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Final

Estaban en la época de caza,
muchas especies salían a rebuscar
entre los pequeños pueblos familias desprotegidas, normalmente algunas especies que se alimentan de la caza son sustentados por otra base de alimentos como la carne de pequeños pájaros o incluso
reparten parte de la pesca, pero
muchas veces es insuficiente y los
depredadores acaban con gran
parte de familias obreras. Estos
acontecimientos eran imparables y algunos de los habitantes de dichos lares afectados albandonaban la zona, dejando los conocidos pueblos muertos.

Dejaban sus casas y sus pertenencias tiradas por miedo a
ser saboteados y asesinados por los depredadores.

Ya acostumbrados a la época de
caza, los hermanos de JiMin
se refugiaban en el bosque del
sur, donde las temperaturas eran
más cálidas y los habitantes del
bosque los acogían como si fueran
de su familia, alimentándolos y
brindándoles cobijo por unos dos o tres meses.

El destino para los padres de
JiMin se fue desencadenando
de forma trágica cuando, junto
doce gazapos, marchaban al sur sin saber que la caza ya había empezado. Por proteger a sus conejitos, ambos padres se
sacrificaron dejando al mando a la mayor de sus hijas, poniendo sobre ella la responsabilidad de cuidar a los once restantes. Se separaron justo en la frontera, la señora Park quedó acorralada por varios linces que sobrepasaban su tamaño, su marido tuvo la misma suerte solo que éste luchó hasta el final por salvar a su hija más pequeña, liberándola de las garras de un gran zorro naranja.

Tras cruzar la frontera, los lobos de la manada de los Kim protegieron a los gazapos sin poder salvar la vida de sus padres.

Para la familia al completo fue
difícil superar aquella pérdida tan
desastrosa y pasaron los tres meses de caza totalmente atormentados sin poder valerse del apoyo emocional que les brindaban la manada de lobos que cuidaron de ellos como si fueran de la misma familia. No en todos los territorios llevaban la caza a tales extremos, pues los distritos donde se repartían bien los víveres para los carnívoros y proporcionaban protección para los herbívoros, aquella caza sangrienta nnca era llevada a cabo.

El territorio de los Choi no fue
controlado de la misma manera
que otros territorios y las bajas
de cada caza eran cada vez
más temibles, los obreros eran
asesinados, los cachorros eran
devorados y las almas de los
inocentes eran arrebatadas por
hambre. Por ello JiMin había
puesto sobre la mesa la posibilidad de contraer matrimonio con el hijo heredero del líder y así poder detener la desfachatez que cada año se celebraba.

Y si se hizo cargo de sus hermanos
y hermanas fue porque la mayoría eran Omegas, su hermana mayor y otro de sus hermanos eran Alfas pero ninguno de ellos se sentía capaz de ejercer el papel que realizaban sus padres.

Con la confesión de JungKook y
su propia confesión, JiMin pudo traer al bosque del norte a su familia y todos ellos se establecieron en una enorme casa
al lado de un antiguo campo de
cultivo, tenían el río cercay del
mismo modo no se tardaban más
de diez minutos en llegar al pueblo.
Los once hermanos agradecieron a Kook como si éste fuera su salvador, atesoraron la casa que les fue dada y pronto se les vio prosperar en el campo como bien habían aprendido de sus padres, asentados allí no debían preocuparse por salir antes del alba, tampoco por ir en parejas al río. Ya no viajarían al sur en época de caza.

Algunos de los Park decidieron
trabajar en el pueblo, por lo que
en poco tiempo los aldeanos les
recibieron con los brazos abiertos
pues encontrar una familia
entera que se dedicase al cultivo
y tuviera un buen dote para ello,
era demasiado complicado. Los
conejitos belier se ganaron un
reconocimiento positivo.

A diferencia de sus hermanos, JiMin no se fue a vivir con ellos
cuando llegaron al territorio de los Jeon. Él y JungKook construyeron una casa de mediano tamaño en una zona cercana a donde solían jugar cuando eran pequeños, donde
no habían muchos árboles y tenían un buen espacio para construir e incluso una pequeña parcela para darle utilidad a su gusto.

Esta casa la hicieron a escondidas,
a ojos de los Jeon, ellos seguían
siendo buenos amigos. Obtuvieron la ayuda de los hermanos Park y de algunos miembros de la manada de los Min, TaeHyung también quería
poner su granito de arena en la
ayuda pero sus padres y los de JungKook eran amigos y cualquier
movimiento en falso alertaría a los Kim y rápidamente acudirían a los Park para información. Así que TaeHyung aportó su ayuda haciendo los planos y la distribución de la casa.

Justo en aquel momento, las obras
habían finalizado y todo estaba
listo para amueblar y decorar, JungKook se dirigía al pueblo
en compañía de YeonJun para
conseguir lo necesario, mientras
que JiMin cruzó la frontera de
los Kim para ir con TaeHyung. Lo que irían a buscar en el territorio de los lobos era información confidencial.

