xiii
1/4
─¿Cuántas botellas de vodka guardaste?─Pregunta Jungkook en dirección a Sun mientras guarda algunos de sus libros favoritos en una caja
─Siete─Respode Sun con tranquilidad─Una para cada día de la samana─Agrego completamente orgullosa de las palabdas que salian de su boca
Jungkook escucho la respuesta de su guardaespalda y amiga pero sus ojos estaba fijos en Jimin. No podía apartar su mirada del chico.
Y él lo sabía, sabia que el chico era completamente consciente de que lo estaba mirando, y por esa misma razón tenía esa sonrisa de burla dibujada en el rostro.
Si. Porque mientras todos en ese gran departamento se dedicaban a empacar las cosas importantes de Jungkook, Jimin simplemnte se había quedado recostado en el sofá. Sus brazos cruzados detrás de su cabeza le funcionaban como almohada y sus piernas cruzadas una sobre la otra lograban que el pantalón ajustado resalte aún más las increíbles piernas del chico.
Los ojos de Jungkook no podían apartarse del cuerpo de Jimin, tal vez por el hecho de que el chico estaba holgazaneando épicamente sin que nadie le diga nada porque para ser realistas todos sus compañeros le tenían miedo. O tal vez porque su nuevo guardaespaldas personal tenía un cuerpo de infarto, sus piernas apetecibles, sus caderas bien marcadas, ese increíble trasero, su pequeña cintura y para coronar ese rostro que parece haber sido tallado en el puto olimpo con el pene de un Pegaso.
Y Jungkook estaba orgulloso de su vida sexual, el no tenía ataduras de ningún tipo, si una persona le resultaba hermosa pues simplemente coqueteaba y la mayoría de las veces acpababan en la cama. Desde figuras publicas, a idols y personas con una vida normal, Jungkook había salido con toda clase de personas. Y aún así él sabía que sería un especie de crimen comparar a algunos de esos mortales con el dios griego recostado frente a él.
Park Jimin estaba a otro nivel.
─¿Queres una foto también?─La repentina pregunta de Jimin causa que todo el bullicio que se escuchaba ante tan solo instantes se detenga por completo.
Todos en la sala habían detenido sus acciones para mirarlo.
Hoseok y Namjoon que fingían estar ayudando pero la realidad era que solo estaban demasiado ocupados jugando a trazar lineas imaginarias en la palma de las manos del contrario.
Seokjin por otro lado guardaba platos y vasos mientras de reojo observaba como Sun guardaba botellas una tras otra, pero cuando a la chica se le ocurría levantar la mirada el boludito le gruñía como si fuese un perro. Aaaah Sun sabía que tarde o temprano se iba a terminar agarrando a las piñas con el pibe. A ella nadie le gruñia.
Luego estaba Eun, ella no podía creer que la habían puesto a sellar las cajas mientras San y Woo se encargaban de ir dejándolas fuera del departamento. La mujer ya estaba comenzando a arrepentirse de haber venido.
Finalmente Yoongi y Taehyung se encontraban apartados de todos en la habitación de Jungkook. Un silenció los recorría a ambos por completo, porque por una parte Yoongi ya había dicho todo lo que tenía por decirle al chico frente a él. Pero por otra parte Taehyung no era capaz de decirle una sola a Yoon. Sin embargo no era un silenció incomodo, ambos guardaban cosas en la valija sin siquiera mirar al contrario.
Pero ahora, justo ahora todos habían detenido sus movimientos y miraban a Jimin, incluso Yoongi y Tae habían asomado sus cabezas por la puerta de la habitación para ver que pasaba, y la imagen era demasiado tierna tan tierna que Sun casi grita. Porque mientras Yoongi estaba levemente asomado por la puerta, Taehyung tenía medio cuerpo fuera de esta mientras una de sus manos descansaba en la cabeza del pálido. Y la diferencia de altura solo hacía que el ataque de ternura sea mil veces más potente.
─¿Con quién hablas?─ Pregunto Jin harto del silenció mientras miraba la sonrisa escalofriante en el rostro de la muchacha frente a él. Dios quería revolearle con Oreo por la cabeza, ni él sabía porque lo irritaba tanto.
─Con el CEO que me esta mirando como si me quisiera saltar encima─ Respondió Jimin con indiferencia mientras se enderezaba en el sofá para finalmente quedar sentado con su rostro en dirección a Jungkook.
Internamente el CEO se autoinsultaba por haber sido descubierto, pero tampoco era como si le importara demasiado. Y es que para ser sinceros no es como si hubiese hecho un gran esfuerzo por no haber sido descubierto. Simplemente se había parado en el medio de la sala como un gran cartel y había clavado sus dos lindos ojitos en rubio mientras lo escaneaba de arriba a bajo sin perderse un solo detalle.
