Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

[Capítulo 15] - Vampiro.

El rubio a penas había logrado salir del sótano, pero se sentía ya demasiado cansado. Creía que moriría allí mismo, de hecho, porque ya casi no quedaba gente en la escuela como para ayudarlo.

Intentó sentarse junto a los lockers porque ya no podía seguir caminando. Esos tres días que pasaron sin dudas fueron los peores para él. Creyó que hubiera sido mejor no ser tan iluso y haber guardado mejor su secreto. Se sintió tonto, así que rió.

—M-Mika... —Entonces, sus oídos escucharon la temblorosa voz de Yuu.

—Yuu-chan... —Lo miró unos segundos, antes de perder el conocimiento.

— ¡Mika! —exclamó el azabache.

Se acercó a su amigo para levantarlo, usando toda la fuerza que tenía. Notó su herida, que estaba cubierta de sangre, y se estremeció. También se preguntó qué sucedió, pero eso no era lo más importante en el momento.

Intentó no llorar, mientras hacía fuerza para avanzar unos centímetros cargando al rubio. Entonces fue cuando Krul apareció cerca, lo cual era una buena señal. Apenas los vio, una fuerte expresión de shock apareció en su rostro.

— ¡¿Qué le pasó?! —cuestionó, acercándose.

—No lo sé...

—Ayúdame a llevarlo a la enfermería —dijo la de cabello rosa, y el otro asintió.

No tardaron mucho, al ser dos personas, pero Mika había perdido mucha sangre. Lo recostaron sobre una cama y hubo un silencio incómodo durante unos minutos. Krul fue quien lo rompió.

—Escúchame —dijo—. Te voy a contar algo importante que nadie más tiene que saber. Es sobre Mika.

Los ojos del azabache se iluminaron. Por fin descubriría el secreto que su amigo tanto tiempo le ocultó...

La mujer suspiró—. Soy un vampiro, y Mikaela es un medio vampiro.

Yuu abrió los ojos como platos. Eso era demasiado impactante, en realidad, y no se lo esperaba.

— ¿D-Desde cuando? —alcanzaron a decir sus temblorosos labios.

—Pasó hace ya un tiempo. ¿Recuerdas la detención? —El otro asintió—. Allí me descubrió, y no me quedó más remedio que convertirlo.

¿De verdad había pasado todo eso?

—Le dije que no podía contarle a nadie, por eso ha tratado de ocultártelo todo este tiempo —continuó—. Lo siento...

— ¿Por qué me habla de todo esto ahora? —preguntó Yuu, confundido.

—Si te soy sincera, no pensaba decírtelo. Pero me di cuenta que necesitamos tu ayuda.

— ¿Eh?

—Si no hacemos que Mikaela beba tu sangre, morirá —admitió—. La hemorragia no va a cesar, así que es la única opción. ¿Qué dices? ¿Aceptas?

—Sí —decidió—. No lo dejaría morir...

Segundos después, el rubio abrió los ojos, aunque su aspecto no mejoró. Cuando se dio cuenta que Amane estaba ahí, se puso nervioso.

—No te preocupes, ya se lo conté.

Cuando escuchó esas palabras de la boca de Krul, se tranquilizó un poco. Al menos la persona en la que más confiaba ya estaba al tanto de su condición, tal y como quiso desde un principio.

—Tienes que beber su sangre. Tu herida es muy grande.

El rubio quiso decir algo, pero el dolor se lo impidió.

—Puedes hacerlo —sonrió Yuu, tendiéndole su brazo de forma que se vieran sus venas.

Mikaela tragó saliva. Quería hacerlo y era necesario, mas tenía miedo de lo que pasara después. Logró armarse de valor gracias a la sonrisa que le mostraba su amigo, cerró los ojos, abrió la boca mostrando sus colmillos y le mordió el brazo.

Al principio a Yūichirō le dolió, aunque se pasó casi enseguida. Cuando terminó, Shindō se mantuvo con los ojos cerrados, esperando a que se cerrara su herida. El azabache se sintió repentinamente mareado, por lo que Krul le dio un caramelo.

Tras unos segundos de espera, la hemorragia paró y la herida del rubio se cerró. Cuando esto sucedió, abrió los ojos y miró a su amigo. El corazón de éste dio un pequeño salto cuando se percató que sus iris se habían vuelto rojos.

—Ya soy... un vampiro completo, ¿verdad? —preguntó Mika, en un susurro.

Krul asintió—. Al menos estás bien, así que no te preocupes por eso.

—Yuu-chan... Perdóname.

— ¿Por qué?

—Por no habértelo dicho antes... Y porque no te enteraste de mi boca. Krul-san me dijo que no podía contarle nadie, pero de verdad me sentía muy mal por no poder hacerlo —murmuró.

—No importa —sonrió—. Ya que conozco las razones, no te puedo culpar.

—Yuu-chan...

—Tenemos asuntos más importantes de los que ocuparnos ahora —suspiró Krul—. Ahora los Hiragi confirmaron que existimos aquí, así que es mucho más peligroso para nosotros. Además, saben que tú eres uno —se refirió al rubio—, lo cual es un problema mucho más grave. No quiero que te hagan daño por mi culpa.

Alguien comenzó a tocar la puerta de la enfermería en ese momento. La pelirrosa abrió la puerta con cuidado, pero bajó la guardia cuando notó que se trataba de Shinoa.

—Mikaela-san —dijo—, ¿estás bien?

—Sí...

— ¿Qué...? —detuvo sus palabras al notar que los ojos azules del rubio se habían ido—. ¿Yuu-san lo sabe?

— ¡¿Shinoa lo sabía?!

—Larga historia... —suspiró Mikaela.

—B-Bueno, al menos estás mejor.

— ¿Y Shinya-san?

—Se quedó con Ichinose-san —dijo la muchacha.

-°-°-°-

Más tarde, los cuatro se encontraron con Guren y Shinya. Krul iba a contarles toda la información que conocía acerca de los vampiros en el Instituto, para evitar que los demás Hiragi hicieran algo.

—No sólo hay alumnos vampiros, sino también profesores —dijo—. Algunos de ellos son muy fuertes, de hecho. No es por nada, pero me incluyo en ese grupo. ¿Podemos contar con su ayuda?

—Por supuesto —sonrió el peliblanco.

—Ayudaré en lo que me sea posible —bufó Guren—. No prometo nada.

Un poco más tranquila, Krul dejó que Mikaela y Yuu volviesen a casa.

—Yuu-chan, ¿crees que las cosas pueden volver a la normalidad ahora?

—Mika, esto acaba de empezar...

—Lo sé, pero... Me refiero a nosotros. Podemos ser mejores amigos como antes, sin secretos ni peleas, ¿verdad?

—Claro —sonrió—. Nos llevaremos mejor que nunca~

—Gracias por todo, Yuu-chan.

El azabache se dispuso a acompañar a su amigo hasta la puerta de su hogar, por si le pasaba algo. Justo antes de entrar, el rubio se detuvo.

—Espera, ¿qué hago con mis ojos...?

—Rayos, debíamos haber pensado en eso... Uh... ¡Ya sé! Manténlos cerrados.

—No puedo hacer... Espera, sí puedo hacerlo.

En ese momento, la puerta se abrió, dejando ver a la madre de Shindō con un rostro tenebroso de miedo.

—Mikaela, tú...

El muchacho no pareció entender, pero cuando se dio cuenta, empezó a temblar. Alguien le había contado lo que pasó.


~~

Este es el segundo y último capítulo del día~ Espero lo disfruten ^^

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro