu oponente en su contra.
No eres alto, no intentes serlo aprovéchalo y usa tu altura en su contra.
Eres rápido, tal vez más rápido que el mismo Keyne, no te haré pelear contra él pero ten en cuenta que es un buen descubrimiento, debes seguir avanzando.
El dolor no existe en este dojo.
Te asustas con rapidez, vez el puñetazo que aún no ha llegado lo que significa que estás previendo lo que tu oponente hará, eso es bueno, intenta descubrir su próximo movimiento y usa la kata que te enseñé y defiendete.
Son veinticuatro movimientos, dime para qué funciona cada uno. Ahora.
Haz kata una vez más, repite para que funciona cada movimiento, sus nombres en japonés asegúrate de aprenderlos.
Sin piedad, tu oponente está en el suelo, terminalo.
El fracaso no existe en este dojo.
No eres bueno memorizando palabras pero sí movimientos, apegate a ello.
Busca la debilidad de tu oponente, siempre tendrán una solo debes encontrarla antes de que ellos encuentren la tuya.
Mírame a los ojos, siempre debes mirar a los ojos de tu oponente, vamos sigue así Hardaway.
El miedo no existe en este dojo.
Recuerda que la fuerza no lo es todo en el karate lo importante es la precisión del golpe, puedes dar una buena patada que dejará hasta al más fuerte en el suelo.
Sin piedad.
No te detienes después del punto, asegúrate de que no pueda volver a ponerse en pie.
¿Qué es lo que estudiamos aquí? El camino del puño.
¿Y cómo es ese camino? Golpea primero, golpea fuerte, sin piedad.
Repite conmigo Hardaway, ¿Qué es lo que estudiamos en este dojo?
Golpea primero, golpea fuerte, sin piedad.
—No te escucho... —canturreó Silver, mirándolo desde la distancia, observando una vez más las cámaras del dojo.
—¡Golpea primero, golpea fuerte, sin piedad, sensei! —gritó Jesse desde las colchonetas rojas en posición de combate, sus rodillas flexionadas, los puños cerrados, su mano delantera dando puñetazos al aire, la otra mano cerca de la mandíbula defendiendo su cara.
Su respiración se encontraba agitada, por primera vez en la tarde cuando terminó su serie se quedó en silencio esperando nuevas instrucciones y no miró el reloj en la pared para ver cuánto tiempo llevaba.
Esto es mucho más intenso de lo que creí. Pensó Jesse, pasándose el dorso de la mano por su frente para apartar los cabellos húmedos que caían por sus ojos.
Sentía todo su cuerpo pesado y sudoroso debajo del gi, su rostro se brillaba aperlado por el sudor y Jesse pronto comenzaría a rendirse en su intento de apartar su cabello de sus ojos.
El entrenamiento fue lo más intenso que Jesse había tenido de deporte en su vida, Silver se había retirado de la sala un total de tres veces para traerle un energizante a Jesse cuando lo veía lo suficientemente cansado que ni siquiera lograba ponerse de de pie para lograr recuperar el aire.
El único deporte que Jesse recordaba haber hecho antes era fútbol en algún momento de su infancia cuando Nick estaba tan obsesionado en volverse profesional y hacía que toda la casa juegue con él, pero después de eso, Jesse sabía que era un completo sedentario.
Tal vez perdí tres o cuatro kilos sólo con este entrenamiento. Pensó Jesse entre tanto, observando como Silver estaba en la puerta hablándole a otro sensei y que ahora tenía un pequeño momento de descanso hasta las próximas instrucciones.
Al principio, Jesse había fallado una cantidad de vergonzosas veces, hubo un momento en el que pareció que Silver parecía arrepentido de haber ofrecido su trato especial, pero aún así persistió.
Si la posición de Jesse era incorrecta Silver extendía un brazo para empujar su mano más abajo o golpeaba su tobillo para que su pie se afirme mejor en el suelo. Movía con leves golpes hasta que su posición sea la correcta.
Jesse antes no entendía cómo Gabe podría parecer recién salido de una maratón cuando tan solo estaba haciendo katas en el balcón de su antigua casa, ahora Jesse lo entendió.
Cuando Silver cerró la puerta y se volvió para mirarlo Jesse se tensó en su posición de espera.
Había algo inquietante en estar en presencia de Terry Silver, pero Jesse no sabía por qué, cada vez ese sentimiento de temor se iba desvaneciendo de su mente con el pasar de las horas.
—Hardaway. Creo que estás listo. —afirmó Silver, acercándose hasta él y entrando una vez más en la colchoneta—. Hoy ya es tarde, pero mañana te quiero aquí a primera hora para tener tu batalla.
—¿Tan pronto, sensei? —preguntó Jesse, habiéndose acostumbrado al uso del término respetuoso aún cuando horas antes ese día se había burlado de Kenny por lo mismo.
Había algo en el tipo que transmitía poder y respeto que Jesse no pudo evitar notar.
—Ya estás listo. Te he dado una semana de clase en un solo día. ¿Ocho horas consecutivas? Eso es un gran logro Hardaway, ¿no te sientes preparado?
Jesse se detuvo sorprendido ante la mención de la hora, la última vez que se había fijado habían pasado tres horas, no ocho.
Miró el reloj, la aguja que marcaba la hora estaba detenida en las once de la noche, ni siquiera había notado que oscureció ya que la oficina siempre se encontró iluminada y sin ventanas.
—Ya puede retirarse Hardaway, y buena suerte mañana.
—Sí, sensei. Gracias, sensei. —Jesse se inclinó, asegurándose de mirar a su sensei a los ojos como le había enseñado y finalmente se encaminó a la puerta.
El camino por los largos pasillos hasta el vestuario Jesse logró pasarlos con mucha más energía de cuándo los recorrió por primera vez, asumía que se trataban de los energizantes pero le restó importancia mientras corría por el dojo vacío hasta el vestuario.
Cuando entró descubrió una suave música que se parecía muchísimo al tono de llamada que Jesse les había puesto a sus hermanos.
Al llegar hasta el casillero que le habían asignado descubrió que efectivamente era su celular sonando.
—¿Sí? —logro responder Jesse a una llamada entrante de Nick, caminando nuevamente con los pasillos hasta la salida ahora con su mochila colgada al hombro.
Silver le había permitido quedarse el gi, casi parecía que el tipo estaba seguro de que Jesse ganaría mañana.
—¡Jesse! Oh dios mío, pequeño imbécil llevo llamándote desde hace horas. Yo y todos los chicos ¡¿En dónde estás?! Anthony dijo que te fuiste de la escuela con las Cobras, ¡¿estás loco?! Te dijimos que esperes hasta la semana que viene, ¿Estás bien? ¿Alguien te dió una paliza? ¡Dios mío Jesse, debíamos encontrarnos en casa a las ocho! —gritó Nick alterado e impaciente.
Jesse alejó un poco el teléfono mientras escuchaba como multiples voces hablaban sobre la de Nick, Jesse no recordaba haberlo escuchado tan alterado antes.
—Estoy bien, todo está bien, Nick. Ya estoy yendo para casa, se me fue la noción del tiempo. —explicó Jesse con calma, observando como Silver se estaba moviendo cerca de él nuevamente—. Adiós, nos vemos pronto, ¿Ya se va, sensei?
—Por supuesto, no suelo quedarme hasta tan tarde pero esta vez la situación lo ameritaba. —dijo Silver, abriéndole la puerta de salida a Jesse y quedándose para cerrarla bien, ya no había nadie más dentro del dojo.
Jesse asintió y estaba a punto de seguir su camino hasta la parada de autobuses pero una mano en su hombro lo detuvo.
—Hardaway, ten esto. —Silver le extendió lo que parecía ser un cinturón blanco.
—¿Por qué...? —Jesse comenzó, pero se detuvo al no saber cómo formular la pregunta.
—Un cinturón blanco. Pase lo que pase mañana hoy ya me has confirmado que tienes lo necesario para ser parte de nosotros, así que bienvenido a Cobra Kai, Jesse. —Silver le dedicó una sonrisa que parecía genuina, y Jesse se la correspondió al segundo, tomando el cinturón entre sus manos y mirandola encantado.
—¡Muchas gracias, sensei! ¡Haré todo lo posible para seguir mejorando! —dijo Jesse, algo en la parte posterior de su mente le susurraba que no estaba bien lo que él hacía, que debía enfocarse en otra cosa, pero en esos momentos alejó la idea de su mente.
Fueron pocas las veces que habían felicitado a Jesse por lograr algo por su cuenta, y decidió que nada más importaría por ahora, había logrado conseguir un cinturón, por primera vez en su vida el logró conseguir algo sin la ayuda de sus hermanos.
—Por supuesto el cinturón es simbólico, ya que el cinturón de Cobra Kai siempre será negro, pero los avances en el karate se miden por el cinturón. —explicó Silver, con un ademán de su mano para restarle importancia.
—Gracias, sensei. —repitió Jesse con sentimiento, observando un último asentimiento de Silver.
—¿Tienes cómo llegar a casa?
Jesse lo pensó durante unos segundos, aún tenía el dinero que Andy le dió el primer día de clase, podría pedirle un uber su ni llegaba ningún autobús pero... Tal vez podría ir con Terry, no encontró el problema en ello.
—¡Jesse! —la voz de Gabe se escuchó desde las calles sumada de una bocina.
—Sí, tengo como llegar, sensei. ¡Hasta pronto! —le respondió Jesse a Terry, sonriéndole y corriendo hasta el auto de sus hermanos, escuchando una risa por parte de Silver.
Volteó a verlo antes de abrir la puerta del pasajero y Silver ya se estaba subiendo a un auto lujoso y pisando fondo para salir de las calles, con eso Jesse finalmente abrió la puerta y entró para encontrarse con más personas de la que esperaban y todos hablando y gritando al mismo tiempo.
—¡En qué estabas pensando!
—¿Ese era Terry Silver? Tiene cara de villano.
—¡Tienes un gi de Cobra Kai! ¡Bien hecho, Jess!
—¡Hola Jesse, mi nombre es Moon, un placer!
—¡Ya no hay vuelta atrás, se volvió salvaje!
—¡No puedo creer la idiotez que hiciste Jesse!
—¡¿Realmente creíste que era una buena idea hacer algo por tu cuenta?!
—¿Entonces, cómo te fue? —la suave pregunta de Anthony por sobre los gritos histéricos de sus hermanos llamó la atención de Jesse.
Anthony se encontraba en los asientos de atrás, justo al lado de Andy que tenía sentada en su regazo a una chica que Jesse había escuchado entre los gritos que se llamaba Moon. Anthony fue el único que aún no había gritado y Jesse lo sabía porque desde que entró al auto lo estaba mirando sonriente.
Jesse extendió una mano para que Anthony la tome y se una a él en el asiento de copiloto, Anthony le sonrió divertido y se impulsó con la mano de Jesse, pateando a Andy y Moon en el proceso, usando la pierna de Nick como palanca y golpeando una última vez a Gabe antes de llegar hasta el asiento de Jesse.
—Eres un idiota. —fue lo primero que Anthony dijo al llegar hasta él.
—¿Yo? —Jesse hizo un puchero, observando cómo rápidamente los ojos de Anthony se desviaron a sus labios, Jesse sonrió sin poder evitarlo y tiró la mochila y el cinturón a los pies del copiloto para poder acomodarse mejor en el asiento y mirar bien a su novio.
—No se besen en mi auto, por favor. —se quejó Nick, mirándolos desde los asientos traseros.
Anthony hizo oídos sordos y tomó de las mejillas a Jesse para besarlo, pero antes de juntar sus labios Anthony arrugó la nariz en una mueca.
—Estás todo sudado y ardiendo, ¿Qué te hicieron las Cobras? —preguntó LaRusso, dejando un suave beso sobre los labios de Jesse y separándose una vez que Jesse intentó profundizar el beso.
—Eh... ¿Karate?
—¿Entonces te hicieron pelear contra alguien? Soy Moon por cierto, un gusto. —la chica preguntó curiosa y asustada, por si Jesse no había escuchado entre los gritos se aseguró de volver a presentarse, extendiendole una mano.
—No lo tocaría si fuera yo. — comentó Anthony, sacando sus manos del rostro de Jesse y limpiándose las manos en su propia remera con una falsa mueca de asco, Jesse bufó una risa.
—Es un exagerado, todos ustedes lo son. —Jesse dijo, estrechando la mano de Moon y mirando divertido como ella hacía una mueca al sentir su mano húmeda.
—No lo somos, me dijiste que irías a ver Cobra Kai, no a tener una clase completa. —Anthony pinchó su costilla, haciendo que Jesse se retuerza en su lugar y lo mire con el ceño fruncido.