Y Jimin obviamente se había dado cuenta y tal vez fue por ese motivo que en más de una ocasión hizo movimientos completamente innecesarios que el sabía a la perfección que lo hacían ver aún más sensual de lo que ya era. Nunca había jugado con un jefe pero siempre hay una primera vez para todo. Y algo le decía a Jimin que iba a ser muy divertido tentar hombre frente a él.
Todos se habían quedado en un silencio sepulcral nuevamente esperando alguna respuesta de Jungkook que solo se había dedicado a sostenerle la mirada a Jimin sin apartar los ojos ni un segundo. Y en secreto estaba siendo admirado por Taehyung porque él jamás podría sostenerle la mirada a su amigo, era la única persona capaz de intimidarlo, aparte de Yoongi, aunque eran por razones completamente diferentes.
─Expusido─ Fue lo único que dijo Jungkook en respuesta con una dulce sonrisa en el rostro que logro que Park levante una de sus cejas irritado.
No sabía si concentrarse en la sonrisa de su jefe o en el hecho de que había dicho expusido en vez de exhibido. Pero por algún motivo no le resultaba extraño y hasta le gustaba más como sonaba la palabra expusido. Porque vamos ¿Quién usa la palabra exhibido? Que paja man.
─Suerte que no sos una especie de Matilda porque siento que si no ya me habrías desnudado con tu mente─ Se burlo Jimin parándose de su lugar mientras se estiraba un poco levantando sin querer su camiseta mostrando su abdomen marcado y tatuado. Y bien tal vez lo hacía apropósito y todos en esa habitación lo sabían pero se hacían los que no.
─Si bueno, avisame cuando y te desnudo con mi manos─ Se limitó a responder Jungkook dando pasos en dirección a su guardaespalda hasta quedar frente a frente con él.
Le encantaba el hecho de que lo miraba fijamente sin necesidad de posar una falsa sonrisa en el rostro. Sin ocultar segundas intenciones. Le encantaba el hecho de que lo mire a los ojos con tanta seguridad.
─Dale, vos avísame cuando salchichita deje de tener frió y muestre su verdadero "yo"─ Contraatacó Jimin causando que una carcajada se escape del cuerpo de Jungkook y se acerque a solo centímetros del rostro del rubio.
Sus labios terminaron en la oreja del chico y todos los miraban completamente congelados en sus lugares. Realmente se habían puesto a coquetear descaradamente frente a ellos como si fueran los únicos en la habitación. Nadie se atrevía a decir nada, pero al mismo tiempo nadie apartaba la mirada de los dos hombres. Y es que estaba intensa la cosa.
─Créeme, esta ansiosa por mostrarte su verdadera forma─ El susurro de Jungkook fue tan bajo que él único capa de escucharlo fue Jimin quien simplemente soltó una risa sarcastica para mirar a su jefe a los ojos.
Y una vez más sus narices chocaban entre si mientras sus labios llegaban a rozarse tan levemente que en cualquier momento podrían separarse o unirse. Nadie lo sabía.
─Avisale que no sea tímida, no muerdo salvo que me lo pidan─ Las palabras de Jimin abandonan sus labios que con cada sílaba dicha rozan levemente con los de Jungkook siendo capaz de arrancarle más de un suspiro.
El rubio se aleja levemente con una sonrisa triunfal en el rostro para luego dirigirse a Sun y Seokjin para ayudar a terminar de empacar las cosas de la cocina.
─No se vale, no escuche lo último─Pronunció Namjoon cruzándose de brazos completamente decepcionado. Estaba haciendo un berrinche que fue ignorado por todos menos por su novio que se dedico a dejar besitos en su mejilla sacándole una sonrisita de idiota enamorado.
Eun miraba a Jungkook sin poder creerselo ¿Enserio acababa de coquetear descaradamente con su nuevo guardaespaldas? ¿Eso realmente acababa de pasar? En su mente inventaba mil formas de asesinatos nuevas para aplicar en su jefe.
─Sun─La voz de Jungkook llamando a la chica logro que varias miradas caigan sobre él nuevamente. Pero no la de Jimin, y el hecho de observar la nuca del rubio mientras este guardaba algunas cosas solo logro que una sonrisa se forme en su rostro
─¿Qué o qué?─Pregunto la mencionada mirando con curiosidad a su jefe y amigo.
─Empaca siete botellas más de vodka─ Pidió con tranquilidad causando que la chica lo mire un poco sorprendida─Las voy a necesitar─ Añadió volviendo a fijar sus ojos en el cuerpo de Jimin.
Y por primera vez se dio cuenta de que tal vez apartar los ojos de su nuevo juguete iba a ser más complicado de lo usual.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro