CAPÍTULO: 35
LUKÁS
—Mi nombre es Ángel Bertinni, soy el editor jefe de la Editorial Ink-Cloud. He leído unas cuantas veces tu currículum antes de llamarte.
—¿Mi currículum?
Es extraño. No recuerdo haber enviado ningún documento con mi información a ninguna editorial, solo a diversas compañías de teatro. Puede que se trate de un error.
—Exacto —continúa hablando el hombre de la editorial Ink-Cloud—. Y, si me lo permite, he de decir que es impresionante. Estudios de Arte Dramático y Literatura en Viena, ¿me equivoco?
—No —respondo, intentando buscarle un sentido a todo esto¾. Actualmente, estoy estudiando un Máster aquí, en España, y...
—Además, escribes, si puedo tutearte —me corta.
—Sí.
—¿Desde cuánto tiempo hace que se interesa por la escritura?
—Desde que era muy pequeño, no lo recuerdo con exactitud —me froto los ojos con una mano—. Disculpe, no quiero sonar brusco pero, ¿cuál es el motivo de su llamada?
Una grave risa al otro lado de la línea telefónica consigue estresarme más de lo que la propia incertidumbre ha hecho.
—Tenemos una vacante dentro de nuestro equipo editorial. Y, sería un enorme placer para nosotros, que fuese tu quien ocupases ese puesto. Nos han hablado muy bien de ti y, bueno, tienes el perfil perfecto para congeniar en la editorial Ink-Cloud.
¿Cómo que les han hablado de mí? ¿Quién? Ángel prosigue relatando las múltiples virtudes y gran ambiente de trabajo que la editorial proyecta. Recalcando en varias ocasiones que es una de las más grades del mundo y cuanta, a su vez, con varias sedes no solo en España, sino alrededor del mundo. Esto que me está pasando no parece real.
—El puesto de trabajo sería de editor, ya sabes, corrección gramatical de manuscritos, estilo, enfoque de la historia. Puede que, en algún caso excepcional, puedas ayudar o llevar entre manos la traducción de algún escrito relacionado con tu lengua materna. ¿Cómo lo ves?
Absolutamente tentador a la par que inesperado.
—Es una buena oferta, desde luego —respondo—. ¿Existe la posibilidad que tomarme un tiempo para pensarlo?
—Cómo tu muy bien has dicho, es una gran oferta —vuelve a remarcar—. Pero, sí, cómo no. Piénsatelo llámame esta tarde con una respuesta. Es una gran oportunidad de futuro, Lukás. Cualquiera que estuviese en tu pellejo estaría dando vítores de alegría.
—Lo haré. Muchas gracias por su llamada, señor Bertinni.
—Ángel —me corrige velozmente—. Puede que tarde o temprano compartamos despacho, así que dejemos a un lado las formalidades.
—Gracias por todo —sonrío y finalizo la llamada.
Antes de que pueda depositar mi teléfono móvil sobre la mesilla de noche y, como si estuviese esperando a que mi conversación con aquel editor acabase, alguien llama a la puerta del piso con efusividad. Siendo conocedor de cada rincón, camino sin la ayuda de mi bastón hasta llegar a la maciza y pesada puerta de madera. Palpo el frío metal del cerrojo y lo desbloqueo con un solo gesto antes de abrirle paso a mi nuevo invitado.
—Esperaba que me recibieras con una cara más alegre. No pienso regalarte más CDs de buena música —me reprocha Samuel desde debajo del marco de madera oscura—. ¿A caso no te ha sorprendido tu nueva oferta de trabajo?
Un momento.
—¿Cómo sabes tú eso? —exclamo, cerrando la puerta de la casa una vez que mi amigo se encuentra dentro, encaminado hacia la nevera en busca de algo que llevarse a la boca.
—Debería tener más contactos, ¿sabes? Puede que en Viena te conozcan pero, esto es España amigo mío.
—¡Quieres contarme de una vez lo que está pasando!
