🔞 (es casi nada pero por si acaso aviso)
─Que idiota sos.
Bien, la poca dignidad que le quedaba a Jungkook comenzaba a ser pisoteada sin piedad por su lindo guardaespaldas.
El CEO seguía en silenció mientras Jimin lo miraba con una media sonrisa burlona.
Se encontraban ambos en la mansión del multimillonario, mientras que Oreo por otro lado estaba muy ocupada en el patio teniendo una pelea épica con una rana.
Pero ese no era el punto.
El punto era que Jungkook lo sabía. Si. Sabía a la perfección que es un idiota demasiado importante.
Y es que se había prometido a sí mismo hacerse el difícil y dejar de insistir pero seguía haciendo todo lo contrario.
Seguía insistiendo, seguía cediendo ante cualquier contacto con Jimin.
Una sola mirada de Park Jimin bastaba para ponerlo de rodillas.
Estaba realmente jodido.
Jungkook no responde al insulto de su guardaespaldas. Simplemente se queda sentado en el sofá, con sus piernas cruzadas una sobre la otra, una sus manos despeinando cuidadosamente su cabello. Sus ojos fijos en el cuerpo de su empleado.
Estaba pensando. Pensando en que mierda hacer para que el chico se enamore tanto como él se había enamorado.
Y es que para este punto ya estaba desesperado. Lo había intentado todo. Nada funcionaba.
Park Jimin seguía sin caer ante sus encantos y Jungkook no entendía la razón.
Él tenía muchos encantos.
Estaba bueno, multimillonario, divertido, relajado, ni un poco celoso, bueno tal vez un poco si, inteligente, responsable. Maduro.
¿Qué es lo que le faltaba para ser el hombre ideal?
Exacto. Nada. Absolutamente nada.
─¿Qué es lo que no tengo, Jimin?
Le pregunta directamente causando que el chico levanta una ceja confundido.
─¿A qué te referís?
Pregunta el guardaespaldas observando como su jefe se para del sofá y se acerca a él con una expresión intimidante. Sus facciones tan marcadas y su mirada tan intensa lograban que sus piernas tiemblen y todos los pelos de su cuerpo se pongan de punta.
Los pasos del CEO se detienen a solo centímetros de él. Sus cuerpos rozan con él del contrario. Y sus ojos parecen estar librando una guerra que ninguno de los dos piensa perder.
─Lo tengo todo, Jimin. Todo menos a vos. Y vos sos lo único que quiero.
Una media sonrisa apareció en el rostro del guardaespaldas al sentir el tacto de la mano de su jefe sobre su rostro. Las yemas de esos dedos acariciaban su cuello y mandíbula haciéndolo suspirar.
Y honestamente no sabía cuanto más iba a aguantar.
─Decime, Jimin ¿Qué tengo que hacer para tenerte?
La casa queda un silenció absoluto. Apenas y se pueden escuchar las respiraciones agitadas de los hombres en la sala.
Jimin analiza la mirada de Jungkook con tranquilidad y encuentra justo lo que estaba buscando. Honestidad y deseo.
Sus dos cosas favoritas.
─No soy tu juguete, Jeon. Nunca voy a pertenecerte así que ni lo intentes.
─Jimi-
─Pero tal vez algunos de los latidos de mi corazón si son completamente tuyos.
Y eso es todo lo que Jungkook necesita escuchar para capturar los labios de Jimin con desesperación.
Sus cuerpos parecen pegarse como imanes. Sus manos recorren al contrario sin un poco de autocontrol.
El deseo se apodera de ambos casi al instante.
Y el primer movimiento desesperado por contacto es de parte de Jimin, quien con una facilidad increíble logra deshacerse de la camiseta de Jungkook. Las pequeñas manos del guardaespaldas empujan el cuerpo de su jefe al sofá y sin darle tiempo a nada se sienta sobre sus muslos comenzando un nuevo beso desenfrenado.
El sonido de sus bocas luchando con la del contrario es lo único que se escucha en la habitación junto a los jadeos necesitados de ambos.
Los abdominales marcados del CEO son apreciados y acariciados por su guardaespaldas. Su cuerpo es completamente estimulado por los movimientos provocativos de las caderas del rubio.
Jungkook sentía que podía perder el poco control que le quedaba en cualquier instante.
