Extra II: New Begining pt.1
Capítulo dedicado a Gallerita
¡Muchas felicidades por haber aprobado tu examen, preciosa!
—Tae... Fóllame —dijo Yoongi, con mejillas coloreadas y mirada nublada por la lujuria. Se encontraba a horcajadas sobre Taehyung—. Te deseo tanto, no puedo ocultarlo más.
—Yoon, espera, ¿qué cosas dices? —Con manos temblorosas, intentó quitárselo de encima, sin hacer demasiado esfuerzo. ¿A quién engañaba? También lo deseaba.
—Te quiero... Te quiero tanto. —La mirada febril de Yoongi era tan tierna y lasciva. Quién iba a imaginar que semejante monstruo pervertido estaba oculto tras la ebriedad.
Para Taehyung, contenerse era más que difícil. Él también lo deseaba. Demasiado. Los últimos meses, en los que se había permitido conocer a Yoongi y compartir más con él, jamás imaginó que acabaría sintiendo algo tan fuerte. Algo que pensó jamás volver a experimentar después de Jimin.
Pero tenía que comportarse, ser la voz de la razón. Invitar a beber a Yoongi no tuvo esta clase de segundas intenciones, era solo una forma de distraerlo de la fecha en la que se encontraban y los sentimientos que podría traer a flote.
—¿No me... quieres? —preguntó Yoongi, con un tierno puchero de mejillas sonrojadas, sosteniendo en sus puños la camisa de Taehyung.
«Mierda».
—Por supuesto que te quiero. —Le acarició la mejilla y deslizó su pulgar por sus labios—. Deseo tantas cosas contigo... Pero no así. No como si me estuviera aprovechando de ti.
Taehyung cerró los ojos con fuerza, pensando en las escenas más gore que alguna vez vio o leyó, tratando inútilmente de distraerse del creciente bulto en sus pantalones. ¿Cómo diablos habían llegado a esto? Lo sabía... Sin embargo, no debió ser de esta manera.
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Era sábado, apenas las ocho y treinta de la mañana. Taehyung no podía creer que estuviese despierto tan temprano en su día libre. Ni siquiera había trasnochado viendo anime, como usualmente hacía cada viernes. Pero motivos había, por los que tomó su decisión. Observó el calendario y luego su reloj. Casi era hora de su cita.
¿O podría llamar cita a su encuentro planificado con Yoongi? Quería que así fuera.
Había pasado aproximadamente un año desde que lo conoció, las cosas habían ido volviéndose más familiares entre ellos. Si bien el detonante fue un suceso tan desafortunado como el divorcio, el resultado había sido para bien. Porque, ¿podía llamarse desafortunada a la ruptura de un matrimonio sin futuro, con una mujer como esa? Yoongi no se merecía esa traición, mucho menos de esa manera
Yoongi era una persona maravillosa: consagrado a su trabajo, honesto, siempre tratando de dar lo mejor de sí por las personas importantes para él. Maduro, pero a la vez con un espíritu divertido y juvenil que salía a la luz con el cultivo de la confianza.
Confianza.
Para Taehyung, Yoongi se había convertido en su nuevo confidente. Un gran amigo, alguien en quien hallar comprensión y tiempo de calidad. Antes de siquiera percatarse o poder evitarlo, en su interior habían crecido y echado raíces, sentimientos que no pensó experimentar por alguien más que no fuera Jimin. Se había resignado a no ser correspondido por su mejor amigo. A que su tiempo se detuviera. A no encontrar a alguien capaz de llenar el vacío de su corazón. Yoongi le demostró que eso no era cierto, que en algún lugar, siempre hay alguien para nosotros.
Pero, no era lo mismo. Yoongi era heterosexual. Había estado casado con una mujer por largo tiempo, enamorado. Tenía un mal concepto del amor. ¿Serían demasiado los sentimientos de Taehyung para él?
Dos sonoras palmadas chocaron contra las mejillas de Kim. Se miró en el espejo, impregnándose valor. A pesar de que lo sucedido con Jimin le había demostrado que la comunicación era la base de la aceptación, que permitía seguir adelante, no confesaría sus sentimientos, al menos no hoy. Este día era diferente, era para Yoongi, para hacerlo feliz y mantener su mente ocupada. Pues cuando se atraviesan tiempos difíciles, a nuestro cerebro le es difícil racionalizar las emociones.
—Vamos allá. —Salió tras dar una última mirada a su ropa, que consistía en unos pantalones beige ligeramente ajustados, y una camisa negra de mangas cortas combinada con sus zapatos.