—¡Tranquilo, Gruber! —escucho como cierra el frigorífico mientras suelta una pequeña risa—. Lo primero de todo, ¿qué clase de anfitrión eres? ¿No tienes nada que ofrecerle de comer a tu invitado? ¿Ni una triste bolsa de patatas fritas?
Prometo que no sé qué clase de embrujo utilizó conmigo para convertirse en mi amigo, hace dos años. Ahora mismo, le estrangularía.
Con pasos firmes, me aproximo hasta uno de los altos armarios que hay encima de la encimera de mármol y lo abro. De su interior, percibo el característico sonido de una bolsa de patatas fritas medio vacía entre mis manos al hacerme con ella. La saco, dejando el interior del armario ocupado por un solitario pack de refrescos y una lata de aceitunas rellenas. Le lanzo con ganas la bolsa de comida a mi viejo amigo.
—Ahora habla.
Samuel empieza a devorar con ansias el contenido de la bolsa de patatas fritas con sabor a pimienta.
—¿Recuerdas como conseguí dar con tu dirección aquí?
—Luna fue quien te dio mis datos, en la compañía de teatro.
—La cual rechazó tu solicitud.
—Gracias por recordármelo, tío —le contesto de forma irónica. A lo que él no puede reprimir una carcajada limpia para, después, asegurarme de que está bromeando.
Acompaño a mi amigo hasta el sofá del salón, donde nos sentamos uno al lado del otro. Samuel agarra uno de los cojines para colocarlo sobre su espalda, se hace con el control de la televisión y comienza a pasar canales hasta dar con un antiguo episodio de How I Met Your Mother.
—El caso es que, al terminar una de las funciones de la compañía, Luna vino a preguntarme si, actualmente, había encontrado trabajo. Le dije que no y me comentó que un tío suyo, un tal Ángel Bertinni, era uno de los jefes de una importante editorial. Llevan un tiempo buscando a gente nueva.
—¿Ángel es el tío de Luna?
—Veo que empiezas a entenderme —ruedo los ojos escondidos bajo mis gafas oscuras—. Luna fue quien le dio tu currículum a su tío. Vino a preguntarme si yo creía que podrías estar interesado y no lo dudé ni un segundo en animarle para hablar bien de ti. Serían unos idiotas absolutos si no te hubiesen ofrecido el puesto.
—Todavía no he dado una respuesta, me han dado como plazo de tiempo hasta esta tarde.
A pesar de la incertidumbre y una pequeña porción de miedo que me corroen, es una gran oportunidad para mí. No lo había pensado hasta ahora pero, abrirme camino en el mundo editorial, puede ser de gran utilidad para, en un tiempo, darme a conocer como alguien que está detrás de todo el complejo proceso de elaboración de una novela. Y ya no solo eso, hablo de poder vivir de aquello que he estudiado y me apasiona, como es la literatura en general. Vivir gracias a los libros, propios o por el disfrute de los ajenos, me resulta formidable. Lola estaría orgullosa de mí. Qué ganas de contarle esta tan buena noticia.
No soy consciente de la sonrisa que se forma en mi rostro hasta que la voz de Samuel interrumpe en mis pensamientos más profundos.
—Esa sonrisa la conozco.
Samuel comenta antes de degustar en su paladar una nueva patata frita de la bolsa. Como efecto ante sus palabras, muerdo mi labio inferior, atrapándolo entre los dientes mientras dejo escapar el aire que contiene una nueva y corta carcajada. Samuel deja caer la bolsa de plástico al suelo, intuyendo lo que yo todavía no soy totalmente consciente de estar viviendo.
—Dime que, por favor, no has dejado a Lola embarazada. ¡Voy a tener que cambiar los CDs por condones!
¿Es que no va a cambiar nunca?
—Por nuestra amistad, Samuel, madura de una vez.
El joven de cabello rapado pasa un brazo por mis hombros, estrechando mi cuerpo hacia el suyo, en una especie de abrazo que firma nuestra pipa de la paz por hoy. Respecto a mí, a pesar de su elevado nivel de sobreactuación, logro olvidar su escena con facilidad dejando que el rostro de Lola se recree en mi mente, como tantas veces me he permitido en soledad. Las ganas de probar sus labios una vez más hacen que un ligero temblor recorra los músculos de mi espalda en una sacudida.
Samuel, caracterizado por ser un tipo audaz y astuto por todos los quienes le conocemos, decide ahorrarse el interrogatorio propio de una situación como esta y se centra en lo realmente importante, de forma concisa.
—Me siento muy feliz por vosotros, de verdad Lukás —palmea mi espalda con suavidad a la vez que asiento con la cabeza a modo de agradecimiento.
—Yo también —afirmo con total seguridad, dejando que sean ahora las palabras quienes me guíen a mí, al igual que ocurre entre mis páginas en blanco—. Desde ayer, todo en mi vida parece que ha cobrado un orden, un sentido, mucho más del que yo mismo me había encargado de buscar a mi vida. Ha sido un punto de inflexión donde, te das cuenta, que ya no es la gravedad quien te proporciona un punto de apoyo... de repente, es ella quien te mantiene en pie. Porque, en el fondo, siempre ha sido así. Desde el primer momento en el que la ves, tu corazón lo sabe. Pero los seres humanos, pecamos de pasar de puntillas por los consejos que él nos dicta, dejando que la razón los avasalle.
Sintiéndome liberado por compartir con mi amigo todos mis pensamientos, me dejo caer sobre el respaldo del sofá, cerrando los ojos y disfrutando del liviano silencio que reina en la habitación del piso.
—Tío, si esa chica no se enamora de ti perdidamente, lo haré yo como me sigas diciendo todas esas palabras —estallo en una enorme carcajada que contagia a Samuel hasta terminar ambos riendo como niños—. Necesito una cerveza.
—Sírvete tu mismo.
Percibo como el cuerpo de Samuel se levanta, dejando un espacio a mi lado que no tardo en ocupar con mis propias piernas. Con cierta dificultad, localizo mi Smartphone sobre la mesilla de noche y me hago con él, evitando que mi despertador se tambalee a causa de un imprevisto golpe con mi mano derecha. Con agilidad, activo el asistente de voz del teléfono móvil y, en escasos segundos, me encuentro llamando al que, sin pensarlo mucho más, será mi nuevo puesto de trabajo dentro de la Editorial Ink-Cloud.
La ya reconocible voz de Ángel Bertinni no tarda en contestar al otro lado de la línea.
—Señor Bertinni, soy Lukás Gruber, hemos hablado hace unas horas —le recuerdo—. Estoy dispuesto a aceptar su oferta.
El sonido de lo más parecido a un aplauso llega hasta mis oídos, llenándome de un orgullo inexplicable.
—Bienvenido a Ink-Cloud, Lukás. Y acostúmbrate a llamarme Ángel.
¡HOLA BONICOS! ❤ Sé que no es fin de semana pero, dada mi poca fidelidad a mi horario para subir nuevos capítulos, he decidido que subiré siempre que pueda JAJAJAJA Sí o sí, tendréis un capítulo nuevo los sábados o domingos, pero, si me da tiempo, puede haber alguno entre semana. Como este.
Ay que Lukás empieza una nueva etapa, creo que estoy hasta más ilusionada que él. ¿Y Samuel?
Y, una duda que tengo en mente, ¿tenéis ganas de saber más sobre Bruno? Creo que es el más misterioso de toda la trama, junto con Lukás en ocasiones pero, en concreto Bruno, despierta cierta incertidumbre y teorías que me encantan JAJAJA ¿Cómo forjarán él y Lola su relación de hermanos? ¿Saldrá todo bien para ellos?
¡Pronto lo sabremos! Hasta entonces, nos leemos ❤❤❤❤
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro