Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

03

El camino fue largo, unas cuantas horas, en las cuales Taehyung quedó completamente dormido. Jungkook lo observaba de vez en cuando, para asegurarse de que todo esté bien.

El celular de Jungkook comenzó a sonar, este detuvo un momento la camioneta y tomo la llamada.

—¿Señor Kim?.

Que bueno que respondes Jungkook, es hora de que Taehyung tome su medicamento.

Es verdad, lo había olvidado por completo. Observó a este y vio como continuaba dormido.

—Durmio en todo el camino.

Vaya...por favor despiertalo y que tome los medicamentos correspondientes y en cuanto llegue a la ciudad que coma algo antes de dormir.

—Esta bien, señor Kim.

Termino la llamada. Dejo su celular a un lado y miro a Taehyung, este se encontraba completamos dormido, su respiración era lenta pero continua, no quería despertarlo pero tenía que hacerlo.

—Taehyung... despierta...

Lo movió un poco. Taehyung movió el hombro, cómo queriendo alejar aquello que le molestaba. Jungkook suspiró y continuo.

—Es hora de tomar tus medicamentos.

—No quiero...

Se hizo de lado, dándole la espalda.

—Por favor Taehyung, tu padre fue claro, no lo hagas difícil.

Taehyung suspiró y le miro de soslayo.

—Ti-tienen un sabor horrible, ya no las quiero.

Jungkook continuo mirándole, no sabía que responderle.

—Entiendo...pero son para que estés bien, o eso creo.

Taehyung miro hacia afuera, ya estaba oscureciendo. Lamió sus labios y asintió.

—Estan en un pequeño maletín...

Una hora más y ya estaban en la carretera que los llevaría al centro de Corea. Taehyung observó el camino, aquel que había recorrido por días para ir a aquellos antros donde bebía hasta perder la conciencia. Tomo un poco de aire y se acurrucó más en aquella pequeña silla.

—Bien –comenzo Jungkook–. Hay ciertas reglas que debemos de seguir –espero a qué Taehyung dijera algo, pero no fue el caso–. En primera, me presento. Mi nombre completo es Jeon Jungkook, tengo veinticinco años y bueno...ayudo a tu papá en la fábrica de carpintería.

—Vaya dato –se movió un poco–. Bueno, supongo que tú ya sabes cómo me llamo, que edad tengo, dónde vivo, que ropa uso y eso... papá debió de haberte dado hasta mi certificado de nacimiento.

—Tus documentos.

—Dios...

—No lo culpes... él solo está preocupado por ti y...quiere cuidarte como cualquier padre lo haría.

—Lo que el hace es sobreprotegerme. Ya soy mayor de edad, ¡puedo cuidarme solo!.

¿Cuidarte solo? ¡Por favor!.

Se mordió la lengua para no decir aquellas palabras, en cambio solo soltó aire y miro el camino.

—Tu padre tendrá sus razones.

Con ello acabo la conversación.
La camioneta se detuvo delante de una garaje de madera color vino, Taehyung observó el lugar. Era una zona tranquila, no habían autos que pasaran a cada segundo. Jungkook bajo primero y Taehyung le siguió.

—La segunda regla es que no tienes permitido salir –dijo mientras sacaba las llaves del bolsillo de su chaqueta–, la tercera es que no pueden venir a visitarte más de dos personas y por último debes de tomar tus medicamentos a su hora.

Taehyung apretó fuertemente el pequeño oso contra su pecho, aguantando la ganas de gritarle a la cara que se metiera aquellas reglas por dónde no diera la luz.

—Pasa, por favor.

En silencio entro y observó el lugar, la entrada era espaciosa, no había ni una sola planta, todo se encontraba completamente cementado. Escucho como la puerta se cerraba detrás de él, continuo su caminar y se detuvo a dos metros de la puerta que daba a la casa, Jungkook paso por su lado izquierdo, estaba por poner la llave en el seguro pero la puerta se abrió.

—Uh...¿Mamá?.

—¡Jungkook, querido!.

La señora Jeon se lanzo a los brazos de su hijo, Jungkook rápidamente la tomo en brazos correspondiendo aquel repentino abrazo.

—Ma-mamá ¿Que haces aquí?.

—Cariño ¿Es así como recibes a tu querida madre?.

Pregunto la señora Jeon, ofendida. Jungkook nego y sonrió.

—Solo me tomaste por sorpresa.

Sunhe sonrió pero algo llamo su atención, un muchacho se encontraba detrás de su hijo.

—¡Oh! ¿un nuevo amigo?.

—¿Que?.

Jungkook giro y miro a Taehyung, el cual se encontraba completamente rojo por las miradas que tenía sobre el.

—Cierto...–abrazo a su madre por los hombros–, mamá, te presento al hijo del señor Kim, Taehyung.

—¡No puedo creerlo! ¿Eres tú Taehyungnie?.

La señora Jeon se alejo de su hijo y se acercó a Taehyung, este quiso hacerce para atrás pero la señora Jeon ya tenía sus mejillas acunadas en sus tibias manos.

—D-Dios...te pareces tanto a ella...

Taehyung frunció el seño confundido.

—Pu-puede que no me recuerdes, pero yo conocí a tu madre...te pareces mucho a ella, tienes el mismo color de ojos.

Taehyung lamió sus labios, ansioso por saber más.

—¿E-en serio la conoció?.

—Claro que si, Sofía era muy hermosa, era una versión femenina se ti. Tenía el pelo negro, un lunar en el ojo...como el tuyo, una hermosa sonrisa y siempre andaba feliz...y lo fue más al saber que estaba embarazada de ti, pequeño.

Un nudo se formó en la garganta de Taehyung. Su madre, vaya, nadie le había hablado así de ella, claro que su padre siempre lo había hecho, pero a parte de él nadie más lo había hecho.

—No llores, a ella no le hubiera gustado verte así.

—¿E-eso cree?.

—Claro que si, cariño. Sofía siempre tenía una sonrisa en el rostro así que por favor sonríe.

Taehyung asintió y le regaló una sonrisa peculiar a la señora Sunhe.

—Eso, querido. Ahora vamos adentro que aquí está haciendo frío.

Taehyung asintió, Jungkook observó todo y sintió pena por los Kim, el perder a un ser amado es doloroso y más aún si es alguien muy cercano a ti.

—Vamos, toma asiento y yo te traeré un vaso de leche.

—No es necesario–...

—Si que lo es, eso te calmara un poco.

—Gracias, señora Jeon...

Sunhe asintió con una sonrisa y se retiró.

—Bien...ya conoces a mamá...–suspiro–,yo...no sabía que ella estuviera aquí, se supone que–...

—¡Jungkook!.

Ambos dirigieron su mirada a la entrada que dirigía hacia la cocina y ahí divisaron a una muchacha de pelo largo negro, un mandil que la cubria hasta las rodillas y una hermosa sonrisa dónde mostraba su hermosos dientes.

—Maria...


























🌕

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro