Hoy es una tarde tranquila a pesar de que afuera llueve torrencialmente. Estabas con las piernas arriba sobre tu sillón, usando un vestido (C/F) hasta las rodillas con tu cabello (C/C) suelto y que caía con hondas rebeldes, viendo una peli sentimental con tu peludo pastor alemán echado a lado tuyo.
Seguías llorando bastante con la película pero por fin habías terminado de verla, tu perro (N/P) se retorció de forma chistosa sobre tus piernas a lo que comenzaste a reír y acariciarlo.
-Solo tu sabes como animarme ¿cierto?- el timbre de tu puerta sonó así que te levantaste ya mas tranquila a abrir, en el camino fuiste quitando cualquier rastro de lágrimas y cuando abriste la puerta te encontraste con tu mejor amigo Genji completamente empapado- ¿pero a ti que te ha pasado?
-...¿Puedo pasar?- su voz sonada totalmente quebrada lo cual te preocupó.
-Claro- te echaste a un lado y cuando entró cerraste la puerta, corriste al baño y tomaste una toalla grande, regresaste a la sala intentando secarle pero él te atrajo de forma delicada y lenta hacia su cuerpo, abrazandote en busca de consuelo, le correspondiste pero temblaste de frio al sentir el metal de su cuerpo completamente helado.
-Genji ¿que sucede?
-Ha... dejado cicatrices...- te apretó un poco mas a lo que tu decidiste cortar con el abrazo y sentarlo en el sillón, tomaste la toalla que anteriormente dejaste caer y lo secaste sin que ambos mediaran palabra alguna.
Tu te habías enterado gracias a Mercy de cuando Hanzo hirió a su hermano Genji hasta casi dejarlo muerto, te habías vuelto amiga de ambos Shimadas casi desde que tienes memoria, eras tan solo dos años mas joven que el menor de la familia pero habías logrado una buena amistad con ambos. Por querer pasar mas tiempo con ellos te volviste aprendiz de Hanzo pero al tiempo tuviste que dejar los entrenamientos.
Estuviste cada día con él después de el incidente y respetaste su decisión de aun no hacerle saber a su hermano de que había sobrevivido, pero el tiempo mas difícil fue cuando le dieron este nuevo cuerpo.
Le habías visto con el rostro cubierto en vendas la mayoría del tiempo y después del drástico cambio con aquella mascara que se volvió tan característica de él.
Después de terminar de secarlo, fuiste a la cocina a preparar chocolate caliente y él entró en una de las recamaras seguido de (N/P) para sacar una manta lo suficientemente grande como para cubrirlos a ambos. Siempre hacían esto cuando alguno de los dos se sentía mal, pasaban todo el día juntos y lo disfrutaban a sobremanera.
Debías de admitir que desde hacia algunos meses te aseguraste a ti misma que te gusta mucho Genji, pero te habías contenido de confesarte hasta que él se hubiera acostumbrado a si mismo. Ya algunas veces habías llegado a hablar con Zenyatta por su estado de animo y querías ayudarlo, pero no encuentras una mejor manera que esta.
Cuando el chocolate estuvo, lo pusiste en dos tazas y fuiste a darle a Genji la suya, sacaste de la alacena un paquete de galletas (las que tu quieras) y las llevaste a donde mismo junto con tu taza.
Genji y tu siempre se sentaban de frente con sus piernas cruzadas y tapadas mientras bebían de la bebida y hablaban de lo que les había pasado, pero ahora él te hizo sentarte entre sus piernas para calentarse mejor y los cubrió con la manta.
Ya había pasado un buen rato y él no te contó nada, tu en este momento tienes tu mano derecha acariciando su espalda y con la otra estas delineando los bordes de las piezas en su pecho.
-¿No me dirás nada?- sentiste como su pecho se infló y suspirando te respondió.
-Hoy me han quitado los vendajes, y cuando me dejaron verme... las tengo en todo el rostro (T/N), yo no quería tener un recordatorio de cuando mi propio hermano intentó matarme.
-Eso no debería de interesarte mucho ahora, estas vivo y eso es lo que importa... ¿no me las vas a mostrar?
