¿desde cuándo te importan las flores?

es difícil definirlo.

probablemente tenga que remontarme al abril de mis dieciocho primaveras,
cuando tú y yo teníamos los meses contados y el futuro de nuestra relación era incierto.

en medio de las turbulencias descubrí que podía hablar con las flores y
ellas me revelaron un gran secreto:
las que tienen espinas saben mejor
porque así la garganta, al tragarlas, sangra y
te obliga a expresarte de forma honesta.

he comido yo un clavel.
vengo a decir mi verdad.

amo bailar aunque no lo haga y
amo a mis padres que siempre lo hacen y
me estruja el corazón un vago arrepentimiento por no seguir su ejemplo.

amo abrazarte aunque sea yo alta y
tu cabeza apenas me llegue a la nariz y
desearía haber podido hacerlo más seguido sin importar quién mirara.

podría seguir, pero el efecto ha parado.
el señor de al lado gastó cuarenta por esta mamada,
yo la he conseguido gratis gracias a mi don con las flores.

¿qué es esta nueva sensibilidad recientemente adquirida?

seguí consumiendo tallos y hojas y pétalos y, sobre todo, espinas
con la intención de volverme cada día más sincera.

creo que lo he logrado.

a diez años de mi descubrimiento quise agradecerle a las flores por
las lecciones tan valiosas que me habían enseñado.
al arrodillarme frente a ellas y acariciarlas con las yemas de los dedos sentí
una brisa suave hablándome al oído:
"cuál gracias: desnúdate"
sabiendo que las flores no podrían
tener malas intenciones, cumplí las órdenes.

con el cuerpo expuesto ofrecí mi corazón y ahí fue donde finalmente entendí todo.
las peonías, los jazmines, las camelias, los alhelíes, las rosas, los lirios
me abrazaron con su aroma.
sus voces me envolvieron de nuevo. decían:

"guarda esta esperanza revitalizante,
bebe de ella cuando te sientas desfallecer.
guarda este amor por la humanidad en tu pecho,
libéralo cuando necesites creer de nuevo.
guarda esta enseñanza en un rincón a la mano,
enséñala a quienes, como tú, necesiten guía.
guarda estas flores que te obsequiamos con ternura:
las espinas han sido ya removidas
ya no es necesario hacerte sufrir para que entiendas.
dálas a aquellos que vivan en tu corazón:
puede ser una para tu hijo o para tu madre
para tu yo pasado o para el futuro.
guarda algunas semillas y déjalas crecer.
planta un jardín y cuida de lo aprendido."

las flores callaron suavemente y comprendí que no podría escucharlas de nuevo,
mas el eco de sus voces sigue escuchándose en todos los resquicios de mi vida.