08
El aire acondicionado hacia de aquella habitación un poco tibia. Corea se encontraba en aquellos días dónde por nada del mundo querías salir, pero lo hacias.
En cuanto llegaron al hospital, pidió ayuda, dando explicaciones al médico que le atendió y dejando que se lo llevarán a la sala de emergencia, por protocolo el no podía ir, por más que se estuviera muriendo de verlo. Tomo su celular y marco el número de su jefe, tenía que avisarle, él era el padre de Taehyung. Escucho tan solo un tono y fue atendido.
—¿Jungkook?.
Suspiró, armandose de valor para poder decirle lo que había pasado.
—¿Paso algo? ¿Taehyung está bien?.
—Tu-tuvo un sangrado leve de nariz y se desmayo. Le traje a un hospital, ahora mismo le están revisando.
—Okey, está bien –suspiro–. Te mandaré el número de su médico, llámalo y dile que se trata sobre Taehyung, él ya sabrá que hacer.
—Esta bien, señor Kim.
—¿Dejaste a alguien en la fábrica?.
—Si, Jimin está ahí.
—Bien, quédate ahí Jungkook, por nada del mundo te muevas de ahí. En cuanto llegue el doctor me llamas yo estaré al pendiente.
—Si, señor.
La llamada termino, Jungkook miro su celular y a los segundos le llegó un correo.
—Doctor Wang.
En cuanto lo llamo, sintió nervios o quizá estos ya los tenía desde antes y ahora se hicieron más presentes. Espero paciente a ser atendido, y así fue, una dama atendió su llamada diciéndole que tenía que agendar una cita con el doctor pero, en cuanto Jungkook le mencionó el apellido Kim está rápidamente le pasó la llamada al señor Wang.
—¿Namjoon?.
—Eh, no –respondió, un poco incómodo–. Me llamo Jungkook y soy uno de los trabajadores del señor Kim.
—Entiendo, pero ¿que paso?.
—Vera, nosotros nos encontrabamos trabajando, pero paso un pequeño accidente y bueno a Taehyung comenzó a sangrarle la nariz y de pronto cayó desmayado...yo...no supe que hacer así que lo traje a un hospital.
—Esta bien, tranquilo –Jungkook asintió, sin dejar de recorrer aquel pasillo–, mándame la dirección del hospital donde se encuentra Taehyung hospitalizado y yo iré enseguida.
—E-esta bien.
Le envío la dirección y tomo asiento nuevamente. Sunhe llegó a los pocos minutos, preocupada por el estado de Taehyung, ya que su hijo le había llamado porque no sabía a quien más acudir.
—Tranquilo, él estará bien.
—No se que paso mamá. De pronto comenzó a sangrarle la nariz y cayó desmayado.
—Sofia...tu nariz –recuerdos de un pasado doloroso golpearon su mente–, santo cielo, está sangrando mucho, espera traeré el botiquín.
—¿Piensas tenerlo?.
—Si –sonrio–.
—Pero, Sofía...no puedes. Primero debes de hacerte esa operación.
—Lo sé –suspiro–, pero no quiero hacerlo. Si ellos me ponen aquellos sedantes y medicamentos mi bebé morirá.
—Sofia...
—Asi que...prefiero darle mi vida. Se que será un buen niño o una niña, no importa.
—No puedes, Sofía –tomo las manos de su amiga entre las suyas–, por favor...
—¿Que hubieras hecho en mi lugar?...¿Hubieras dejado que Jungkookie muriera?.
—Es muy diferente.
—No, no lo es. Ahora mismo soy y seré como cualquier madre que daría la vida por su hijo.
—Sofia...
—No, Sunhe, no hay nadie que me haga cambiar de opinión.
Después de aquella pequeña charla, Sunhe y Sofía no se volvieron a ver después de meses, en los cuales la enfermedad de Sofía iba comiendo su cuerpo poco a poco. Un día había recibido aquella llamada que más temía, Sofía habia entrado en labor de parto.
Sunhe quiso ir, pero no podía ya que tenía a su hijo Jungkook enfermo. Suspiró y rogó a los cielos para que su querida amiga saliera de aquel quirófano viva, pero lamentablemente sus plegarias no fueron escuchadas.
Un treinta de diciembre se escuchó el llorar de un bebé y el último aliento de una mujer. Namjoon recibió a su pequeño en brazos y con lágrimas en los ojos, miro a su fallecida mujer y le juro que protegería a su hijo, cueste lo que cueste.
Sunhe volvió a la realidad, viendo a su alrededor y suspiró, triste , viendo como aquel suceso ocurría nuevamente.
Después de largas horas de espera dos médicos se acercaron a ellos. Jungkook se puso en pie, seguido su madre.
—Esta mejor, solo fue un pequeño golpe en la cabeza –mintio–, ya suturamos la herida y le dimos algunos medicamentos.
Jungkook sabía que no era solo eso, algo había pero ellos no querían decirle. ¿Cómo no sospechar? Si su jefe hasta le había hecho llamar a un doctor privado para que revisara a su hijo, no dijo nada y asintió.
—Mañana se le dará el alta, por el momento es mejor que descanse.
—Entiendo, se lo diré al señor Kim.
—Él ya está al tanto –aseguro Wang–, me dijo que se fueran a descansar y que les agradecía por haber hecho eso por su hijo.