-¿Qué harás cuando tus padres
se enteren? -Preguntó inocente
el conejito de glaciales ojuelos y
cabello claro, el castaño sonrió con serenidad ante el parentesco tierno de los hermanos Park.

-Se los diré yo mismo antes de
casarme con JiMin, sé que
mi padre se alegrará mucho por
nosotros y eso tal vez me ayude
a conseguir la aceptación de mi
madre -Dijo llevando su mirada
hacia al frente, escuchó a su
acompañante soltar una risita
nasal.

-Me hubiera gustado que mis
padres te vieran a ti y a JiMin
casarse, ellos le aconsejaron
muchas veces sobre el matrimonio.
Aún así mi madre le decía que no
dañara tus sentimientos y que si
decidía unirse bajo el nombre de
la luna, respetara para siempre esa promesa -Contó con melancolía al tener presente a su madre y su padre en el relato- Así como ellos se unieron por amor, desearon para nosotros un futuro similar...

JungKook se permitió volver
a verle de soslayo, el timbre
dulce con gran pesadumbre al
pronunciar el final le retorció
un extraño sentimiento, como
si comprendiera con claridad
su aflicción y la sensibilidad
de su corazón al decir aquello.
Él no podía imaginar que un
día cualquiera por jugadas
desagradables el destino quitara de su camino a sus padres.

-Espero ser un buen Omega para
JiMin...

Yeonjun le sonrió al instante,
con mucha seguridad y ánimo le
respondió.

-Estoy seguro que así será,
JiMin ya hablaba maravillas
de ti desde que éramos pequeños
y tras estos meses conociéndote he visto en tia una persona confiable y bondadosa, es de esperarse que seáis felices juntos.

°•°•❄•°•°

Los rayos de sol rozaban el
cristal de los ventanales dando
la iluminación natural y cálida a
la familia Jeon, quienes estaban
empezando su desayuno algo
cabizbajos. El osezno de los
mayores tenía el estómago revuelto desde que abrió sus luceritos esa mañana, no tenía un apetito común como el resto de los días. Y aquel malestar perduraba cuando se sentó a desayunar con sus padres, el tenedor de plata movía los alimentos puestos en su plato y de tanto menear sin dar bocado, concedió la mirada de su madre sobre él.

-JungKookie, ¿te encuentras
bien? -La señora con unas cuantas
arrugas mostrándose en su cara
de refirió a su afligido rostro, su
esposo hizo recaer su atención
sobre el castañito Omega.

-No me encuentro muy bien... no
me apetece desayunar -Relamió sus finos labios subiendo por primera vez su mirada.

Los ojuelos brillantes del osito
habían cambiado, la señora Jeon
apreció el color sólido en sus iris
donde normalmente brillaban
chispas de vida ahora la penumbra reinaba.

-¿Quieres ir a dormir? Tal vez el
cambio de estación te ha sentado
mal, siempre te cuesta dejar la
primavera marchar...

JungKook dejó una suave y sincera sonrisa dibujarse en sus belfos, pero aquella mañana sentía que estaba siendo muy sincero en cuanto charlar con sus padres, por lo que apartando el plato de cerámica y dejando por fin el tenedor de lado, se dispuso a hablar con ambos.

-La primavera no me gusta
tanto, el polen y el calor no me
favorecen...

Su padre soltó una ligera carcajada pues más de una vez se les ha visto remojar al cachorro en el río para que se le pase la alergia.

-A ti sólo te gusta la primavera
porque JiMin se la vive
visitándote -Su madre nombró
al Alfa en un tono divertido, no
con intención de burlarse, sino
afirmando que la interacción entre ambos era más cuando llegaba la primavera.

-Nuestro osito siempre ha sido
amigo de JiMin, ahora no sé si
fue buena idea presentarlos cuando eran tan pero tan pequeñitos...

Recordó el mayor de los tres dando pequeños sorbos a su café.

-JungKook cargó a JiMin
cuando nació, veías allí a un osezno de dos añitos jugando con un bebé de semanas de nacido..

El castañito nombrado abrió sus
ojitos sorprendidos, era una de las
pocas veces que hablaban sobre la
infancia del osito en su presencia,
y sorprendentemente la madre de
JungKook no se mostraba molesta
por su amistad tan estrecha.

-Te molestabas mucho con
JiMin cuando se llevaba a JungKook -Dijo el señor Jeon deshaciendo un poco su sonrisa- Con lo felices que estaban jugando y divirtiéndose...

-He de confesar que me ponia un
tanto celosa dejar ir a mi cachorro
en primavera, yo solo quería pasar más tiempo con él.. -Removió su desayuno algo mnelancólica- Era tan pequeño que sentía que debía cuidarlo de todos y entre ellos estaba ese cachorro... siempre exigiendo atención, siempre distrayendo a mi osito..

-Los niños sólo querían jugar -El
mayor interrumpió.

Mientras la conversación fluía, el
menor sólo podía observar a su
madre con atención y serenidad,
escuchando sus palabras y
encajando aquellos momentos que decía entre sus recuerdos.

-JungKookie fue el único
cachorro que pude traer con vida a este mundo..

-Amor.. -el señor había borrado
totalmente la expresión de
antes, donde compartían buenos
momentos pasados, viendo a su
esposa mencionar aquello tan
doloros0 para ambos.

-¿Mamá?

La señora alzó la cabeza ya repleta de canas, una melancolía palpable vislumbrando su rostro.

-Te quejabas de mí porque te
prohibí ver a JiMin por un
tiempo, te denegué tu relación
todas las veces que me lo pediste y
siempre te enfadabas conmigo por el mismno asunto... Y-Yo sólo quería que mi único cachorro pasara tiempo conmigo, que además de madre... me viera como una persona en la que confiar...

Mientras hablaba dejaba ver una
sonrisa, porque a pesar de sus
palabras, recordaba a su pequeñiito bebé ser feliz aunque no fuera con ella.

-Me siento muy culpable por
impedir una amistad tan linda
-Prosiguió- me arrepiento mucho de lo que pasó cuando te Convertiste en Omega y si pudiera cambiar algo en todo esto... desearía haberte dado consejos cuando me los pediste... actuar como una madre y guiarte en el mundo que te rodea, ser un Omega aquí no implica ser inferior, JungKookie... Estoy
segura que este territorio será
próspero bajo tu mando, sé que
nada más empezar en tu cargo,
harás del bosque norte un lugar
maravilloso...

Su esposo tomó una servilleta
de tela para deshacerse de sus
lágrimas, ignorando el hecho de
ser el único con los sentimientos
sensibles, tanto así que la madre de JungKook y él mismo, se burlaron un poco por verle llorar a moco tendido.

-Y-Yo solo quiero que te cases con
JiMin y que me muestres una
camada de ositos antes de morir,
así me iré feliz a la tumba...

El señor Jeon sentenció lo útimo,
haciendo a los dos Jeon restantes
a sonreír divertidos ante sus
Ocurrencias en un tema delicado.

Pero todos estamos de acuerdo en
que seremos más felices si vemos
una camada de ositos y de conejitos de JiMin y de JungKook, ¿verdad que sí?

°•°•❄•°•°

-¿De verdad tu madre me acepta?
- JiMin preguntó al osito meloso
que comía fresas con miel sentado
en la raíz de un enorme árbol que
se encontraba en su parcela.

-Mamá dijo muchas cosas hace
una semana... pero sí, en pocas
palabras, dijo que podíamos
casarnos -Sus labios se alzaron en
un puchero al momento de decir lo demás- Papá dijo que tuviéramos una camada... -Sus espojoncitas mejillas se fueron encendiendo de un bonito y adorable color carmín.

JiMin giró rápidamente su
cabeza en su dirección abriendo
mucho sus ojuelos negros.

-¿Una camada?

El mayor evitó su mirada y dejó
las fresas y la miel a un costado,
poniéndose de pie le observó
caminar hacia él, esperando justo
el momento para retirar las solapas de su abrigo marrón.

-Tengamos una camada, Minie...
-Al extender su cobijo descubrió
su pancita aunque el frío le calara
los huesos, pues estaba invitando a su Alfa a mimarle y consentirle de forma más íntinma.

Y no pasaron muchos segundos
para ver al Alfa abrazar a su tierna pareja entre muchos besitos en sus coloreadas mejillas, así como de las risas que soltaba el más bajito al ser consentido de aquella forma por la persona que más amaba en aquel mundo. Ser así de libre como siempre había deseado, encontrarse totalmente ajeno a lo que era.

Porque siempre debía estar alerta
de posibles ojos espiándolos, ahora sencillamente podía darse el lujo de ser feliz con JiMin, con su Alfa mimoso e inocente que le amaba tanto como amaba la primavera.

Así como JungKook amaba
la hibernación y el invierno,
JiMin lo amaba a él con una
intensidad el doble de poderosa.

Porque para JiMin, la
primavera era lo más celestial
que podía existir, en esa época de
bellas flores y hermosos campos
coloreados, donde los ríos fluyen y el hielo se descongela, justo cuando el clima concede una tregua y los cachorros juegan.

También tenía una importancia
añadida a todo lo anterior.

En la primavera podía ver a JungKook, en la primavera podía estar con JungKook,.en la primavera podía darle
besitos a JungKook, y en esa
misma estación.. se enamoró
perdidamente de un cachorro
castaño de ojitos miel y de sonrisa
cuadrada, por lo que tenía mérito
adorar la primavera.

-Después de casarnos... -JiMin
murmuró restregando su nariz
entre los cabellos del Omega casi
dormido por sus caricias- Vamos a
tener nuestra camada...

-¿De ositos y de conejitos belier?

-De ositos y conejitos belier, mi
amor...














[Fin]

Al fin a terminado esta hermosa obra mis amores, espero les haya gustado^^✨
🐣💖🐰

Un dibujito del Jikook por último

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