Te quitaste de sus piernas y te colocaste a su izquierda en el sillón, él lo dudo un momento pero terminó por quitarse su casco, dejándole al descubierto hasta su cuello.
Era cierto que tenia cicatrices en toda su cara pero ya eran del color de su piel asi que no eran demasiado notorias.
-Yo no les veo nada de malo- te encojiste de hombros y él negó totalmente incrédulo por tu reacción.
-¿Que no ves que esto me recordara todos los días lo que paso?
-Te recordara a tu hermano.
-El como creyó matarme.
-¡No, solo déjame terminar! Te recordaran a Hanzo pero tu eres libre de elegir los recuerdos, por lo que sé, después de tu supuesta muerte él se dio cuenta de los malos negocios de la familia, solo tienes que decidir que recordar, por ejemplo el tiempo que pasamos nosotros tres de pequeños.
Estas intentando ayudarlo mediante palabras pero es tan cabeza dura como tu podías serlo en ocasiones, idea que se le metía era una que no le podrías sacar, solo su madre era quien podía hacerle cambiar de opinión.
-Sigue siendo un amargo recuerdo.
*Facepalm*
-Entonces...-te pusiste a pensar en otro plan, hasta que uno llegó y te hizo sonrojar violentamente por dentro- tendré que darte otra cosa para recordar...
-¿Que?- tomaste su rostro entre tus manos y comenzaste a besar delicadamente cada cicatriz en su piel evitando tocar una que claramente zurca sus labios.
Cuando terminaste con tu labor y te separaste, dejaste escapar una risotada al encontrarte con tu amigo completamente sonrojado, casi llegando al color de las manzanas. Después de reír un poco y fijar tu mirada nuevamente en él, te detuviste al notar como sus ojos se habían aguado todavía estando rojo y se rompió a llorar, te preocupaste en ese momento y cuando te moviste para abrazarlo, él te empujó un poco fuerte haciendo que cayeras de espalda en los cojines.
Se posicionó encima tuyo con cada codo a lado de tu cabeza y te beso, era un beso un poco subido de tono y con el empujón que te dio antes, tu falda se había corrido hasta casi dejar ver tu ropa interior, te sonrojaste a sobremanera por estar en esta posición pero no te negaste al beso y le correspondiste al mismo ritmo.
Tus manos inconscientemente fueron hasta su cabello negro dando leves jalones, y recibiendo en respuesta unos pequeños gruñidos por parte de Genji.
Cuando tuvieron que separarse, él se había dejado llevar demasiado que mordió tu labio inferior de forma suave, cuando se dio cuenta de lo que hizo se puso de pie volviendo a sentarse donde estaba.
Te reincorporaste lentamente cubriendo tu boca con tu mano aun luciendo tan notorio sonrojo, no le dirijias la mirada porque estas demasiado aturdida y concentrada en los fuertes latidos de tu corazón, son casi como el galopar de un pequeño potro y seguramente Genji también puede oírlo.
Él en cambio se sentía mal por haberlo hecho sin tu consentimiento, pero había disfrutado cada segundo de tus suaves y rosados labios que ahora estaban algo hinchados por tal beso, probablemente los de él estarían igual.
Un silencio reinaba entre ambos y recordaste de forma fugaz el estado de tu vestido, rápidamente bajaste la falda hasta donde debería de ir y cuando el se dio cuenta de porque lo habías hecho, nuevamente se le subió el color al rostro y comenzó a decir.
-Lo siento, fue un- pero fue tu turno para arrojarte a él y besarle de la misma forma de antes, volviendo a jalar de su cabello.
Ese día cayo un diluvio y al siguiente también, puede ser que ese día cierto par de personitas se hubieran pasado las 24 horas confesándose un amor de toda la vida y dando inicio a un linda y cursi relación de dos años para que después Genji se encuentre hoy por la mañana con un ramo grande de tus flores favoritas afuera de tu puerta guardando en su bolsillo una pequeña caja de terciopelo gris con un precioso anillo con esmeraldas, decidido a dar el siguiente paso y pedirte pasar el resto de sus vidas juntos.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro