16| Derribalo
Christopher cayo en su cama tiritando de rabia... ya no quedaba nada que tirar, patear y golpear. Entonces un angustiante grito sordo se apodero de su garganta. Desesperado se miro a si mismo. Intentando respirar y con las mejillas empapadas bajo su mano en dirección a su ingle. Masajeo su masculinidad buscando alguna reacción . Pero el mareo abombaba su cabeza. Mordió su labio con fuerza. Casi lo rompió y no hubo caso.
La hombría de Sworth había desaparecido... Esa madrugada cuando sus amigos lo interrumpieron para informarle que era el nuevo Rey. En Shock había vuelto a la cama, junto a su pequeña esperándolo, la que había estado entregándose y disfrutándolo por completo. Temblaba, tratando de reaccionar y no logro volver a ese momento lleno de lujuria. Desde entonces, no había forma de que se levantara... Estaba desesperado.
Y ese desplante con que Chérie lo abordo, por completo lista para la guerra, exigiendo a su hombre, cuando volvió a la fiesta después del banquete termino paralizandolo. La frustración de no poder ser el macho cabrio que acostumbraba y que ella estaba deseando lo hizo comportarse como un hijo de puta.
Lo tenia todo... pero no valía nada. ¿Como confesar esa terrible e imperdonable vergüenza? Era el Rey de Eastland y no podía sembrar su semilla... ni satisfacer a su mujer. "Sin herederos"... habían muchos a su alrededor que podrían osar reclamar el trono.
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[Lunes]
Era la hora de su habitual paseo por los jardines del castillo. Aunque se sintió invadida, por toda esa gente que de verdad no entendía por que estaba ahí, salvo para llenarse sus barrigas con las riquezas de la bella Cydonia. No le parecían mas que cerdos, vestidos lujosamente.
Chérie miro por su ventana angustiada. Esperando que en algún momento de la mañana pudiera reunirse con Dean y Edward. Ahora, mas que nunca necesitaba el sabio concejo de sus leales hermanos. Y de lo que llevaba de día, Mike aun no se acercaba a la torre norte.
Entonces decidió salir. No importaba donde, quizá se dirigiría al bosque, a ese claro que descubrió en su primera cabalgata con Christopher, cuando la fue a buscar al bajar del barco. Necesitaba aclarar sus ideas. Respirar. Les hizo una seña a Mila y a sus guardaespaldas para que se dispusieran a salir, al tiempo que tomaba su sombrilla a juego con ese vestido mucho menos exagerado que el de la noche anterior.
-Mi Señora Chérie...- Escucho la voz de Adam llamando su atención. No noto el silencio alrededor, ella solo se giro y vio a todos en medio de una marcada reverencia.
-Su Alteza...- Escucho la voz pastosa de Christopher, que la observaba en la entrada a su dormitorio.
-Su Majestad.- Contesto con idéntico modo en medio de una delicada reverencia. Serio. Y sin revelar ningún tipo de emoción.
Mike dos pasos mas atrás del Rey intento no llamar su atención.
-Olvidaste algunas cosas en la habitación...- no tardo en comentar. Era mas que incomodo el momento.
Mike se acerco a la joven Reina y le entrego en sus manos una caja que contenía la corona y las joyas a juego. Lo único que Chérie tenia de Christopher en ese momento era su anillo de matrimonio en su dedo.
-Quitate esa diadema y ese vestido por Jesucristo- Le ordeno sin paciencia.
La mirada de Chérie se volvió peligrosa y filosa. Irreverente, de haber sido menos cobarde o si no existiera su sentido común se hubiera desnudado frente a el de inmediato. Pero había demasiada gente.
-Sabes que durante las fiestas solo puedes llevar azul... Ahora esta es tu casa Chérie- continuo reprendiéndola
Mike no emitió palabra alguna. Solo observo por un segundo su cintillo de rubí que le daba un toque agregado de juventud junto a ese alegre vestido con detalles de flores de cerezo, con el se veia mas niña, por mucho que fuera una joya impagable incluso para algunos pequeños reinos independientes en Europa.
-Como usted desee su Majestad - Suspiro con la voz quebrada.
Christopher noto la entonación y se le apretó la garganta.
-Lady Isabey, Señor Levine, Señor McVoy, no pierdan de vista a la reina.- Les hablo brusco a los caballeros de Bellerose - No quiero especulaciones de por que te quedaste aquí encerrada- Continuo y luego se dio media vuelta para salir de los aposentos de la Reina.
Antes de que se perdiera por el pasillo la reina saco voz. -¿Mi Señor la Justa?- lo obligo a darse vuelta y no supo como, no sintió esos ligeros pasos de la jovencita, estaba a menos de un metro de distancia, con ese semblante infantil, expectante que lo desarmo en cosa de segundos.
-Mi palabra es ley preciosa...- Contesto sin medir su arrogancia. Clavando su mirada en la de ella.
La mirada de Chérie se lleno de brillitos estuvo a punto, se mordió la lengua queriendo saber si ya no estaba molesto con ella.
-¿Entonces puedo elegir el premio?- Insistió con esa dulzura que lo embriagaba.
-Lo que sea...- Respondió mas calmo - Mike y Dean están a tu servicio... No dudes en pedirles lo que desees- Le aclaro.
Mike al escucharlo apretó las mandíbulas y los ojos mirando hacia el suelo. El Rey de los idiotas ni se imaginaba lo que estaba ofreciendo. Si fuera otro ya hubiera aprovechado la oportunidad. Mientras les daba la espalda a ambos y ahora le parecía volver a escuchar ese jadeo desesperado de la media noche recién pasada y sentir el temblor de esa boquita dulce como las cerezas.
-Ahora todos van al parlamento- Le hablo suave casi sin voz.
-Por eso no quiero que estés sola... hay gente en la que no confió en el castillo.- Se explico y le dio esa mirada demandante a los cercanos de la joven francesa. Mila, James y Adam asintieron de inmediato.
-Después del parlamento... voy a estar en el bosque de los cerezos- Le comento con algo de nostalgia.
Christopher abrió mucho los ojos. -Después del almuerzo.- La corrigió luego de recordar esa estrepitosa carrera al castillo, el día en que la conoció. Dudo que sus hombres de confianza llegaran a encontrar ese lugar. -Mi pequeña flor te necesito a mi lado- Continuo con esa voz que vibraba en un estremecedor ronroneo. El Rey impulsivo tomo su mano y beso el anillo de zafiro. Luego volteo su mano y delicado beso su palma.
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[Martes medio día]
Desde el alba, el castillo por completo estaba revolucionado. A media mañana iniciaría la justa y los caballeros de todas las escoltas a los eventos de coronación habían inscrito su participación. Un evento imperdible. Engalanar a la joven Reina. Haciendo despliegue de sus mejores tácticas de gallardía.
-¿Lista mi Pequeña flor?...- le hablo de pronto en la entrada de su habitación tomándola por sorpresa. Ahí estaba Christopher esperándola. Ni se imagino que había estado observándola como terminaba de perfumarse. Y que se había regocijado con ese vestido azul que lucia con mas de relajo.
"Mi pequeña flor"... se repitió en su mente. - Mi Señor...- Exhalo sorprendida, haciendo la reverencia de rigor. Sworth no tuvo la intención de esperar. Parecía especialmente de buen humor esa mañana. Enredo sus dedos con los de ella tomando su mano y la saco del dormitorio.
-¡Christopher!- Reclamo cuando el comenzó a bajar apresurado las escaleras al primer piso. Para salir de una buena vez. Ella había levantado sus faldas y tuvo que aligerar los pasos para poder seguirlo en esa actitud precipitada. El séquito de Chérie los seguía unos metros mas atrás, el del Rey los esperaba en la entrada principal al castillo.
La corte completa y todos los invitados a los eventos observaron admirados, la forma en que Sworth llevaba a su mujer tomada, como dos adolescentes... campesinos... enamorados. Los cuchicheos se escucharon tras la obligada reverencia en cuanto se hicieron presentes en el campo especialmente habilitado.
Christopher subió primero los escalones en dirección al palco real techado, sin soltar su mano la ayudo a subir con galantería hasta su sitial especialmente dispuesto.
-Dime si no se ven maravillosos....- balbuceo Mila entre Chérie y Kathleen, clavando los ojos en Pietro y lo increíble que lucia ese traje imperial ruso.
Ya habían avanzado las competencias desde temprano, ellos solo se hacían presentes a medio día para los eventos principales.
-¿Elegiste el evento que vas a premiar?- Pregunto intrigado. Hasta el momento, se sabia que la joven reina bajaría del palco en el momento indicado de su propia elección. Pero no haba hecho comentario al respecto.
-Todo esta dispuesto mi Señor.- Suspiro y acaricio el torso de la mano de Sworth con ternura. El la miro con suspicacia. Ese misterio que emanaba de la reina y la complicidad de su séquito era intrigante... no quería pensar que mas bien peligrosa. Chérie inclino su rostro hacia abajo y solo levanto la mirada. -Tu palabra es mi garantía- Enfatizo.