—No estamos siendo exagerados Jesse. —bufó Gabe, poniendo el auto en marcha y señalandole a Anthony que les ponga el cinturón a ambos. Anthony se estira por encima de Jesse y los envuelve a ambos en silencio—. Lo primero que te dijimos de este tipo es que es peligroso y-
—No pareció peligroso, hasta fue... Amable —interrumpió Jesse.
—Oh vamos Jesse, ¿las películas no te enseñaron nada? Los más amables son los peores. —comentó Andy desde la parte de atrás.
—No sólo es peligroso si no que él también tiene a nuestros padres, Jesse piensa en eso. —explicó Gabe, logrando que toda la emoción de Jesse por su nuevo cinturón y su primer logro de desvanezca finalmente de su mente.
—Silver tiene a nuestros padres y por un momento creímos que te tenía a tí también. —admitió Nick desde atrás, Jesse no podía ver su expresión pero su tono de voz abatido fue suficiente.
Por eso estaban tan preocupados... ¿Habían creído que yo fui secuestrado?
—¿De qué le serviría yo a Silver? —preguntó Jesse, encogiéndose de hombros.
Anthony tomó la mano de Jesse y entrelazó sus dedos, mirándolo con una expresión preocupada que Jesse no había visto antes en él.
—Ni siquiera saben por qué razón Silver tiene a sus padres, tendría sentido que él también te quiera a tí. —explicó Moon desde atrás, Jesse sólo observó como Anthony y Gabe asentían en silencio.
—Lo siento, no había pensado en ello. Yo solo... Estaba emocionado por aprender algo de karate. —se disculpó Jesse a todos en el auto pero mirando solo a Anthony.
¿Qué tan preocupado estuvo Anthony por él?
Cuando se detuvieron en un semáforo en rojo y la luz de una farola logró alumbrarlos mejor, Jesse observó ahora con claridad cómo los ojos de Anthony se encontraban rojos, como si hubiera estado llorando tiempo antes.
—Lo siento. —se disculpó Jesse una vez más, recordando para si mismo lo emocionado que había estado esa tarde siguiendo todas las instrucciones de Silver.
—Descuida Jesse, al menos ahora sabemos que estás bien. De todos modos, ¿Cómo te fue en tu clase? —preguntó Andy para alivianar el momento, colocando su rostro sobre el hombro de Moon y mirándolo con curiosidad, Jesse agradeció internamente ello.
Jesse comenzó a explicar muy por arriba todo lo que fue el intenso entrenamiento de Silver, sus hermanos fueron los más sorprendidos, haciendo comentarios de que Jesse no movería un pie aunque el mundo se termine y deba escapar de los zombies, Jesse intentaba apartar esos comentarios porque solo hacían pasarlo vergüenza mientras Anthony se reía a costa suya.
Aún así, los hermanos Hardaway se aseguraron de que Jesse pase un vergonzoso viaje en el auto, mientras Jesse intentaba ignorarlos y seguir explicando todo lo que había aprendido.
—Te ves bien con el gi de Cobra Kai. —le dijo Anthony cuando bajaron del auto en la puerta del apartamento.
Jesse le sonrió y se acercó para besar a Anthony, esta vez LaRusso no se separó.
Los labios de Anthony son suaves contra los suyos y él deja escapar un pequeño ruido de sorpresa que es mayormente tragado por los labios de Jesse.
Anthony le devuelve el beso al instante, una mano se apoya en la nuca de Jesse mientras la otra se posa en su cintura, y en ese momento, cada una de sus preocupaciones por Silver y su familia parecen parecen dolorosamente insignificantes, porque ahora lo único que importaba eran él y Anthony besandose.
Se separan después de un minuto, cuando Jesse comienza a marearse un poco por la falta de oxígeno, pero cree que estaría dispuesto a asfixiarse si eso significara que no tuviera que dejar de besar a Anthony.
Pero Anthony está sonriendo como un idiota, con la cara sonrojada, los labios hinchados y los ojos un poco abiertos, y está bien, sí, vale la pena hacer una pausa.
—¿Quieren seguir el besuqueo adentro de la casa? Creo que se está por largar a llover. —anunció Andy, ayudando a Moon a salir del auto.
Y sí, Jesse quería seguir los besos con Anthony adentro, permiso.
***
OMG, TAN LINDOS, los amo.
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