Y es entonces que decide hacerse con el control de la situación. Sus manos toman con fuerza la cadera de Jimin y lo aprieta aún más a su cuerpo. Su dedos juegan con la tela fina de la camisa del rubio para finalmente arracarsela. Su atención termina puesta en los pantalones de su guardaespaldas. Pantalones que empieza a desabrochar con una lentitud tortuosa.
Y ambos están tan perdidos en el cuerpo del contrario y la necesidad que les recorre el cuerpo de pies a cabeza, que son completamente incapaces de escuchar sus celulares sonando una y otra vez.
Pero sus manos estaba demasiado ocupadas descubriendo hasta los lugares más difíciles de alcanzar del contrario. Sus bocas estaban demasiado ocupadas librando una batalla sin tregua con el contrario.
Y es cuando ambos están completamente desnudos, entregados al placer. Cuando las gargantas de ambos arden por gemir debido al contrario. Es entonces y solo entonces que...
Oreo se digna a entrar en la mansión nuevamente. Una sonrisa victoriosa se dibuja en la su rostro y el cadáver de una rana se encuentra patas para arriba en el patio.
Y es entonces que algunos sonidos extraños llegan a ella. Y es entonces que ve a sus sugar daddy muy abrazaditos en el sillón mientras ambos actúan de un forma extraña.
Pero eso no le importo. Digo. Son humanos. Los humanos son raros. Y ella no tenía tiempo para lidiar con humanos. No cuándo el teléfono de su dueño sonaba una y otra vez sobre la mesita de café de la sala de estar.
Con toda su intelectualidad, Oreo se subió en la mesa de café y con su pico logro responder la llamada.
─¡JIMIN LA CONCHA DE TU HERMANA SECUESTRARON A YOONGI Y NAM!
El grito de Taehyung no fue lo suficientemente alto como para lograr llamar la atención de los humanos que hacían cosas raras sobre el sofá.
─Cuak
Oreo deja de ser tan intelectual xfa
─¡¿OREO?!
Pregunto Taehyung sin poder creer que la gansa había contestado su llamado.
─Cuak
Repitió Oreo con los sonidos extraños de los humanos de fondo.
─Esos...¿Son gemidos?
Taehyung estaba confundido y no sabía si concentrarse en el hecho de que el chico que lo tiene completamente enamorado estaba secuestrado junto a su amigo o en el hecho de una gansa había contestado su llamada y ahora estaba teniendo una conversación con ella.
─Cuak
Oreo dominación mundial.
─Oreo, escuchame. Necesito que el hijo de puta de tu dueño CONTESTE MI MALDITA LLAMADA Y DEJE DE COGER CON NUESTRO PUTO JEFE
Taehyung comenzaba a perder la paciencia.
─Cuak
Oreo, quien parecía haber entendido las palabras de Tae a la perfección, giro su rostro en dirección a su dueño. No se asusto. Ya lo había visto desnudo antes. Así que simplemente se bajo de la mesita de café con toda la tranquilidad del mundo. Dio unos pasos hasta posicionarse justo debajo de su dueño y salto logrando agarrar con su pico la nalga izquierda de su dueño.
─¡AAAAAAAAAH!
Eso no fue un gemido. Fue un grito de dolor puro.
─¿Estas bien? ¿Qué paso?
Le pregunto Jungkook tomando su rostro preocupado.
La palidez en el rostro de Jimin le hacía saber que algo malo había pasado.
─Algo...algo me mordió el culo.
Y fue entonces que con toda la preocupación del mundo, Jungkook asomo su cabeza y vio a Oreo extrañamente colgada de la nalga de su amado prometido.
─¡OREO QUE HACES!
Le grito causando que la gansa se suelte y los mire sin expresión alguna.
─¡CUACK!
Grito la gansa y Taehyung, quien estaba en espera de alguna señal de la jefa entendió todo. Era su momento.
─¡SECUESTRARON A MI GIGI Y A NAMJOON, JIMIN NO SABEMOS QUE HACER DALE AYUDA FORRO!
Y eso fue suficiente para que Jimin se pare de su lugar completamente aturdido.
─¡¿CÓMO QUE LOS SECUESTRARON?!
Grito sobando su nalga izquierda con una de sus manos. Bien. Ahora le dolía. Y eso solo significaba una cosa.
Algo demasiado malo estaba pasando justo ahora.
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Buenooo en unos minutos subo el siguiente de hoy 👀💛
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