-¿Mi Señora desea algo de comer... beber?- Le pregunto Monique con esa inusual sonrisa, esa mañana. Irradiaba luz.
-¿Mi Señor?... ¿Desea algo?- Chérie le hablo impresionada a Christopher. ¿Monique?¿Con ese humor? ¿Se había perdido de algo?... Luego recordó, lo ultimo que vio la noche del baile. Estaba bailando con Sam ¿A caso era posible?
-Riesling.- Contesto el Rey inexpresivo. Sin preocuparse del estado de euforia de la doncella, lo único que importaba era lo que estaba pasando con los caballeros.
-De inmediato mi Señor- Le hablo desde atrás Tom al ver a Mila mas preocupada del caballero ruso que de las necesidades de sus señores.
Christopher vio aquellos hombres acercarse apresurados a caballo.
-Mi Reina Chérie... Ganare el campeonato en su honor...- Mike le hablo seguro. Tanto, vestido con esa armadura de acero templado, oscuro, con detalles de bronce. Lucia tan imponente que le quito el aliento por unos segundos. Hubiera sido difícil disimular si no lo hubieran interrumpido abrupto.
-Mi Princesa Chérie Ganare la justa en su honor y en nombre de nuestra amada Bellerose...- rebatió en cosa de segundos el capitán de la guardia de Chérie en Francia.
-Mi querido Edward no dividas mi corazón entre la tierra en que nací y en la que vivo. Sabes bien que ambas son solo una...- Suspiro apretando la mano de su marido. Christopher le hizo un gesto de aprobación al entender que algo iba hacer.
Chérie tomo una de las cintas que en general usaba para amarrar su cabello y se levanto del palco acercándose al borde enrejado. -Tu lanza...- La solicito y amarro la cinta azul en su punta. -Por amor a nuestro señor Jesucristo no te hagas daño- le ordeno con algo de preocupación en su voz.
Mike observo a su Reina de corazones. Había preferido a Edward, que ya guiaba a su caballo a su lugar junto a los heraldos al principio del campo, orgulloso de que le hubiera concedido esa prenda, James y Adam Lo esperaban par a asistirlo.
-Señor Cavendish... ¿A donde va?.- le hablo la Reina con esa encantadora entonación dulce.
-A prepararme para mi combate Señora- Respondió tosco. Amargo. Como un niño frustrado. Sin intentar levantar su mirada, moviendo las riendas de su caballo para encaminarse.
-Mike...- Chérie insistió luego de ver esa mirada desconcertada de Christopher que no entendió esa actitud, interpretándola como una rabieta infantil. Mientras Mila, sobre entendió que era un descontrolado ataque de celos.
-Tu lanza...- le solicito la Reina deteniéndose frente al balcón del palco. Mike respiro profundo y levanto la punta de la gran vara. Estuvo a punto de temblarle el brazo cuando la vio amarrar su pañuelo en ella.
Mila sintió la garganta cerrarse al ver esa humilde reverencia del canciller de Eastland. Cuando la reina le concedió su bendición.
Christopher se levanto y se inclino acercándose al caballero, tomándolo de los hombros . - Derribalo.- Le ordeno con poca voz, clavando sus ojos en su hombre de confianza. Procurando que su mujer no lo escuchara. Pero con esa mirada filosa como navaja, sin disimular su ira. -Que el hijo de puta muerda el polvo.- No le había gustado nada ese desplante del primo de su mujer. No iba a tolerar esa clase de insolencia, aunque fuera un hombre de Dios.
Mike lo observo y asintió con indiferencia, fingiendo absoluto control ante la situación, como si de verdad no fuera importante. Para Cavendish no era necesario que se lo hubiera ordenado. Eso ya estaba decidido. Pero ese consentimiento del propio Rey mejoraba bastante el panorama. Entonces golpeo con ligereza el lomo de su caballo y lo obligo a moverse al lugar que le correspondía para esperar su turno.
Tom les alcanzo las dos copas con fresco vino blanco.
-Mi Señor...- Llamo su atención Lady Elisa acercándole un plato con higos al Rey.
-Muchas gracias Lady Medianu- Chérie tomo el plato antes de que Christopher lo recibiera.
Las miradas de Mila y Monique se clavaron en la doncella de la princesa Scarlett. -Eso no esta dentro de sus funciones...- Reclamo altiva Monique. Que no comenzara a tomarse atribuciones. No era su lugar en el palco. Olvidaba, Elisa seguía siendo la doncella de Scarlett, la princesa Sworth. Sin embargo, tal parecía, que la doncella de Kathleen iba mucho mas segura por la vida, ¿Era el efecto de Sam a caso? ¿Había sido finalmente posible ese pequeño milagro?
-Solo es una encantadora cortesía, ¿No es verdad Lady Elisa?- Chérie buscando evitar asperezas corrigió de inmediato a Monique.
La rubia intento sonreír ¿La reina maldita la había defendido?-Es sabido por toda la corte que nuestro Señor Christopher gusta mucho de los higos...- Se explico intentando mantener la calma. Fingiéndose dócil.
-Es una fruta exquisita.- Afirmo Chérie -Muchas gracias por el detalle- Insistió.
Elisa se alejo del palco. Estaba claro que no podía estar ahí. El rey ni si quera se había dignado a dirigirle la mirada. Ahora no estaba segura, ¿Los cercanos a la francesa ya le habrían informado de su estado de preñez? ¿Seria tan canalla para ahora negarla con descaro frente a toda la corte que guardaba el secreto a voces, de que antes de que llegara la princesa al castillo, habían sido amantes durante años?
Pero nadie tenia la completa atención de los nuevos Reyes. Dean se acerco a ellos en su caballo y ambos olvidaron de inmediato la impertinencia de Medianu - Mi Señora Chérie, permiso para finalizar la justa a caballo en su honor...- Le hablo fuerte y claro pero con una inigualable solemnidad. Toda la gente se detuvo en silencio.
-Concedido- Se sonrió la jovencita. Era el primero de los tres eventos y ya estaba deseando que iniciara el ultimo para premiar a los campeones.
Dean se dirigió a dar el pase para que la competencia continuara.
-¿Señor Hiddles quienes son los finalistas?- Le pregunto Chérie que vio desaparecer a casi todos sus amigos del palco.
-Sus favoritos su Alteza... ambos...- Respondió de inmediato. - Lord Nassau tiro de su caballo a Steve antes de que nos honraran con su presencia.- Comento. Había sido toda una sorpresa de ultimo minuto. Steve era el favorito de la corte para ganador (porque Dean no estaba participando)
-¿Steve esta bien?- Pregunto espantada. Sorprendida porque Dean no había hecho comentario alguno a cerca de su hermano. Pero era cosa de hombres. Estaban midiendo su valía.
-Solo quedo con el orgullo apaleado- Comento Scarlett con relajo. Ya sabia que pronto volvería al palco a terminar de disfrutar del final del evento.
-En Espada se van a enfrentar, Pietro y Dean...- Le hablo la princesa Sworth entusiasta a la Reina. Cherie y Mila se quedaron viendo preocupadas.
-¿Espada?- Reclamo Kathleen espantada no sabia, Dean no le comunico su decisión de participar.
-Son todos unos caballeros... Educados.- Intento calmarla Mila. Sabia que no era necesario hacer gala de la brutalidad en el evento. Si eran los finalistas, seguramente ya no corrían ninguno peligro alguno.
-Pietro... estoy segura, No va a tener la intención, ni motivos para dañar a Dean...- Afirmo Chérie distraída de lo que estaba pasando a su alrededor. Preocupada, no quería que su sobrino se quedara sin padre por un accidente estúpido - Es nuestro capitán... - Suspiro sin notar que los caballeros que se comprometieron su honor frente a ella ya habían iniciado la competencia. Los caballos ya iban a todo galope en la arena de la justa corriendo en dirección a su oponente mientras las lanzas se acercaban peligrosas Edward Contra Mike. Chérie no se dio cuenta del movimiento hasta que escucho el bufe de Christopher que se anticipaba al resultado. Las astillas de madera estallaron a la altura del corazón de Mike.
Kathleen, Mila y Monique saltaron en las graderías.
-Al menos bajo el visor.... Lo hizo.... por amor a Dios...- Balbuceo Mila espantada. Preocupada por su vista. Era una barbarie, una brutalidad.
-Mike va a estar bien.... va a estarlo....- Pensó Chérie angustiada por su primo mientras los jueces anunciaban que Edward había ganado el primer punto en su juego.
Minutos mas tarde el segundo punto lo volvió a ganar Edward... ahora a Mike solo a le quedaba una lanza. Ya sabia que se había arriesgado demasiado al permitirse perder esos dos puntos. Incluso escucho el gruñido del rey cuando volvió a pasar frente al palco para volverá su lugar en para iniciar el ultimo combate. Mike estaba mas que consciente. Sworth no estaba nada de contento. Y si perdía el campeonato, iba a ponerse imposible.