✿
Yoongi esperaba de pie enfrente del supermercado que habían tomado como punto de encuentro. Observó su atuendo por segunda vez en el cristal: sus pantalones negros favoritos se le veían tan bien como siempre, y la camisa beige que había comprado para combinar con sus zapatos no tenía ninguna arruga indeseada. No era de los que se preocupaban demasiado por las combinaciones de sus outfits, después de todo, mayormente usaba trajes en el trabajo. A pesar de ello, quería verse bien para Taehyung.
La invitación a salir por parte de Taehyung había sido bastante inesperada, o tal vez no. No estaba ajeno a qué día era. Conociendo a Tae como había llegado a hacerlo, podía imaginar cuál era el motivo para su salida. Ese chico universitario que llegó a su vida de la manera más inesperada, se había convertido en una parte inseparable de su día a día. A pesar de la diferencia de edad de aproximadamente 10 años, lograban entenderse y compenetrarse de maneras que Yoongi jamás imaginó.
Kim Taehyung era un chico observador. Sumamente observador. Muy atento, generoso, honesto, siempre con una palabra de apoyo y aliento para los demás, siempre dispuesto a escuchar y comprender. Probablemente había llamado a Yoongi para que no estuviera en casa. Para que los pensamientos no lo asfixiaran. Para que los recuerdos no lo llenaran de dolor. Un día como hoy, hacía un año, su vida se había convertido en una pesadilla; Eunha había revelado su verdadera naturaleza y su matrimonio había terminado. Pero, ¿acaso podía llamar pesadilla solo a ese momento? Quizás llevaba años viviendo un mal sueño, pero había estado demasiado ciego de amor como para notarlo.
Si bien los primeros meses fue difícil entender, comprender y racionalizar lo que había sucedido, llegó un momento en el que lo aceptó dejó de idealizar a una mujer que no lo merecía. Dejó de pensar que había sido poco. Había cometido errores, pero no al punto de ser un mal esposo. Había hecho cosas mal, se había equivocado como cualquier persona puede hacerlo, pero la había amado de la mejor manera que había podido, le había dado todo cuanto pudo y de la mejor manera que pudo.
Ya no la extrañaba, no la añoraba, no había sufrimiento, desvelos, llanto o desesperación. Ya no quedaba ese vacío imposible de concretar en palabras. Eunha formaba parte de su pasado. Ahora, ni siquiera tenía cabida para sus pensamientos en el presente. Porque, ¿a quién iba a engañar? En el presente, su corazón estaba comenzando a ser ocupado por alguien más poco a poco... Por alguien, quizás no tan inesperado.
¿Era acaso posible que su corazón no cayera por Kim Taehyung?
¿Lo tacharían de loco si dijera que se había enamorado de un hombre? ¿Le dirían que había sido gay toda su vida, pero apenas ahora se daba cuenta? ¿Lo mirarían como basura por, supuestamente, haber sido el que había engañado a su esposa, ocultando sus verdaderos sentimientos?
¡¿Qué mierda importaba todo eso?!
El mismo se había sorprendido de la facilidad con la que había aceptado estos nuevos sentimientos. Se había tomado ese tiempo para analizar lo que había nacido y estaba creciendo en su interior, progresivamente, a velocidades vertiginosas. No quería equivocarse con lo que estaba sucediendo. No quería equivocarse con Taehyung. Sin embargo, no creía estar errado.
—¡Yoon! —Taehyung lo llamó desde la acera, bajando de su auto para alcanzarlo.
La sonrisa instantánea que Yoongi sentía estirar la comisura de sus labios, así como el brillo que seguramente debía estar adornando sus ojos, no podían ser una mentira. La forma en que su corazón se agitaba en estos momentos, no era una mentira. La felicidad que siempre calentaba su interior al verlo, justo como ahora, era real. Las mariposas en su estómago, de esas que solo se habla en cuentos de adolescentes, revoloteaban en su interior sin control. No era una equivocación, se estaba enamorando irremediablemente de Kim Taehyung.
—¡Tae, por aquí! —Agitó su mano.
—Lo lamento. ¿Esperaste mucho?
—No realmente, apenas acabo de llegar. —Jamás le diría que llevaba cerca de veinte minutos esperando, porque, cual niño de primaria antes de una excursión, se había levantado demasiado temprano por los nervios
—Menos mal. —Suspiró aliviado—. Nunca he sido un ave demasiado madrugadora, fue toda una odisea levantarme de la cama.
—Hubiéramos salido en la tarde y cambiado nuestros planes.
—¡Eso jamás! —refutó enérgico, con un brillo decidido en su mirada—. ¡Es el primer comiket al que irás desde que te transformé en otaku nivel dios! ¡No podía permitir que te lo perdieras! —Mostró una sonrisa tan deslumbrante, que Yoongi sintió enamorarse por segunda vez—. Será demasiado divertido.
—Si es contigo, todo es divertido —respondió sin pensar, sonrojándose de inmediato al notar sus propias palabras.
Taehyung mostraba un tono carmín en las mejillas, que lo hacía lucir más hermoso de lo que ya era, si es que eso era posible. Se mostraba tímido y descolocado ante las palabras, pero no enojado. Eso era algo bueno, ¿no?
—Y... a-ahora que me doy cuenta —tartamudeó Tae, cambiando el tema—. Vamos vestidos en combinación. Qué coincidencia. —Sonrió.
Yoongi lo miró de arriba abajo. Era cierto. Los colores eran los mismos, a pesar de estar invertidos en las prendas. Daba la impresión de que se habían combinado como pareja.
—L-lo siento, no pensé que esto pasaría. —Esta vez fue el turno de Min para tartamudear—. Podemos pasar por mi departamento un segundo y me cambio.
—¿Por qué? Se te ve muy bien.
—Pondrían pensar que somos... pareja.
Una "o" muda se dibujó en los labios de Tae, su expresión sorprendida. Pareció meditar un par de segundos su respuesta, antes de decir:
—Realmente no me importa. —Se encogió de hombros. Se notaba nervioso, pero no parecía estar mintiendo—. ¿A ti?
—Si estás bien con ello, también yo.
—¡Pues no se diga más! Qué mueran de envidia por mi novio. —Le guiñó un ojo, coqueto.
El manager sintió el aire escapar de sus pulmones y su corazón detenerse.
—Vámonos. Se nos hará tarde —alentó Yoongi, caminando a gran velocidad hacia el auto, sin saber que más decir. ¿Acaso su amigo tenía idea de lo que sus palabras le estaban haciendo?
Estar con Taehyung, lo hacía sentir tan feliz y a la vez tan fuera de su zona de confort. Era como regresar a sus tiempos de adolescente: ingenuo, inexperto, inseguro; era una sensación tan lejana en el pasado, que a la vez era prácticamente nueva. Se sentía como un niño atrapado en el cuerpo de un adulto. Sin embargo, no era tan descabellado. ¿No era esta una experiencia totalmente nueva para él?
No es como si no supiera cómo funcionaban las relaciones entre dos hombres, desde el preciso instante en que había comenzado a notar el cambio de sus sentimientos, se había tomado el trabajo de investigar al respecto. Incluso se había aventurado a sitios web porno y en la literatura homoerótica con más profundidad. Porque, vamos, ¿a quién iba a engañar? Había tenido toda clase de pensamientos. La idea de hacer toda clase de cosas con Taehyung y vivir todo tipo de experiencias, incluído el ámbito sexual, no le incomodaba. Deseaba hacerlo. El rol de pasivo no le suponía un tabú o una vergüenza. Le gustaría probarlo. Dejar todo en manos de Tae se sentía correcto.
«Pero, ¡qué demonios estoy pensando!», se reprendió mentalmente, con un renovado sonrojo y un extraño cosquilleo en sus entrañas. «¡El comiket, Min Yoongi, vamos al comiket! Salida de amigos, ¿recuerdas?».
Si Tae pensó que necesitaría todo un itinerario para sacar a Eunha de la cabeza de Yoongi, estaba equivocado, su sola presencia era más que suficiente para ello.
La actual incapacidad de controlar sus pensamientos y sentimientos en lo que iba de día, podría suponerle un problema si quería mantenerse oculto. En algún momento tendría que revelar sus sentimientos; no se los planeaba llevar a la tumba, con lo descontrolados que estaban con cada día que pasaba, dudosamente podría. Sin embargo, hoy no sería el día. Hoy se trataba de disfrutar y compartir como dos buenos amigos. Lo que menos necesitaba era que Taehyung pensara que era un sustituto para Eunha, o que los sentimientos de Yoongi no eran sinceros.
¡Holiwis! ¡Sorprais! 🤣🤣🤣
Aunque había compartido una captura en facebook hace un tiempo, realmente no había escrito nada más y tenía bien poco hecho. Pero la noticia de que cierta personita por ahí pasó su examen, me hizo ponerme las pilas para subir algo y dedicárselo. Me emocioné tanto que me di cuenta de que me quedaría demasiado largo, así que el resto lo escribiré en una segunda parte. Al menos, por lo que se leyeron al inicio, saben que hay salseo pendiente UwU. 💜
Espero les haya gustado. Nos leemos en la segunda parte.
Chao chan 😘
Hasta la próxima actualización.
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