[Capítulo 6] - 'Tonterías'.
Habían pasado días, y Mikaela no le dedicaba palabra alguna. Fue allí cuando se dio cuenta que de verdad había metido la pata.
Dejaba montones de mensajes por WhatsApp, millones de audios y centenas de llamadas, pero ninguna de las tres cosas era contestada. Los dolorosos vistos se le clavaban en el pecho como dagas.
— ¿Por qué hice esto? —se lamentaba—. Se supone que Mika es mi mejor amigo... ¡Agh!
Se revolcó en la cama, girando de un lado para otro, y sin poder evitar pensar que era un idiota.
-°-°-
Al día siguiente, "despertó" con unas grandes ojeras, ya que, en realidad no había dormido nada. Pasó toda la noche pensando en lo que pasaría, y que Mikaela lo odiaba de verdad por lo que había hecho —incluso lo bloqueó en toda red social existente, desde Facebook hasta LINE.
Llegó hacia su casillero, y se dispuso a abrirlo. Pero algo andaba mal. Probó un par de veces, y no abría. ¿Qué sucede? se preguntó. Volvió a intentar, no abría. Entonces esperó a que el rubio llegara y le ofreciera una explicación, si es que tenía algo que ver con eso.
— Mika —murmuró—, ¿qué pasa aquí?
— Oh, cierto. Olvidé decírtelo —habló el de ojos azules—, pero ahora ese casillero no te pertenece.
— ¿...Y de quién es? —preguntó Amane, confundido.
— ¡Mikaela-san! —En ese momento, la agitada Shinoa corría por el pasillo. Se detuvo junto a Yūichirō—. Olvidé lo del casillero... —dijo, cansada.
Yuu entendió de forma automática de quién era el casillero ahora. Y también supo de Shindō de verdad lo odiaba.
— Y... ¿cuál será mi casillero ahora?
— Oh, el mío —dijo la de cabello morado—. Allí, junto a Mitsu-chan —señaló a una rubia que recogía sus cosas.
El azabache sólo asintió, y caminó hacia su nuevo casillero.
— Oye, Mikaela-san... ¿No crees que fuiste muy cruel con él?
— Lo dudo —murmuró el vampiro—. Yuu-ch— Es difícil que Yuu se ponga triste.
— Oh...
Shinoa volteó la cabeza para ver al muchacho de ojos verdes, que le dedicó una pequeña sonrisa a su amiga Mitsuba. Notó que era forzada, y se preocupó por el muchacho. Ella sabía que Mikaela y Yūichirō eran grandes amigos, seguía sin creer que estuvieran peleados.
-°-°-
No podía evitar bostezar. El sueño invadía cada parte de su cuerpo, hasta las más pequeñas. No quería oír más clases, estaba cansado, como si hubiera corrido una larga maratón de diez kilómetros. Además, Mikaela seguía sin mirarlo o decirle algo. Se sentía mal, muy mal.
Después de unos dos siglos según él, la campana sonó y fue libre al fin.
Recogió rápido sus cosas, para poder retirarse lo antes posible. En ese momento un fuerte dolor de cabeza se había apoderado de él, y ya no podía seguir así; sentía que en cualquier momento le ocurriría algo malo.
Entonces, Shinoa se interpuso en su camino.
— ¿Pasa algo? —preguntó, sin ganas.
— Pues... ¿Estás bien, Yuu-san? Es decir... No te veo muy bien —murmuró ella, mirando al suelo.
— Estoy bien, no te preocupes —contestó—. Ahora, déjame ir.
La chica suspiró y se apartó. Yūichirō siguió caminando como si nada. Cruzando los pasillos, se le nublaba la vista de vez en cuando y sus ojos no dejaban de cerrarse. Dudó sobre si llegaría sano y salvo a casa.
Cuando ya no pudo más, se apoyó en la pared y cerró los ojos un momento. Pensó en todo y en nada; en qué hubiera ocurrido si jamás hubiera hecho lo que hizo. Y sintió que lloraría de nuevo.
Suspiró, se fregó los ojos y siguió caminando.