Los gritos de los campesinos en las graderías que estaban a pleno sol comenzaron a hacer claros..... -¡CAVENDISH....CAVENDISH..... CAVENDISH!!!.....- Chérie se giro en dirección a Mila al notar los bufes en apoyo a la casa Sworth-Solaire no se lo podía creer, estuvo a punto de ponerle los ojos en blanco y de pronto se encontró con su hermana observándola. por poco y no alcanzo a reprimir la mueca acusadora.
Edward y Mike ajustaron sus visores para concluir el enfrentamiento... El arbitro bajo la bandera de salida y Cavendish fijo su mirada en el punto donde atacaría sin contemplación al Frances.
Los caballos cabalgaron desbocados y en cuestión de segundos, Mike había golpeado con tal brutalidad el yelmo de Edward que perdió el control de las riendas al tiempo que la lanza explotaba en astillas y lo derribaba de su fino caballo azabache. El primo de Chérie cayo al menos a dos metros del animal de espalda y arrastrándose por el piso otro metro mas.
Christopher... Grito levantándose de su silla aplaudiendo y bufando. Dean... Steve, incluso Leonidas celebraban la hazaña que había sumado cinco puntos de un puro golpe, lo había vuelto campeón y había dejado sin caballo a su contrincante.
Mike se tiro abajo de su caballo, prácticamente corrió a ver si Edward se encontraba bien. Como todo un caballero. Porque eso era. Ya había cumplido su objetivo.
Mientras tanto, Edward no parecía reaccionar. James y Adam también corrieron a ver al capitán de Bellerose.
-¡Llevenlo con los eruditos!- Grito Mike en medio del campo de exhibición al notar que no reaccionaba. Los pajes montaron al Señor de Nassau en una especie de camilla y lo trasladaron a una carpa especialmente instalada a un costado de la arena.
-Chérie por el amor de Dios...- Sollozo alterada Kathleen...
-Mi Señora...-Se acerco de inmediato Monique y comenzó a abanicar, porque parecía que se iba a desvanecer.
-¡Traigan por el amor de dios algo de miel!- Ordeno Mila acercándose a Kathleen intentando escuchar sus latidos.. - Respira Kath... respira- Le hablo dulce. No tenia ánimos de volver a cuidar enfermos mientras todos se divertían.
Chérie también, solo intentaba respirar. Viendo a Mike sin su casco observando como se llevaban a su contrincante a evaluarlo por los eruditos. Preguntándose, si Christopher alcanzaba a entender la gravedad del asunto. Si Edward fallecía, (no tenia idea que clase de golpe se había dado) la joven Reina se iba a quedar sin consejero, confesor. En batalla, eso quedaba solo en manos de Dios.... (No había scanner... penicilina, cirugías para hemorragias internas... no había nada)
Ahí estaba la joven reina aferrándose al pilar, intentando mantener la compostura, ella no tenia permitido deshacerse en llanto en publico. Mike sintió la mirada de Cherie sobre él y se giro hacia el palco. No necesitaba escuchar lo que la francesa estaba sintiendo. Porque esa jovencita ni siquiera estaba prestando atención a su hermana.
-Pudo Ser mi Señor...- escucho una voz en su mente, de pronto todo se llenaba de luz blanca, ¿Mike sobre el piso sin reacción? La idea la ensordeció con un agudo sonido en sus oídos....
-¡MI SEÑORA!- Alcanzo a gritar Cavendish dando una inútil carrera porque desde esa posición no la iba a alcanzar. Chérie cayo inconsciente en los brazos de Sworth, la alcanzo a sostener reaccionando. Se escucho el agudo grito de Kathleen ahora asustada por su hermana. Ya se estaba recuperando gracias a la pronta acción de Mila.
Christopher rugió espantado y sin espera se empezó a mover por el palco, con la urgencia de llegar pronto al castillo. No se iba a dedicar a tener cuidado. Dispuesto a atropellar a quien fuera. Ensimismado en su miedo, de la única forma en que podía controlarlo. Era sostenerla retenerla entre sus brazos...
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Mercy | MUSE
https://youtu.be/4cQDUMLonLw
subtitulos
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°Christopher y Cherie tienen problemas mas grandes de lo que pensábamos... ¡Esto se complico!
Owner & Lord continua el próximo jueves.
Gracias por sus votos y comentarios
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