Ambos se retiraron, Jungkook con preguntas en su mente y Sunhe con las respuestas a estás. Llegaron a la casa de Jungkook y este solo se fue a su habitación, dejando a su madre en la cocina. Subió las escaleras que lo dirigían a esta y a pasos lentos paso por el pasillo que le guiaba a su habitación, pero, algo le detuvo, la puerta de la habitación de Taehyung se encontraba un poco abierta, supuso que lo había dejado así por salir rápido así que dispuesto a cerrarla se acercó pero al ver más dentro se encontró con Maria, está se encontraba recorriendo la habitación, tomando cosas y viéndolas con desprecio. Jungkook abrió la puerta por completo, asustando a María, la cuál dejo caer un pequeño marco de foto.
—Santo cielo, amor, harás que me de algo.
—¿Que haces en la habitación de Taehyung?.
—Oh, bueno...yo...ví que se encontraba abierta así que quise cerrarla pero...–se encogió de hombros–, me dió curiosidad y...
—Por favor retirate María.
María confundida le miro a los ojos, y estos se encontraban levemente rojos.
—¿Que paso amor, te encuentras bien?.
Jungkook asintió en silencio y abrió la puerta más, dando a entender que se retirará.
—Wou, mi amor.
Maria le ignoro y se acercó, tomo el rostro de su enamorado entre sus delicadas manos y beso su mentón.
—¿Tu mamá está bien?.
—Si –suspiro–, solo paso algo que...no importa, por favor tenemos que salir.
—Oh, vamos cariño –susurro cerca de los labios de su enamorado–, no estés así, la vida es joven y debemos de disfrutar.
—No, María, por favor...
Trato de alejarse, pero le fue imposible, su enamorada tomo sus labios con pasión y fervor. La beso, si, pero no como siempre solía hacerlo en momentos como ese, aquel beso era muy diferente y Maria lo noto, pero le resto importancia, lo único que importante ahora para ella era su líbido. Por otro lado, Jungkook no tenía ganas de nada, después de lo ocurrido con Taehyung solo quería descansar y quizá pasar una noche linda con María, ambos en su cama, abrazados , viendo la televisión, pero Maria tenía otros planes.
Quiso dejarse llevar, pero la habitación de Taehyung le recordó dónde se encontraba este. De golpe se apartó de María.
—No puedo, perdón.
María se sintió indignada y comenzo a llorar.
—¿Ya no me amas, verdad?.
—¿Que? ¡No!. ¿Por qué piensas eso?.
—Y-ya no pasamos tiempo juntos, siempre paras en tu trabajo o a solas con ese niñato.
—Maria...
—¿Que? Es la verdad. Siempre paras con él, como si fueras un perrito faldero. ¡Dios, Jungkook! Solo es el hijo de tu jefe –gruño–, estábamos pensando en hacer más cosas juntos después de que me mudé, pero ahora llegan ellos.
—Lo de mamá no estaba previsto...
—Y tampoco lo de ese niño –dijo con un tono molesto–. Piensa las cosas Jungkook, porque yo ya las pensé –seco con brusquedad las lágrimas que caían por sus mejillas–, me llamas cuando tomes tu decisión y si yo estoy en ella pues bienvenido, y si no pues que te puedo hacer.
Tomo su bolso que se encontraba en la cama y salió de ahí.
—¡Maria!.
Pero está le ignoro y se fue, Jungkook suspiró y nego. ¿Era verdad lo que María le había dicho?, ¿estaba mal querer mostrarle a Taehyung lo bello de la vida?. Se sentó en la cama y paso la palma de su manos sobre su rostro.
Observó la habitación, está se encontraba completamente ordena y limpia, todo se encontraba en su lugar. La curiosidad le ganó y comenzó a ver la habitación, se puso en pie y paseo por el. Observó el tocador de Taehyung, en este yacian productos cosméticos, cremas, maquillaje, todo tipo de peines , plancha , secadoras, parecía el armaría de una mujer. Nego, eso no era de su incumben. Se alejo y observó los roperos, habían dos, uno era pequeño y el otro dos veces más grande, se fue por el más pequeño, porque esa más que claro que el grande contenía las ropas.
Quitó el seguro y se dispuso a abrirla, pero el grito de su madre lo detuvo.
—¡Cariño, ya está la comida!.
Lamió sus labios y asintió, quizá esa fue una señal para que no hiciera algo incorrecto. Puso nuevamente seguro a la puerta y salió de aquella habitación, dejando la puerta completamente cerrada.
¿El destino no quería que supiera la verdad? O ¿Quería que lo supiera al final, cuando ya nada tenía solución?, no se puede saber en concreto, pero, lo que si podemos saber es que la vida da sorpresas, y nosotros no estamos del todo listos para entenderlas.
Capitulo dedica a ErikazulemaHernndez3 , Dey2614, Thv_sm08 gracias por leer el fic nenxs :3 me ayudan un montón.
Y no me olvidó de ustedes, gracias, a todas aquellas personas que leyeron este ff desde un principio, en serio que fueron un apoyo para que continuará con este proyecto ❤️.
Si gustan que lxs etiquete en los siguientes capítulos comentenlo sin pena, yo con gusto lo hago! 💞.
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