-°-°-
Después de llegar a su casa, el rubio miró la hora. No era muy tarde. Empezó con las tareas, y como pudo concentrarse, terminó rápido.
No tenía más que hacer, así que se recostó en su cama —aunque sabía que no podría dormir—, para pensar un poco.
"¿No crees que fuiste muy cruel con él?" —Las palabras de Shinoa rodaban por su cabeza, y no se iban por nada del mundo. Eso lo tenía cansado y dormir lo ayudaría —si no fuera un vampiro.
''Pero no es fácil hacer que Yuu se ponga triste...¿O sí?''
Interrumpiendo sus pensamientos, su celular sonó. Lo agarró y, después de ver la hora, abrió el mensaje. Era de Shinoa.
> Es tu amigo. Por favor considéralo, Mikaela-san ;n;
El meme "No ahora por favor" apareció en su mente.
Tomó la almohada y se la puso encima del rostro. A la vez, se acomodó en la cama y cerró los ojos, sintiendo que su cabeza no dejaba de girar. ¿Qué hacer? ¿Qué no hacer? No tenía idea. Estaba en verdad confundido.
— Maldición... —murmuró para sí mismo.
Era cierto que quería perdonar a Yuu, pero también era cierto que parte de sí mismo quería venganza. Sin embargo, una tercera parte decía que la venganza era la causa de lo que estaba pasando.
Se quitó la almohada de la cara y se incorporó. Era cuestión de lógica saber que lo que hizo Yūichirō fue un poco exagerado, pero también era fácil saber que su amigo ya se arrepintió de sus acciones. Y cuando pensó en eso, se dio cuenta que él también estaba arrepentido.
-°-°-
— ¿Has visto a Yuu-chan? —preguntaba alterado a Shinoa.
— P-Pues... ¡Oh, mira! Ahí está —señaló a su amiga Mitsuba, que estaba junto al azabache que apenas había llegado.
El rubio corrió hacia allí, y se paró junto a su amigo—. ¡Yuu-chan!
Yūichirō sacó algunos libros de su nuevo casillero y levantó la cabeza—. Mika —murmuró.
— Yo... —"Vamos, debes dejar el orgullo de lado si no quieres perder a tu amigo...", pensó el vampiro. Suspiró—. Lo siento. Siento haberme enojado contigo. Perdón por haber hecho el cambio de casilleros. Lamento haber sido cruel y frío contigo... Lamento haber subido esa foto... —Dejó de hablar un momento y miró a su amigo.
Sus ojos verdes brillaban de forma inexplicable. Parecía que estaba emocionado o que quería llorar; Mikaela no sabía bien qué era. Hasta que decidió hablar.
— No, Mika, no —dijo—. Soy yo quien debería pedirte perdón... Lamento haber hecho lo que hice. No debería haberme vengado de tu venganza... debía dejarlo todo como estaba —bajó la mirada—. Pero como soy un idiota, pasó todo esto. No es tu culpa, es mía. Me pasé, lo siento. Yo...no puedo creer que le hice tales cosas a mi mejor amigo. Tú tampoco, ¿verdad? —sonrió.
Los ojos azules del rubio sintieron cierta calidez, que provocó que se sintiera estúpido. E, inconscientemente, abrazó a su amigo. Yuu correspondió sin dudar.
— No servimos para estar peleados, Yuu-chan —rió Shindō.
— Claro que no —el de ojos verdes le siguió el juego.
Se separaron del abrazo, dejando de nuevo cierta distancia entre ambos, y un par de sonrisas en sus rostros.
— Entonces —dijo Mikaela—, ¿qué te parece si no volvemos a hacerlo?
— ¿Qué propones? —preguntó Yuu.
— Pues, propongo que dejemos de pelearnos por tonterías... Y dejar nuestro orgullo.
— Me parece bien —asintió—. Entonces, es un trato.
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Holaaaa
No dejaré mucha descripción esta vez~ u v u ~ Sólo diré que ya era obvio que se reconciliarían(?)
Espero que les haya gustado~ Y si fue así, no olviden dejar su estrellita<3
-Nisa
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