(Lunes siguiente)

El castillo por fin había vuelto a la normalidad. Las rutinas ahora eran menos complicadas y mas silenciosas. Los últimos invitados a las celebraciones de coronación en partir abandonaron las tierra y puertos al principio de ese fin de semana.

En el estudio del rey los mas cercanos revisaban documentos, intentando ordenar todo lo que se había logrado en las negociaciones, aprovechando la presencia de todas esa gente importante al rededor de Europa.

Christopher dejando de lado unos pergaminos. Ya hastiado de tanta burocracia lleno un par de centímetros tres vasos de brandy y le alcanzo uno a Ackles y otro a Cavendish.

-suficiente... - les hablo tirándose el sitial. Sus amigos se miraron entre si y se inclinaron frente al rey golpeando sus vasos con el de Sworth.

Saborearon el marcado acento a roble y frutos rojos de ese exclusivo destilado... Sintieron el calor vigorizante bajar por sus gargantas. Aunque fue solo Christopher que lo bebió por completo antes de golpear el cristal en la mesa.

El imponente rubio de ojos celeste miro con esa seriedad aterradora a los guardias. Ambos entendieron que debían salir de la habitación.

-¿cual es el problema?- Mike le pregunto de inmediato al notar el movimiento.

- Necesito fuera de Cydonia a Lady Medianu...- respondió con una baja y tronante voz.

-¿A donde la envío?- contesto sin parecer estar sorprendido.

-Eso no me importa- respondió amargo. Luego sus dedos se movieron por su cuello jugando con la delicada cadena que Chérie le obsequio el día de la justa. La había conservado. Era la tradición si el ganaba el enfrentamiento. -Ella no va a ser feliz si la sirvienta permanece en el castillo.- se explico.

Al instante a Mike se le apretaron las costillas ¿De verdad estaba ahora pretendiendo recuperar su atención? .

- Voy a hacer lo necesario.- contesto Mike preguntándose que era lo correcto. Dudando de la seguridad de Chérie. Prefería tenerla cerca y vigilada... Pero no estaba en su poder.

-¿En que quedaron las averiguaciones?...- le hablo a Deán buscando su mirada. El capitán tuvo que hacer un esfuerzo para entender. Y Christopher nada de contento oscureció la mirada - las calumnias... Quien inicio las habladurías...- reprocho impaciente.

Ackles lo había olvidado. Pero no tardo en recordar. Porque lo que había escuchado en la cámara de tortura. No era nada de fácil de explicar. Una acusación directa a la familia de su hermano menor. Leonidas De Mier.

-el erudito asegura que fue De Mier...- respondió sin mucho animo.

Christopher abrió mucho los ojos. Esa era una muy delicada acusación... Era el embajador de Barcelona y un cercano a su casa.

Mike observo por un segundo a Dean en medio de un contenido asombro -¿y quien mas lo afirma?- pregunto de inmediato. Ya conocían. Podían recitar la ley... Artículo por articulo. Y necesitaba tres testigos. Tres.

-el cantinero... Pero antes de las celebraciones apareció degollado en su habitación...

-Barcelona siempre ha sido enemigo de Versalles y Bellerose- comento con cierta claridad Mike.

-Necesito pruebas. - insistió Christopher con esa temible expresión. Alguien se atrevió a asegurar que la princesa no era pura cuando la tomo como suya en su lecho. Alguien aseguró que era bruja... Y eso era una blasfemia prohibida en sus dominios. No iba a tolerar maltratos para la mujer escogida desde la cuna para el. Había preferido creer ciegamente en ella y los Reyes no se equivocaban. Entonces recordó sus palabras cuando disfrutaban del banquete... "Nunca sabemos que tan cerca esta la traición"... Chérie le había mencionado con esa encantadora sutileza. Y ahora se volvía a sentir como un imbécil.
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Dean entró a la habitación algo más que abrumado. Tanto que olvido ese gesto cariñoso acostumbrado. Kathleen lo observó por un momento -¿Cariño?- le hablo sin voz.

No era posible. Miro a su mujer y negó amargo. ¿Cómo iba a explicarle semejante situación? De Mier era primo de Steve y ahijado de la madre de Steve. Estaba conspirando contra Chérie. Y aunque no era obligado. El juro para sí mismo protegerla con su vida. A su pequeña hermana menor... Christopher contaba con el. La bella Eastland necesitaba de su sabiduría y rectitud. Ya era suficiente ese "pequeño detalle" del que se encargaría Mike esa misma noche. Aún no podía creer semejante irresponsabilidad de parte de su Señor para ahora sumar problemas que Chérie no merecía.
Dean ahora por primera vez envidiaba las atribuciones que su gran amigo poseía. Cavendish, no tenía que dar explicaciones al concejo si era una orden directa que afectará a la casa real. O más bien, nadie pondría en cuestionamiento su administración. Por algo era secretario y contralor de Cydonia. Era un puesto mucho menos peligroso y belicoso. Ambos recibían la misma cantidad de bonificaciones y Mike... Y no tenía familia a la que debiera proteger.

Kathleen se acercó con ese animo dulce y a la vez empalagoso... había imaginado que estaría menos tenso después de que terminaran las celebraciones. Pero ahora lucia peor. La princesa de Brie, prefirió ser indiferente a su rostro cansado. Ni imaginaba el caos mental de su marido. Beso sus labios. Esos días de inigualable clima la habían tenido muy inquieta... Sumándose a los bochornos propios de su estado de gravidez... Había sido una semana complicada. Dean se dormía de madrugada y se levantaba al amanecer... Ella espero paciente. Intentando comprender.

El capitán sintió inesperado la mano de la francesa moviéndola directa a su entrepierna. Empujándola con ganas.

-¡Mujer por favor!- reclamo cabreado.

-¡Capitán!- lo reprocho con esa expresión insana llena de deseo.

Dean bajo unos segundos la mirada. Intentando racionalizar. Refunfuñar. Su actitud era imperdonable. Bien lo sabía, era un hombre envidiado. Por su pueblo. Por la guardia real. Había escuchado muchos comentarios en al menos cinco dialectos diferentes y las felicitaciones pertinentes al dejar muy en claro que en su vientre germinaba su semilla. La magnífica hermana de la reina era suya y de nadie más.

Dean levantó la mirada. Esa mirada oscura

Antes de que ella se lo esperara. Nunca imaginó semejante situación. Dean dio vuelta a Kathleen apoyándola en la mesa. Y tironeo sus faldas de forma salvaje hasta lograr descubrir su entrepierna. No le dio tiempo de pensar. Solo la sujetó firme y se clavo en ella como un animal rabioso. El grito no se hizo esperar. No estaba del todo lista. Pero lo había estado deseando desde hacía días... -¡Dean por Jesucristo!- blasfemo sin contenerse. Ackles desgarro la costura de la blusa de la princesa. Devoro su hombro. Arrastro sus dientes sobre la perfumada piel de su Amada. Busco su boca y beso con hambre sus labios. Volvió a empujar intenso. Profundo. Haciéndose sentir. Moviéndose delicioso. Haciéndola gemir de placer. Sin permitirle más reclamos. Kathleen fue recostándose sobre la mesa dejándose poseer.
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A la media noche las figuras resguardadas por la penumbra se movieron sigilosas, intentando no llamar la atención. Una carroza esperaba silenciosa frente al campanario de la catedral. Mientras Chérie descansaba en su mullido y cálido lecho. Lady Elisa abandonaba el castillo custodiada celosamente por Mike Cavendish, Edward Nassau, James McAvoy y Steve Ackles. Con rumbo desconocido para el monarca, quien asomo su figura en medio de la penumbra para observar a esa mujer que fuera en otra época la consentida del mismo rey y el juguete favorito del príncipe de Cydonia, desaparecer del nuevo reino que se empeñaba en construir.

El cochero vio subir a la mujer, luego de que los hombres acomodaran en el porta equipaje sus pertenencias.

El secretario real dio la orden de partir. Negándose a escuchar las súplicas de la rubia que desesperada abogaba recordando aquel tiempo en que ella era la favorita y que imaginaba seguía siendo.
-Soy la única que puedo darle un heredero a Cydonia- insistió desesperada.

Los 4 escoltas del bastardo real intentaron no prestar atención. Aunque el argumento era latente. No era para ninguno desconocido. Ya había transcurrido toda una estación y no habían síntomas de que la reina pudiera está en estado de gestación... Mientras que el vientre de su hermana comenzaba a tomar una adorable forma.

Pero las sospechas no llegaban a tomar fuerza debido a las publicas muestras de "cariño" del monarca a su pequeña flor, que daban a entender a la corte, que al, menos todo estaba bien entre ellos.

Mike miró de reojo a Edward, esperando que todo siguiera según lo planeado. Con Leonidas aún en el castillo no le gustaba para nada la idea de abandonar su silenciosa vigilia a la torre norte. Aunque ese no era el peor de sus problemas. Christopher salió descalzo y en bata de su habitación... Golpeó la puerta adjunta, la alcoba de Tom Hiddleston... -Ve por Chérie. La quiero ahora- le ordenó impaciente. Con esa idea fija en su mente.

¿Quién sabia? El amanecer traería novedades...

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Owner & Lord vuelve la próxima semana.
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