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Jimin se encontraba en un dilema.
Manejaba su Mercedes con intranquilidad e incomodidad. Quería pegar un volantazo, dar la vuelta e irse por donde había venido. Y ese sentimiento se hizo aún más grande en cuanto a solo una calle de él apareció el gran y exclusivo edificio donde vive su jefe.
Su cerebro le decía que siga adelante. Que debía hacerlo para no quedar pobre de nuevo. Pero su nalga izquierda picando sin piedad alguna le gritaba a los cuatro vientos que tenía que salir corriendo de ahí ahora mismo.
Pero Jimin sabía que no estaba en posición de escuchar a su nalga. No cuando sus cinco amigos dependían de él. Y tal vez de los robos virtuales de Yoongi, pero más de él.
Aún recuerda a la perfección como fue que conoció a cada miembro de VON y probablemente nunca lo olvide. Porque cada integrante se había convertido en una parte importante de su familia. Su única familia.
Y si tenía que soportar a un estúpido jefe que seguramente se iba a divertir demasiado usándolo de juguete, para que su familia tenga todo lo que necesita, entonces lo iba a hacer .
Con eso en mente y sin dudarlo ni un segundo más entro en el estacionamiento subterráneo del edificio y luego de estacionar el auto en el lugar que su jefe le había indicado se dirigió al ascensor presionando el piso número treinta y tres.
Y durante el aburrido viaje de ascensor el cerebro de Jimin se ocupo de brindarle un montón de posibles escenarios con los que de encontraría al llegar al departamento del CEO.
¿Lo iba a usar como su mucama? ¿Acaso tenía planeado descargar su ira en él? ¿Tal vez humillarlo?
Pero no. Jimin estaba muy equivocado.
Porque en cuanto las puertas del ascensor se abrieron se encontró a su jefe parado en la puerta de su departamento. Su camisa blanca lograba hacer sus músculos resaltar y esos tres botones desabrochados en su cuello más las mangas arremangadas hasta el codo. Jimin lo supo.
A partir de hoy se había convertido en el protagonista de Cincuenta Sombras de Grey versión gay.
Park Jimin Anastacio.
Sus ojos se clavaron en la mirada se su jefe que lo miraba con diversión.
─Definitivamente la puntualidad no es lo tuyo─Pronunció el CEO con burla soltando una pequeña y casi imperceptible carcajada.
─Es viernes a la noche. Había trafico─Se limita a responder Jimin caminando con tranquilidad hacía su jefe.
─¿Vodka?─Pregunta Jungkook levantando uno de sus brazos, mostrando la gran botella de alcohol en su mano.
─Si. Tengo la sensación de que lo voy a necesitar─ Es lo último que dice para finalmente entrar en el gran departamento de su jefe.
Jungkook se dedica a seguir con una sonrisa al chico que había entrado en el lugar como si fuese su casa.
No iba a mentir. Park Jimin le fascinaba. Nunca se había reído tanto debido a una persona. Y es cada día el rubio lograba sacarle más de una carcajada. Pero la mejor sin dudas fue cuando lo escucho hablando solo en el pasillo sobre lo que debía hacer para ser despedido. Por ese motivo Jungkook siempre lograba esquivar las maldades del chico y con un pequeño movimiento "accidental" lograba que su guardaespaldas tenga de su propia medicina.
Jungkook había encontrado a su nuevo juguete favorito.
Pero él sabía a la perfección que esa diversión no iba a durar para siempre. Y por ese preciso motivo dentro de seis meses va a despedir al chico con la esperanza de que un juguete mucho mejor aparezca. Esa es la forma en la que vivió toda su vida y no tenía intención alguna de cambiarla.
─¿Entonces? ¿Para qué me querías aca?─Pregunto Jimin yendo directamente al grano. No le importaba un carajo que su jefe quisiera hacerse el misterioso. Solo quería que esos seis malditos meses pasen lo más rápido posible. Solo eso.
─Voy a ser directo─Pronuncia Jungkook. Pero no dice nada más. Se queda en silenció esperando alguna reacción del chico sentado frente a él con una botella de vodka puro en la mano.
Y la verdad le sorprende que tome tan tranquilamente del pico de la botella. Ni él de atrevió a tanto.
─¿Sabes? El hecho de que te quedes en silenció no es muy directo que digamos─Se burla Jimin volviendo a llevar la botella a sus labios. El CEO se dio cuenta de que la botella ya tenía menos de la mitad y hace tan solo unos minutos estaba llena.
─Me dijeron paki─Dijo Jungkook con seriedad tratando de ignorar el hecho de que su guardaespaldas pasa el vodka como si fuese agua. Tremendo.
Igual eso no le molestaba. Lo que le molestaba es que el rubio había acaparado la botella y en cualquier momento se la iba a terminar sin darle siquiera un sorbo.
─¿Y qué?─Pregunta Jimin confundido
Sin decir nada Jungkook toma el sobre que le fue enviado a la oficina hace poco más de una semana y se lo da a su guardaespaldas quién lo abre y saca el papel dentro de este.
Y entonces lo vio. La palabra Paki formada con letras recortadas de la revista genios. Era tiernamente escalofriante.
─Estoy siendo amenazado─Las palabras de Jungkook retumban en todo la sala en la cual se había formado un silenció abrumador.
Al ver que su guardaespaldas se había quedado congelado observando el papel decidió que era un buen momento para quitarle la botella pero en cuanto lo intento recibió un golpe en la mano y la mirada inquisidora del rubio sobre él.
─Mía─Fue lo único que dijo para volver a llevar la botella a su boca mientras sus ojos se fijan en el papel en su mano─Bueno...tengo que admitir que si yo fuera vos también estaría asustado─Admitió Jimin dejando el papel sobre la mesa.
─¿Verdad? Ya no se que hacer y cuando recibí esa carta casi me cago encima y no estoy exagerando─El rubio asiente entendiendo por completo las palabras de su jefe.
Y es que una persona que usa como amenaza la palabra paki es definitivamente MUY peligrosa. Merece la cárcel de una. No hay dudas.
─Bien. Ahora entiendo la situación. Yo voy a protegerte, Jungkook. Pero que sepas que seguís cayéndome como el orto─Las palabras de Jimin lograron tocar él corazón del CEO que se paro en su lugar mientras lo miraba con ojitos brillantes.
─Eso...es lo más hermosos que me dijeron en toda mi vida─Dice con una sonrisa de emoción en el rostro
─¿Enserio?─Pregunto Jimin sin creerselo recibiendo un asentimiento por parte de su jefe─ Eso es triste
─¿Por qu-
Pero la pregunta de Jungkook fue interrumpida por el sonido de un papel deslizándose por el piso.
La mirada de ambos recayó sobre la carta que ahora se encontraba sobre el piso justo enfrente a la puerta. Jungkook corrió hasta esconderse detrás de Jimin quién sin dudarlo se acerco a la carta para abrirla.
Y al sacar y leer el papel que contenía su rostro se desfiguró escuchando un ruido sordo detrás suyo.
Jungkook se había desmayado del susto y sus pantalones mojados indicaban que tal vez y solo tal vez se había hecho pis encima.
Ignorando el cuerpo inconsciente y meado de su jefe, Jimim volvió a posar sus ojos sobre el papel entre sus manos.
Releía el mensaje una y otra vez. Bien. Esto era mucho más serio de lo que había imaginado. Debía avisarle a sus compañeros que estén alertas. Tal vez VON se había encontrado con el mayor desafió desafiante hasta la fecha.
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Hasta aca por hoy MAÑANA PROMETO ACTUALIZAR SI O SI porque no quiero atrasarme con la historia.
Tkm very muchou hasta mañana💛
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